domingo, 11 de abril de 2010

Una cum fámulo tuo Papa nostro (et contra persecutores)


La persecución sigue, y en Religión Digital se sigue persiguiendo al Papa. Sólo les falta a sus promotores sacar un pliego de firmas virtuales, para que los "arrabbiati" dejen la huella de su zarpa.

Cada día que pasa, con cada titular que se publica, es evidente que todo está deliberadamente orquestado, previsto, capítulo a capítulo, todo manipulado contra el Papa Benedicto, que tantas cosas está ordenando. Son los alentadores del desorden, sus beneficiarios, quienes traman y jalean este repugnante caso contra el Papa.

Para completar la faena turbia y emponzoñada sólo les falta sacar a escena a un Garzón de esos que hay por ahí sueltos, para que lance orden de busca y captura. Encontrar a un juez venal, masón o anticatólico que se preste, es muy facil. Sería una especie de remate de la jugada, para seguir luego con una amenaza más directa.

Lobos enfurecidos, fieras feroces que persiguen a Pedro, unas veces embozados con pellejos de borrego, otras sin disfraz, dependiendo de que las tengan todas consigo o no, porque sólo son valientes cuando el ambiente les favorece, con el poder de turno a su favor. Y nuestro siglo es de los malos, no hay, casi no existen buenos en el poder. Y muy pocos en los medios.

Vuelvo a decir que lo tienen facil, porque van contra uno y cuentan con el aplauso de los enemigos todos, que son tantos.

Es engaño muy grave que se revistan hipócritamente de "sentimentalismos eclesiásticos", porque ellos, los persecutores (también los de aquí, los de este sitio) no son ya de la Iglesia, porque ni creen ni practican según la Iglesia, que han abandonado de facto. Les falta la coherencia de pedir eso que hacen algunos de los de su cuerda: Que les borren la partida de bautismo.

Por otro lado, también, todo es negocio: Se persigue y se muerde porque eso vende, y se trata de mantener abierto el kiosko, que da de comer.

¿Y hasta cuando podrán mantener el acoso rentable? Hasta que les queden dientes, probablemente, diría yo.

¿Y después? Después cualquier cosa. Hay bestias que cuando prueban la sangre ya sólo se sacian con más sangre. Estas especies son así, y no tienen mejoría. El thriller de terror es muy taquillero, y el amarillismo eclesiástico (sin vender tanto) también. Por lo menos unos dias, un par de semanas. Por eso hay que sacar más, más estiércol. O inventarlo. No es tan dificil porque la víctima es facil. La persecución de los inocentes es siempre, ha sido siempre, muy facil.

Los grandes son grandes sin necesidad de enemigos sobre los que encumbrarse. Pero es un hecho que el contraste resalta. La sombra hace más visible la luz. La figura de Benedicto XVI, tan luminosa, resalta cada vez más, es más brillante cuanto más sombra le hacen.

Qué duda cabe que el Pontificado de Benedicto XVI dejará una huella de luz. Y las sombras (artificiales) servirán para marcar el contraluz.

Me preguntaban hace poco si se puede cristianamente orar contra alguien. Yo respondí que sí, que por supuesto, y que en algunas ocasiones era obligado. Algo así, por ejemplo:

Contra persecutores Ecclesiæ:

Ecclésiæ tuæ, quaésumus, Dómine, preces placátus admítte: ut, destrúctis adversitátibus et erróribus univérsis, secúra tibi sérviat libertáte. Per Dóminum nostrum Iesum Christum...Amen.

(Rogámoste, Señor, acojas benigno las suplicas de tu Iglesia; para que, destruída toda contradicción y error, te sirva con segura libertad. Por nuestro Señor Jesucristo. etc. Amen)

O esta, más patente:

Contra persecutores et male agentes:

Hostium nostrorum, quaésumus Dómine, elíde supérbiam, et eórum contumáciam déxterae tuae virtúte prostérne. Per Dominum nostrum Iesum Christum...Amen.

(Aplasta, Señor, te rogamos, la soberbia de nuestros enemigos, y abate su contumacia con el poder de tu diestra. Por ntrº Sr. Jesucristo etc. Amen.)


Se las brindo a ustedes, los católicos, para que las recen con toda intención, ad casum.


+T.