viernes, 25 de julio de 2008

Astro de España, Santiago

Es excepcional que en una liturgia se cite a una nación o un país, y sin embargo en la Misa de Santiago se nombra expresamente a España 4 veces: En la oración colecta, en el versículo del Aleluya, en el prefacio y en la oración de la post-comunión. Así en el Misal de Pablo VI, en su edición en español.
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En el antiguo de San Pio V, en la sección Missae propriae Sanctorum qui in Hispania celebrantur solamente aparece el graduale-alleluja: "O sidus refulgens Hispaniae, sancte Iacóbe apóstole.Alleluia." Y lo mismo en el Misal retocado de Juan XXIII (1.962). En el bilingüe latín castellano de 1.965, no está, curiosamente.

No dispongo de información a mano, pero supongo que el actual formulario de la Misa de la Solemnidad de Santiago Apóstol, patrono principal de España (sic en el Misal) se elaboraría a partir de textos existentes, antiguos o en uso; imagino que los más significativos procederían de la tradición compostelana (oracionales, cantorales, etc.). Como digo, no puedo precisar más.

También estimo que en el momento de la composición de estas oraciones del Misal, las mentes de sus creadores no estarían tan hipotecadas a ciertos supuestos que hoy las harían imposibles. Ignoro si en Cataluña o las Vascongadas se rezan tal cual, o han sido censuradas para evitar nombrar a España, tan explícita y enfáticamente. Pero me temo lo peor.
La oración es imponente:

Dios todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los Apóstoles con la sangre de Santiago, haz que por su martirio, sea fortalecida tu Iglesia y, por su patrocinio, España se mantega fiel a Cristo hasta el final de los tiempos. P. ntrº Sr. Xtº... Amén.-

Quizá el espíritu de trueno del Apóstol se ha revelado tan patente, tan fuerte y vehemente en su oración. Y hasta parece un reto, un desafío rezar y pedir eso en la España que se desentiende institucionalmente de su legado histórico, y reniega políticamente de la fe vinculada a su historia y su identidad.


No sé si el Voto de Santiago estará también entre las instituciones hispano-cristianas a abolir proximamente por el infra-gobierno zpista. Con el rifirrafe de la Misa del Carmen en Marín y el plantón de la ministresa recién parida, vamos avisados. A ver cómo deriva la piara encanallada.

Personalmente, le tengo una particular devoción a la iconografía santiaguista. Sin duda, la representación del Apóstol en hábito de peregrino es una de las más genuinamente hispánicas, y la prefiero. La otra - tan española también - del Santiago en Clavijo no me resulta tan apropiada para el culto sacro. Sin embargo, cada vez me interesa más como símbolo, como seña de contraste "histórico". Y reconozco también que si en vez de moros pusieran debajo del caballo las cabezas de quienes yo sé, me parecería muy bien.

Ita sit!

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Adriano re-comentado


Publio Elio Adriano. Le tengo simpatía porque es paisano, pero al fin reconozco que si no hubiera sido emperador romano, no merecería más aprecio que el común. Pero ser emperador de Roma facilita las simpatías (todos llevamos dentro un píccolo autócrata).

Ciertamente, su época fue esplendida, con Roma en el cenit de su siempre violenta historia (sólo hubo pax con Augusto - ¡?-), y la buena memoria de Adriano es casi universal. La Roma que se visita, tiene un tanto por ciento muy notable de monumentos, ruínas y mármoles adrianeos: Desde el Castel Sant'Ángelo al Panteón, parte de la Roma más visible e identificable es de Adriano o de su siglo. Un siglo fascinante, con los cinco mejores emperadores de todo el Imperio (Gibbon dixit), de Nerva a Marco Aurelio, con Trajano (viva!!) sobresaliendo entre todos, y el longevo Antonino Pio haciendo puente entre unos y otros.


Adriano no fue Trajano. Las virtudes raramente se heredan (las de verdad son gracia, y no genes), no así los vicios. Lo mejor de su antecesor que había en Adriano era esa sangre de los Elios hispalenses. Lo estético, lo artístico, lo literario y filosófico serían cualidades personales, bien desarrolladas a tenor de lo que nos ha llegado del brillante Adriano. Es admirable que siendo tan "apolíneo" fuera a la vez un buen gestor/administrador político y militar, caso rarísimo. Volvería a pasar con Marco Aurelio, pero sin el fascinante sello de Adriano, ni su estilo. Hasta escribía versos, como estos, que dicen que escribió poco antes de expirar:
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Animula, vagula, blandula / Almita, vagabunda, tierna
Hospes comesque corporis / huésped y compañera del cuerpo
Quae nunc abibis in loca / que ahora marcharás a los lugares
Palidula, rigida, nudula / lívidos, rígidos, desnudos
Nec, ut soles, dabis iocos / y no (me) solazarás como sueles

Esos versos de Adriano moribundo se popularizaron cuado Marguerite Yourcenar publicó sus Mémoires d'Hadrien (1951), y Adriano re-actualizó su presencia, saliendo de la remota historia del siglo IIº para convertirse en un mito homosex, o tempora o mores!


Es una tentación para el escritor proyectarse-redactarse en lo que escribe, y es comprensible. Pero en ese género sui géneris de la "novela histórica", es un abuso; doble: se abusa del personaje real y a la vez del lector. Tanta gente evoca los personajes históricos desde la re-creación de una ficción literaria, con efectos muy equívocos. Por ejemplo, una escritora belga instalada en USA, de reconocida tendencia "sáfica", por mucho que "sintonice" con el personaje, resultará muy poco convincente si se considera que re-crea la historia de un militar-político, emperador del siglo I-II; el detalle "homosex" que podría entenderse como motor de la empatía está - tiene que estar - muy lejos de poderse explicitar en paralelo al gusto/molde/actualidad del siglo XX. Pero la novela de la Yourcenar se lee bien, y es buena en su género. Desafortunadamente, otros han seguido con el filón sin la vis literaria de la belga.

En el British Museum exponen un monográfico, Hadrian : Empire and Conflict ; merece la pena asomarse al link para ver cómo los museos han captado la onda y presentan sus ofertas en los formatos más sofisticados. No sé si la atracción por la Roma imperial es una moda (Roma perennemente atractiva/inspiradora). Me pregunto si el neo-paganismo galopante de la Europa post-moderna estará buscando un "perfil" mediante esa evocación de su pasado romano a la vez que se desprende de sus raíces cristianas. Consciente o sub-conscientemente, pudiera ser.

A la par que la exposición, están rodando (o acaban de filmar) una peli con guión inspirado en la novela de la Yourcenar. El director es el inglés John Boorman, con pelis como Excalibur (muy buena) y La Selva Esmeralda (que me gustó). El actor que hará de Adriano será el petardo prostituído a Hollywood Anthony Banderwas, gloria de la cultura zpera y embajador-introductor de la cutre movida española en Beverly Hills. El Antinoo no sé quién será, pero me temo que la peli irá de eso: Antonio (Banderwas) y Antinoo. Lo siento por Adriano, que a veinte siglos de distancia va enseñar el culo y sus intimidades en la gran pantalla (o tempora o mores, yes!)
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Por cierto que el bello Antinoo ha sido una piedra de toque para descubrir "sensibilidades". Ya el gran Winckelman se retrató muy significativamente con un atuendo ambiguo y un grabado del Antinoo Farnese en la mano. Yo mismo me estremecí el dia que le descubrí un póster de un Antinoo a un terrible profesor de Historia:

- "Una estatua romana...", me dijo;

- "Oh! sí.", dije yo.

Apostaría que la peli del Adriano de Boorman, también captará la atención del público más sensiblemente filo-antinooista, of course.

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