sábado, 13 de diciembre de 2008

Lucía, Vérgine e Mártire

Medio cegato de un ojo y con cristal culo de vaso en los dos, comprenderáse que le tengo devoción a la Patrona de las afecciones oculares, oculistas, ópticos y demás oficios y circunstancias que tienen que ver con el ver y sus órganos. Los míos tan afectados, que me pusieron gafas con 1 año y pico, y me la tenían que sujetar con un elástico porque no me aguantaba en las orejillas, pobrecito de mí. Por eso hago voto a Santa Lucía bendita, que es la encargada celestial de este negociado.
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En Sevilla, la devoción más popular es a la imagen de la Santa que está en la Parroquia de Stª Catalina, ahora cerrada por obras, y por eso la Stª Lucia está temporalmente en San Román, a donde tendrán que ir a verla sus devotos. 

De Santa Lucía escribí el año pasado; lo he releído y me gusta, y pensaba qué añadir. Entonces me acordé de las suecas (con perdón). Me explico: Resulta que es tradición que las suecas en edad moza o núbil se vistan de "santalucía" la mañana del 13 de Diciembre, con túnica blanca y ceñidor rojo, y una corona de hojas verdes (acebo) con velas encendidas sobre la cabeza, y así, con un pastelito o algo apetitoso, despiertan a los de casa cantando una coplilla popular en honor del día y de la Santa. Encantador. Además teniendo en cuenta que es un caso parecido al de San Nicolás, que siendo ambos católicos y mediterráneos han sobrevivido en las frías regiones boreales y luteranas allende el Mar del Norte y el Skagerrat, Kattegat y Sund. Un milagro.

Yo, sin embargo, me quedo con los usos y devociones católicos, más seguros y con más efectos sobrenaturales, sin duda. Pero valga el refrán que se cumple en Sevilla, en Siracusa y en Estocolmo: "Santa Lucía, acorta las noches y alarga los días", ya sea en la noche del invierno boreal, ya en los más templados lugares del sur de Europa, que quiera o que no quiera la mala piara izquierdosa y marxista, liberal y masona, es cristiana y católica desde los fiordos a Finisterre y Gibraltar.
Y que Stª Lucía les sane la vista a tan perversa tropa, que la tienen tan infectada como la abuela de mi amigo (y no por agua bendita, precisamente).

No sabía qué imagen de la Santa poner de ilustración. Pero me he acordado de esta que tenía por ahí, la Stª Lucia del Oratorio del Gonfalone, una preciosa iglesia en la Via dei Banchi Vecchi, donde entraba a rezar el día de Santa Lucía. En la puerta se ponía un viejo ciego pidiendo limosna y dando estampitas de la Santa, real como una escena de Galdós, pero en Roma. La estampa que pongo no es de las del ciego, sino de las que había dentro del Oratorio, en la capella de Santa Lucía, con la imagen de la Santa en mármol, muy romántica, del gusto decimonónico de la época de Pio IX.

Por la Via Giulia corre en Diciembre un freddo da tremare, que en la esquina de San Giovanni dei Fiorentini es cortante, por el Tíber, que está allí mismo, corriendo a lo largo del Lungotévere. Estos dias el rio va crecido y corre tapando los ojos del Ponte Vittorio y Ponte Sant'Angelo, y los otros. Dicen que, como siga subiendo, van a tener que desalojar l'Ospedale de San Giovanni di Dio, en la Ísola. Conque los que vayan esta tarde al Gonfalone van a tener que llevar (como yo llevaba) mantello e sciarpa. Les confieso que me gustaría estar, para ver el Tévere (e per pregare a Santa Lucía, prima di tutto).

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