jueves, 29 de enero de 2009

Enredando la madeja


Oh! Esto es un disparate. Y más viniendo de la torpe y rastrera piara que está detrás:


Ja! Con la canalla suelta por casa y tienen la desfachatez de armar un tribunal para juzgar lo que no les toca y a quien no debieran. Carrillo en su casa con sueldo a costa del erario público, y la minis-bélica arengando a nuestros bravos soldados ocupantes de Afganistán. Tiene bemoles.

¿Por qué no le echan lógica (y cojones) al asunto y le montan tribunal al recien ex-presi Bush jr.? ¿A que no? Pues eso: La piara y sus adláteres (esbirros?) cada dia más piara que ayer pero menos que mañana.

Una cosa es Gaza y las tropelías del estado de Israel, y otra jugar a ser clon de Garzón (se habrán infectado del virus, probablemente).

Para más divertimento, sin salir de la temática, ayer decían que no y hoy parece que dicen que no tanto y más bien sí: El Gran Rabinato de Israel da por buenas las palabras del Papa sobre la Shoah. Menos mal. Se impone la cordura. A ver si seguimos así.

Y es que el Papa ha dicho algo a propósito de la Shoáh. Bueno, se ha visto obligado a decir, diría yo. ¿O es que el Rabinato (o los que sean que fueren o fuesen) albergaban dudas sobre la opinión del Papa sobre el hecho? Espero que no. Deseo que no. Me gustaría que demostraran que no. Lo que pasa es que el Papa no puede quejarse de la forma y manera que los demás. No es su estilo. Pero tampoco puede verse sometido a dimes y diretes, expuesto al indecente foro de la polémica que otros suscitan. Referir al Papa (que es cabeza visible de la Iglesia) lo que diga el fulanito exaltado de turno es una mala forma de entender que es el Papa y qué la Iglesia. Opino.

Y para rematar il magazzino d'attualitá, una minis (otra más, como si no hubiera bastante) animando en lo que le toca (su ministerio): Invitamos a los católicos de todo el mundo a venir con el Papa a Israel. Y es que se habrán dado cuenta de lo dificil que se están poniendo las cosas para que ese proyectado y deseado viaje de peregrinación tenga lugar.

¿Y qué más?

Por lo pronto, rien ne vas plus. A ver mañana, Deo volente, las novedades de casa y el extranjero.

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