miércoles, 2 de octubre de 2013

Desconcertar es su vocación (?)

La mesa del G8 francisquista parecía una mesa cualquiera de un consejo de empresa. En la pared de la izquierda se ve, sobre un facistol, una bella távola de (me parece) Matteo di Giovanni, una Madonna entre dos Santos (o dos Ángeles, no lo distingo bien); y en la pared del fondo, detrás y sobre el escritorio, un cuadro con marco rocalla y una pintura murillesca (me da esa impresión), quizá del propio Murillo, una Virgen con el Niño y el Bautista (?). Éstas dos bellezas y otros cuantos detalles de exquisita decoración religiosa enmarcan la escena como conviene. Es el Vaticano, una de las salas de las estancias papales. Pero la mesa, es de reunión de empresa, con botellines de agua. Vulgar, corriente.

Cuando han entrado y se han saludado, sin reverencia, sin besar el anillo, sin genuflexión, sin quitarse el solideo, se imponía la vulgaridad más pedestre, las formas corrientes, nada 'cardenalicias' en absoluto 'pontificias'. También se notaba que no había especial intimidad entre el grupo, parecían distantes, fríos, recelosos (?). Supongo que después se rompería el hielo de estos primeros momentos recogidos en el yotube.



En la entrevista que publicaba esta mañana La Reppublica, dice PP Franciscus que "este es el inicio de una Iglesia con una organización no tan vertical sino también horizontal" .

La entrevista es, otra vez, desconcertante (ver aquí en original italianoaquí traducida al español )

Algunos párrafos son extraordinariamente chocantes, por decirlos quien los dice (aunque parezca mentira que lo haya dicho):

"El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido. Es necesario conocerse, escucharse y hacer crecer el conocimiento del mundo que nos rodea. A mí me pasa que después de un encuentro quiero tener otro porque nacen nuevas ideas y se descubren nuevas necesidades. Esto es importante, conocerse, escuchar, ampliar el cerco de los pensamientos. El mundo está lleno de caminos que se acercan y alejan, pero lo importante es que lleven hacia el "Bien" (...)

¿Sabe qué pienso sobre esto? Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, adulados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado(...)

(...)en la Curia hay algunos cortesanos, pero la Curia en su conjunto es otra cosa. Es aquello que en los ejércitos se llama la intendencia, gestiona los servicios que necesita la Santa Sede. Pero tiene un defecto: es Vaticano-céntrica. Cuida los intereses del Vaticano, que son todavía, en gran parte, intereses temporales. Esta visión Vaticano-céntrica se olvida del mundo que nos rodea. No comparto esta visión y haré todo lo posible por cambiarla. La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del pueblo de Dios y los curas, los párrocos, los obispos están al servicio del pueblo de Dios(...)

Los males más graves que afligen al mundo en estos años son la falta de trabajo de los jóvenes y la soledad en que son dejados los viejos. Los viejos tienen necesidad de cuidado y de compañía; los jóvenes, de trabajo y de esperanza, pero no tienen ni lo uno ni lo otro, y el problema es que ya no lo buscan. Están atrapados en el presente. Y dígame: ¿se puede vivir atrapado en el presente? ¿Sin memoria del pasado y sin el deseo de proyectarse al futuro construyendo un proyecto, un futuro, una familia….?(...)

Cada cual tiene su idea del bien y del mal y debe elegir seguir el bien y combatir el mal como cada uno lo conciba. Sería suficiente esto para mejorar el mundo (...)

Sobre el consejo de cardenales, el llamado G-8 del Vaticano: "Este es el inicio de una Iglesia con una organización no tan vertical sino también horizontal" (...)

"Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Este es mi Ser. ¿le parece que estamos muy lejos?"(...)

Estas citas no se van a olvidar.

La distancia entre la fina y sabia exposición de Benedictus y esta coloquial y vulgar charla con un periodista (que alardea de ateo) va in crescendo, no sé decir (¡quién lo sabe!) si aumentará.

PP Franciscus que en estas últimas semanas se ha referido varias veces al pecado de la maledicencia, la cháchara, la murmuración:

"No sabéis el mal que hace a la Iglesia, a las parroquias, a las comunidades la murmuración: hace daño, la murmuración hiere. Pero un cristiano... antes de murmurar debe morderse la lengua. ¿Sí o no? ¡Debe morderse la lengua! Eso le hará bien porque la lengua se hincha y así no puede hablar y no puede murmurar"

Hoy por hoy, la murmuración más dañina para la Iglesia es la que hace PP Franciscus contra la propia Iglesia.

No sé si entre los Eminentísimos de su píccola y selecta corte (?) del G8 habrá alguno que tenga el valor suficiente para decírselo.

Si no, padeceremos más entrevistas, con más desconcierto.

Y la fractura seguirá aumentando (en extensión y en profundidad).

Oremus !!

+T.