domingo, 29 de abril de 2012

Malevolencia


No cesan de aparecer noticias sobre la proximidad de una solución canónica del contencioso Roma-FSSPX, señal de que las cosas avanzan y el final deseado por los buenos parece vislumbrarse, gracias a Dios.

Gracias a Dios pero no gracias a los hombres que - se supone - son de Dios y hacen (o deben hacer) el trabajo de Dios. Por ejemplo estos que han preparado y publicado este video que rezuma malquerencia y mala predisposición, vean:



Si, como se ha dicho por algunos sitios, esta agencia de RomeReports está gestionada (directa o indirectamente) por un muy conocido grupo eclesial, sorprende que hayan olvidado sus propias referencias, aquellos orígenes, sus años primeros, cuando probaron lo que era ser malconceptuados, malcomprendidos, malmirados, malqueridos. Todo eso que en la historia de la espiritualidad se conoce como "la contradicción de los buenos", un particular que ha hecho reflexionar a más de uno, concluyéndose que, en muchos casos, esta contradicción de los buenos, la persecución ejercida por los buenos, sería uno de los signos que acompañarían a las buenas instituciones, buenas iniciativas, buenas renovaciones, buenas fundaciones, buenas obras de los santos; no de todos pero sí de muchos.

Echando un vistazo a la Historia de la Iglesia y al Santoral, se podría hacer un interesante florilegio bastante bien ilustrado con ejemplos de contradicción de los buenos sufridos por los (más) buenos. Sin ir más lejos, cuando el Papa Benedicto XVI proclame dentro de poco - Deo volente - a nuestro San Juan de Ávila Doctor de la Iglesia, estará confirmando solemnemente la vida y obra de un sacerdote denunciado por los buenos, cuya denuncia pagó con un penoso, deshonroso y desacreditante presidio de tres años y pico en las cárceles de la Santa Inquisición, en el Castillo de San Jorge, en Sevilla: Tres años preso, sin fama y vilipendiado como sacerdote y como católico, acusado de hereje y señalado como enemigo de la fe y de la Iglesia.

O, si se prefiere un episodio más cercano en el tiempo, piénsese en el caso de San Pio de Pietralcina, denunciado y perseguido por hombres buenos, por eminentes hombre de iglesia, algún Papa incluso. Además está profetizado:
"...El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebu, ¡cuánto más a los de su casa!" Mt 10, 24, ss.

A final, se entiende todo como dentro de los planes regidos por la Divina Providencia, como una purificación querida por Dios que los hombres virtuosos cumplen contra los Santos (sin saber que lo son). Como, por otra parte, no dudamos de la bondad de estos grupos de Iglesia que mantienen su antipatía contra los buenos (y la difunden, además, como se prueba en ese youtube de RomeReport), como , iba diciendo, nos consta la virtud de estos persecutores, valoramos mucho más esta descarnada aversión, estas estocadas tan bien dirigidas, con una punzante ironía que escuece ahora tanto como les tuvo que doler a ellos mismos cuando les tocó ser la diana de todos los dardos. Lo que nos extraña es que no se hagan esta misma reflexión, que no caigan en la cuenta de estar cumpliendo, sin advertirlo, esa antipática misión.

Pero he aquí que la diana parece estar en el campo, ya está puesta y bien fijada. Iba a decir que como un San Sebastían atado al laurel de Apolo, esperando en el jardín del Palatino las saetas de los nubios:

Ecce FSSPX! Carguen, apunten, ¡¡fuego!!

Y me parece que no me equivoco si preveo que el cañoneo va a ser formidable. Del estilo de eso que los avezados llaman 'fuego amigo'. Para echarse a temblar. Pero, como canta el himno, ya vienen, ya avanzan, ya tremolan las banderas, los estandartes, las enseñas del Rey. Y las portan quienes las portan, y no otros. Los otros están cargando la cañonería, la artillería de los amigos.

De estrambote, he dejado para el final el comentario sobre los comentarios que escupe el periodista. No sé quién será ese pelagatos que aparece subtitulado como periodista de La Croix; deberían haberle puesto, mejor, 'sicario de La Croix', porque el mameluco escupe vitriolo cada vez que abre sa bouche. Pero incluso en este reptiliforme intencional se descubre que es el resentimiento, no otra cosa, lo que falsea los hechos.

¿Tan despreciable, tan insignificante, tan risible es la FSSPX? ¿Entonces por qué el empeño del Papa? ¿Por qué las conversaciones a dos bandas? ¿Por qué el revuelo en el mundo eclesial, en Roma y fuera de la Urbe? ¿Por qué todo eso que desbarra el vipérido periodista galo? Dice:

"...En Francia tienen unos 100.000 miembros, muy poco respecto a los 5 millones de católicos franceses que van a Misa los domingos. También tienen unos 215 sacerdotes, más o menos el 2% del clero francés. Así que es un movimiento muy pequeño y muy típico de Francia."

Habría que responderle que no es cuestión de cantidad, sino de cualidad: Cómparense los 215 sacerdotes de la FSSPX con el resto del clero francés, obispos incluídos, y conclúyase.

Lo más chocante, sin embargo, es el final del reportaje, una especie de concentrado de tristitia boni alieni, de lo más repugnante y reactivo:

"...Según varios observadores, aunque el superior de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X acepte la oferta del Papa, es probable que otros líderes lefebvrianos se opongan. Lo que levantará nuevos vientos de cisma. Eso sí, un cisma dentro del movimiento tradicionalista: Un cisma entre quienes quieren volver a Roma y quienes siguen pensando que son ellos y no el Papa los que deciden qué es auténticamente católico y qué no lo es."

Y al punto, he recordado, incontinenti, el Salmo 2, aquel versículo:

"...quare fremuerunt gentes et populi meditati sunt inania / por qué se amotínan las naciones y los pueblos planean un fracaso..."


El discernimiento espiritual es un gran don, una de las gracias que derivan de los 7 Dones. Cuando veo y oigo cosas como las que salen en ese youtube, me pregunto si tan afectados estamos, si es tan grave nuestro estado, que no tenemos ni sentido para apreciar quiénes son los buenos y quiénes los malos, quiénes los sanos y quiénes los enfermos, quiénes los ciegos y quiénes los que han conservado la vista sana.

Tu autem, Dómine, miserere nobis!


+T.

Impotencias ?


A los que sentimos y sufrimos una especial preocupación litúrgica, nos ha afectado la publicación de dos noticias, ambas significativas y sintomáticas:

- la revisión previa a la publicación del nuevo Misal para México y Centroamérica

- la carta del Papa Benedicto a los obispos de Alemania con motivo de la introducción/corrección del 'pro multis' en la fórmula de consagración

Desde el momento en que se autorizaron las versiones del Missale Romanum en lenguas vulgares, el totum revolutum subsiguiente estaba asegurado. No sabemos si los entusiastas perpetradores de la reforma litúrgica vaticanosegundista adivinarían que en el periodo de 50 años que nos separan de la promulgación de la Sacrosanctum Concilium, el Misal Romano de 1969 va ya por la tercera edición-corrección-ampliación, con equivalentes adendas y corrigendas en cada una de las respectivas lenguas vulgares a las que se vertió.

Es interesante notar que en la noticia, tal y como ha aparecido en los medios, se menciona la extrañeza que la nueva versión del Misal para México y Centroamérica ha causado en la sede de la Congregación de Culto y Sacramentos, donde se han preguntado si para esas correcciones y/o innovaciones era preciso una edición nueva y completa del Misal, una pregunta, por cierto, bastante inquietante si significa que la Sgdª Congregación prefiere inhibirse y dejar la decisión en manos de la conferencia episcopal correspondiente; preocupante también si es que denota la voluntad de la Sgdª Congregación de dejar las cosas como están y mejor no menearlas (véase la segunda parte y cuestion de este articulete).

Las novedades más notables, las que los fieles advertirán en la nueva edición del Misal para México y Centroamérica, serán las referentes a los 'saludos', con (supongo) la sustitución de -"El Señor esté con vosotros" por -"El Señor esté con ustedes", como ya se dice en muchos sitios (en nuestras Canarias y por algunos sitios de Andalucía, también). El detalle no es una minucia si se entiende que esta expresión, hasta ahora, ha sido la preferida por los practicantes de 'liturgias vivas y acercadas a la realidad del pueblo', como una forma de 'encarnar' el lenguaje litúrgico según la manera de hablar de la gente de la calle, superando la corrección léxico-gramatical e imponiendo esa otra forma más vulgar y corriente. Por su parte, el clero más respetuoso con las normas litúrgicas vigentes, ha significado su actitud más obediente y conservadora manteniendo la expresión tal y como aparece en el Misal español de Pablo VI.

Si ahora esas formas se incluyen en la nueva edición, ¿será una alternativa para elegir, según prefiera el sacerdote celebrante usar la anterior o escoger la nueva, o será una fórmula fija y obligada impuesta por la nueva edición?

La cuestión parece absurda, como una paradoja de Alicia en el País de las Maravillas, porque si la desobediencia litúrgica y la creatividad espontánea se ven finalmente aprobadas, adoptadas, editadas, impresas e impuestas, ¿por qué no continuar con la anterior manera como opción válida en tanto que viva y en uso por quién la prefiera? Y si es así, o será al contrario, ¿para qué entonces la introducción de novedades en textos y ediciones que se han demostrado meramente auxiliares y orientativas para unos celebrantes insumisos que han preferido hacer su liturgia al margen de rúbricas, prescripciones y fijaciones?

No me sorprende, pues, que en Roma se hayan extrañado. ¡A buenas horas mangas verdes! De los nuevos prefacios que también se anuncian, no sé si serán algunos para las misas de la Virgen, o de algún santo. Espero que no sean los de las 'plegarias eucarísticas' suízas con matices de teología de liberación, "...para quien se siente explotado y oprimido", como reza una de ellas. También espero que no se refieran a las 'anáforas' para las 'misas de niños', otro invento proclive al esperpento que se introdujo en la segunda edición española del Misal.

Al final de la comunicación de prensa, aparece una relativa explicación del caso: Que en otras partes de Iberoamérica ya se han publicado nuevas ediciones, en Colombia, en Chile, en Venezuela, en Perú, en Bolivia, en Uruguay, en Argentina, en Paraguay. ¿Tantas diferencias caben a la hora de un Misal en una misma lengua? Me dirán que sí, pero yo entiendo que no.

Sin embargo, para que no se piense que observamos todo con lupa negativa, destaco algo bueno: La corrección de la fórmula de la consagración con la introducción del 'pro multis / por muchos' en vez del 'por todos los hombres', algo que el Papa Benedicto mandó hacer y que felizmente parece haberse encajado sin resistencia ni reticencias en los misales hispanoamericanos. Y con esto, enlazo la segunda parte del articulete.

La otra noticia , la carta del Papa al episcopado alemán, es un caso más grave, en cuanto que interviene en persona el Santo Padre y lo hace con y para los obispos de su país natal, con los que se supone tiene más entendimiento por evidentes cercanías y empatías. Aquí se puede leer una traducción en español de dicho documento: Carta de Benedicto XVI a los obispos alemanes sobre el 'pro multis'

La traducción (que agradezco) no es muy pulida, pero merece la pena leerse porque, breve y sustancialmente, Benedicto XVI expone y argumenta claramente el motivo y el quid de la cuestion:
"...la Santa Sede decidió que en la nueva traducción del Misal las palabras 'pro multis' deben ser traducidas en cuanto tales y no, al mismo tiempo, ser interpretadas. La simple traducción 'por muchos' debe reemplazar a la interpretativa 'por todos'.

El texto acompaña la indicación litúrgica con una reflexión exegético-cristológica, a manera de catequesis, dice el Papa, razonando los motivos escriturísticos y teológicos que fundamentan la decisión, con algunas referencias al momento del post-concilio en el que se hicieron esas traducciones del Cánon de la Misa que ahora se quieren rectificar. No necesita explicarse que si el Papa escribe, expone e insiste es porque en Alemania los obispos no se han mostrado favorables a substituir la fórmula actualmente en uso por la otra corregida que quiere el Santo Padre. Una resistencia muy significativa en cuanto que supone la prevalencia del criterio de una conferencia episcopal sobre lo dispuesto en Roma.

Sobre lo mismo, esta mañana leí con interés este otro artículo publicado en Vatican Insider que refuerza el valor y la oportunidad de la carta del Papa al episcopado alemán: ¿'Por muchos' o 'por todos'?

Sin decirlo expresamente, el autor del artículo parece sugerir que Benedicto se ha dirigido a los obispos alemanes teniendo en mente (en la intención) también a los obispos italianos, que mayoritariamente (171 en contra y sólo 16 a favor) no aprobaron la corrección querida por el Papa en la edición del misal italiano. Es decir, que lo que escribe Benedicto en directo a los alemanes, se lo dice también indirectamente a los italianos.


¿Impotencias? Pienso que sí. La fuerza de las conferencias episcopales y sus diferencias con Roma afloran en episodios como este, además de otros que se soslayan, o se tapan, o se disimulan, para no dejar ver la tensión de la situación. Un tension que en algunos puntos ya es desgarro quasi patente.

Históricamente se pueden encontrar mil momentos de parecidas tensiones con sus anejas consecuencias, nada nuevo para la Iglesia, nada que temer en cuanto que la misma historia demuestra la reversibilidad de muchas situaciones, el cambio de las coyunturas, la resolución de muchos conflictos y la reasunción convenida de múltiples pareceres encontrados.

Sin embargo yo destacaría el profundo desorden y malestar que el desajuste post-conciliar sigue propiciando, cincuenta años después. Y con la perspectiva de que todo seguírá problematizado, puesto que son los mismos textos conciliares los que motivaron los cambios que hoy se quieren rectificar, y que la resistencia a Roma se justifica desde instituciones eclesiales nacidas del Vaticano2º, ejerciendo una autonomía que se distancia de Roma, aproximándose a la desconexión y dejando temer en el proceloso horizonte el espectro de la ruptura, Dios no lo permita.

Puede que la prevención me haga extremar la lectura de los hechos, pero si alguien se atreve a hacer una interpretación optimista de esta actualidad, ¿quién se aleja más de la realidad, el que teme por lo que ve o el que aplaude por lo que está viendo?

+T.