domingo, 30 de septiembre de 2007

De Hierónimo, el León de Belén


Le tengo especial simpatía al Santo de hoy. Hay días con Santos y dias de un Santo, que son los dominantes del Santoral. Por gracia de Dios, supongo, destacan; y no es novedad: Los auténticos, protagonizan su día desde hace siglos, sin competencia. San Jerónimo, además, no admite competencia, y pocos se atreverían a competirle.
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Alguna vez he escrito que el león que le acompaña en su iconografía y es figura en el blasón de los jerónimos, describe, más bien, el carácter del propio Santo. En la leyenda, es de esos leones feroces que se vuelven mansos al topar con el Santo eremita del desierto. Entonces había desiertos, eremitas, leones y Santos de una pieza, 100% naturales-sobrenaturales ; y los desiertos eran eremos, los eremitas ascetas, los ascetas Santos...y con leones-leones (también cuervos: Los cuervos también salen mucho en las historias de los Santos de entonces).

San Jerónimo empezó la suya, su historia, en Dalmacia (que aunque estaba donde hoy está Croacia no era Croacia, si me explico); después hizo carrera en Roma y se colocó de secretario del Papa San Dámaso (que era de Hispania, pero no español, si me explico). Formaron un excelente equipo en la Roma post-persecuciones; el Papa Dámaso escribía bellos epitafios para las tumbas de los Mártires, y Jerónimo se incardinaba hondo y firme en Roma.

Allí, además de ser secretario papal, predicó bastante y hasta dió clases a una élite de beatas de las que destacaron dos: Paula y su hija Eustoquio. Como ya no había persecuciones y al Santo (bueno, santo en construcción, más bien) le atraían los leones y ya no echaban a los crisitianos a los leones, se fué al Oriente donde sí había todavía leones (hoy ya no hay leones, pero sí hay hamás, al-qaedas, sionistas, yanquis y otras feroces alimañas, más que los leones). Pero el Medio Oriente atraía a Jerónimo por algo más que los leones: Era por Él.

Y Jerónimo se fué al principio, "ad cunas", a Belén, donde se hizo una especie de leonera en una gruta que dicen que estaba junto a la del Pesebre. Allí (ya con león acompañante) se puso a traducir al latín desde los originales hebreos y griegos los Sagrados Textos del Antiguo y el Nuevo Testamento; griego sabía, hebreo tuvo que aprender, y aprendió muy bien (le enseñaron doctos rabinos). Aplicado y docto, finalmente logró la magnífica versión que se llama Biblia Vulgata, tan querida por la Iglesia Católica.

Como un león, Jerónimo desde Belén era una fiera. Se metió en todas las controversias doctrinales de la época. Intervenía él, y la armaba; diatribaba, rebatía, argüía, insultaba y rugía a los herejes hasta acoquinarlos; arremetía contra todo quisque, y no había quisque que se le arrimara, al fiera, al tremendo, al leonino Jerónimo.

Pero cuentan que la fiera de Belén, era un ternazo en el fondo; como un cardo borriquero de espina dura por fuera y cogollito dulce en el corazón. Cuentan que se pasaba las noches flagelándose las magras carnes, ya viejas; cuentan que tuvo tentaciones fuertes, muy fuertes; y cuentan que cuando eran más recias se cascaba el pecho con una piedra, el muy bruto, el muy fiera, el leonazo de Jerónimo (ya casi, casi "San" Jerónimo).

Como estaba en Belén, como rezaba y se apedreaba cerca del Pesebre, algunas noches se le aparecía el Niño como estuvo en el pesebre; y Jerónimo soltaba la piedra y cogía al Niño y se lo ponía cabe su pecho blando por las pedradas (o por el Niño?) y, como era viejo y tenía cascado el pecho, Jerónimo lloraba como lloran los viejos, temblón y tierno; y el Niño sonreía, y Jerónimo lloraba (y el león se estaba quieto, y hasta comía paja en el pesebre de la Mula y el Buey). Vamos, que se montaba en escena la profecía de Isaías que Jerónimo traducía del hebreo al latín: "...et leo quasi bos comedet paleas..." (Is 11,7).

Y así se quedó, junto al pesebre, con el león y el buey rumiando la paja dorada de Belén. Cuando murió Jerónimo, enterraron su cuerpo flaco de asceta en la misma gruta; pasado el tiempo, llevaron su cuerpo a Roma, y con las reliquias del Santo, una carga de tierra y piedras de la cueva bethlemita. Se colocó todo en la Basílica de Santa María Mayor, cerca del relicario de la Cuna del Pesebre. Y allí espera el cuerpo de San Jerónimo su resurrección.

N.b.- No se sabe si los huesos del león también están allí; dientes no han aparecido, pero algunas noches parece que ruge, sobre todo cuando hay herejes cerca.

Para mi Jeromín, porque hoy es su Santo, y yo no lo olvido.


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viernes, 28 de septiembre de 2007

Cortesía Bloggerarum


Me han puesto en un apuro, y me veo en el compromiso. Resulta que en un mes me han "otorgado" dos veces uno de esos "premios"(?) tinkinblogagüar ("Thinking Blogger Award") que se dan de blog a blog y tiro porque me toca. El primer otorgante es amigo en directo y ya me conoce y me sufre y no se extraña de que sea espino prieto; me mandó un tinkinblogagüar de esos y pasé de seguir la cadena. Sorry.

Pero esta vez el obsequioso es un conocido de blog, solamente, que como no tiene más referencias que las blogeras, apenas sabe de mí ipse, y prefiero guardar modos.

Respecto a los bloggerios, mantengo cierta urbanidad: Visito las bitácoras de los amigos y les escribo algo (me parece que con más frecuencia/asiduidad/cantidad que ellos); mantengo lealtades si me corresponden, y si no, barro con el escobón del olvido, la-lará-larita. No vagabundeo por el bosque de los blogs, porque hay duendes, trolls, orcos, lobos, caperucitas y hasta caperucitos; sólo de entre los conocidos y los ocasionales pico y enlaceo, con medida circunspección. Algún agradable descubrimiento reconozco que he tenido, pero pocos y raros.

Un blog es un buen instrumento para quienes mantenemos la disciplina del "nulla dies sine línea"; y no es que me sienta "literario", porque detesto los profesionalismos de las letras y sólo admito la aplicación docente-discente y el dilettantismo de escritorio, tertulia, o café-club. Por eso el blog-paginear me ha resultado un invento agradable, satisfactorio, acomodado a mis comodidades y con las ventajas del internete (sobre las que no me extenderé porque Uds, distinguidos míos, conocerán, y apreciarán tanto o hasta más que yo).

Desbarrar, teorizar, pedantear, fantasear, recordar, instruir, adoctrinar, apostillar, contradecir, incordiar, etc. tecé, tecé... imaginando/suponiendo que alguien lo pueda leer y hasta escribirme un graffitti virtual, eso me gusta. Y por eso.

Además con una divertida variabilidad: Hoy de Santos, mañana del tiempo, ahora de artes, anteayer de historia, hace un mes de toros; un surtido o témpora o mores, mechado con lo de dentro y algún geyser de gaseosa (a volcán no llego) más o menos espontáneo, con tinglado de la antigua farsa para un íntimo público de odeón (entrada gratis).
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Bien, conque procedo a otorgar galardones, a saber:
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- A Miantro , un tomo de Vitrubio, para que se arquitocture en sólido y se deje de bagatelas

- A Otratuercadevuelta, una tipografía con todas sus virtualidades, para que se entinte hasta el píloro y las madrecillas de su vis literaria

- A Hispaniarum, un pendón fernandino con cierraespaña y arriba! laureado cubista racional

- A Batiscafo (y como excepción de misógino militante convencido e impenitente; conste) flor natural de exquisito olor y ampo de nieve.

- A Tumbaíto, un tomo de la "Fisiología del gusto-meditaciones de gastronomía trascendente-" de Jean Athelme Brillat-Savarín

- A Majaopúblico, un "De casu diáboli", de San Anselmo, para que lo traduzca y escarmiente

Y ya.

*** Explicatio:

De Miantro: Quoniam cursa conmigo una especie de "telemacato"
De Otratuercadevuelta: Quoniam me suscita cordiales incordios
De Hispaniarum: Quoniam desmiente en su carne mortal que las vanguardias sean de izquierdas

De Batiscafo: Quoniam la excepción confirma la regla

De Tumbaito: Quoniam me caen simpáticas sus perplejidades

De Majaopúblico: Quoniam conexiones de edad y divagaciones cultas
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P.s. No pensarían Uds. que iba a repartir también thinkis de esos, ¿verdad?; faltaría más.



+T.


Y contra los suyos


La siniestra izquierda mantiene abierta una causa, una vendetta, contra uno de los más eminentes protagonistas de la historia, a quien no han perdonado, no perdonan, ni perdonarán nunca que fuera el campeón de la caída de las dictaduras marxistas-comunistas de Europa. Jamás olvidarán a Juan Pablo II, una memoria a derribar después de muerto, porque en vida no pudieron abatirle, aunque lo intentaron tantas veces y de tantas maneras, balas incluídas.

La pasada temporada el caso del clero colaboracionista polaco tenía como última intención manchar la memoria de JPII; en lo que va de semana, aparecen en la prensa de la siniestra "noticias" de supuestos "escándalos" por la venta de reliquias del Papa. Hoy la carga es de mayor profundidad y el órgano siniestro del País publica que una anestesista (re-putada, seguro, como casi todas esas de la siniestra - ojo! que matizo "casi" -) dice que al Papa lo mataron con eutanasia (vaticana, of course).

Visionarias, conjeturadoras, alcahuetas, brujas de bola, periodistas rosas, liantas en general...y ahora anestesistas. Anestesistas que serán expertas en anestesiar y eutanasiar y por eso tienen interés en publicitarse con noticias bomba que la prensa amarilla (y la "roja") difunde encantada, que para eso está.

Una curiosa "táctica", seguro que de los manuales de des-información revolucionaria marxista-comunista, tan bien aprendidos y puestos al día por los cachorros de la piara. Esas lecciones no se olvidan

Si a San Pio X y a Benedicto XV les acusaron de filo-germanos/austriacos y anti-aliados; si Pio XI fue filo-fascistón; si Pio XII cargó con el baldón de la calumniosa sospecha del silencio, a JPII le levantarán estas y más. ¿Con pruebas más contrastables, con argumentos más contundentes?

¿Y qué más queda?

Pues un Octubre caliente y rojo, muy rojo. Porque hasta el 28-O que se beatifiquen los Mártires de la República y la Guerra, el bombardeo va ser terrible, digno de otro Picasso que pinte otro Guernica mutatis mutandis: Nosotros somos Guernica y las bombas nos las tiran ellos. (Ellos son los de siempre, nosotros también los mismos).


Pero ellos pasarán; nosotros quedaremos hasta que Él vuelva.

Mientras se aguanta, leemos, releemos y meditamos el "...et portae ínferi non praevalebunt..." con toda su profecía de esperanza y misterio; pero duelen los golpes: Nos los dan donde más hieren, sobre lo que más queremos.

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miércoles, 26 de septiembre de 2007

Contra Él


Siento siempre cierto desencanto cuando me encuentro a personas en plano/nivel de sensibilidad religiosa distinto al mio. Pero la frustración es penosa si descubro en otros una agresividad más o menos latente hacia lo religioso (que suele ser lo cristiano); en el caso de que la animadversión sea explícita, también mi malestar es mayor.

Nos desenvolvemos en una cultura en la que el sentimiento anti-religioso se afirma con una creciente intensidad, cada vez más notable. No es un fenómeno espontáneo, sino efecto de una determinada actividad dirigida con intencionalidad y explicitada influyentemente en casi todos los medios en los que desenvuelve nuestra vida, desde los centros educativos, al ámbito familiar, pasando por el más general de las relaciones sociales, y contando siempre con el favor de los medios de comunicación.

La experiencia religiosa del cristiano se forma y crece en la Iglesia, pero se reduce de hecho a una relación entre Dios y cada persona, con tantos y diversos grados de fe, conciencia, vida espiritual etc. pero siempre dependiendo sustancialmente de esa comunicación/comunión primera y fundante de Dios con cada hombre (alma).

Hace poco comentaba en otro blog que el ateísmo como fenómeno es más una voluntad que niega antes que una razón que no entiende. El tema/problema de Dios no se plantea comunmente con toda su profundidad y complejidad racional; por eso el declararse "agnóstico" es la forma más banal de reconocer que no se desea abordar el problema ni discurrirlo, prefiriendo la evasiva de la opción agnóstica como una especie de gatera por la que escapar cuando se presenta el dilema. Porque el problema de Dios se plantea radicalmente desde el si o el no: Dios existe o no, sin términos medios.

El ateo fundamentalista-filosófico iconmovible en la negación de Dios y su posibilidad, es una rareza tan extraordinaria como lo pueda ser el vidente místico, en antitético. No sé si ha existido tal cual; yo más bien diría que no y, si lo hubiera habido, le supondría fruto de algún desorden mental, poco común. Si la duda de fe es una eventualidad para el creyente, a fortiori el "ateo" debe experimentar una duda semejante sobre Dios y su existencia real; una duda tanto más recurrente cuanto mayor sea la inteligencia (discursiva o analítica, es lo mismo) del individuo en cuestión.

Pero ya digo que son pocos, muy pocos, estos "ateos de razón"; los que sí abundan son los "ateos de corazón", quiero decir de voluntad. Reaccionan contra Dios, más que negarlo racionalmente. Y con un grado de violencia que denota una motivación compleja detrás de su explícito rechazo agresivo.
Quizá sea una variante (o principio?) del complejo de Edipo freudiano, y tenga algo que ver con remotos tráumas infantiles, o una derivación de atavismos regresivos; no sé. Pero todo esto se me viene al pensamiento cuando escucho, veo, leo, esos ataques, agresiones, reacciones tan virulentos y vehementes contra la religión (el Cristianismo y la Iglesia, casi siempre) y Dios.

Si en el caso del creyente es Dios quien interviene y da la gracia y la fe primera, comenzando y manteniendo ese especial y sobrenatural "diálogo", en el caso del hombre increyente, ¿quién interviene? Porque es también evidente que la negación del trascendente o la reacción contra Dios y las cosas de Dios no es fruto de un razonamiento autónomo, incondicionado; no conozco a ningún "ateo" "agnóstico" o "anti-teísta" libre de influencias, sugerencias, transferencias. Todo eso que hoy se favorece tanto y desde tantos sitios con resultados los mismos: Contra Dios y las cosas de Dios y la gente de Dios.

Ayer leía lo que fray Rainiero Cantalamessa escribía sobre un libruco con terrible título ("Dios no es grande") y un viperino subtítulo ("La religión lo envenena todo") de un autor (cuyo nombre no citaré) representante cultural de las alquitarada sociedad liberal-capitalista-materialista-postmodernista (made in Usa, of course, pero ubicable en cualquier otro confín del Occidente - nunca mejor dicho "occidente" -). El buen capuchino le reconcía al agresor habilidad dialéctica, contundencia crítica, y "extraordinaria cultura". Si hubiera añadido que "más sabe el demonio por viejo que por demonio", hubiera quedado más conciso.

Pero del demonio no cabe hablar con sus agentes/instrumentos, porque niegan la mayor: No hay demonio.
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Y entonces, ¿quién? ¿Ellos solos? ¿El del libro ese; o el de la exposición de Ibiza; o el de las fotos de Badajoz; o el del best seller del codigucho; ¿O los demás que hacen y repiten lo mismo? ¿O quienes y pagan y propagan eso mismo?

Cuánta perversa ingenuidad, ¿no?


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martes, 25 de septiembre de 2007

Subir y edificar el Templo

Esta semana se está leyendo en la lectio contínua del Misal Romano el Libro de Esdras, uno de los documentos más interesantes de los Libros Históricos de la Biblia.

En la lectura de hoy se nombraba a un trio de magníficos: Ciro, Darío, y Artajerjes, toda una cita de honor. Si los Faraones de Egipto y los Reyes de Asiria y Babilonia cargan con las terribles maldiciones de los Profetas por los siglos de los siglos, los Reyes de Persia, estos Aqueménidas, son bendecidos hasta el punto de que Ciro es una de las pre-figuras del mismísmo Mesías. Todo porque después de los ominosos 70 años de exilio y esclavitud en Babilonia, Ciro el Grande y sus sucesores fueron los libertadores y restauradores de Israel. El edicto de Ciro es una gloriosa proclama: "Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él, y suba a Jerusalén a edificar el Templo del Señor Dios de Israel" (Esd 1,3) .
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Esa es la expresión, "subir a Jerusalén", que está consagrada en la Escritura, desde el Antiguo al Nuevo Testamento. Toda una sección del Libro de los Salmos se titula "de las Subidas" (Sal 121-134) por contener el repertorio de los 14 salmos que se cantaban por los peregrinos al subir a Jerusalén; también formaron parte de otros ceremoniales y se titularon "graduales", porque se cantaban por los coros de los levitas al subir las gradas y escalinatas durante los rituales cúlticos en el Templo de Jerusalén.

Del Templo - y es el Templo por antonomasia, el único de toda la Historia en el que se ha revelado Dios Verdadero - sólo queda hoy el impresionante Muro de las Lamentaciones y, sobre él, el solar con la gran explanada sobre la que se levantan las mezquitas de Omar y Al-Aqsa. Desde el Monte de los Olivos y el vecino Monte Scopus, la vista rutilante de la cúpula dorada del Domo de la Roca suple espléndidamente el efecto que debió causar el majestuoso Templo (el primero, el de Salomón, destruído por Nabucodonosor en Julio del 587 a.C; y el segundo, el de Herodes, que demolieron y arrasaron los romanos cuando Tito asedia y toma la Ciudad en el año 70 de nuestra era).

A la explanada de las mezquitas no suben los judíos (los judíos observantes); existe una prohibición rabínica que veta el acceso al recinto por el temor reverente de evitar pisar partes sagradas, sólo permitidas por la ley antigua a los sacerdotes; el temor se extrema al imaginar que se pudiera estar hollando el Tabernáculo, el Santo de los Santos, al que sólo accedía una vez al año el Sumo Sacerdote durante las celebraciones del Dia de la Expiación.

Desde el año 70, al poco de la Ascensión de Jesucristo y el nacimiento de la Iglesia, el culto veterotestamentario había cesado violenta y absolutamente, imposible de ser restaurado por no existir el Templo. Esa situación a-litúrgica se ha perpetuado hasta el presente, acompañando la evolución histórica del judaismo y el culto sinagogal, que suple relativamente el antiguo culto del Templo. Recuerdo al p. García del Moral explicando las paradojas de un hipotético culto restaurado: Además de superar para la erección de un nuevo templo el formidable obstáculo de las mezquitas, supondría el restablecimiento del sacerdocio levítico, con la reorganización de los ritos sacrificiales, algo que repugnaría a la sensibilidad moderna del judaismo, tan lejana ya de las formas del culto antiguo.

Sin embargo, parte del actual Israel sueña con esa posibilidad, alentada desde algunos de los sectores más radicales del sionismo. El pasado mes de Mayo, aparecía esta noticia en el diario Haaretz : Un reputado rabino sionista, discute la prohibición de acceder a la explanada del Templo, y anuncia que el año próximo subirán al Templo, que será al fin reconstruído empezando con la ceremonia de lustración de la becerra roja (Num 19,1 ss.). Al parecer, ultimamente los rabinos han estado recibiendo insistentes presiones de los sionistas radicales para que se levantara la prohibición de pisar el antiguo solar del Templo, y los israelistas pudieran visitar sin trabas religiosas la explanada.

Aparte la conmoción religiosa que supondría para la Iglesia y los cristianos(sería revivir las instituciones cúlticas del Antiguo Testamento), la reacción del mundo islámico sería también de dimensiones "bíblicas", pues habría que arrasar las mezquitas para erigir el templo (providencialmente imposibilitado físicamente por esas mezquitas, tan veneradas por la tradición musulmana, que las vincula a la memoria del mismísimo Mahoma, "el" profeta/"su" profeta).

Tremens ac fascinans: Ecco il Sacro !

(Con el pretexto de la lectura de Esdras, que me ha venido al pelo para la esta entrada).


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lunes, 24 de septiembre de 2007

De Cine


Sólo me parecen dignos y de cierto nivel los festivales de cine de Venezia y Berlín. El de Cannes es una boutàde de los franceses, y los demás un remedo, más o menos provinciano, según cómo se atine a disfrazarlo en la prensa.

El de San Sebastían (curiosamente "San Sebastian", no insitiendo en "Donosti"; ni tampoco en que es un invento "franquista" del año cincuenta y pico, de aquella España-España profunda. Eso no se dice, eso no se cuenta, eso no pasó); el de San Sebastián, decía, se define este año en lo que vale con ese premio que le han dado a uno de los peores majaderos de la cartelera de Hollywood (otra curiosidad: que se ensalce lo de Hollywood en el San Sebastían de la kale-borroka/arre borrico y errikotabernas/corre que te mato. Increíble paradoja).

El cine es una novedad en las artes que ha recorrido en poco más de un siglo casi toda la trayectoria de la Historia de las Bellas Artes, como imagen en movimiento rápido que es. Desde aquel 1895 de los Lumiére al cine de usar y tirar de ahora, el espectro cinematográfico es tan rico y capaz que ahora mismo se está promocionando en Barcelona un Congreso Internacional de Teología y Cine; el primero en su especie, parece ser, y con el subtítulo temático de "Dios en el Cine", que ya daría de por sí para una quaestio disputata. (Al margen, digo que me revienta la versatilidad del que mete en cualquier salsa la Teología, como si semejante ciencia fuera compatible con todo aderezo circustancial y/o coyuntural sin desvirtuarse, pero esta es otra quaestio).

Por supuesto que junto al sólido Dreyer, sacan también a Tarkovsky, y a Buñuel, y a Kieslowski, y a Olmi, y a Allen; y hasta a von Trier y a tres enigmáticos cineastas iraníes que ellos sabrán, porque no les ponen ni nombre.

Como se ve, ideal para rematar de los nervios y con tráuma cinemato-teológico digno de diván (y argumento de película para el 2º Congreso, Deo volente).

No sé si existe en Cine lo que Moeller hizo con la Literatura del siglo XX. Pienso que resultaría un tremendo análisis de las crisis de fe-religión-teología-Cristianismo en nuestra más próxima contemporaneidad, con ejemplos que rayan el tema "problematizando" desde la "Intolerance" de Griffith hasta los dramas de Tarkovsky, o el recien fallecido Bergman (que por cierto no sale entre los del 1er. Congreso de Barna, qué raro).

En el programa, la cosa la pintan seria, como actividad de la Facultad de Teología de Cataluña (bueno, no: Facultat de Teología de Catalunya, que no es lo mismo, pero sí), y con nada menos que un Obispo-Bisbe de moderador de las mesas-ponencias (deberían ser, más bien púlpitos/ambones-redondos, ¿no?).

Como los organizadores son - i presume - de la clerecía y laicados modernos, no habrá Misa de apertura ni Te Deum de clausura, que es lo que pegaría, digo yo.

De todas formas, yo no iría al evento ni con la guardia civil apuntándome (perdón: mossos de esquadra). Un Obispo-Bisbe cinéfilo y en mesa redonda, debe ser letal córpore et ánima.

Además, pienso que Dreyer, Tarkovski y cía , mejor en casa y en sus justas dosis, para no desvariar; que una peli es una peli, y Teología, otra cosa.


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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Lex orandi-Lex credendi


Desde el dia 14 de Septiembre, fiesta de la Santa Cruz, vigen las nuevas disposiciones dictadas por el motu proprio Summorum Pontificum, con el que Benedicto XVI ha recuperado la antigua liturgia de la Misa según las rúbricas del Misal de San Pio V. Paradójicamente, la última edición de aquel Misal la hizo Juan XXIII, el mismo que con la convocatoria del Vaticano II inició el principio del fin de la antigua liturgia.

La consumación de la obra le tocó ya a Pablo VI, en cuyo Pontificado se promulgó el nuevo Misal Romano, fruto de aquellos nuevos conceptos que definieron la liturgia post-conciliar, tan discutida en su momento y todavía. Pero la reforma litúrgica era un proceso imparable. En el mismo Concilio de Trento se postuló ya la necesidad de celebrar la Misa y demás Sacramentos en las lenguas vernáculas; el tema resurge con fuerza otra vez durante el siglo XVIII y se extrema en el célebre Sínodo de Pistoya; durante el XIX es una opinión recurrente en los círculos de erudición litúrgica, y en el XX ya es un clamor.
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Los primeros pasos los da San Pio X, entre la efervescencia del naciente "Movimiento Litúrgico", sostenido desde las abadías benedictinas, verdaderos centros de aquella intensa y fructífera iniciativa pastoral y espiritual. A Pio XII le cupo la gloria de restaurar la celebración de la Semana Santa con el Novus Ordo Hebdomadae Sanctae de 1956, además de otras iniciativas, pero el grueso del problema tendría que resolverse en el áula del Vaticano II.

Los tiempos estaban maduros para consumar con éxito la empresa. Los grandes liturgistas del momento (Jungmann, Parsch, Baumann...etc) estaban todavía activos, con obras de insuperable calidad y erudición que ambietaron y fueron el material inmediatamente previo a las labores conciliares.
Desde los primeros días del Concilio (11 Octubre 1962), se empieza a debatir en el áula el tema litúrgico. La Constitución Apostólica sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, se aprueba durante el segundo período de sesiones del Concilio Vaticano II, el 22 de Noviembre de 1963, con 2159 votos favorables (placet) , 19 contrarios (non placet), y un voto nulo; el día de la aprobación solemne, con S.S. Pablo VI en el áula conciliar, los non placet fueron sólo 4. Una unanimidad de hecho, pues el texto del espléndido documento era, ante todo, un marco teológico referencial para las iniciativas litúrgicas concretas que se tomarían después.

Con el motu proprio Sacram Liturgiam del 25 de Enero de 1964, Pablo VI creaba el Consilium para la aplicación de las directrices de la constitución conciliar. Las labores de aquella Comisión Litúrgica fueron ejecutadas por un equipo de responsables presididos por el Cardenal Giácomo Lercaro y comandados por monseñor Annibale Bugnini, que harían de la Comisión de liturgia una famosa institución, entre otras cosas por la oposición cerrada que entre la jerarquía más tradicional levantaron sus novedosas propuestas.

Algunas de las personalidades más relevantes de la Curia Romana, expresaron públicamente su oposición a los nuevos textos y formularios litúrgicos preparados por el Consilium y la Comisión. Especialmente riguroso fué el comentario hecho público por los Cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Biffi como Breve exámen crítico del Novus Ordo Missae , que tuvo un efectivo impacto sobre la opinión, aunque la mayoría del clero católico ya había optado por una franca y optimista acogida de las nuevas normas de litúrgicas.

Las reservas de la jerarquía más conservadora a la reforma litúrgica se fundamentaban en el valor sagrado y el respeto debido a la liturgia celebrada desde tiempos inmemoriales por la Iglesia Romana, a la vez que el temor de que el ambiente ecuménico, omnipresente en el Concilio, terminara por desvirtuar la genuina litúrgia católica por aproximarla a los modelos de las liturgias protestantes. En este sentido, los esquemas sobre los que trabajó la comisión del Consilium y las propuestas presentadas a los Padres Concilares supusieron un escándalo en más de una ocasión, siendo varias veces desaprobadas o rechazadas. Para la jerarquía conservadora fue una prueba durísima resignarse, finalmente, a aceptar el nuevo Misal - promulgado por Pablo VI en el Adviento de 1969 - y los diferentes Rituales para la celebración de los Sacramentos que se irían publicando en los años siguientes.

Los aciertos de la reforma litúrgica consecuencia del Vaticano II son muchos y muy logrados. Por ejemplo, el Misal de Pablo VI es superior al de Trento en riqueza eucológica, desde la inclusión de tres nuevas plegarias eucarísticas, pasando por los nuevos prefacios, además de otros nuevos formularios de oración para la Misa; comparativamente, es un esquema litúrgico mejor adaptado a las necesidades pastorales y celebrativas de la Iglesia actual. En el mismo sentido, la ampliación de los leccionarios y la distribución de las lecturas de los Evangelios y los textos del Antiguo y Nuevo Testamento es indiscutiblemente muy superior a la limitada selección del Misal de San Pio V. Finalmente, la publicación del nuevo breviario con las oraciones de la Liturgia de las Horas, fue un reconocido logro. (Pero en su exámen, de los más conservadores critican la idoneidad de algunos contenidos, que se consideran inadecuados, confusos, o insuficientes para expresar en la liturgia oficial los contenidos del dogma).

¿Qué se perdió? Se perdió toda una tradición litúrgica de un inmenso valor. Los antiguos y venerables ritos, ceremoniales y signos de la Misa y los otros Sacramentos se vieron reducidos por mor de un minimalismo crítico y revisionista, que despojó a la celebración litúrgica de gran parte de su solemne y grave dignidad, tan significativa. Desde los mismos textos esenciales hasta los demás que componían el extenso repertorio gregoriano, todo un aquilatado tesoro de piedad y espiritualidad desapareció en pocos años. Además, la fuerza con la que Roma implantó los nuevos formularios, hizo apenas imposible una resistencia mínima a la fuerza de los hechos. Por otra parte, el pueblo fiel acogió las nuevas formas celebrativas con un entusiasmo incontestable, siendo muy pocos los núcleos que se resistieron a adoptar la liturgia conciliar.

La articulación en torno a Mons. Marcel Lefevbre de los pequeños grupos más beligerantes del catolicismo tradicional, hizo de la reivindicación de la liturgia pre-conciliar una auténtica causa; en especial se insistía en la desvirtuación de la Misa, enfatizando todos los aspectos dogmático-litúrgicos tradicionales que parecían haber quedado expresados insuficientemente en el Novus Ordo del Misal de Pablo VI.

Con diversas alternativas y episodios en torno a este eje de resistencia tradicionalista, las circustancias y los hechos concluyeron finalmente con la comisión de algunos actos cismáticos (ordenaciones extra-canónicas de presbíteros y obispos) que obligaron a declarar la la excomunión de Mons. Lefevbre y sus colaboradores por Juan Pablo II, en Junio-Julio de 1988; la la gravedad de los hechos incluían el rechazo explícito de la autoridad del Papa y el Concilio, y la consumación de todo ello con el atentado de unas ordenaciones cismáticas.

Sin embargo, la intención de Roma fue siempre la de reintegrar a estos grupos tradicionalistas, en cuanto confesaran la aceptación del Concilio y su autoridad, y no mantuvieran actitudes contrarias a la comunión intra-eclesial. El asunto litúrgico en el que tanto insistían los grupos de la tradición católica, se entendió entonces que podría ser ahora el vehículo para una posible concordia, cada vez más deseada. Y fue el mismo Juan Pablo II quien manifestó su personal interés con la erección de la Comisión Ecclesia Dei, y el indulto concedido para poder celebrar el antiguo rito de la Misa según el Misal de Trento, con la autorización explícita del Obispo correspondiente, medida que templó bastante la tensión y satisfizo relativamente las aspiraciones de los católicos tradicionalistas.

Unas recientes declaraciones del Cardenal Castrillón reconocen que Juan Pablo II tenía a punto un documento en el mismo sentido y con semejante contenido que el reciente de Benedicto XVI; sólo el tiempo y la oportunidad impidieron su publicación.

Todo esto se expone en el motu proprio Summorum Pontíficum , así como en la Carta a los Obispos que acompaña al documento.

Resumiendo:
- Las reformas litúrgicas del Vaticano II, a pesar de sus indudables aciertos, supusieron cierto desprecio de la antigua liturgia, en descrédito del propio valor de las nuevas formas.

- Fue un relativo error la rígida imposición con que se urgieron los nuevos formularios litúrgicos y la exclusión de facto de los antiguos rituales, que, sin estar canónicamente impedidos stricto sensu, fueron practicamente abolidos.

- La restauración del antiguo Misal supone la recuperación de un patrimonio de inmenso valor litúrgico-espiritual, que enriquece a la propia Iglesia a la vez que reactiva la conciencia de su más preciosa tradición, en este mismo sentido.


El pasado Domingo, se celebró en la Parroquia sevillana de San Bernardo una Misa según el rito antiguo - "rito romano extraordinario", como debe ser llamado en lo sucesivo para distinguirlo del ordinario del Vaticano II - , con unos cincuenta o sesenta fieles asistentes. No sé en qué grado pudieron seguir la celebración, tan lejos ya de la práctica de un latín que apenas se enseña, y que al caer en desuso esta misma liturgia tridentina, quedó todavía más olvidado.

Yo no estuve en esa Misa, pero me alegré de su celebración. Tampoco sé en qué medida nuestros católicos sabrán apreciar este don que, como una gracia especial de la Providencia, Benedicto XVI ha devuelto con toda justicia y oportunidad a la Iglesia. Pero deseo que alcance los frutos deseados implícita y explícitamente en el motu proprio, y suponga una renovación de la lex orandi-lex credend, que es una de las expresiones más genuínas y definitorias de la Iglesia de Cristo, Una Santa Católica Apostólica...y Romana.


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martes, 18 de septiembre de 2007

No hay mejoría

Alan Greenspan, con su cara de perro viejo tristón y miope, siempre me ha dado la impresión de hombre honrado; pero también de que sólo le dejan hablar cuando lo que tiene que decir conviene a los del gobierno (de los EEUU, of course), y sólo de su especialidad, la (gran) economía. Tantas veces me he quedado con la impresión de que calla más que cuenta.

Ahora, en unas memorias de inminente publicación, se permite soltar algunas perlas; entre ellas esa que ayer sorprendía en los noticiarios: Que la guerra de Irak se planeó, ejecutó, y se ha mantenido por el oscuro y pegajoso petróleo ; lo demás, todo lo demás, eran excusas y falsas coartadas.

Las palabras de Greenspan son como las del niño que grita que el Rey está desnudo en el cuento de "El traje nuevo del Rey"; porque tantos que no somos Greenspan ni tenemos dotes de adivino, ya sabíamos que esa perversa "guerra preventiva" era una canallesca balandronada de la nefasta estirpe de los Bush, petroleros y presidentes (antes petroleros que presidentes).

¿Y ahora qué? Ahora que las ratas de la guerra abandonan un Irak devastado, dividido, empantanado en sangre (y en petróleo), ¿ahora qué?

Pues, aunque parezca mentira, ahora Sarkozy amaga amenazante (un rebrote de "grandeur"?) con trasladar el conflicto bélico al Irán, que está un poco más allá de Irak y que también tiene petróleo (y quiere tener armamento atómico).

Terrible, ¿no?

Pues esas tenemos.


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lunes, 17 de septiembre de 2007

La Escritura confirmada


Jr 39, 1-3 es un texto valioso y dificil; valioso porque da una referencia cronológica del comienzo del sitio de Jerusalén por Nabucodonosor (Diciembre 589-Enero 588 a. C.), con lo que supone un texto "histórico" de primer orden. La dificultad aparece en el versículo 3, que nombra una serie de personajes participantes en el asedio (Junio-Julio 587 a.C.), generales y cargos de la corte de Babilonia, cuya secuencia parece alterada o confusa, desde la misma crítica interna de este y otros versículos del mismo capítulo 39.

Para más detalle, cito la nota de la Biblia de Jerusalén:


39, 3 V. difícil; el texto parece alterado; la repetición del nombre
de
Nergal Sareser infunde dudas: el "jefe superior" (lit. "el jefe de los
eunúcos", pero el término tiene a menudo el sentido amplio de dignatario de
la
Corte) se llama Nabusazbán en el v. 13. Además, los nombres de Sangar
Nebo y Sar
Sequín, que sólo aquí aparecen, son dudosos. Se ha propuesto
corregir hbr.
Samgar en "príncipe de Sim Magüir"" (según una lista
babilónica) y Nebo en
"Nebusazbán", así como suprimir Sar Sekim (que podía
ser un título duplicado de
"Jefe superior") y una de las menciones de Nergal
Sareser. Pero estas
correcciones, que darían mayor coherencia a este pasaje,
no tienen ningún apoyo
textual.
La nota de la Biblia de Jerusalén es magistral, exahustiva y explícitamente (La cuidada nota de la Biblia de Jerusalén es oportuna, magistral, exhaustiva y "honrada", cualidades no siempre presentes en otras publicaciones)
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La noticia es el hallazgo una tablilla en la que se cita el nombre de Sar Sequin; la tablilla es el registro de una transacción en la que Sar Sequín aparece como el generoso donante de una ofrenda en oro al templo de Esangil, en Babilonia. El documento adquiere un valor extraordinario como fuente extrabíblica que confirma la precisión del relato y las referencias del texto de Jeremías, hasta ahora tan discutido en su verosimilitud, como explica la nota de la B.J.

El descubridor del texto ha sido un profesor agregado de la Universidad de Viena, el doctor Michael Jursa, uno de los pocos eruditos capaces de leer y traducir las tablillas mesopotámicas que atesora el British Museum de Londres; unas 100.000 tablillas, la mayoría sin traducir todavía, algunas con datos tan relevantes como este, aun pendientes de ser traducidas. El profesor Jursa es un habitual entre los estudiosos que frecuentan el British Museum, donde se le conoce entre ese raro grupo de especialistas de las culturas antiguas del Oriente Medio desde 1991, año en que empezó su estudio de las tablillas cuneiformes del museo.

Al dar cuenta del descubrimiento, el doctor Jursa comentó que pudo traducir en pocos minutos la tablilla, porque esta se encontraba en un excelente estado de conservación. La tablilla, de unos 5,5 cms. sólo, está en el British desde el año 1920, junto con otras más procedentes de las excavaciones del templo de Sippar, un yacimiento distante una milla de la actual Bagdad. El prof. Michael Jursa ha sido el primero en estudiar y poder interpretar el valioso contenido de este singular documento, que ha sido acogido con satisfacción en el mundo de los estudios biblícos.

Hace ya muchos años leí entusiasmado el libro de Werner Keller "Y la Biblia tenía razón"; hoy, con más años de estudio encima, la obra me parece tan criticable como insuficiente, desde diversos puntos de vista. Pero la tesis de fondo que sostiene ese entretenido libro de divulgación es cierta: La arqueología es una de las fuentes que contínuamente vienen en socorro de los textos bíblicos, como si la sólida verdad de las piedras concurriera misteriosamente a confirmar las Sagradas Escrituras, tantas veces puestas en duda por los que se niegan a reconocer su verdad e, incluso, su historicidad.

El valor del texto bíblico de Jer 39, 1-3 no ha variado: Es el mismo texto revelado, independientemente del testimonio añadido por esa tablilla; sin embargo, para los que se limitan a ver la Escritura como mera obra humana y la analizan desde un hiper-criticismo que no sufren otros documentos, este nuevo hallazgo es un demoledor golpe para su prejuicios.
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En la próxima edición, el equipo de escrituristas de la Biblia de Jerusalén tendrán que corregir la nota; dirán que Sar Sequín ya cuenta con un irrefutable y contrastado "apoyo textual".

Adivino que introducirán la corrección de la nota con tanta satisfacción como yo escribo esta entrada; probablemente con más fundada y consciente motivación.


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viernes, 14 de septiembre de 2007

Teo-confusión participada

Suelo echar un vistazo a las secciones "cultura" y "sociedad" de la prensa; una manera de tomar pulso y temperatura como otra cualquiera, pero prefiero eso que los noticiarios del basurero político y anejos.

Hoy, dos pequeñas alegrías: Cecilia Bártoli va por ahí con una pequeña exposición monográfico-sentimental sobre la apasionante María Malibrán (oh! la Malibrán, la Mariquita García que encandiló a lo más romántico de la Europa romántica con su voz y sus encantos, oh!); la segunda buena noticia es la publicación de un inédito perdido de Alexandre Dumas, "Le Chevalier de Sainte-Hermine", o algo así, que un avispado encontró por casualidad y después de 15 años de solitario disfrute, ahora se ha decidido a publicar con un adenda suya, para completar el novelorio que estaba inconcluso, (vaya por Dios!, no hay dicha completa).

También en las secciones susodichas, una noticia enervante: En Madrid inauguran la exposición "Dios(es).Modo de empleo", un ensayo-montaje de temática religioso-teológica, con varias tesis implícitas: el fanatismo culpable de los monoteismos; la tolerante multiplicidad de los politeísmos; la universal equiparación de contenidos religiosos; la falibilidad de los sistemas teístas; etc. Todo ello aderezado con ilustrativas muestras gráficas, anecdóticas y paradójicas (lúdicas e interactivas, of course).

La "exposición" temática, que apesta a laicismo militante desde lejos, será una nueva inicitiva ambientada en el amplio programa de desgaste que promueve el Zpstoso de la Moncloa, en la capital que alcaldea el Gay-ardón del oso y el madroño-oño!, muy gustoso. Rematando la faena, presentó con elocuentes, peritas, y reflexivas palabras la inauguración de la cosa el ministro Moratinos en carne mortal, por si cabía duda de qué iba el sarao, puesto que su ministerio apadrina la muestra, él sabrá por qué.

Ya ven, ya se imaginan, ya me dirán.

Entiendo que parte de la culpa de esta confusión es nuestra, desde que llevamos una temporada practicando el vicio que antes se llamaba, con todas las letras, "indiferentismo", y ahora se disimula bajo caretas de pseudo-ecumenismo y productos derivados. El otro dia mismo, salían en reportaje fotográfico cogidos del bracete el archi-bisbe de Barcelona (visca!) y el Dalai-light, digo Lama, que está de gira poniendo pañuelos blancos a todo el que se encuentra (el cerdo de Carod incluído; no sé si antes o después de la audiencia recíproca con el archi-bisbe). De esos polvos, estos lodos.

Porque parece que se nos ha olvidado que no somos "una entre las que", sino "la única que". Me refiero, claro, al Cristianismo, la Iglesia, la Religión, la Fe; y hablo en el plural de un católico entre catolicos que se irrita con estos indiferentismos, que es lo que son. Si vienen de a-católicos, molesta, pero se comprende; si nos arremeten anti-católicos, se resiste el golpe y p'alante; si proceden de des-católicos, se sufre y escuece; si es cosa de los mismos católicos-católicos, sulfura y supura y da calentura.

En esa exposición madrileña, hay de todo eso, por desgracia: Un totum religioso intencionadamente revolutum, con todas las "religiones" al alimón, pero con tendenciosa y maligna acusación al monoteísmo que, ya se sabe, es judaísmo, Cristanismo, islamismo, tan culpables; sobre todo el de enmedio.
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De camino, parece postularse que "sin" todo eso, se vislumbraría un futuro mejor: Sed laicistas-laicos-laicizantes, y sereis todo lo felices que no habeis sido con todo esto que os mostramos.
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Que el mensaje de la exposición se lo crea Moratinos, me lo creo: Es el credo de fondo de la militante alianza de civilaciones que promueve el capo di tutti capi.
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Y me alarma, porque esa exposición temática recuerda aquel "Museo del ateismo" que los ideólogos comunistas de la URSS instalaron en una Iglesia de Moscú. Paradójicamente, el comunismo criminal que desde el partido promovía el ateismo de masas, exponía en sendos catafalcos perpétuos los cadáveres momificados de Lénin y Stalín, viéndose la contradicción de un pueblo esclavizado y manipulado obligado a renegar de Dios y la religión, pero que se postraba servil ante dos genocidas embalsamados.
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¿Tanto queda todavía de aquel ominoso sistema en estos gobiernos residuales del post-marxismo que padecemos? Si la exposición madrileña sirve como elemento de análisis, las conclusiones son para echarse a temblar: ¿Estamos ante una versión corregida y aumentada de la tesis marxista de que la religión es el opio de los pueblos? Y el gobierno post-marxista de Zp, ¿tiene prevista, provista, en vistas, una campaña edulcorada de adoctrinamiento ateísta popular?
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Quiera Dios que la peste se quede en Madrid, y no se esté preparando una gira por Provincias.


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jueves, 13 de septiembre de 2007

De Reliquiis

(En la foto, hábito de San Francisco venerado como reliquia en el Convento-Santuario del Monte La Verna )
A no sé quién - y me temo que haya sido cosa de algún clerigucho postmodernista, o peor - se le ha ocurrido mandar hacer la prueba del carbono 14 con una túnica de San Francisco, que se venera desde hace siglos en la espléndida e incomparable Chiesa di Santa Croce, Florencia. Los análisis han datado la presunta túnica del Santo sobre fines del XIII, y como San Francesco murió en 1226, no podría ser una túnica de su uso; es decir, que no es reliquia la reliquia.

Y a mí me da la risa floja cuando me pongo a pensar en lo poco que creerán esos que tienen fe en el carbono14 , tan bueno para ciertas dataciones paleontológicas, pero tan discutible para fijar aproximaciones temporales más afinadas, como esos setenta años de variación que han desacreditado la túnica franciscana de Santa Croce, Firenze.

La tragicomedia del carbono14 alcanzó su más alta cota de popularidad cuando hará veinte años (en 1988, me parece) pasaron unas muestras de la Santa Síndone de Turín por el fielato de los laboratorios; otra ocurrencia de algún ocurrente clérigo, suficiente para desacreditar la sensatez clerical del susodicho, el que fuere. Los resultados fueron tan chocantes - claro! - que lo del carbono14 ya se ha convertido en otro "misterio" añadido a la Sábana Santa, para regocijo de sus "expertos" (algunos, auténticos "profesionales" del tema, que esa es otra).

Yo, católico militante-beligerante, entiendo y defiendo que las Reliquias no están para experimentos, ni se han conservado hasta ahora para que jueguen con ellas cuatro indiscretos y tres descreídos en una rebotica de laboratorio. Las Reliquias son venerandas, para su veneración, y sanseacabó.

Me confirmo en esta convicción cuando leo en los Exercicios Espirituales de ntrº p. San Ignacio esa notación en la que recomienda:

- " Alabar reliquias de Santos, haciendo veneración a ellas, y oración a ellos..." (Reglas para sentir con la Iglesia Militante -regla 6ª- EE nº 358)


Cuando por toda Alemania los luteranos desmontaban y quemaban reliquias y relicarios, nuestro San Ignacio escribía esta castiza recomendación, tan apreciable, tan católica, tan espiritual.

Nosotros que proclamamos la Encarnación del Verbo, hemos reconocido desde muy antiguo - desde los orígenes, se puede decir - el valor de esas otras pequeñas "encarnaciones" que son las Reliquias: Los restos, las pruebas, las huellas de que la Santidad se ha hecho vida. Por eso valen para la veneración una túnica, una sandalia, un cilicio, una cuchara, un libro; o un cuerpo entero, o alguna de sus partes que esperan la Gloria que ya goza en alma su correspondiente Santo.

Una píccola consolazione: Junto al desacreditado hábito de Santa Croce, la prueba del carbono14 sí ha avalado la cronología de otra túnica de San Francisco venerada en Cortona, así como un almohadón donde reclinaron la cabeza del Poverello al morir, más un códice con los Santos Evangelios, también del uso del Santo de Asís.

Lo que pasa es que yo dudo de que el que dudó de las reliquias y las mandó a aprobar con carbono, se satisfaga con la corroboración del carbono; porque el carbono14 es fiable cuando desautoriza reliquias, pero no satisface cuando las confirma. Esa es mi impresion.

En casa tengo actualmente mi pequeño Relicario con Reliquias de Stº Tomás de Aquino, San Juan de Ávila y Stª Ángela de la Cruz (estas son las más "insignes"). Hace unos años me desprendí de algunas, que doné para su culto: Una de San Fernando, otra de San Isidoro, y una de San Bartolomé. Tengo más, de diverso grado, entidad, y procedencia, todas veneradas como recomienda San Ignacio. Y estoy siempre atento por si puedo recoger alguna otra.

Por supuesto, ninguna sufrirá indiscretas averiguaciones, ni se cotejarán con ese carbono impío, faltaría más.


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miércoles, 12 de septiembre de 2007

Credo de ánima


Un co-blogero me ha involucrado en una interesante conversación super ánima. Aunque entiendo el blog más como expansión que como estudio (que no excluyo), no me resisto ante ciertas exquisitas ocasiones (debilidad? pedantería? proclividad? vocación? tutto insieme?...)

Así que transporto a propósito, y aporto esto que pudiera ser un "credo sobre el alma"; no es original mio: Son los enunciados-tesis del index systemáticus (VI-d) del Denzinger - Enchiridium Symbolorum, Herder, Friburg. MCMLIII.

Lo asumo absolutamente, con la admiración de su concentrada ciencia, hoy tan extraña por ausente en donde y en quienes tanto la precisan; va en el latín original, para que desistan los no aptos y se esfuercen los que pueden (si pueden, deben), además de por fidelidad y estética, por estimular la lingua.


Ánima humana:
- Non est pars divinae sustanciae aut unum quid cum Verbo;
- nec increata vel increábilis,

- sed creatur a Deo,

- ex nihilo;

- non praeexsistit;

- non generatur a paréntibus;

- neque a sensitiva evolvitur ad intellectivam;

- est substantia;

- non unam in omnibus,

- sed in síngulis una;

- iam ante partum infusa;

- non est naturáliter aut bona, aut mala.

- Ánima est rationalis et intellectualis;

- sed non est ipsa únicum obiectum evidentis cognictionis;

- est inmortalis;

- unítur cum corpore non accidentáliter,

- sed est córporis forma vere per se et essentiáliter;

- est praedita libertate;

- quae libertas probari potest tum ex Escriptura,

- tum ratione.

Completo en la referencia, el texto remite con este epígrafe (entre paréntesis) a otro capítulo del Index para ampliar sobre

(De ánima separata v. Ind XIV a et b ) -->Deus Consummator .


Si en mi mano estuviera, sería de obligado estudio y explayación no sólo donde se debe y no se hace, sino en otros centros y áulas de formación, necesariamente y sin excusa.

Y otro gallo cantaría...
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Pienso.
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martes, 11 de septiembre de 2007

Tenori



Tan reciente el óbito del exuberante Pavarotti (q.e.p.d.), valga la modernura del youtube para el que quiera degustar desde mi blog esta exquisitez lírica, todo un lujo.

Es el españolísimo Miguel Fleta cantando el "Spírito gentile", de "La Favorita" de Donizetti, una de las más famosas arias del bel canto.

No sé de cuando será la grabación, calculo que de los años veinte, más o menos; una valiosa rareza de coleccionista melómano, digna de un Reverter, por lo menos.

Si les va la música-música y lo saben apreciar, es una delicia que les brindo. De nada; las gracias a Fleta, a Donizetti y al Creador (y al youtube ese).

Si no, sepan que tienen uds. un pésimo gusto musical (si tienen gusto y sentido musical, a saber); y tendrán orejas, pero no oído.

Tal cual (o peor, porque estas desgracias no suelen tener cura; por lo menos en esta vida).

¿Qué? ¿Gusta, o no gusta?

¡A mí me chifla!

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De membrillo

Aunque nos bombardeen todos los dias a todas horas con el climático cambio, ya sudamos en Sevilla la calor del membrillo. Con la misma sensación pegajosa que padecieron antes del cambiante clima mis abuelos, bisabuelos, moros, visigodos, romanos, fenicios, tartesos, y nietos de Adán y Eva que incolaran los primeros el Valle del Guadalquivir (desde que el rio se hizo su valle, claro).
El membrillo es fruta áspera de tacto y pulpa, de esas que hay que aderezar con confituras para que se pueda presentar en una mesa como Dios manda. Pero para los chiquillos, es un reto tentador morder y sentir los dientes largos y la lengua áspera con una gamboa. Gamboas es como se les dice a los mebrillos en mi pueblo. Es un nombre rotundo, apetitoso, que llena la boca al decirlo, como la fruta que apela: Gamboa.

Las traían en canastos de los huertos, para dejarlas estar hasta que se hicieran por Noviembre las compotas y la carne de mebrillo, una exquisitez de cocina conventual que en Sevilla alcanza el summum en la repostería de las Jerónimas de Santa Paula, una perfección indudable.

Antes de reservarlas para la conserva dulce, los niños lampábamos por coger una gamboa y sentir el escarrapelo de la carne recia llenándote la boca; como algunos venían todavía pasando del verde al amarillo, sin madurar, la acidez y la aspereza te estremecían de la coronilla al talón, como un calambre de fruta.

Ninguno terminaba su gamboa, y todas quedaban mordidas por la mitad, con marcas de bocados que se ennegrecían al momento, como los dientes.

Una fruta fuerte para un tiempo de calor característico. En mi pueblo son ya pocos los huertos que recogen gamboas; pero la calor del membrillo sí que vuelve todos los años por Septiembre.


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lunes, 10 de septiembre de 2007

Gimnasia


Me ha fastidiando el desajuste de mi horario particular para seguir las retransmisiones de los Mundiales de Gimnasia. Un reloj en Stuttgart y otro en Sevilla, no deberían estar tan desacompasados.

Lo contrario que los formidables gimnastas, todo armonía de física y movimiento. A la potencia corporal del atleta, el gimnasta añade agilidad sincronizada y una más estética expresión corporal, con notas de un estatismo más logrado que en las pruebas atléticas de fuerza y velocidad.

Son cuerpos desenvolviéndose en la superación tridimensional del espacio, modelándose en el aire, liberando formas de potencia y volumen de armónica capacidad expresiva, expresión de dominio orgánico.

Yo nunca hice bien la gimnasia, uno de mis infantiles tráumas que sabe Dios qué lesiones me habrá dejado en la complicada e impresionable psiquis. Quiero decir que fuí enclenque, timorato y patoso para todo lo que fuera deporte, desde la elemental gimnasia del parvulario hasta la temida gimnasia del bachillerato, asignatura que me aprobaban por gratia gratis data, casi milagrosamente. Por eso, quizá, admiro y disfruto más viendo saltos y ejercicios de potro, caballo, plinto, barra, anillas, paralelas, suelo...

También me atrae la individualidad casi heróica de este tipo de deportes, tan diferente de los de equipo. Los retos y la superación de marcas personales se desenvuelven en un plano de concentrada interiorización, a veces dramáticamente evidenciada en la misma ejecución de las pruebas, con el gimnasta expuesto al público en la soledad de su propia capacidad y fuerza. Cada vez que salga a la palestra será no uno entre otros, sino el sólo vencedor o el único vencido.

Y con una inclusión del espíritu más clásico que enseñaba el ideal de la armonía entre mente y cuerpo, dominio interior y fuerza externa, imperar desde dentro y vencer fuera, sin que aflore al rostro la tensión penosa del esfuerzo en la prueba.

Αταραξία , llamaban los griegos a algo parecido a eso que logran y transmiten los gimnastas desde Stuttgart. Los medios, entre los "deportes de masas" y su publicidad, apenas lo cuentan.


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jueves, 6 de septiembre de 2007

Biólogos, alquimistas y brujos


Me da escalofríos lo del embrión fifty-fifty humano-vacuno que están aliñando en Inglaterra, sin obstáculos. Tampoco - no problem - habrá trabas para la empresa en España, donde legalmente cabe porque se ha hecho ex profeso una legislación para que quepa. Eso mismo que están haciendo allí, se hará pronto aquí también, que no somos menos libres, modernos, capaces y pérfidos que Albión.
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De repente, al postmoderno siglo XXI ha retornado el "homúnculo", ese proyecto delirante de la alquimia medieval que pretendía hacer una especie de hombre sublimando en una alquitara los elementos adecuadamente mezclados. Se sabía absolutamente, indiscutiblemente, cuales eran los ingredientes a combinar: Agua, aire, tierra y fuego, los cuatro elementos del viejo Empédocles; se dudaba en las proporciones de la combinación; pero se confiaba en el resultado final, siempre perfectible.

Todavía en pleno XVI, Paracelso ensayaba con estiércol de yegua el calor adecuado para la retorta en la que debería later el engendro. No sé si en el gabinete del estrambótico emperador Rodolfo se cocerían las últimas tentativas para lograr el homúnculo, pero la ciencia positiva del XVII-XVIII se derivó de aquellos antros de la alquimia, que traspasó los matraces al laboratorio de Lavoisier sin solución de continuidad.

Después la literatura heredó el tema con la misma trama fascinante del sabio que fabrica vida humana. Del alquimista del XIV a Mary Shelley y su novelorio del Dr. Frankestein, sólo dista lo que va de una gárgola gótica a una neo-gótica, con invariable sustancia.

La misma que luego fue perversamente reintentada en los pabellones de Austzwich, Dachau o Treblinka, con un Mengele en vez de un Frankenstein actuando con materia humana real, viva, manipulable.

Lo de ahora es el siguiente capítulo de la misma terrorífica secuencia de ciencia-ficción-realidad. Con la diferencia de que todo Occidente con el peso de su irrenunciable modernidad "apuesta" por el "progreso" y la "ciencia", como sea y a costa de lo que sea, encubriendo con leyes el horror y dictando el discurso irrevocable de que esto es ciencia y aquello fue crímen.

Ellos no se ven el rostro, pero son los mismos Mengele-Frankestein-Paracelso-Flamel...y así una larga secuencia de perfiles desde un Bernat Soria a un brujo de novela gótica, Saruman incluído.

El híbrido de embrión humano-vacuno ya tiene pseudo-nombre: Se le llama "quimera", para despistar y con una intencionalidad de coartada "clásica", supongo.

Un dia cualquiera, uno de estos bió-alquimistas, tentará elaborar sirenas y centauros; y otro buscará un necronomicón perdido para conjurar alternativas de vidas contrahechas. No estamos tan lejos de Lovecraft, me temo.

Pero se ha trazado la secuencia a la inversa, progresando en degradación perversa del científico al alquimista al brujo.
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¡Qué miedo!


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martes, 4 de septiembre de 2007

Noches sin luz


A propósito del aniversario de la muerte de Teresa de Calcuta (Beata Teresa de Calcuta), han sacado a relucir ciertos pasajes de su epistolario en los que escribía eso de lo que saben los que entienden de estas cosas, tan poco aptas para que salgan publicadas en la frivolidad insustancial de un telediario, o un periódico de prensa.

"Cuentas de conciencia"; así se llaman esas confidencias, "cuentas de alma" que un cristiano hace a su director espiritual, o a personas de su íntima confianza, o a algún superior religioso; por necesidad de consulta, por apremio de conciencia, como ilustración del estado interior, como expansión espiritual...

Estas cosas no deberían trascender más allá. Son, por sustancia, de naturaleza reservada; se cuentan por lo que se cuentan, a quien se cuentan, y por lo que se cuentan. Decían en las noticias que Madre Teresa pidió expresamente que esas cartas en las que se contienen estas cuentas de su alma, las quemaran; pero sus íntimas colaboradoras, sus hijas misioneras de la caridad, decidieron conservarlas. Hoy son materia de exámen para su causa de canonización, y un precioso testimonio de la probada vida interior de una Santa de fines del XX.

Las "teresas" son así. Desde la primera, gran Teresa de Jesús, hasta esta de Calcuta, pasando por la de Lisieux. Sienten hondo, ya sean consolaciones que las transverberan, ya desolaciones que las dejan en desconsuelo de alma, muy hondo, muy oscuro. Y lo escriben, además. Tremendas, las teresas, nuestras teresas.

A mí, particularmente, no me gusta ver publicadas cosas así, de Santos, en medios tan poco santos y para un mundo/una gente que cada vez sabe menos de Santos, ni aspiran a ser Santos. Mantengo, además, que a los "incipientes" les puede confundir, llevándoles a la presunción de hacer paralelos entre lo que les pasa a ellos y lo que pasaron los Santos...y eso es, también, vanidad.

De estas cosas entiende la Iglesia, que tiene doctores para esto (por cierto que hace unos días ha muerto un docto en estas especialidades del interior cristiano, el venerable Don Baldomero Jimenez Duque, casi centenario, abulense como Teresa y contemporáneo de esta otra Madre Teresa; que esté tan alto como docto fué, con gloria, Amén.)

Nosotros, los pobres pecadores, los que rondamos el Castillo o apenas estamos en sus umbrales, no padecemos noches oscuras de alma, como los Santos místicos; nosotros sufrimos los efectos y consecuencias de nuestros pecados, que es otra cosa. Otra cosa que dicen los doctos y peritos del alma que hay que pasar para adelantar en la senda de la perfección cristiana y prosperar en la ascética, de virtud en virtud etc. etc. etc. Amén Jesús ,y que ustedes lo vean y lo disfruten con salud (de alma mayormente, of course). Amén, otra vez.

Yo fuí pequeño testigo de un chispazo de aquellas desolaciones de Madre Teresa de Calcuta:

Fué en Roma, 1990-91. Nos avisaron que había profesiones de "calcutas" en la casa-convento que tenían en el Celio, y que estaría Madre Teresa en persona. Al fín no pude ir, pero mis amigos volvieron impresionados con la "escena" vivida con Madre Teresa. Terminó la Misa de profesión de las religiosas, y llevaron a Madre Teresa a la Sacristía, para saludar a los sacerdotes celebrantes. Fueron pasando ante ella, con tanta curiosidad como veneración. Y mientras la saludaba uno de nuestros amigos sacerdotes, Madre Teresa le retuvo la mano entre las suyas y, mirándole fija y profundamente, le dijo:

- " Padre, padre ¿cosa debo fare per amare piú il Signore?" Padre, padre, ¿Qué tengo que hacer para amar más al Señor?".

El joven sacerdote no salía de su estupor, mudo como una piedra. Cuando nos lo contó, la perplejidad primera se convirtió después en materia para muchas reflexiones, y meditaciones, y oraciones, y predicaciones...Más o menos como esta de ahora.

Poco después pude yo también saludar en persona a Madre Teresa; providencialmente, un Miércoles de audiencia general, cuando iba desde la entrada del Santo Uffizio a la casita del Dono di María que Juan Pablo II había encomendado a las Misioneras de la Caridad, las calcutas, en la esquina de Porta Cavallegeri. Madre Teresa, tan anciana, entre dos monjas más jóvenes, se paró y se entretuvo brevemente con algunos peregrinos y sacerdotes. Le estreché la mano, se la besé, y todavía recuerdo el tacto - huesudo, descarnado, pellejón y suave - de sus manos de anciana; también sus ojos, profundos entre arrugas, muy humildes, muy amables, silenciosos y emocionantemente sinceros.

Cuando paso por allí, por la acera junto a la edícola de la Virgen "ab Ángelis defensa", recuerdo estas pequeñas, personales, íntimas "florecillas" de la Beata Teresa de Calcuta.

Los Santos, los de las noches desconsoladas con su alma a oscuras, están entre nosotros, caminan entre nosotros.

Son lamparitas del Dios de Dios-Luz de Luz que nos hacen ver la Luz.


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Peligro neocons


Unas recientes observaciones de Henry Kissinger:


«si pudieran, derrocarían el gobierno chino, ruso, iraní y también el norcoreano; y la definirían estrategia a largo plazo. Yo, en cambio, pienso que los americanos no tenemos ni la capacidad, ni la constancia para ser los padrinos del universo»

Aparecieron publicadas en el diario alemán Die Zeit y el italiano La Repubblica el pasado 28 de Junio, en una entrevista en la que el político americano hablaba, entre otras cosas, de las peligrosas tendencias de los neoconservadores, a quienes se refiere en la cita.

Ese Henry Kissinger me resulta odioso desde que empecé a verle aparecer en la tele, cuando yo era un chiquillo; una de esas antipatías espontáneas que después, con el tiempo, se confirman razonablemente. Si me hubieran pronosticado que algún día iba a concordar en una opinión de la peculiar visión geo-política-estratégica de este odioso personaje, hubiese dicho que no, que eso sería muy poco probable.

Ma, ecco il caso! Voilá, mes amís!

No sé si el tremendo comentario será de despecho, al verse superado por la terribilidad temeraria de los hechos del sangriento payaso Bush jr. (con su padre Bush sr. dos baldones king size para la gloriosa historia contemporánea de los USA, tan impóluta como es sabido). Pero el comentario de Kissinger es tan acertado, tan afiladamente certero.

Von Ranke escribió que:

"No es tan facil cambiar las direcciones adoptadas por una potencia, porque poco a poco se han fundido con su esencia propia"

Inteligente, ¿verdad?; también una verdad probada históricamente tantas veces, passim. Y amenazadoramente presente en las temeridades de los neocons.

Me gusta que el odioso Kissinger haya adquirido con los años esa descarnada y autocrítica sinceridad, ya que, en definitiva, está arremetiendo contra su propia prole. Pero me da escalofríos suponer que habrá que esperar a que los feroces neocons tengan ochenta años cumplidos para que atinen a corregir, y hacer críticas semejantes a las de su papá Kissinger.

Y mientras tanto, a temer qué nuevo Irak se inventan los epígonos.


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sábado, 1 de septiembre de 2007

Atletismo


Son de las pocas retransmisiones deportivas que veo con gusto y atención: Las pruebas de Atletismo de las Olimpiadas y los Mundiales.

Es deporte-deporte, quizá el más genuino y clásico, con tantas referencias a auténticos pilares de nuestra Cultura Occidental. Siendo estudiante universitario escuché una conferencia de uno de mis profesores en la que comentó que la punta de la evolución antropológica de la especie humana se mide y se celebra en las Olimpiadas, especialmente en esas pruebas de atletismo donde se realiza el ideal-lema citius, altius, fortius.

Me pregunto a propósito si la gente, tan moldeada por la propaganda temática impuesta desde los medios y los convencionalismos sociales y políticos en curso, advierte que cuestiones tan actuales como la igualdad de sexos y de razas - temas tabú de nuestra civilización postmoderna - resultan en franca evidencia durante estas competiciones donde hombres y mujeres compiten por separado, y en las que es facil apreciar la competencia y adaptabilidad física de los indivíduos de las diferentes razas para según qué tipo de pruebas.
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Indiscutible también la superioridad de los deportistas en paralelo a la fuerza política-económica-cultural de los respectivos países. En este sentido, las competiciones de convocatoria mundial se convierten en una galería de naciones demostrando qué y cuánto son.

Lo mismo sobre algunos logros de los pasados regímenes comunistas, que supieron formar y mantener todavía una excelente élite deportista, no digo ya en la China colosal, sino en los restos de las repúblicas desmembradas de la antigua federación soviética, o en la aislada Cuba caribeña.

Otro particular admirable: Los progresos de las transmisiones, puesta en escena, técnicas de imagen, cámara, pormenores, comentaristas. Todo un alarde de la mejor televisión, con una calidad indiscutible sólo superable por la siguiente ocasión, en la que todo será más y mejor.

A pesar de todas estas excelencias no es un espectáculo de masas, sino de élites, tanto de los que lo protagonizan activamente como atletas, como de aquellos que lo disfrutamos como aficionados y espectadores. Quizá también por eso es de las pocos eventos deportivos que espero y disfruto.

Me agrada pensar que no estamos tan lejos de la antigua Olimpia, a pesar de que el histórico recinto haya estado a pique de arder entre los olivos y laureles del Peloponeso en llamas. Y para dentro de dos veranos - D. m. - más atletismo y en Olimpiadas (aunque sean en ese descomunal reducto comunista de la China).


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