sábado, 28 de julio de 2007

Un patio para el calor

Blanco White, en sus Cartas de España, describe muy bien cómo es una casa sevillana; Pemán tambien tiene un artículo o dos en los que cuenta los agradables aciertos de verano y los desapacibles defectos de invierno de nuestras casas.

Se bromeaba antiguamente que los sevillanos, cuando levantaban una casa nueva, le decían al maestro de obras - "Hágame usted un buen patio...", y con eso ya estaba encargado lo principal; las salas, habitaciones y alcobas eran simples piezas secundarias, porque lo importante era el patio.

En el siglo XXI de los minipisos y apartamentos uni-personales, aquellas casas de patio son un auténtico paraíso (perdido, claro). Yo entiendo que son más romanas que moras, que la morería aprendió y aprovechó lo que ya existía: Patios, fuentes, arriates, macetas; todo eso es romanísimo, como lo de las simples fachadas a la calle y la concentración de lo decorativo de puertas adentro, para el disfrute privado y no la ostentación aparente.

En las ciudades, pocas se conservan ya, pero así han sido hasta hace poco las casas de nuestros pueblos, donde quedan más. En una de ellas me crié y viví los años de mi infancia, entre patios y cuadras, salas, salones y alcobas. El fresco de los patios por las mañanas, la vela de toldo blanco al mediodía, y las corrientes de ventanas y puertas abiertas, con arrriates y macetas recien regados por la tarde, creaban ese ambiente de frescura, ya luminosa, ya umbría, que templaba el insufrible calor de Julio y Agosto.

Ahora son los grandes calores, de Virgen a Virgen, del Carmen a la Asunción. Cuesta hacerse a estos primeros y más fuertes, con la molestia del sudor y el medio sueño, la chicharra de siesta y el grillo de madrugada. Si la noche ha sido pesada, se ansía la mañana, a ver si amanece fresca; con sólo salir a la calle temprano, ya se adivina el día de calor que va a hacer.

En un piso de Sevilla, recordar las tardes de mecedora, con el velador de mármol y los jazmines, el platito con los nardos delante de la Virgen, el sonido de los abanicos...es evocar un pequeño paraíso.

Pequeños paraísos, tan sentidos y recreados que casi dan frescura, como un aire en corriente entre ahora y entonces.

Si un día puedo, diré también que me hagan un patio con casa.
&.

sábado, 21 de julio de 2007

La Corona en la picota


Hace un rato me comentaban que han "secuestrado" por orden judicial la edición de una revista de humor por poner en portada una caricatura satírica de los Príncipes de Asturias.

Yo comentaba que era paradójico que se tomaran medidas contra una cosa así y otras que atentan contra mayores se dejen correr y se publiquen y hasta se favorezcan descaradamente. A veces, hasta se subvencionan.

Naturalmente, una sociedad que se atreve contra lo divino, no encuentra barreras para pitorrearse de lo humano, aunque sea la más conspicua humanidad de sangre azul y corona. La decadencia de Occidente ha metido en el mismo charco a tronos y plebes, que se revuelven promiscuamente en un fango igualitario. Ya no hay clases, y clase tampoco (o, por lo menos, esa es una de las reglas del juego).

Pero sí hay instituciones que deberían estar a salvaguarda de la degradación, so pena de que el sistema sucumba por falta de cimiento en la base y de remate en el techo. La preservación de estas instituciones referenciales debería estar en ellas mismas y en el cuerpo social que las necesita.

El virus marxista con la variante mutante liberal ha infectado a toda la vieja Europa, que no se da cuenta de su grave afección, ni de que eso que le enferma es un terrible agente patógeno que lo infecta todo para perpeturase a costa de la vida de todo.

Controla medios, conoce tácticas, penetra en círculos...Se mueve, avanza, conquista.

No sé quién estará detrás del periodicucho cómico, pero será de ellos; tampoco sé quién ha agilizado la acción, pero será uno de ellos; no conozco al ejecutor del auto, pero estará con ellos. Son ellos, eso sí lo sé.

El efecto será que se hable de algo que no se debería hablar, y salga a debate algo que no se debería debatir, y se desgaste en la calle, en los medios y en la opinión algo que debería estar cuidadosamente preservado por su bien y el de todos.

El gen jacobino está virtualmente activo y mutante en la piara.


&.

jueves, 5 de julio de 2007

El precio de la vida


La pregunta me la he hecho de golpe, mientras escuchaba la noticia de que el iluminado que gobierna España planeaba dar 2.500 € por niño nacido; la pregunta incontenible era: - "¿Y cuánto le cuesta un aborto?".

Porque yo no me tomo en serio ese regalo del padrino Zp por cada chiquillo que nazca. De ese y de su partido del capullo en el puño y los cien años de honradez, no me tomo en serio nada porque esa piara no dice verdad, y si dice algo, esconde más.

Un aborto de un niño que llega a costar hasta 5.000 €, puede salir más caro a Zp que un niño entero y vivo. Unos 6.000 millones de pesetas facturaron el año 2002 las clínicas abortistas de España: Seis mil millones de pelas. Hoy no sé por cuánto irá la cifra, pero debe ser mucho más alta, seguro.

Y después de preguntarme por el coste de un aborto, sigue una lista interrogativa de costes ignorados de tantas cosas sórdidas que se pagan y yo tampoco sé cuánto cuestan pero que el Estado paga carísimas.

Lo peor es darte cuenta que el Estado no tiene sino lo que tú le das, y está pagando con tus dineros lo que se gasta tan perversamente en matar criaturas desechadas por sus malas madres.

Ahora, por lo menos, dice el esperpento monclovita que va a pagar niños que nazcan. Bien. Pero qué terrible es saber que se vive en un mundo en el que se paga la muerte de unos y el nacimiento de otros.

¿Pensará compensar una lista con la otra?
¿Será un caso de conciencia?
¿Tienen conciencia?

#