viernes, 22 de julio de 2011

Ellas, sus limitaciones y sus magnitudes



De la bastardía del Ztperismo (y del partido que le da cuerpo social), una de las pruebas más evidentes es la imposición de la cuota de hembras. En la foto del nuevo des-gobierto ztapestoso la ristra de 'ellas' es tan llamativamente grotesca como estridentemente oportunista. Lo peor es que ya estaban, ya existían y estaban operativas. Operantes para el mal en general y el mal político en particular.

Una de las cosas imperdonables, de las mayores imputaciones que pesarán sobre la desgraciada memoria del mequetrefe insuperable Zp, es haberlas creado, darles nombramiento, cargo, sillón. Para vergüenza nacional (la que queda), se irán con paga y con influencias, con nombre y cita en la crónica oficial.

En casos como este reivindico la damnatio memoriae con todas sus consecuencias. Aunque después lo pienso más detenidamente y entiendo que la vergüenza será para ellas mismas y su pútrido partiducho cada vez que salga a relucir lo que fueron y lo que hicieron.

Si el recuerdo va ilustrado con foto de las remembradas, peor, porque una imagen dificilmente puede ser contradicha, y estas ministras de cuota no sólo dan una mala imagen sino que tienen una imagen mala. Son una doble ofensa, ética y estética.

Hoy mismo se me ha venido a la imagnación el problema del retratista oficial cuando tenga que pintar el retrato memorial de la ministresa de in-cultura: ¿Cómo le va a pintar las orejas? ¿Se las tapará, estilo Cléo de Mérode? ¿Se las resaltará, como el rey Midas? ¿Le dará un toque 'disney' a lo Dumbo? ¿O preferirá un modelo 'moai' Isla de Pascua?

La orejísima impresentable, ayer, en la presentación en El Prado del Entierro de Cristo del Caravaggio, se permitió dos o tres eructos, con intención - es la impresión común - de escarnecer al Cardenal Rouco (allí presente) en directo y, por alusiones y en indirecta, al Papa, que ha ofrecido generosamente el capolavoro caravaggiesco para su exposición.

Muy fina, la ministresa toda-orejas hizo una reducción del Caravaggio al status de bujarrón barroco. Según el parecer de la deforme, lo más importante de la obra y condición del maestro Michelángelo Merisi, lo más digno de mencionarse y tenerse en cuenta, fue su fama de sodomita y pendenciero, más que nada y sobre todo lo demás, siendo lo más recalcable y sobresaliente del trabajo, trayectoria y méritos del pintor. Incluso se permitió un toque modernista (iba a decir un 'eco de Asis', pero no lo diré); dijo ella que:

"La fragilidad humana, la espiritualidad e incluso la fe religiosa no pertenecen a un solo modelo de hombres, sino a todos"

Eso dijo. Sin que le temblaran las orejas.

Ellas son así. Y los que la han puesto en el candelero lo mismo. Han reducido la cultura a un test impúdico que busca encumbrar defectos morales por encima de obras admirables. Por eso destacan tantos a la inversa, ahora es su momento, bajo el infra-gobierno de estas hembras de cuota, vanas como almeja sin bicho y venenosas como víbora emboscada.

Pero el mal de la cuota de 'ellas' no infecta sólo al partiducho del viejo de la gorrilla y los cien años de no-honradez. El mal se ha extendido como mancha de nafta y pringa por todos lados. Si no vean y lean (con paciencia) el articulete de esta enchufada que publica hoy el ABC en la sección de Opinión, entre los tres más destacados de la edición:

Los 'extras' del verano

No sé quién será la sujeta, pero ha cubierto de gloria a las de su sexo que reivindican más hembras en los medios y los órganos de poder.

Al final, velis nolis, lo orgánico es definitivo.

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