sábado, 31 de enero de 2009

Boff: El traidor escandalizante escandalizado

Lo de la reconciliación de los obispos de la FSSPX está provocando reacciones sorprendentes. Algunas autenticamente paradójicas. La más estridente quizá esta del gran showman internacional Leonardo Boff, que se ha despachado con una alarmista cháchara de vieja: "El Papa podría provocar un cisma".
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Yes, el mismo herejete politemático pseudo-teólogo, ese que teorizaba sobre "los sacramentos de la vida" y parabolizaba en torno al "sacramento de la colilla" (colilla de cigarrillo apurado, quería decir el muy blasfemo). Pues ese mismo, franciscanucho des-habituado, profeta de la new-age descatólico-mistica-post-teologicista-liberacionista-marxista. El mismo que publica best-sellers de fácil lectura y anodina confusión estupefaciente-alucinógena-descreyente. Ese.

El caso es de risum teneatis: Boff avisando urbi et orbi que el Papa de Roma es un riesgo cismáticoposible.

No me rio a carcajada batiente porque no me sale, porque no se, porque me parece que esas carcajadas son de histrión de escena y terminan en llanto como I Pagliacci.

Si en la historia reciente, del post-Vaticano al presente, ha habido un "cisma", ese ha sido el de las "vanguardias" del progresismo católico. Un cisma ni declarado ni tipificado, estilo aquel modernismo (su padre) que era el compendio de todas las herejías, inabarcable y omnímodo, inasible e indefinible, deletéreo por su versatilidad acomodaticia con toda ideología adversa a la fe. Un cisma que ha separado parroquias y comunidades de la fe y el ser de la Iglesia, irreconocible en la multiplicidad de "expresiones" retocadas y reformadas, revisionadas y reversionadas por el "teólogo" o el "pastoralista" o el "catequista" o el "agente evangelizador" o el "sociólogo" de turno.

Un cisma latente pero activo, muy lesivo, disgregante, sembrador de descofianzas, desestructurante, anti-jerárquico, falsamente filantrópico, malamente populista, confundente. Y medularmente anti-católico. Y, en el fondo, anti-cristiano.

Precisamente todo lo que ha sido y está siendo el nefasto Leonardo Boff. Un esperpento de los que conjuran el espectro fantasmal del "espíritudelvaticanosegundo" y que están tan lejos del Concilio Vaticano II que son incapaces de reconocerlo cuando se les patentiza en una figura tan enorme como Benedicto XVI, y antes Juan Pablo II.

Han sembrado la ruptura y han fragmentado a la Iglesia, y se atreven a injuriar al que hace la unidad y reconcilia en la Fe, acusando con la indecente procacidad de los proditores. Ni más ni menos, lo que son.

Viene a pelo decir aquello de -"Ladran, luego cabalgamos!

Pero no vamos a lomo de caballo: Estamos en la nave de Pedro y Benedicto al timón.

Oremus pro Pontifice nostro Benedicto XVIº.
Dominus conservet eum, et vivificet eum,
et beatum faciat eum in terra,
et non tradat eum in animam inimicorum ejus.

Amen.

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