lunes, 18 de mayo de 2009

Alejandría, neo-paganismo, y otra peli impía

Le tengo particular antipatía a ese mequetrefe desde que me tuve que tragar por razón de amistad (hay fidelidades que se pagan caro) una peli que se llamaba "Ciérrame un ojo", o algo así. Con tantas películas vistas y aproximándome al medio siglo vital, uno ve venir las máscaras a la legua, y el petardete hiper-promocionado súper-subvencionado me dio mal tufo desde lejos. La peli pro-eutanasista, ese intragable melodrama "de género", confirmó mis peores augurios peliculeros del peliculachero. Y sigue empeorando. Eso sí: Cada vez empeora más caro.

Después del idolillo por el eutanasiofilm, se adivinaban empresas mayores. Y hete aquí que el energumenísimo se atreve - ¡oh castillos en el aire! - con la Alejandría tardo-helenística y el rifirrafe del siglo IV-V alejandrino, el muy mentecato.

Cuando existe cierto gusto por la Historia, tanto el dilettante tanto como el docto perito saben que hay ciertos momentos fascinantes que mejor no "meterse". Son como esplendidas batallas, que hay que mirarlas desde lejos, sin adentrarse en particulares y follajes que impiden perspectivas. Además, la espesura es tal y tan liada está la madeja, que hay que mantenerse cauto para no caer preso en el enredo.

Alejandría fue una fascinación desde su fundación por Alejandro. Los cristianos le debemos una obra "providencial", la Biblia de los LXX, un hito que iría abriendo caminos al Evangelio, un par de siglos antes de Cristo. También fue Alejandría una de las sedes patriarcales de la Iglesia Antigua, la más importante de Oriente junto con Antioquía, muy distinta una de la otra, quizá con una ventaja intelectual de la culta Alejandría, donde florece la primera "filosofía cristiana", la proto-catequética, y la más exquisita exegética. Con Panteno, Clemente y Orígenes, ningún otro centro le disputa su privilegiado lugar en la historia del Pensamiento Cristiano antiguo.
Desde San Atanasio y la crisis arriana, los alejandrinos tuvieron una perspicacia especial para poner el dedo en la llaga de las controversias cristológicas. Alguna vez me he preguntado qué hubiera pasado sin la intervención de los agudos alejandrinos, inteligentes, tenaces, batalladores. Una vez, exponiendo un trabajo monográfico sobre San Cirilo de Alejandría y la controversia nestoriano-monofisita entre los Concilios de Éfeso y Calcedonia (431-451), un preguntón insolente, por cortarme el hilo filo-cirilista, me interrupió y me preguntó que qué opinaba sobre lo de Hepática. Yo aguanté la risa floja como pude y le dije que no sabía que San Cirilo hubiera padecido del hígado, que yo, más bien, me lo figuraba hipertenso.

El cretino interruptor cuando preguntó por "Hepática" se refería a Hypatia. Hypatia es, a estas alturas, un quasi-mito del neo-paganismo, de esos que se sacan para acusar a los cristianos. No llega al grado de "popularidad" de otros mitos contra-cristianos, pero la peli esa del petardete oscarizado lo va a re-suscitar.

De la Hypatia (no "Hepática") histórica hay dos "memorias". La paganizante contra-cristiana recuerda su cultísima intelectualidad, rara en una mujer, más rara todavía en la voluptuosa atmósfera de Alejandría, que todavía en el siglo IV-V era mucha Alejandría con apogeo de salones y burdeles. La segunda memoria es la que ha pervivido entre los originales, los cristianos alejandrinos que existen en la actualidad. Los monjes cristianos coptos de Alejandría recuerdan a una Hypatia medio bruja, encantadora de sortilegios y entregada a cultos horrendos.

De algunos testimonios de autores eclesiásticos contemporáneos, alguno de ellos que la conocieron y trataron personalmente, se sacan conclusiones más ecuánimes: Una docta y bien relacionada dama, encantadora y buena instructora, filósofa "neoplatónica" (siendo el neoplatonismo un laberinto de notable complejidad y variedad), más bien "ecléctica", con un poco de todo y de todos. Y firme hasta el final en su paganidad filosofada. Una sugestiva figura del crepúsculo del mundo clásico del tardo-helenismo.

La Iglesia del Patriarcado de Alejandría, en aquel periodo de plena decadencia imperial, fue un poder emergente que iba asumiendo los vacíos de las magistraturas romanas. Mucho más conectado con el pueblo que los administradores y militares delegados de Constantinopla, el Patriarca de Alejandría se yergue como el principal personaje de aquella sociedad en cambio acelerado por las circunstancias, que iban descomponiendo implacablemente el Imperio. En medio siglo, las distancias políticas se tradujeron también en polémicas doctrinales, una auténtica "pasión" que inflamó todo el Oriente Cristiano durante todo el siglo IV. Si a costa de las controversias se esclarecieron los dogmas y el Credo, la secuencia de los acontecimientos fue casi un adelanto del cisma entre Roma y Constantinopla, varios siglos más tarde. En el siglo V, la separación de Alejandría y Egipto de la comunión con la sede Constantinopolitana era un hecho consumado jalonado concilio a concilio, así como la secesión política respecto al Imperio y su capital.

La fuerza de aquella cristiandad arrambló los estragados y decadentes restos del paganismo, con Hypatia como una de sus víctimas, eso que hoy llamarían "efectos colaterales". La culta pagana Hipatya pereció durante un tumulto entre alejandrinos, unos partidarios del patriarca y otros adeptos del gobernador imperial. Sorprendida por una turba desenfrenada cuando iba en su carroza, fue arrollada en una de las vías de la ciudad; los detalles de crueldad que algunos cuentan son, muy probablemente, legendarios y re-imaginados por la historiografía moderna.

Su memoria apenas sobrevive a las tremendas convulsiones sociales, políticas y religiosas que cambiaron las estructuras de la provincia imperial en dos siglos. A la llegada del Islam, todo resto fué barrido, y la memoria de la célebre Hypatia se regenera sólo a partir del siglo XIX, en círculos neo-paganos, con una evidente intencionalidad anti-cristiana. No contra la Iglesia Alejandrina, sino contra la Iglesia Católica, heredera de todos los pecados de todos los tiempos, ya se sabe.

Cuando la peliculeta del peliculero mimado por la ztapería de la cultura de ministerio subvencionante de talantes-talentos vuelve a sacar a Hypatia de las nieblas de la historia, lo hace también con esta malévola intención. Además, la Hypatia de la películeta será fantástica, sexual, promíscua, insinuante, liberacionista, feminista...etc. Un prototipo de la hembra talantera post-moderna ad usum, ni más ni menos que una chica post-moderna salida de los planes de diseño de un "ministerio de igualdad".

En el colmo de la manipulación de hechos y personajes, en aquella Alejandría de contiendas y convulsiones sociales y religiosas, los enemigos del Patriarca le echaron el muerto de Hypatia al formidable Cirilo de Alejandría, como si el Santo no tuviera más cosas que hacer. El clímax de la propaganda contra-cristiana llegó cuando algunos obtusos levantaron la demencial conjetura de que el culto a Santa Catalina de Alejandría devenía de una corrupción de la memoria de la filósofa Hypatia, que se confundió con el de una supuesta Catherina, Virgen y Mártir. Y es que cuando los enemigos pervierten, se atreven hasta con lo más santo (y nunca escarmentamos).

El Cristianismo del siglo IV-V en Egipto, el mejor, se había retirado al desierto. Es el Cristianismo que ha sobrevivido a todas las vicisitudes de la violenta y azarosa historia de las comunidades cristianas en Egipto. Hoy, en medio de una hostilidad tapada por las autoridades egipcias, los cristianos coptos son más de 25 millones de fieles repartidos entre la región del Delta y el interior de la Tebaida. Una cristiandad próspera que reúne a los verdaderos e históricos "egipcios" entre una población mayoritaria de religión y costumbres islámicas.

A ellos no llegará el relanzamiento de su antigua paisana la filósofa Hypatia como neo-pagana de película y figurón. Será el decadente Occidente el que decaiga un escalón más viendo la peli de Hypatia mientras se enerva con pruritos anti-cristianos comiendo palomitas y bebiendo coca-cola.
Cincuenta millones de '€ ha costado la peli (lea el que quiera la vomitosa laudatoria del abc (no quiero ni imaginar lo que canten los correligionarios de medios declaradamente afines)). Si publicaran las recaudaciones en taquilla, se sacarían vergonzosas cuentas de lo que cuesta mantener la "cultura" del régimen, en este caso haciendo su "memoria histórica" de la antigüedad.

Unas notas:

1ª) La Hypatia histórica muere con más de 60 años, que en aquella época era una más que provecta edad; digo esto porque la filósofa de la peli es una moza de proporciones de pasarela, para más confusión de los espectadores.

2ª) La peli - a pesar de las gacetillas concertadas con los gacetilleros - dicen que es un confuso tostón que aburre al manso. En Cannes ha pasado sin pena ni gloria, con la sala de estreno casi vacía.

3ª) No creo que vaya a verla, pero recomendaré que se compre en el top-manta en cuanto la copien (es que eso del top-mata jode mucho a los de la SGAE ylos paniaguados culturales del sistema, y yo contribuyo al derrumbe en cuanto puedo, por razones de evidente moralidad militante que no necesito explicar).

4ª) Y perdón por la histriónica Hypatia, melodramática e impúdica de la ilustración, pero es que es una versión decimonónica "avant la lettre"de la peli del mamarrachete que seguramente - y apostaría si yo apostara, que no apuesto - le ha influído directamente al mamarrachoso peliculachero. Además declaro, ya de paso, que soy soy adicto a Alma Tadema, Pre-Rafaelistas, Bouguereau, neoclásicos y géneros historicistas por el estilo. Yes. Y como la escena es inventada y no existió una Hypatia así de indecente, todo es una licencia ilustrativa, mero fantasma, como una esencia neoplátonica del nous hyper-etérico, no sé si me explico.

Pues eso.

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Sevilla en Mayo


Entre la Feria y el Rocío, Sevilla es más Sevilla que nunca. Y así hasta el Corpus. Mayo en Sevilla es algo muy especial, y para los sevillanos, only. Con el derecho de admisión reservado, que esto es muy sevillano y, bien mirado, Sevilla tiene reservado el derecho de admisión siempre y para todo. Aunque no lo parezca.

Las tardes de Mayo salen por toda Sevilla Cruces de Mayo, hasta con ensayos de costaleros sub-15, que es una edad buenísima para costalear, y las Cruces de Mayo han ganado mucho con el Movimiento Costalero. Aunque - y es obligado decirlo - la perfección formal de una Cruz de Mayo es la imperfección costalera. Porque el sumum de la gracia es una Cruz de Mayo con mono-costalero y trabajadera única, un capataz delante con "mi arma" en la boca, su tambor detrás (y si es de lata el detalle raya el clasicismo más neto) y el de la alcancía (que ahora con los centimitos de €' han afinado mucho el soniquete).
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Los fines de Semana, Sábado y Domingo, son palabras mayores, de Gloria. Ayer mismo fue de Pregón, y el Corazón de Jesús con medio Nervión atrás fue a la Catedral, para el pregón. Y esta tarde iba de vuelta, a su Nervión. Y ayer una de las Pastoras, y esta tarde la Alegría de San Bartolomé, que tiene que ver.
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La Virgen de la Alegría sale por su barrio de San Bartolomé que es la judería más auténtica. Cuando va por las calles de alrededor de la Parroquia, el paso coge la calle entera, y desde los balcones, si quisieran, le podrían dar besos al Niño. Y la Virgen muy gustosa, que para eso sale, para darle un paseito de tarde de Mayo a su Niño. Y lucirlo.

Como ya hace temperatura, aunque refresque un poquito de noche, es un regalo darse un paseo y ver la jacarandas floridas con sus copas poniendo volantes de lila y morado por toda Sevilla. Tuvo un gusto especial el que plantó las jacarandas.

Pero se han perdido las Cruces de Mayo, las de las casas, las de los patios, las familiares. Se han perdido como se han perdido tantas cosas que eran "de familia". Y mira que eran cosas baratas de hacer y con mucho disfrute. Pero si ya no hay ni casas ni patios, se entiende que no hayan Cruces de patio y en casa. Yo no sé si volverán, pero me despierta nostalgias del Mayo que fue ver estampas como la del youtube este, con Gracia de Triana cantando el pasodoble de Font de Anta.





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