miércoles, 27 de febrero de 2013

Quasi Sede Vacante



Tras la muerte queda la esperanza sobrenatural, que consuela porque se abre al Misterio y la Gloria. Pero ¿qué resta tras una renuncia? Sólo el vacío de la decepción, el desconsuelo de la ausencia, la inquietud por lo que vendrá, la vaga y doliente sensación de haber sido abandonados por el que se va y nos arrastra con él, debilitados con su debilidad, desencantados, desmotivados, envueltos en la penumbra de una sombra que se retira dejando vacante su sitio, su sede. Hemos abierto los ojos y los hemos entornado para no ver la roca vencida, vuelta ceniza, polvo llevado por el viento. Caer luchando hasta el final alienta y enardece a todos los combatientes, pero irse en mitad de la batalla desalienta hasta a los más recios capitanes.

Cuando un Papa moría, el cónclave, más allá del dolor por el Papa muerto, se abría con el aplomo consciente de haber concluído un tiempo, un capítulo de la gran Historia de la Iglesia. Con esta renuncia, el Cónclave se convoca con la aprensión insatisfecha de estar viviendo en mitad de una incierta crisis, que ni se reconoce ni se define, ni se declara ni se desvela, como una enfermedad sin diagnóstico ni tratamiento.

No he visto casi nada de la patética audiencia de esta mañana, algunas imágenes, unos pocos planos e instantes en el televisor, solamente. A pesar del sol en el cielo raso y despejado, la Plaza de San Pedro estaba gris, sin brillo, deslucida. La restauración del brazo derecho del Colonnato afeaba todas las perspectivas con las mamparas y los tableros que tapan los andamios de las obras. La edícola del estrado del Papa parecía más desafortunada que nunca, un antiestético parapeto moderno-funcional que resaltaba la soledad decrépita de Benedicto.

Ni los vítores ni los aplausos sonaban sinceros, parecían un eco rancio de otros vivas y otras palmas de otros días, de otras audiencias del Papa en el sagrato de San Pedro. El único sincero parecía ser el propio Benedicto cuando reconocía la gravedad de su renuncia  -"Ho fatto questo passo nella piena consapevolezza della sua gravità (...)" Las otras palabras de la alocución me han parecido tópicas, forzadas por las circunstancias y el momento.


En un momento, mañana, 28 de Febrero, en un segundo marcado por el reloj, a una hora exacta, Benedicto XVI habrá pasado, dejando vacante la Santa Sede, pasando a ser, en un instante, el primer Papa sedevacantista motu proprio. Una extraña figura, un insospechado final, un telón nunca visto para el finiquito de un Pontificado que, por buenos signos e importantes hechos, merecería haber tenido un punto final como los otros, sin esta 'grave novedad'.

Sin luto, pero con la pena de sabernos en quasi-Sede Vacante, por grave voluntad consciente del (todavía) Papa renunciante.

Dios bendiga, en fin, a Benedicto.




...bella premunt hostilia, da robur, fert auxilium, Dómine!


+T.

martes, 26 de febrero de 2013

Turismo de fumata



Llamo 'turismo de fumata' no a la promoción vía tour-operador del fumeteo de hachís, marihuana y/o cannabis en sus antros, guaridas y/o cavernas del porro y/o la pipa, en el cutre Marruecos del moro o en la sofisticada Amsterdam de los hippies post-modernos. No. Me refiero a las fumatas de la Sixtina, las del Cónclave, el próximo cónclave post-benedictino, que se ofrece como espectáculo turístico en las agencias de ocio viajero:

La Ciudad Eterna acoge peregrinos de todas partes del mundo para despedir a Joseph Ratzinger y dar la bienvenida al nuevo sucesor de Pedro

Parece mentira, pero es verdad. Es verdad que la Roma con tirón turístico no es la Roma de los Césares, ni tampoco la Roma del Bernini, ni la de las fontane y los pini que musicó Respighi: La Roma turística de verdad, la auténtica atracción, es la Roma de los Papas y, sobre todo, el mismísimo Papa vivo, en persona, en carne mortal.

La industria romana (hoteles, ristoranti, trattorie, pizzerie, las tiendas de souvenirs y las de moda) clamaban al cielo cuando el Papa Giovanni Paolo 2º salía de viaje, porque sus negocios lo sentían mucho. Si el Papa no está, Roma languidece.

Pero esta nueva situación de estar con Papa/ sin Papa, con cónclave previsto y sin funeral de Papa córpore presente,  está resultando una auténtica feria lúdica, un parque temático sorprendente en el marco (¡quién lo iba a decir!) del Año de la Fe, casi una Vaticanlandya, el paraíso del turismo católico con ofertas sin igual para el beato crédulo, el neocatólico papólatra, el des-católico impío y el masón conspirador. También hay sitio para los co-hermanos separados de ecumenismo de amplio espectro, e incluso se aceptan gustosamente peregrinos de las religiones todas que por el mundo brujulean, merced al empático compadreo de Asís. Todos caben y son bienvenidos a la fumata. El cosmopolitismo de la Roma Imperial es una aldea gala comparado con el universalismo de toda lengua, raza, nación y religión de esta Roma de sede plena / sede vacante / cónclave con fumata /y habemus Papam. Bueno, realmente, serán dos Papas, el neolecto sede plena y el emérito sede abrenunciata. El primero actuante, el segundo orante. Uno en presente-activo y otro en pasivo-pretérito, si me explico.


Y como a la ocasión la pintan calva, así como quien iba a por atún y a ver al Duque, ahora los interesados se van a Roma, a agradecer y a dejarse ver, con séquito y todo: Peregrinación diocesana a Roma . Reconozco que siento cierta curiosidad, y que me distraería mucho ver quién va (a parte de los que ya se sabe que irán).

Yo sigo pensando que todo es demasiado grave para tomárselo tan lúdicamente. Y no me equivoco. Y no exagero.


Con más motivo que nunca, me re-defino en estos días más-papista-quel-papa que nunca, por imperiosa necesidad y obligada coherencia de principios. Un compadre sabihondo que me conoce, sabiendo que me gustaría porque me daba en la tecla, me mandó el otro día un recorte con la columna de Antonio Burgos, un artículo que publicó la semana pasada, titulado 'Non habemus Papam'. Mi susodicho compadre me subrayó este párrafo:

"... los ultrapapistas te lo decían como lo de la vigilia de la madre de mi recordado Hermano Pascual, Societatis Iesu. Cuando tras el Concilio mi primer profesor de Latín, Antonio Pascual Autero, de Lora del Río, acudió en día de vigilia a comer a casa de su madre, le puso la señora una buena berza de tagarninas, pero sin pringá. Le preguntó mi recordado Hermano Pascual por qué no le había puesto sus buenos avíos del puchero, ya que el Papa había quitado la abstinencia. Y le respondió la castiza loreña:
-- ¿Y quién es el Papa pá quitar la vigilia?
Los mosqueados papistas de esta hora, igual. Son los que te dicen, como la madtre del Hermano Pascual:
--¿Y quién es el Papa pá dimitir de Papa? "




Justamente lo que pienso y mantengo yo, palabra por palabra, lo mismito.

Con toda seriedad, of course. Porque - no obstante la mica salis del buen humor - hay cosas que no son para bromear.

Ni para hacer turismo, tampoco.


+T.

sábado, 23 de febrero de 2013

El Papa habla al terminar los ejercicios espirituales




Esta mañana, al concluirse los días de retiro espiritual que el Cardenal Ravasi ha predicado al Papa y la Curia, Benedicto XVI ha hablado, un comunicado breve pero impresionante. Aquí se puede leer.

Destaco su párrafo central, digno de reflexión, dadas las circunstancias y las noticias que circulan durante estos últimos días:

"...Lei, partendo dai Salmi e dalla nostra esperienza di ogni giorno, ha anche fortemente sottolineato che il "molto bello" del sesto giorno – espresso dal Creatore – è permanentemente contraddetto, in questo mondo, dal male, dalla sofferenza, dalla corruzione. E sembra quasi che il maligno voglia permanentemente sporcare la creazione, per contraddire Dio e per rendere irriconoscibile la sua verità e la sua bellezza. In un mondo così marcato anche dal male, il "Logos", la Bellezza eterna e l’"Ars" eterna, deve apparire come "caput cruentatum". Il Figlio incarnato, il "Logos" incarnato, è coronato con una corona di spine; e tuttavia proprio così, in questa figura sofferente del Figlio di Dio, cominciamo a vedere la bellezza più profonda del nostro Creatore e Redentore; possiamo, nel silenzio della "notte oscura", ascoltare tuttavia la Parola. Credere non è altro che, nell’oscurità del mondo, toccare la mano di Dio e così, nel silenzio, ascoltare la Parola, vedere l’Amore.
(...) Alla fine, cari amici, vorrei ringraziare tutti voi, e non solo per questa settimana, ma per questi otto anni, in cui avete portato con me, con grande competenza, affetto, amore, fede, il peso del ministero petrino. Rimane in me questa gratitudine e anche se adesso finisce l’ "esteriore", "visibile" comunione - come ha detto il Cardinale Ravasi - rimane la vicinanza spirituale, rimane una profonda comunione nella preghiera. In questa certezza andiamo avanti, sicuri della vittoria di Dio, sicuri della verità della bellezza e dell’amore.


... Desde los Salmos y también desde nuestra experiencia de cada día, ha subrayado intensamente que el 'muy bello' del sesto día - según la expresión de Creador (Gn 1, 31) - está permanentemente contradicho, en este mundo, por el mal, por el sufrimiento, por la corrupción. Y casi parece que el maligno quisiera ensuciar permanentemente la creación, para contradecir a Dios y para hacer irreconocible su verdad y su belleza. En un mundo tan marcado también por el mal, el 'Logos', la Belleza eterna y el 'Ars' eterna, debe aparecer como 'caput cruentatum' (cabeza/rostro ensangrentado). El Hijo encarnado, el 'Logos' encarnado, está coronado con una corona de espinas; y aun así, en esta figura sufriente del Hijo de Dios, comenzamos a ver la belleza más profunda de nuestro Creador y Redentor; podemos, en el silencio de nuestra 'noche oscura', escuchar todavía la Palabra. Creer no es sino, en la oscuridad del mundo, tocar la mano de Dios y así, en el silencio, escuchar la Palabra, ver el Amor.

Finalmente, queridos amigos, quisiera daros las gracias a todos, no sólo por esta semana, sino por estos ocho años en los que habeis llevado conmigo, con gran competencia, afecto, amor, fe, el peso del ministerio petrino. Resta en mí esta gratitud y si ahora termina la comunión 'exterior y 'visible' - como ha dicho el Cardenal Ravasi - también queda la cercanía espiritual, permanece una profunda comunión en la oración. En esta certeza caminemos adelante, seguros en la victoria de Dios, seguros de la verdad de la belleza y del amor. "

El que tenga oídos para oir que oiga, podría añadirse. O también el joánico-apocalíptico 'quien pueda interpretar que interprete'.

En cualquier caso, las breves reflexiones/consideraciones de Benedicto XVI al terminar sus últimos ejercicios espirituales siendo Papa, me parecen sumamente elocuentes y significativas.

Implícitamente, parece que re-cita aquellas graves palabras de Pablo VI "...por alguna grieta ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios ..."   Aunque Benedicto XVI cierre su reflexión con una coda agradecida y optimista, esperanzada en la victoria, no deja de teñir todo el texto una grave admonición que, dicha en ese lugar y con aquellos circunstantes, adquiere un preciso sentido, hic et nunc.



La abigarrada iconografía de la capella Redemptoris Mater, con los estridentes mosáicos de Rupnik, no me parece un marco adecuado para la reflexión, ni para la oración. El mal gusto estético del juanpablismo parece haberse materializado en ese ángulo de los Palacios Apostólicos, tan cerca (¡y tan lejos!) de la Sixtina. El Papa, durante los ejercios, no está propiamente dentro de la capilla, sino que asiste discretamente desde una estancia aneja que abre su puerta al lado derecho del fondo de la capilla. En su pequeño oratorio ocasional, el Papa no sufre la agitada imaginería del Rupnik, manteniéndose en una atmósfera más suavemente matizada en luz y decoración. Desde ese lugar en luminosa penumbra, las sucintas meditaciones de Benedicto XVI resaltan aun más contrastadas con el otro ambiente, el de los demás asistentes de la Curia.

Imagino que al meditar sobre el 'caput cruentatum', Benedicto, desde una estética muy distinta a la de esa capilla estridente,  evocaría el bello y conmovente coral pasionista de Bach





+T.

martes, 19 de febrero de 2013

Se va, renuncia, pero con muchos aplausos

Jmjotistas entusiastas vitorean y tocan palmas porque el Papa se va

Lo de la cuenta de twitter del Papa me pareció una insustancialidad, una concesión a la galería banal. Con tantos Ravasi y Fisichella nombrados para nuevangelizar modernamente, no sé por qué el Papa (un mes antes de su renuncia) tenía que meterse (o dejar que le metieran) en la jaula del twitter, ni en nada de eso. Hay medios y medios, unos más apropiados que otros según qué personajes y su dignidad.

Si en algo destacó el Beato Magno fue en una hiper-publicidad mega-mediática del Papa y el Papado, un exceso que ha pagado muy caro su sucesor, forzado a seguir un ritmo que no era el suyo, y que no puede ser el de la Iglesia. Aunque desde el nombre elegido Benedicto XVI manifestó su personalidad, tan distinta de la de su predecesor, también desde el principio tuvo que hacerse cargo de algunas servidumbres heredadas, una de ellas la del juniorismo y las jmjoterías.

La juventud se desvela insustancial casi siempre y en casi todo; si algo de algunos jóvenes destaca es lo menos juvenil de los menos jóvenes entre los jóvenes, es decir, todo aquello que rompe el estereotipo de la banalidad y se sale de los paradigmas de la necia juventud. Esos brillantes ejemplos de lo que no es común entre los jóvenes son raros, no están perdidos entre la masa y destacan por méritos ligados a la dedicación, el esfuerzo, la superación y las aspiraciones nacidas de ideales fuera de lo corriente. Y no digo que sea/n todo/s bueno/s, pero sí que los mejores entre los jóvenes son quienes están menos marcados por el común denominador.

De jóvenes archi-tópicos, sin embargo, nacen cuchufletas como esta, patéticamente tragicómicas:

Un grupo de jóvenes lanza una iniciativa para dar las gracias al Papa con el aplauso más largo de la historia. Pretenden batir el récord Guinness

Conque al Papa rendido, vencido, débil, cansado, agotado, se le despide con un enorme y prolongado aplauso, como se aplaude al jugador lesionado que sacan en camilla del campo de juego. Porque los jóvenes católicos de-formados en el jmjotismo juanpablista no son capaces de más, sólo saben hacer bien cosas de esas, cantar, guitarrerar, tremolar banderas, levantar pancartas, tocar las palmas y hacer la ola: Benedicto - cómo mola - se merece  - una ola . ¡Qué bonito!

Tantos tontos y tantas tontas, todos juntos tonteando. Y la mar de contentos con ellos mismos.

Supongo que ya estarán preparando los coros y danzas para el sucesor de Benedetto, que se merecerá otra ola, ¡cómo mola!

Y así.


+T.

lunes, 18 de febrero de 2013

Periculoso Ravasi



Me he quedado con la mandíbula descolgada cuando me he enterado de que el padrino de Ravasi es Bertone , nada más y nada menos. Conque el peligro es mayor de lo que me barruntaba, mucho mayor. Y los manejos de la Italia profunda. Obviamente, la realidad supera con mucho mis temores. También es evidente que hay que estar en el cotarro para saber cosas, tener datos, referencias, y deducir consecuencias. Tonto yo, que no imaginaba al decepcionante Bertone como el impulsor del Ravasi, tonto yo, que no me entero. Y cuando me entero, es el día en que Ravasi comienza a predicar el retiro de Cuaresma al Papa y a la Curia; los últimos ejercicios espirtuales de Benedicto XVI, dirigidos por Gianfranco Ravasi, mi eminentísimo detestado.

Rozando el estupor perplejo, recibo el segundo golpe, la segunda 'ravasada': La Radio Vaticana va a transmitir las meditaciones que Ravasi dirigirá al Papa y su Curia. ¿Quién da más, quién ofrece mejor publicidad, más promociones?

Ravasi se va a lucir. El tema de los ejercicios espirituales es característico, sutil, rico en recursos para todo, para sacarse del capelo variaciones multicolores sobre lo que sea:  “Ars orandi, ars credendi. Il volto di Dio e il volto dell'uomo nella preghiera salmica” // El rostro de Dios y el rostro del hombre en la oración de los Salmos.

Imagino que no hará mucho hincampié en los Novísimos, siendo un tema oportunísimo en la Cuaresma, muy oportuno para la reflexión del Papa que va a renunciar y de su Curia, testigo de su despedida. Exponer y meditar las postrimerías: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria. Las iglesias y basílicas de Roma están llenas del arte más exquisito que evoca las postrimerías. El genio insuperable del Bernini floreció especialmente en la composición del arte funerario, incluso macabro. Sin salir de San Pedro del Vaticano, con sólo la rememoración de los monumentos de los Papas, montaba yo mismo unas pláticas de vanitate et occasu tremendas; cuánto más Ravasi, ese portento, ese delfín de Bertone, ese tesoro de sapiencia y erudición, que dicen que se sabe la Biblia de memoria.

Conque no sé a qué Santo Papa o Papas Santos encomendarme, para que no ocurra obvio decir qué (es decir, quién).

Confieso que me dan ciertos escrúpulos hablar de estas cosas, siendo de tanta gravedad tales asuntos, tratándose de la Iglesia y su actual coyuntura, tan seria.

Pero considerando que es Ravasi quien se publicita, ¿por qué no vamos a opinar sobre Ravasi?

Ya lo han dicho unos cuantos Cardenales: Se ha roto el tabú.

Aunque a mí, lo que de verdad me da miedo es que se rompa la Iglesia.


+T

domingo, 17 de febrero de 2013

Pentimenti di Benedetto



Cuando sale a colación/discusión el Concilio Vaticano II, mis amigos me han oído decir muchas veces que hay algo que nunca termino de explicarme satisfactoriamente: ¿Por qué y de dónde el entusiasmo de los Padres Conciliares, esa exultación que se desborda en los textos del concilio? No encuentro motivos, al contrario. Un mundo a sólo veinte años de distancia de la IIª Guerra Mundial, con media Europa y medio mundo bajo la hoz y el martillo del marxismo criminal, y la otra mitad corrompiéndose aceleradamente por causa y efecto del neo-paganismo liberal, un mundo en guerra perpetua, un Occidente con una cultura descompuesta por abandono de sus referentes de identidad. ¿Por qué la Iglesia y su Concilio se enamoraron ciega y fatalmente de ese mundo? ¿Por qué esa borrachera secularista?

Ayer el Papa Benedicto, en uno de sus actos postrimeros, ante el clero de Roma, evocaba aquel Concilio de su juventud, como la pintura de un óleo antiguo va dejando ver los pentimenti de su autor:

"Allora, noi siamo andati al Concilio non solo con gioia, ma con entusiasmo. C’era un’aspettativa incredibile. Speravamo che tutto si rinnovasse, che venisse veramente una nuova Pentecoste, una nuova era della Chiesa, perché la Chiesa era ancora abbastanza robusta in quel tempo, la prassi domenicale ancora buona, le vocazioni al sacerdozio e alla vita religiosa erano già un po’ ridotte, ma ancora sufficienti. Tuttavia, si sentiva che la Chiesa non andava avanti, si riduceva, che sembrava piuttosto una realtà del passato e non la portatrice del futuro. E in quel momento, speravamo che questa relazione si rinnovasse, cambiasse; che la Chiesa fosse di nuovo forza del domani e forza dell’oggi. E sapevamo che la relazione tra la Chiesa e il periodo moderno, fin dall’inizio, era un po’ contrastante, cominciando con l’errore della Chiesa nel caso di Galileo Galilei; si pensava di correggere questo inizio sbagliato e di trovare di nuovo l’unione tra la Chiesa e le forze migliori del mondo, per aprire il futuro dell’umanità, per aprire il vero progresso. Così, eravamo pieni di speranza, di entusiasmo, e anche di volontà"


"Fuimos al Concilio no sólo con alegría, sino con entusiasmo. Había una expectativa increíble. Teníamos la esperanza de que todo se renovase, de que llegase un nuevo Pentecostés, una nueva era de la Iglesia, porque la Iglesia era entonces todavía robusta, con buena praxis dominical, y, aunque las vocaciones ala sacerdocio y la vida religiosa se habían reducido un poco, eran todavía suficientes. Sin embargo se percibía que la Iglesia no progresaba, que menguaba, que parecía más bien una cosa del pasado y no la portadora del futuro. Y en aquel momento esperábamos que esta relación se renovase, que cambiara, que la Iglesia fuera de nuevo la fuerza del hoy y del mañana. Y sabíamos que las relaciones entre la Iglesia y la época moderna, desde el comienzo, era un poco contradictorias, comenzando con el error de la Iglesia en el caso de Galileo Galilei; se pensaba que había que corregir este comienzo equivocado y encontrar de nuevo la unión entre la Iglesia y las fuerzas mejores del mundo, para abrir el futuro de la humanidad, para abrir el verdadero progreso. Así éramos, llenos de esperanza, de entusiamo, y también de voluntad"

Esto dijo Benedetto, ese fue el pentimento que dejó ver bajo las capas de esa vejez debilitada que, confiesa, le impide mantenerse en la Sede de Pedro.

Más adelante, Benedicto habló de la tergivesación del Concilio por obra y arte de los medios de comunicación, que distorsionaron y manipularon todo lo que se hacía en el aula vaticana. Y declaró:

"Sappiamo come questo Concilio dei media fosse accessibile a tutti. Quindi, questo era quello dominante, più efficiente, ed ha creato tante calamità, tanti problemi, realmente tante miserie: seminari chiusi, conventi chiusi, liturgia banalizzata … e il vero Concilio ha avuto difficoltà a concretizzarsi, a realizzarsi; il Concilio virtuale era più forte del Concilio reale

Sabemos cómo este Concilio de los medios de comunicación fue accesible a todos. En consecuencia, éste fue el dominante, el más eficiente, y el que ha creado tantas calamidades, tantos problemas, realmente tantas miserias: seminarios cerrados, conventos cerrados, una liturgia banalizada… El verdadero Concilio ha tenido dificultades para concretizarse, para realizarse; el Concilio virtual fue más fuerte que el Concilio real"

Y termina Benedetto:

"Ma la forza reale del Concilio era presente e, man mano, si realizza sempre più e diventa la vera forza che poi è anche vera riforma, vero rinnovamento della Chiesa. Mi sembra che, 50 anni dopo il Concilio, vediamo come questo Concilio virtuale si rompa, si perda, e appare il vero Concilio con tutta la sua forza spirituale. Ed è nostro compito, proprio in questo Anno della fede, cominciando da questo Anno della fede, lavorare perché il vero Concilio, con la sua forza dello Spirito Santo, si realizzi e sia realmente rinnovata la Chiesa.

Pero la fuerza del Concilio estaba presente, y, poco a poco, se realiza siempre más y se convierte en la verdadera fuerza que es también la verdadera reforma, la verdadera renovación de la Iglesia. Tengo la impresión que, 50 años después del Concilio, se está rompiendo y se pierde ese 'Concilio virtual' (el tergiversado por los medios) y aparece el verdadero Concilio con toda su fuerza espiritual. Y nuestra tarea, justamente en este Año de la Fe, comenzando desde este Año de la Fe,
es trabajar para que el verdadero Concilio, con su fuerza del Espíritu Santo, se realice y sea renovada la Iglesia"

Es decir, que sigue el entusiamo a pesar del desastre post-concilar. Y a pesar del (dígolo salva reverentia) fracaso de Benedicto, que se retira en mitad del Año de la Fe.

El Año de la Fe no sé si será el año de la renovación verdadera que el Concilio no logró y 50 años después, no ha conseguido. Lo que sí es evidente es que el hecho más notable del Año de la Fe es la renuncia de Benedicto. Por el momento.

Oremus para que otros eventos traumáticos no singularicen más definitivamente este memorable año del medio siglo después de lo que pudo haber sido y no fue.


+T.

jueves, 14 de febrero de 2013

Nosotros nos lamentamos, ellos hacen bromas

La foto habla y conmueve, sin palabras, elocuente escena entre patética y emotiva. Pero es real, así se está viviendo, lo están viviendo los cercanos, los que entienden un poco más y puede que tengan más referencias, o, simplemente, más afecto, el mismo que se les desborda en lágrimas y estremecidos sollozos. No es para menos. El ceremoniero Mons. Guido Marini, tan discreto, indica, suplica, contención, la que él mismo demuestra, impasible el ademán, con la procesión por dentro. Era - lo sabían - la última vez que colocaban la sede de Benedicto XVIº ante el Altar de la Confesión, bajo el baldaquino de Bernini y la cúpula del Michelángelo.

El ambiente cargado se completaba con la liturgia de la feria IV Cinerum, y su terrible admonición 'Memento, homo, quia pulvis es, et in púlverem revertéris', tan parecida a aquella otra que le decían, ritualmente, al Papa durante la procesión del día de su coronación 'Sancte Pater, sic transit gloria mundi!', mientras le enseñaban un puñado de lino ardiendo en la punta de una caña. Pero todo aquello pasó, la tiara, la sedia, el ritual majestuoso. Ahora también parece que desaparece la perennidad del ministerio papal usque ad mortem. Y por eso lloraban ayer los ceremonieros del Vaticano.

Aquí, sin embargo, es como si todavía durara el carnaval, porque la gente parece exultante, entusiasmada, aplaude y vitorea. Incluso quien menos te esperas hace ya bromas sobre el futuro cónclave:

Cardenal Amigo Vallejo: - ''No seré Papa, he hablado con el Espíritu Santo y hemos llegado a este acuerdo''

Esta mañana le recordé a un compadre descuidado que la blasfemia contra el Espíritu Santo es imperdonable. De la pena que tenga la broma sobre el Espíritu Santo (con agravante de persona, publicidad y circunstancias) no sé, no conozco el particular. Pero me resulta una ligereza muy desagradable, impropia, chocante, por quien lo decía, por el tema, por el momento. A personalidades de cierta altura, en ciertas circunstancias, se les presume una gravedad concorde con su dignidad y eminencia. Si lo califico, por lo menos, de lamentable, no exagero.

Aunque a algunos, probablemente, les parezca exorbitado.


+T.

Júbilo indiscreto, regocijo absurdo



El cardenal José Policarpo, arzobispo-patriarca de Lisboa, es un no-brillante prelado que ha dado más de un campanazo; uno de los más sonados y escandalosos fue cuando comentó que la ordenación de féminas era un asunto abierto, con posibilidades de futuro. Ahora, el brillante prelado lisboeta vuelve a batir su bronce hueco, a propósito de la renuncia del Benedicto XVI, con este comentario:

El acto de renuncia de Benedicto XVI rompe el 'tabú' de que el Papa es inamovible

El término 'tabú' fue (y sigue siendo) una palabra comodín muy usada en el discurso de los vanguardistas post-conciliares, teólogos, moralistas, pastoralistas, liturgistas. La exótica palabra polinesia apareció originalmente en textos de fenomenología  y antropología de la religión, y después se acomodó impropiamente en textos de toda clase, con un valor e intención casi siempre peyorativo y descalificativo, tal y como lo usa el cardenal Policarpo.

El tono con que lo dice es, también, eufórico, una especie de exclamación victoriosa, como un ¡por fín! que expresara un arraigado anhelo por muchos ansiado y en todos sitios esperado. Por lo menos, esa es la impresión, entiendo.

Lo que sigo sin entender es el regocijo que la renuncia del Papa ha provocado en tanta gente. Ayer me sorprendieron con la ocurrencia de una hermandad-archicofradía; me proponían organizar un Te Deum la tarde del 28, en 'acción de gracias' por Benedicto XVI. Discretamente, he rehusado; gracias a Dios tenía en mi agenda unas predicaciones fuera de la ciudad, conque me resultaba imposible poder estar en el tedeum (que he desaconsejado).

Rezar es necesario, sí, muy especialmente en estas circunstancias penosas y extrañas. Hace seis siglos que un Papa no renuncia, y esta es la primera vez que se hace con una determinación semejante. El hecho no es feliz, no son días de júbilo los que vive la Iglesia.

Sentir con Benedicto XVI, débil y anciano, no significa alegrarse por lo que ha hecho.

El semblante de Mons. Georg Ganswein en la Misa de Cenizas (¡memento homo!)  en San Pedro serviría muy bien para ilustrar lo que digo (el del propio Benedicto, también):




+T.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Divagaciones sobre el retiro del renunciante, S.S. B16


A veces tengo la impresión de que la Iglesia Católica de los católicos obsequiosos es como un plató de tv de esos en los que se televisan programas en los que el regidor señala/ordena al público asistente cuándo tienen que aplaudir, cuándo tienen que callar, cuándo tienen que reir. Por lo visto, a la mayoria católica a-crítica obediente le han mandado aplaudir y bendecir a Benedicto. Y están entusiasmados con la renuncia del Papa, como si les hubiera tocado un premio. Como si vivieran el momento perfecto de la iglesia perfecta.

Una de las aberraciones más notables del post-concilio fue imponer las modernidades conciliares a golpe de antigua obediencia 'perinde ac cadáver'. Fue así como se impuso todo, desde la liturgia revolucionada a las tendencias innovacionistas y las iniciativas pan-aperturistas. Lo patético fue que se logró, que se consiguió que los timoratos obedientes hicieran lo que dictaban los despóticos revolucionarios. Actualmente, con variantes, sucede lo mismo.

Yo discuto que, a estas alturas y con todo lo sucedido, se entienda que bondad sea igual que necia obediencia, no acepto el silogismo de que el bueno es el obediente ciego. Insisto firmemente porque me es evidente que hay un error de principio y cuestiono que lo que se manda sea bueno. También me resisto a la dictadura del mal menor, otro paradigma que suele estar en juego habitualmente.

Que el Papa renuncie, no es bueno. Aunque tenga razones, a pesar de ellas. El ministerio singular del Papa no se puede sujetar a los modos y maneras del mundo. Si lo hace, como lo está haciendo, el resultado es el error de interpretación con la consiguiente errónea apreciación que hace la gente, el vulgo católico y la plebe pagana, que es, más o menos, de este tenor: Si el Papa dimite porque está viejo y enfermo, como cualquier hombre, es que el Papa es como cualquiera, y, de hecho, se comporta como un hombre cualquiera, que se merece y tiene derecho a su descanso; siendo, como es, un anciano cansado, es muy humano garantizarle resposo y cuidados, como a otro enfermo cualquiera. El problema es que no lo es, que no es un hombre cualquiera, ni se debería esperar de él que se comportara como otro anciano cualquiera. El triple exámen del "...'Simón, hijo de Jonás, ¿me amas...me amas más que estos?..." (Jn 21, 15-19) no es un Evangelio fácil de vivir y protagonizar, pero el ministerio único del Sucesor de Pedro lo exige, lo requiere. Dejar el ministerio (con su gracia aneja) podría suponer (o entenderse como) el desprecio del ministerio (y de su gracia). También su desvalorización.

Puedo explicarme que no haya sido imprevisto, admitir, incluso, que estuviera en la intención del Cardenal Ratzinger que aceptó ser (que quiso ser) Benedicto XVI; pero, entonces, pienso que no debería haber asumido tal elección para tal ministerio, ya que sus predecesores no lo hicieron con esa salvedad implícita (si la hubiera habido).

En la rica simbología de la eclesiología antigua se insistía en el desposorio del obispo con su iglesia, su diócesis. En el caso del Pontificado Romano, la acentuación del vínculo era más grave y profunda porque su ministerio lo enlaza con la Iglesia Universal. ¿Puede, según ese concepto, disolverse el vínculo que ata al Obispo de la Urbe con todo el Orbe? ¿Dispensa la debilidad física de la obligación moral y espiritual? ¿Se puede hacer bajo consideraciones como las expuestas por el Papa Benedicto?

Si se pudiera hacer sin más, otros los habrían hecho antes. La excepción histórica que se enseña, única, parece confirmar la regla, aunque el código vea y prevea. Pero, más allá del caso canónico regulado en un cánon del códex, el asunto implica cuestiones tan graves y excepcionales que opino que es aberrante asumirlo con normalidad impasible y obsequioso contento.

Por eso no aplaudo. Ni me río. Al contrario, me entristezco por la Iglesia, por el Papa, por los católicos ensayados que tocan palmas. Y por los católicos conscientes (no digo perfectos, recalco) que sufrimos una decepción más. Muy dolorosa.

Uno de los comentaristas del articulete anterior ha escrito que la renuncia de Benedicto XVI le ha recordado la escena de la deposición de la tiara de Pablo VI. A mí también; ayer tuve una imagen y otra superpuestas, como si se hubiera consumado un acto más en la devaluación premeditada del Papado.

Es obvio que Benedicto XVI, aunque haya actuado con recta intención, deja esta hipoteca (otra más) a su sucesor.

Oremus et ad invicem


+T.

lunes, 11 de febrero de 2013

Confirmado: Es otro 'gran rifiuto'

Espero que esta renuncia no tenga las consecuencias de aquella otra, aunque sea de temer que sobrevenga - antes o después - una situación de cataclismo general, como cuando entonces. De hecho  (lo reconozcan los pazguato-católicos del 'estamosencantados' o no) esta renuncia deja patente la debilidad personal de Benedicto XVI, y trasluce la debilidad general de la Iglesia Católica, menos reconocible/identificable con su propio ser histórico a partir de ahora. Porque la renuncia de Benedicto XVI es más grave y lesiva que la del débil Celestino V. El final del siglo XIII no es igual que la primera década del siglo XXI; habrá que recordárselo machaconamente a los ilusos.

Hace año y medio, cuando se rumoreó insistentemente sobre la intención de Benedicto XVI, publiqué en Ex Orbe este articulete:

Otro gran rifiuto ??? (sobre una supuesta renuncia 'por edad' del Papa)

 
Mantengo la reflexión y lo dicho. Pero lamento que la sospecha se haya consumado, tan sorpresivamente.
 
Las preguntas, hoy, surgen irreprimibles, cargadas de malos presagios. ¿Porqué ahora, en mitad de su 'año de la fe', convocado y proclamado por él mismo? ¿Así celebra los grandes faustos conmemorativos del medio siglo del Vaticano IIº?
 
También me pregunto si lo del vatileaks habrá tenido algo que ver. Y también si la enorme crisis de la Iglesia en Alemania y Austria, con recientes palabras y hechos desconcertantes, ha pesado sobre la voluntad del Papa Ratzinger.
 
¿Por qué en Febrero-Marzo, meses antes de la muy publicitada jmj brasileña? ¿Por qué en mitad de curso, en plena Cuaresma? ¿Por qué la reciente reestructuración de la Casa Pontificia, con nombramientos que se preveían 'de blindaje'?
 
En fin, son tantas preguntas, tantos flecos, muchos interrogantes sobre un acto que daña gravemente a la Iglesia, dejándola tan debilitada como se confiesa estar débil el sorprendente Benedicto XVI.
 
A estas alturas, bajo la impresión de este golpe, confieso que la entereza firme del anciano, herido y enfermo, Juan Pablo II sí se me aparece grande, magna. Y Benedicto se me empequeñece como un pergamino reseco, arrugado, ajado.
 
Esta mañana, al poco de conocer la triste noticia, he rezado el 'Sancta María succurre míseris, iuva pusillanimes, réfove flébiles...'
 
Entre los míseros, me ponía yo mismo; entre los pusilánimes, a Benedicto.
 
Y a todos los católicos entre los flébiles, hoy especialmente.

Sancta María, succurre míseris,
iuva pusillanimes, réfove flébiles,
ora pro pópulo, interveni pro clero,
intercede pro devoto femíneo sexu:
sentiant omnes tuum iuvamen,
quicumque celebrant tuam sanctam commemorationem.

Amen
 
 
+T.
Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿adónde vas?». Jesús le respondió: «A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás».  Pedro le preguntó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Jesús le respondió: «¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces».
Jn 13, 36-38
El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios

Lc 9, 57

Benedicto XVI anuncia que renuncia

 
 
 
 

Neo-monjas guitarreras-copleras


Antes, cuando una se metía monja, dejaba atrás el mundo y entraba en la clausura, mundo interior. Ahora es al revés: Las nenas neo-monjas entran en el convento con su mundo encima, e introducen su mundo en la clausura, instalándose con su mundo exterior, que invade y se impone dentro del convento. Las monjas viejas, cansadas de bregar, se dejan llevar y asumen encantadas las alegrías mitigadoras de las chicas nuevas que, al poco de entrar, en cuanto llegan, ya tienen ideas, proyectos. Y graban un disco.

Como estas carmelas de Valladolid, muy lanzadas. Al final, son monjas, y por mucho que guitarreen y le den al bongo y a los palos rítmicos, lo que canturrean es una empalagosa cantata monjil pop-kikera. Esa es otra: El tufo del kikerío se nota tela, tela. También lo han metido en el claustro, con todo su efecto (que lo tiene),

Dicen que resultan bien, que se adaptan mejor que las africanas y las hindúes porque el venir con el idioma solucinado ayuda mucho. Y también como traen la impronta neocatecumenal y manejan la Biblia y cantan y guitarrean, todo eso les facilita el tránsito de la calle al claustro. Aunque, como ya dije, lo que traen de fuera lo meten dentro, con ellas, como si de una dote se tratara: Enriquecen al convento con sus kikerías, sus copletas y sus guitarritas, es decir. Esa es su aportación.

Al poco, en muchos sitios, se recortan los hábitos, se quitan las tocas, se achican el velo, y se transforman en monjas de medio hábito. Conozco a unas carmelas de un convento que fundo Stª Teresa que ya no hacen cilicios ni disciplinas de cáñamo, porque están demodées, ya no se estila la mortificación penitencial. Llegó una monja foránea con ideas y, al poco de arribar y ser elegida superiora, recortó hábitos, reformó tocas, y cerró la fábrica de cilicios (un negocio nada boyante, no nos engañemos, con poca demanda porque la fe mengua y la penitencia se volatiliza, y - también - porque un cilicio y un flagelo de cordel son para toda la vida, duran la mar - doy fe - y entre una cosa y otra y las pocas ganas de la superiora susodicha, finiquitó la empresa). Ahora que están pidiendo porque se les cae el convento, yo no les pienso dar un duro. Si volvieran a la manufactura de las disciplinas, me ablandarían la voluntad. Pero si no, nones.

Volviendo a las carmelas kikas-copleras de Valladolid, esta es su web, para el que quiera empalagarse un rato. Tienen videos, fotos, cosas...Muy propio todo. Y algunas cosas raras, algunos detalles, algunas imprecisiones, algunas cosas que dicen (o que cantan). Si hubiera Santa Inquisición (¡¡ay!!) seguro que las examinan, las llevan al tribunal y ya se aclararían las cosas esas que suenan mal. Hay material para inquirir, créanme.

Resumiendo, yo diría que estamos ante una variante de lo de la nenas de Lerma (aquellas que empezaron clarisas, se quedaron con los conventos de las clarisas y terminaron fundando una novedad con hábitos vaqueros y tal). ¿En qué parará todo esto? ¡Yo qué sé!  Pero si sé que las clausuras conventuales no son - cincuenta años después de aquel mejorable V2º - ni sombra de lo que fueron.

Y no son mejores que lo que fueron.

n.b. Las de la foto son carmelitas descalzas de rigor, no guitarreras.


+T.

sábado, 9 de febrero de 2013

Ravasadas (también por carnaval)




Ravasi, otra vez. Esta vez con la trasnochada coartada de irse de marcha con los juniores para entenderlos en su propio terreno. Me imagino el montaje del acto (acto inaugural de los actos bienales de un Pontificio Consejo, nada menos), acarreando a ese grupete cutre-rock de medio pelo, más la chavalería invitada y reclutada entre los píos contactos de las pías familias tratadas por Ravasi y sus monseñores adiuvantes.

La escena - como Uds. pueden ver - resulta patética, con niños (sí, hay niños (y niñas)) palmoteando en el gallinero y en la platea cardenales octogenarios con seniles semblantes llevando el des-compás con su pies reumáticos sobre el parqué del píccolo auditorio, convertido por arte y gracia de Ravasi en versión comprimida del Espárrago-Rock, o una miniatura vaticana del Woodstock aquel, ad usum Suarum Eminentiarum.

La gracia desgraciada es que, después de este happening rock, Ravasi predicará al Papa y a la Curia Vaticana los ejercicios espirituales de esta próxima Cuaresma, cosas veredes! Cosas de estos tiempos que tanto se asemejan en tantas cosas a los peores tiempos de la Curia, sin entrar en detalles (ni antiguos ni contemporáneos).

Ravasi es un horror que yo no sé cómo ha llegado y quién lo habrá aupado, cosas de la Italia profunda. Pero el eminentísimo no se corta un pelo y va a toda pastilla por la autopista de la nuevangelización. Sin freno.

Y como empecé con youtube, sigo con youtube al canto, con variante sobre lo mismo: Ravasi entretiene a los Cardenales con jovencitos, esto es, jóvenes que discursean en el aula a los Sres. Cardenales (o tempora, o mores!) :




Se entiende que todo es escena y cebo, montaje y coartada con unos pocos chicos de aquí y allá, modositos con pelo largo, gorritos y look étnico, pero nada más. En uno de los planos sale el funesto Schönborn, de clergyman, junto a Erdö. La sensación de despiste desganado de los presentes tiene un pico de autenticidad y dedo en llaga con el testimonio del Cardenal Sandoval:

“Algún muchacho de 15 años me dice: vivir toda la vida con hambre y sin ser nadie, mejor dos o tres años con dinero. Me van a matar pero dos o tres años voy a tener dinero y poder. Y se meten a una banda de malhechores”

Dignas también de análisis (en otro sentido) las poses y movimientos de Ravasi, un muestrario de muecas de horror y pavor, todo máscara, mitad ensayo espontáneo, mitad espontaneidad estudiada. Y la mirada (incluso las 'miraditas'). ¡Qué miedo!

Se me horripila la dermis católica cuando considero las cuadrillas cardenalicias que se van formando y las cabezas que van destacando para los próximos cónclaves que vendrán (cuanto más tarde mejor); Dios nos coja confesados.

Y no es que tema lo peor (que puede temerse), sino que me meten miedo escénico personajes como Ravasi, tan hombre de mundo (eclesiástico) que horroriza imaginárselo urdiendo componendas entre los cortinajes de un cónclave.

Imagino que será dantesco el destilado final alquitarado de las maniobras de aprendiz de brujo de un prelado tan inquietante como Ravasi.

La (santa) suegra de San Pedro nos valga (que se llamaba Perpetua, por cierto (tremendo nombre para una madre política)).


+T.

viernes, 8 de febrero de 2013

Despotriquemos, que es carnaval



En la Europa en crisis, la Alemania de la severa y parsimoniosa canciller Ángela Merkel parece un alcázar sobre un picacho inaccesible con rico abasto de recursos. Sed contra, en la Iglesia de Benedicto XVI Ratzinger, Alemania es el muestrario cotidiano de la descomposición del Catolicismo. Aunque la grabación es de hace dos años, el youtube del cura-payaso sermoneando desde un precioso púlpito barroco es una impactante alegoría. Lo grave es que es verdad, que es real, que ilustra lo que pasa en Alemania (y en todos sitios).

Si pican Uds. en el youtube y acceden a la página donde está publicado el vídeo, como estrambote a la imagen podrán Uds. leer los comentarios, entre ellos estos dos, en español:

ortodoxiacatolica (argentina) dixit: 
"¡Vergonzoso, irreverente! ¡Menos mal que la "misa" del Novus Ordo no es válida! Estos son los frutos podridos del llamado Concilio Vaticano II, origen de la nueva nueva iglesia, que no es la fundada por Nuestro Señor Jesucristo, sino un burdo remedo de la misma."

jorge mario calderon (argentina) dixit:
"este ni siquiera está ordenado, pues el nuevo ritual de ordenación no es válido,por lo tanto allí no hay misa,y peor todavía la del novus ordo, no hay sacerdote, solo quedan los templos profandos, y los estúpidos aplauden."

Este tipo de observaciones no son fruto de la casualidad, no son una ocurrencia momentánea de un comentarista católico-tarado. Lo del cura payaso tampoco. El cura caricato puede decirse que es producto final de la degeneración católica post-conciliar, y los dos comentaristas también. Cada cual en una banda opuesta, corresponden a un mismo proceso polarizado de degeneración. Pero en ambos casos, tanto el cura clown como los comentaristas católico-histéricos han sido de-formados, cada uno de ellos por una mano/mente a su vez católico-trastornada.

No soy proclive a las medianías, y suelo recordar de vez en cuando que la posición media de los herejes semi-arrianos y semi-pelagianos no solucionó la herejía respectiva sino que inventó otra nueva. No obstante aborrezco tanto a los payasos curas como neo-recalcitrantes de pacotilla.

Repetir extremos termina suscitando gente que se tragan los extremos y luego vomita todo lo embuchado envuelto en bilis sedevacantista apocalipticista, con la extravagante conclusión implícita de que ya no hay Iglesia, ni Papa, ni Jerarquía y sólo quedan los 144.000 (o menos) dispersos por el orbe sin urbe, que son los católicos fetén, sin mezcla ni sucedáneos. A la postre, me temo que degenerarán como esos grupúsculos sectarios que andan sueltos por ahí, con anti-papas de opereta tragi-cómica cum degeneratione atque depravatione anexa.

Todavía les falta el detalle (no sé si alguno ya lo habrá hecho) de entrar en las iglesias de los curas-payaso, abrir los Sagrarios y pisotear el Sacramento, como en otros convulsos tiempos se hizo. Aunque hay que reconocer que los payaso-curas se atraen merecidamente las iras y el descrédito de los irritados (yo también me incluyo).

Los curas-payaso, la desgracia de la otra banda, son la evidencia de la inepta, irresponsable y culpable Jerarquía que los forma, los ordena y los consiente; a veces hasta los protege y mima como clero especialmente querido y motivante, agentes de nuevangelización.

La gente corriente, nuestra feligresía de diario, ordinariamente, ni se entera. Los que uno piensa fieles conspícuos son, muchas veces, relleno común, vulgo ordinario que consume Sacramentos sin discernir, incluso sin desear verdaderamente (témome algunas veces). Esta mañana mismo me he visto (des)calificado de 'meticuloso y lento' porque intento decir la Misa con devoción y recogimiento conscientes. El foco crítico en cuestión valoraba más la puntualidad relojera que la piedad sacerdotal, algo circunstancial (pensarían), que es (supongo que suponen) un capricho subjetivo y personal, tanto que nadie se rebela contra un cura vestido de payaso, porque lo ven tan tolerantemente como a un cura lento-meticuloso, dos casos, cada uno con sus peculiaridades. Sólo son matices (piensan, intuyo). Y (no lo quiero pensar con detenimiento) si el feligrés-a medios tuvieran que escoger entre un cura-payaso y un lento-meticuloso, se quedarían con el payaso (que les divierte más y les fastidia menos).

Para nuestros muy deficientes y decepcionantes prelados lo preocupante, lo que les haría reaccionar con ira impaciente y vis colérica, es saber que algún cura de su diócesis dice la Misa de siempre, vuelto al altar y con manípulo. El payaso no les supone problema, no les escandaliza. Pero el cura tradicional sí, porque la tradición católica ha sido erradicada por decreto como una especie de antiguo rito que el desventurado V2º arrambló y el entusiasmador Beato Magno barrió (*** el motu proprio Summorum Pontíficum es una extravagancia olvidable, nada más).

Por eso los católicos conscientes estamos tan incómodos, entre apocalipticistas sedevacantistas y payasos modernistas, orientando/ocupando coordenadas de un espacio propio que no es (no puede ser) centro entre extremos disparatados, ni punto medio de polos dispares.

Me gustaría decir que nuestro lugar está por encima de las dos puntas. Me gustaría decir que nos reconocemos en las palabras de tal o de cual mitrado, de aquella diócesis o de aquella otra. Pero no, de hecho no podemos ubicarnos porque las zorras tienen madriguera y los pajarracos nido (o campanario), los anglicanos ordinariatos y los luteranos aviso de ordinariato, pero los católicos conscientes no tenemos ni una parroquia donde recogernos piamente.

Por ahí hay algunas, lo sé, Pero por aquí no nos quieren ni en la punta de un cañón.

Si fueramos adictos a las payasadas, otro gallo nos cantaría.


+T.

lunes, 4 de febrero de 2013

El golpe de Morerod

Ser obispo de Ginebra conlleva por oficio heredado mantener (por lo menos aparentar) la dulzura del Santo Obispo Francisco de Sales. Su sucesor en la sede, Charles Morerod, parece, sin embargo haber reservado el destilado de la miel salesista para los hugonotes, calvinistas y luteranos del lugar y sus alrededores, así como para con los cismáticos orientales, todos ellos bienvenidos en cuanto lo necesiten y soliciten el uso de cualquier iglesia, templo o capilla católicos. El ofrecimiento es ecuménicamente muy generoso, muestra del aperturismo fraternalista más acendrado, muy típico de aquellos lares cantonales, con fronteras alpinas multiconfesionales, como los mismos cantones suizos, historia pura, viva historia de la fragmentación político-religiosa de nuestra vieja Europa.

Hasta cierto punto, dado el fenómeno de la inmigración (que no sé cuánto significa estadísticamente en la muy circunspecta Federación Helvética), se comprende que la sensibilidad ecuménica del obispo Morerod (imposible ser obispo, actualmente, sin coartada y acreditación ecumenicista garantizada y puesta al día) se preste a compartir templos católicos con rumanos y croatas (principalmente, supongo) necesitados de espacio cúltico. No comprendo, sin embargo, que se ofrezca lo mismo a los protestantes, siendo por aquellos pagos tan (lamentablemente) frecuentes y numerosos como los propios católicos, con sus propias capillas abiertas y funcionando. Sería muy raro que en Suiza los protestantes tuvieran menester de pedir prestada una iglesia católica, sería extrañísimo.

Dado que - salvo el asilo de Asís, no obstante su 'espíritu', quiero decir - parece estar claro que no se prestan iglesias (salvo en Asís) para ritos paganos impíos atque pérfidos (matizando que en Suiza hay algunos residentes turcos que pudieran pedir iglesia para trocarla en ocasional mezquita, caso posible), parece colegirse que el decreto de Morerod es, más que nada, un premeditado e intencionado latigazo de castigo a la FSSPX, citada expresa y llamativamente en el punto/parágrafo 3º del documento, entre cismáticos, herejes, infieles y paganos. Con el agravante infamante de que aquello que se les concede graciosamente a los cismáticos y herejes se les niega rotundamente a los católicos de la FSSPX, proscritos en su propia tierra, su misma patria, por el prelado católico heredero actual del dulce y amable Francisco de Sales.

Nunca se imaginaría el Santo Obispo que llegaría el día en que otro obispo, sucesor suyo, decretara la prohibición de celebrar la Santa Misa que él celebraba piadosamente en las iglesias, capillas y oratorios de su diócesis, que ahora, por decreto episcopal, mantendrán sus puertas cerradas para los sacerdotes católicos que necesiten, soliciten o simplemente quieran celebrar la Misa católica de siempre en una iglesia católica de la diócesis católica de Ginebra. Morerod dixit.

La situación del caso/crisis FSSPX parece haber tomado un giro nuevo. Desde el 2006 al 2013 se ha pasado paulatinamente de la impresión de la conciliación  a la alarma de la proscripción, hasta tal punto que hechos consumados como este decreto de Morerod parecen una provocación, una incitación a la ruptura, casi una declaración cismática definitiva (por parte de Morerod).

Morerod no es un moderado. Quien lo haya supuesto así, no entiende, ni aprecia matices. Morerod está en la línea - por ambiente, por formación, por influencias, por referencias - de Schönborn, Koch y Werlen, el abad de Einsiedeln. Morerod es del estilo de Müller. Morerod es dominico, dominico suizo, a caballo entre Francia-Alemania-Italia, dominico del estilo dominico europeo, con un perfil muy precisable para quien conozca el hic et nunc de la Orden de Predicadores. Morerod no es, en ese sentido, una sorpresa, sino un previsible dominico actual, con todo el resabio adjunto que un prelado suizo puede esconder contra la FSSPX, su impactante y dura contrafigura en el espejo del catolicismo de ayer y hoy.

Preguntarse por el valor de la circular de Mons. Di Noia (dominico made in USA) a los miembros de la FSSPX parece casi obligado después del Decreto de Ginebra. Opinan algunos que se trata de una escenificación del rol/guión del poli bueno-poli malo, algo tragicómico, si fuera tal. Otros sospechamos que las distancias son reales y la tensión también: Unos favorecen la integración reconciliante y otros minan cualquier alternativa que no sea la rendición incondicional. Morerod está en el bando agresivo, y habiendo formado parte de la malograda ronda de conversación/discusión con los representantes de la FSSPX, se puede bien colegir que haya sido uno de los 'duros' intransigentes vaticanosecundistas que buscaban el sometimiento, no la reconciliación.

Las formas de Morerod se desvelan tan paradójicas como patéticas, vistas en clave intra-ecuménica, que es una clave, para este caso, imposible de obviar.

Por otra parte, surge insoslayable una pregunta de fondo: ¿Qué teme Morerod de la FSSPX que no teme, sin embargo, de luteranos, calvinistas, hugonotes y cismáticos? ¿Que contagien de catolicismo a su diócesis, a la Iglesia Católica? ¿Que infundan espíritu católico en la promiscuidad ecuménica? ¿Que planten en la descomposición cantonalista eclesial simientes de catolicismo, de espiritualidad católica, de moral católica, de recuperación católica?

El 'decreto Morerod' ¿es una declaración de guerra o el síntoma agudo de un complejo?

Sea lo que sea, no es bueno, no es católico, ni es un ejemplo de caridad pastoral; tampoco de sensibilidad católico-ecuménica.

Y está claro que en la Ginebra de Morerod el espíritu de Francisco de Sales relumbra hoy por su ausencia.

p.s. Por cierto, si quieren, relean Uds. lo que publiqué aquí, en Ex Orbe,  hace un año y pico, cuando la ordenación episcopal de Morerod, un articulete con bastantes presagios de lo que ahora comentamos.


+T.

sábado, 2 de febrero de 2013

Müller dice, Müller hace


Lo que diga el Prefecto de Doctrina de la Fe no es banal; quiero decir que no debe serlo, que lo que opine y refiera en público es algo digno de tenerse en cuenta. Por eso, en estos últimos días, una cita de Müller ha corrido por los mentideros del internete católico y el descatólico, unos preocupados y los otros animados. La frase, pronunciada durante la conferencia de Müller en la Facultad de San Dámaso en Madrid, el pasado día 28 de Enero, dice, resumiendo, esto:  "la contraposición de liturgia pre y postconciliar es un instrumento ideológico".

La cita se enmarca en un contexto más elaborado, entiendo. Así aparece en el articulete del que tomo la referencia: "...la contraposición de la teología y liturgia preconciliares y posconciliares es contraria a la experiencia personal en la vida de la Iglesia y demuestra ser cada vez más un instrumento ideológico con el que se quiere romper la unidad de la Iglesia en la continuidad de su tradición y mediación histórica de la revelación (...)" (ver aquí)

No sé, exactamente, lo que querría decir, pero me parece absolutamente discutible. Y necesariamente precisable. Empezando por el mismo concepto 'instrumento ideológico', que en boca de un teólogo alemán puede significar algo no del todo evidente.

Yo le preguntaría a Müller:

1 qué entiende por ideología
2 qué entiende por 'instrumento ideológico'
3 si le consta que la controversia litúrgica es o puede ser tal instrumento, o es mera suposición
4 si lo ideológico del instrumento es propio del catolicismo o ajeno a él
5 si lo ideológico católico es o no es propiamente de la Iglesia Católica, en cuanto tal
6 si el Catolicismo es ideología o es esencia
7 si estriba en lo esencialmente católico algún punto esencial de la controversia litúrgica

Y seguiría así, planteando más cuestiones a Müller, que debe de saber algo sobre el particular de la ideologización del catolicismo, siendo èl mismo un reconocido dilettante de la 'teología de la liberación', cuyos postulados son una evidente ideologización del catolicismo. Aunque no sé si Müller lo reconocería - dudo de la coherencia de su vis crítica - dados los síntomas tan parciales que deja aflorar, passim.

Por ejemplo, en esta otra andanza suya, conocida también recientemente: Mons. Gerhard Müller pide explicaciones al Cardenal Cipriani

¿No se desvela, una vez más, el fondo (y la forma) de Müller?  Atreverse con el Cardenal de Lima supone una determinación muy particular, dado por supuesto que el Cardenal Cipriani está actuando con absoluta ortodoxia tocante al caso de la PUCP. ¿Por qué interviene Müller? ¿Acaso por cercanía ideológica con los teólogos afectados por las medidas del cardenal Cipriani? ¿Tiene algo que ver en el caso (si hubiera caso) la amistad de Müller con el peruano Gustavo Gutierrez, el patriarca de la 'teología de la liberación'? ¿Está Müller más cerca ideológicamente de Gutierrez que de Cipriani, y por eso interviene? ¿Su intervención es o no es ideológica? ¿No está usando el caso (si lo hubiera) como 'instrumento ideológico'?

Cada vez tengo más aprensiones respecto a Müller, uno de los más desconcertantes nombramientos de Benedicto XVI, ajustándose tan mal el perfil de Müller con las exigencias del antiguo Santo Oficio, el que fuera, antes también, el más alto entre los dicasterios de la Curia Romana.

El Arzobispo Müller, aspirante inmediato al cardenalato por fuerza de su cargo, va dejando claro, cada vez más, lo que piensa y cómo se mueve. Será - ya lo es - uno de los jerarcas más señalados, con mucha influencia hoy y mañana, con Benedicto XVI y luego de él.

No creo que resulte extravagante ni paranóico el sentimiento de muchos católicos, que tienen la sensación, cada vez más intensa, de que van a por ellos, de que son perseguidos y se les pretende erradicar porque defienden y representan al catolicismo que desde hace 50 años parece quererse barrer.

Se non è vero, è ben trovato.


+T.