miércoles, 22 de enero de 2014

La (maravillosa) curia francisquista


Todavía no hace un año de la catástrofe; todavía es prematuro (?) concluir cosas, emitir juicios (?). Pero el cuento de Francisco en el Vaticano de las Maravillas tiene ya páginas sombrías, intrigantes estancias, rincones inquietantes, pasadizos medrosos. No todo es luz, no todo es paz, no todo es armonía. Incluso parece que se afirman y confirman tensiones constantes, penumbras de densidad creciente.

Por ejemplo, ese juego de esgrima (¿o combate a mandobles?) entre el hondureño (cada vez más hondo) Maradiaga (ese personaje) y el extraño Müller. Dos cabezas topándose como arietes. Conste que Müller es (esta vez) el defensor del alcázar mientras el Purpurado Centroamericano insiste en protagonizar el buenismo aperturista, pánfilo procurador de la pastoral de mecida de hamaca, el retrato perfecto del buen indígena coronado con birreta de Cardenal, el jugador de la buena mano que farolea con sus cartas (pastorales, of course) y lanza una bocanada de humo (habano caribeño, of course) a la eminentísima cara del prefecto cardenal electo de la CDF. Tanto descaro gasta Maradiaga que uno se pregunta si no tendrá detrás, respaldándole, a quien todos sospechamos. El titular del VaticanInsider dejome estupefacto: Maradiaga a Müller: «Deberías ser más flexible»

No salía de mi asombro al ver esta inaudita partida entre cardenales cuando me dí de bruces con otro topetazo del ariete de Tegucigalpa, muy formidable también, esta vez contra Mons. Ganswein. Don Georg auguraba (sorprendentemente) una airosa salida al obispo de Limburgo, el manirroto insensato Mons. Tebartz van-Elst. Decía al respecto Gänswein :
"...creo que la investigación va a aclarar las acusaciones de pérdida de dinero, falta de comunicación y omisión de los organismos de control a favor del obispo." (entrevista en el Mittelbayerische aquí, pg. 3)

Por su parte, el salesiano hondureño, afirmaba sobre el mismo caso:

"...Sufro por los católicos alemanes, por el problema que hay ahí (...) Pero de este caso puede surgir incluso algo positivo (...) deberíamos cambiar un par de cosas entre nosotros, no solo en Limburgo (...) Quien ha cometido un error debería reconocerlo para pedir perdón y buscarse otro lugar. Muchos fieles están heridos..."

Merece la pena re-leer la entrevista de Maradiaga en Vatican Insider. ¿De qué se trata? ¿Un contencioso germano-hondureño? ¿O un tenso encontronazo entre la vieja guardia de Benedictus y el mascarón de proa de la reforma (?) de PP Franciscus?

Cuando vayamos viendo cómo se resuelven (o no) los problemas y sus respectivos implicados, podremos ir concluyendo la especie de todo ello.

Para completar la escena: Sobre incidentes de morbosos atque libidinosos actibus circa sextum intra Milites Helveticos, Mons. Becciu se planta y desafía al ex-capitán de la Guardia Suiza a que cuente lo que sabe (?) o que calle para siempre (ver aquí)

Por cierto, ¿no han notado ustedes la simpática estampa 'cosa nostra' de Becciu? Hubiera dado el tipo para actor de reparto en una peli de Coppola, ¿verdad?

Desde luego, en calidad puede que hayamos perdido, pero en emoción creo que estamos alcanzando cotas muy intensas.

Oremus? Yes, yes, of course. Será mejor que oremus et oremus plus.

+T.