viernes, 2 de enero de 2009

Los inocentes

La cita del cap. IIº de San Mateo, es estremecedora. Un Lamento extractado de un oráculo profético del más patético de los Profetas. Mt 2, 18 cita a Jr 31, 15

"...vox in Rama audita est
ploratus et ululatus multus
Rachel plorans filios suos
et noluit consolari
quia non sunt".
"En Ramá se oyó una voz, llantos y grandes gemidos: Raquel llora por sus hijos, y rechaza el consuelo porque ya no existen."

Las inocentes víctimas "colaterales", se podría decir, no queridas directamente sino como consecuencia de un objetivo primero. Fatídicas víctimas, pero víctimas. Como estas, valga el ejemplo, también "colaterales", matadas por ser y estar. Para poder seguir vivos, estos 8 hijos no deberían haber nacido hijos de su padre y/o haber permanecido en la casa de su padre. Según la lógica diabólica de los agresores, han sido matados por ser quienes eran y estar donde estaban. Razón esta que exculpa a los victimarios y marca a las víctimas para el exterminio.

Ese concepto de "lógica diabólica" se lo escuché por vez primera al p. Mendizábal en unos ejercicios espirituales. Comentaba la lógica infernal del argumento de que "los enemigos de mis amigos son mis enemigos" y el otro de que "los amigos de mis enemigos son mis enemigos" y el otro también que dice "los enemigos de mis enemigos son mis amigos". Los peores pactos y los más violentos actos se han cometido según ese maléfico (maquiavélico?) guión. Véase la historia, passim. Y la actualidad contemporánea, también.

Ante cualquier conflicto violento que provoca y causa víctimas, la cuestión de conciencia surge para el moralmente consciente: ¿Con quién estoy? ¿A quién defiendo? ¿Por quién clamo?

Queda siempre, también, el recurso de la moral estupefaciente, que se adormece, desconecta o auto-colapsa para no verse obligada a la opción moral que se teme. Esta des-opción moral (que es omisión pero a veces se enmascara de "prudencia") es muy practicada y es la más socorrida por y para los que siempre flotan y son espuma que quedan por encima de todo. Personalmente, me provocan particular repugnancia. Aunque muchos de estos terminan siendo "grandes hombres" con muchos reconocimientos y honores, una especie de versión del retrato de Dorian Grey que salpica páginas y páginas de la historia (de la Historia de la Iglesia también).

Cuando miramos y juzgamos el mundo, los cristianos nos encontramos con el dilema siempre dificil y casi nunca bien resuelto de opinar/actuar secundum mundum o secundum Regnum.

Nos da miedo, nos provoca mucha tensión resolver el dilema porque sabemos que la opción pro Regno cuesta la vida, pero la salvaremos si actuamos según los criterios del mundo y sus "lógicas". Un dilemático "to be or non to be" tan definitvo y definitorio. Ecco!

p.s. Por cierto, que deberían llevar comillas intercalantes "cuesta la vida" y "la salvaremos". Aunque reconozco que la mayoría de los dubitantes-optantes no están para comillas y suelen resolver obviándolas.

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