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martes, 23 de febrero de 2021

Cátedra herida

 

Lo mismo podría haber titulado 'cátedra enferma' o 'cátedra débil' o 'cátedra insegura' o 'cátedra móvil'...Todo esto se me venía al pensamiento mientras rezaba esta mañana el oficio de la fiesta de la Cátedra de San Pedro, tan desprestigiada -¡y con cuánto dolor lo digo!- desde aquel 13 de Marzo, cuando la ridícula escena de la loggia delle bendizioni preludió la lamentable situación que padecemos por obra y desgracia del ocupante de esa Sede, que debería ser roca firmísima y no pozo de confusión y máquina de derrumbe. 

Si en la médula de la identidad católica está el reconocimiento y confesión sagrada de esa Sede y del Romano Pontífice que la ocupa y desde ella rige en santidad y caridad a la Santa Iglesia confirmando y sosteniendo la fe católica de los fieles católicos, cuánto le pesa a un católico fiel, con cuánta pena escribe quejándose de la incuria que padece esa Sede Sagrada. Ocho años se van a cumplir, ocho años de confusión, decadencia y demolición, ocho desgraciados años que están marcando uno de los periodos más oscuros de la Historia de la Santa Sede. 

 En el sermón de San León Magno que la liturgia del oficio presenta como meditación, se dicen cosas como esta: "....El Señor le respondió a Pedro: Tú eres Pedro», esto es: Yo soy la piedra inquebrantable, yo soy la piedra angular que hago de los dos pueblos una sola cosa, yo soy el fundamento fuera del cual nadie puede edificar; pero también tú eres piedra, porque por mi virtud has adquirido tal firmeza, que tendrás juntamente conmigo, por participación, los poderes que yo tengo en propiedad (...) Sobre esta piedra firme -quiere decir- edificaré un templo eterno, y la alta mole de mi Iglesia, llamada a penetrar en el cielo, se apoyará en la firmeza de esta fe (...) al confiar semejante prerrogativa, no sin razón se dirige el Señor a uno solo, aunque hable para todos, la autoridad queda confiada de un modo singular a Pedro porque él es constituido cabeza de todos los pastores de la Iglesia...". 
 Y el versículo de Lc 22,32: "Pedro, yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos." 
 
Vivir unos tiempos en que el sucesor de este Pedro declina el título de Vicario de Cristo y confunde, no confirma, enreda, no ata ni desata, desgobierna, no rige con autoridad sagrada e incontestable. Unos años en que la voz del Pastor de los pastores se vuelve una palabra común, una inter pares, sinodalizando en fragmentos la unidad y solidez de la Cátedra Petrina; ser católico bajo este torcido cayado, es pesado, es amargo, es un aciago vivir el catolicismo avistando un horizonte proceloso que se echa encima de la barca de Pedro. 

 Pero "el poder del infierno no la derrotará", clama la profecía del Señor. Y el alma se serena, y el ánimo se revigoriza aun sabiendo que hay un poder infernal que nos quiere derrotar, y que cada día sentimos su arremetida.

Y quien tenía que ser firme patrón de la barca y Cabeza visible del combate, ni guía, ni confirma, ni lucha, ni alienta para vencer, ni enardece para glorificar. 

Prefiere dialogar y emparentar a todos con todos en un idílico edén, un jardín selvático, un pantanal tan inadecuado para cimentar una Sede que reclama por institución divina, una roca firme, piedra de un verdadero Pedro.

+T.

lunes, 21 de enero de 2019

Francisco no bendice los corderos


La bendición de los corderos el día de Santa Inés es una de esas antiguas ceremonias papales que han sobrevivido al vandalismo vaticanosecundista. Era una imagen amable que todos los años se repetía: El Papa bendiciendo la pareja de corderitos blancos, con cuya lana se tejen los palios arzobispales que bendecirá el Romano Pontífice en la solemnidad de San Pedro para los nuevos metropolitanos católicos. Así se hacía desde hace siglos. Hasta hoy.

Esta mañana no ha habido bendición papal de los corderos de Santa Inés. En la basílica de Santa Cecilia in Trastévere, donde las monjas benedictinas preparan y adornan los corderitos para la bendición, en una ceremonia que parecía improvisada, un monseñor cualquiera (Mons Marco Frisina, el compositor de música religiosa), en traje de calle (gabardina sobre pantalón, sin ni siquiera una estola, sin ritual, con un folio en las manos (¿habría hisopo, acetre, agua bendita???), tal y como plasma la foto, bendecía los dos corderos colocados en sendas cestas sobre las losas del presbiterio.

Un capítulo más del desprecio francisquista. Todo se estropea. Todo se descuida. Todo se vulgariza. Todo se afea.

Parece como si se estuviera actuando bajo la consigna de pisotear el sagrado solio petrino en todas sus modalidades, de todas formas, sea por comisión, por omisión, por negligencia o por corrupción.

Insignificancias, dirán algunos (los mismos, los suyos, los actores y/o sus admiradores). Yo digo que son significancias, tantas, con y sin palabras, casi a diario. Un lustro, quasi media docena de años ya.

Sunt lacrimae rerum!

El llanto de tantas cosas, por tantas cosas.

En el blog Messa in Latino lo cuentan así (con estrambote):

La benedizione degli agnelli di Sant'Agnese




+T.



jueves, 1 de marzo de 2018

Illo témpore...


Suelo tener a mano un misal antiguo, de los de mano, de devoción, como complemento y auxiliar; de hecho, varios: en el despacho, en casa, en la sacristía, incluso alguno cerca del Altar, de socorro, por si algún imprevisto. De entre los que manejo le tengo especial querencia a uno muy gastado, de los que pululaban por mi casa y se salvaron de la aniquilación del derrumbe, encuadernado en piel, despellejado en el lomo alto, con las cintas quasi a punto de disolverse en hilachas, con alguna merma en las páginas primeras y últimas y por eso le falta el colofón que me impide ponerle fecha, pero se imprimió y publicó en Valencia, en 1941-43 (creo), antes de la reforma de la Semana Santa (¡ay!). La edición estuvo a cargo, con prólogo, notas y comentarios, del padre Vicente Molina S.J. En Cuaresma, trae unas sabrosas introducciones a la Misa del día, con mención referencial de la estación romana respectiva. Este es el comentario de la de hoy, Jueves/Feria Vª de la IIª Semana de Cuaresma:

"Jueves de la Segunda Semana de Cuaresma. Estación en Santa María al otro lado del Tíber.

- Este templo de la estación estaba rodeado de la barriada más opulenta de los judíos y, como es natural, allí abundarían los vicios y hasta el desprecio a Cristo. Muy oportuna es la lectura del Evangelio de hoy que nos narra la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro; el Epulón, tipo del pueblo judío, rico en dinero y depravado, y Lázaro, tipo de la Iglesia, rica en virtudes y escasa en dinero. Los reproches de Cristo al pueblo judío tenían allí una resonancia especial."

Ya sé que quienes me leen no son tontos, pero, aun así, destaco el 'como es natural' y el 'Epulón, tipo del pueblo judío, rico en dinero y depravado'. Pero no es menor el subrayado para el 'Lázaro, tipo de la Iglesia, rica en virtudes y escasa en dinero'. Admirable todo. Estupefaciente, también. Incluso le cabría a todo ello el calificativo de inocente, la inocencia de ese bendito padre Vicente Molina, que Dios tenga en su Gloria junto a los Santos Inocentes, los confesores, no los mártires. Porque no me imagino al buen reverendo en el infierno de los antisemitas o en el limbo de los bobos, simplemente infiero que eran cosas, mentalidades, pensamientos de la época, de aquella terrible época del cuarentitantos, cuando por el Trastévere y el Lungotévere las SS hacían estremecer los umbrales de los hijos de Judá en la Urbe.

De todas formas, hagámonos cargo de que se pensó así y se escribieron - piadosamente - cosas así, sin más malicia, pero como cito. Aunque me gustaría que no hubiera existido todo eso, ni lo pensado, ni lo escrito, ni lo dicho, ni lo hecho.

Considérese, pues, cuán astuto es el tentador, capaz de disimularse hasta en el comentario pío, entre las páginas de un misalito, tanquam fina y silente víbora, lista para picar y envenenar (¡Sancte Michael, divina virtute in inferno detrude!).

Por lo demás, para cerrar, diré que en mis años de Roma, cada Cuaresma, siempre que pude, hice las estaciones, que les tengo devoción desde que, cuando niño, leía en los misales eso de 'Estación en Santa María in Trastévere', verbigracia.





+T.



lunes, 15 de agosto de 2016

martes, 1 de septiembre de 2015

Como el mercader de perlas finas: Reconociendo una de singular valor


...Un’ultima considerazione è rivolta a quei fedeli che per diversi motivi si sentono di frequentare le chiese officiate dai sacerdoti della Fraternità San Pio X. Questo Anno giubilare della Misericordia non esclude nessuno. Da diverse parti, alcuni confratelli Vescovi mi hanno riferito della loro buona fede e pratica sacramentale, unita però al disagio di vivere una condizione pastoralmente difficile. Confido che nel prossimo futuro si possano trovare le soluzioni per recuperare la piena comunione con i sacerdoti e i superiori della Fraternità. Nel frattempo, mosso dall’esigenza di corrispondere al bene di questi fedeli, per mia propria disposizione stabilisco che quanti durante l’Anno Santo della Misericordia si accosteranno per celebrare il Sacramento della Riconciliazione presso i sacerdoti della Fraternità San Pio X, riceveranno validamente e lecitamente l’assoluzione dei loro peccati.

LETTERA DEL SANTO PADRE FRANCESCO
CON LA QUALE SI CONCEDE L'INDULGENZA
IN OCCASIONE DEL GIUBILEO STRAORDINARIO DELLA MISERICORDIA

lunes, 15 de junio de 2015

Renovación sacerdotal ???



Han celebrado en Roma un encuentro sacerdotal, con participantes de todo el mundo. Se ha anunciado en los medios como 3er. Retiro Mundial de Sacerdotes, o con nombres parecidos. Los convocantes, los productores del evento han sido Rinnovamento Carismatico Cattolico y Catholic Fraternity.

La tarde del pasado Viernes 12, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, tuvieron un encuentro con PP Franciscus, meditación-charla papal y Misa multi-concelebrada, todo en la Basílica de San Juan de Letrán.

El interior de la Basílica Laterana deslucía como muestra la foto de arriba: En las naves, una multitud de clero mal trajeado, con prevalencia del minimalista look clergyman-gris. Y mucho celular con fotos, y mucha tablet fotografiando.

La plática de PP Franciscus fue de corte y estilo francisquista, sin ceremonias, sin profundidad, casera, con momentos ramplones, tópicos, expresiones llanas, vulgares. En español. Nada extraordinario, tal y como una retahíla mil y una veces soportada en reuniones de clero, passim.

El Papa estaba sentado, informalmente, ante una mesa, en el plano de la nave, al mismo nivel que el auditorio.

Al terminar, se retiró a la sacristía para revestirse los ornamentos, y los sacerdotes del mundo se endosaron alba y estola allí mismo, donde estaban, en la nave basilical. Cabe destacar un fenómeno recurrente: La muy notatable desaparición del cíngulo, un ornamento cada vez más en desuso. Simboliza - y así lo recuerda la oración que dice (?) el sacerdote cuando se lo ciñe - la virtud de la castidad y la continencia sacerdotal.

El Altar Mayor de la Basílica había sido afeado/profanado con dos grandes carteles alusivos al acto rematados por dos indecentes/irreverentes piñas de globos rojos y blancos. La panorámica de la Basílica con el clero colmando la nave y el altar con los cartelones y los globos, era lamentable.

Subrayo el detalle de cómo un aditamento vulgar puede vulgarizar lo más solemne, incluso la solemnidad de Letrán. Vean las fotos y el yutube de la celebración en Romereports.


El colmo de la vulgaridad lo puso una chirigota-coral mixta que pseudo-cantó durante la Misa multi-concelebrada pachangas carismatóides, con brazos en alto y movimientos corporales remedados fervorosamente por parte de los sacerdotes multi-concelebrantes.

Obvio comentar el buen ambiente del acto, la empatía de PP Franciscus con los presentes y el distendido ambiente general.

Este es el clero de Franciscus. Aunque hay más tipologías clericales francisquistas. Clerecías más periféricas, quiero decir. A su gusto.


p.s. Por cierto que he recordado que al clero católico tradicional, cuando se reúnen en Roma, les suele mandar un breve saludo de despacho por mano de algún monseñor de segunda. Un detalle que se aprecia mucho. Y su ausencia, lo mismo.


+T.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Revisionismo francisquista

En la prensa italiana (diario comunista Il Manifesto, 10 de Mayo) han sacado esta viñeta, un estupendo ejemplar del género 'sin palabras', pura abstracción visual, como un concepto barroco de aquellos que se expresaban igual, una imagen en una tarja. Muchos llevaban lema, empresa, pero, de suyo, no era necesario porque la imagen, dibujo o grabado o pintura, lo decía todo. Lo que sí era necesario para bien entender la imagen era su momento, dígase, si se quiere, contexto.

Esa viñeta con el guardia suizo en color y el Ché en la versión híper-divulgada de su máscara en blanco y negro graffitero haciéndose un selfie, se entiende hoy, no ayer, y se entenderá bien hasta dentro de un tiempo. Cuando haya que explicarlo, será porque su efecto-impacto habrá pasado. Es una imagen actual, con la fuerza del destello efímero.

Una imagen que sería/hubiera sido incomprensible en el contexto de la Roma de Juan Pablo II, cuando se combatió, cominus et eminus, la teología marxistizada o el marxismo cristianizado (o mejor 'catolizado'?) de la heterodoxia conocida como 'teología de la liberación'. Uno de los trabajos de Hércules del Magno JPIIº fue descabezar la hidra ponzoñosa del ultramar latinoamericano, quedando la monstruosa pravedad herida, vencida y muerta. O eso fue, poco más o menos, lo que el juanpablismo entusiasta vitoreó.

Una vez beatificado y canonizado, concluido el triunfo, vemos con estupor que no, que el bicho cristiano-marxista sigue vivo y que tiene incluso guarida y púlpito en el Vaticano, desde donde su progenitor ha proclamado que nunca fue doctrina condenada. Ante semejante desparpajo, parece evidente que el patrocinio de JP2ºMagno o está desactivado o es de muy baja potencia. Diríamos.

¿Y por qué? Por muchas razones, las más graves, jerárquicas: No se nombraron buenos epíscopos, no se eliminaron los malos, no se re-sanaron in rádice las congregaciones, ni los seminarios, ni los centros académicos. Conque al cabo de menos de diez años, lo que no se desarraigó, ha retornado, de la forma más insospechada, por todo lo alto, cápite et in membris.

La viñeta lo cuenta. Si no todo, quasi todo.

Si se atreven Uds. y tienen facultades, imaginen panoramas consecuentes.


+T.

viernes, 10 de abril de 2015

Dos escenas del Catolicismo que fue (que hemos perdido (que nos han expropiado))


Agnus Dei bendecido por el Btº Inocencio XI en Pascua de1677

Como adorno de Pascua, también como felicitación y regalo, pongo en Ex Orbe estos dos preciosos documentos, testigos de la decadencia del catolicismo romano. Las grabaciones nos permiten ver qué grave ha sido la caída, desde el sublime ritual de la tradición reverente y creyente, respetuosa consigo misma, hasta la simplicidad minimalista, vulgar y desconcertantemente ocasional, sujeta al capricho personal. Se despreció el antiguo tesoro de ricos signos y se nos obliga a aceptar la baratija insignificante.

El primer vídeo (con montaje un poco deficiente) muestra partes de la liturgia papal del Jueves Santo de 1964 en San Juan de Letrán. Pablo VI entra en la Basílica, incensa el Altar (con las reliquias de la Mesa de la Institución), ocupa la sede en el ábside basilical y cumple el rito del Mandato, lavando los pies a doce clérigos romanos.




Me resisto a comentar detalles, tantos y significativos. Lo principal es ver al Papa ritu servando, cumpliendo el rito, sujeto a las venerables ceremonias, siguiendo las indicaciones de los ceremonieros, con la solemnidad y devoción exigidas. La humildad del celebrante no necesita moniciones explicativas. Si el yutube tuviera sonido, los cánticos litúrgicos de la celebración completarían la emocionante impresión de las imágenes.


El segundo vídeo es una rareza, porque recoge no ya un rito reformado-deformado, sino que visualiza un ritual católico romano extinto, realizado por última vez por Pablo VI. Puesto que el ritual se cumplía en la Pascua del primer año de pontificado del Papa y después sólo se repetía cada siete años, la grabación recoge la penúltima ceremonia de bendición de los Agnus Dei, el Miércoles de la Octava de Pascua de 1959, por Juan XXIII, la única vez que el Papa Roncalli cumplió ese antquísimo rito papal:




Las oblatas de cera con la imagen del Cordero Pascual se preparaban por los cistercienses de San Bernardo alle Terme. El Papa, en una de las estancias del Palacio Apostólico, bendecía primero el agua con mezcla de Santo Crisma y bálsamos, luego echaban en la fuente bautismal las oblatas de cera, el Papa las removía con una espátula y las recogía poniéndolas en un cesto, rezando las oraciones que señalaban las rúbricas para cada momento del ritual (aquí una descripción más detallada del rito, con las oraciones - en italiano todo - y , menos detallado, aquí en español). El rito se celebraba el Miércoles de la Octava de Pascua, y los Agnus Dei se distribuían el Sábado de la Octava.

Ahora, como una (¡otra!) escena de paraísos perdidos, los Agnus Dei (con su bendición perdida en cuanto se ponen en venta) se pueden comprar en tiendas de antigüedades religiosas, restos y sombra de la piedad que los veneró, acusaciones en cera del catolicismo que los pretirió. Tal cual si fueran un epílogo de lacrimae rerum, o unas líneas de devota nostalgia al estilo de las páginas finales del Il Gattopardo del Lampedusa.

A todos los frecuentadores, afines y afectos de Ex Orbe, ¡Feliz Pascua Florida !!!


+T.

viernes, 13 de marzo de 2015

Jubileando



Yo tenía 15 años cuando el Jubileo de 1975, el primero que recuerdo. El siguiente que se preveía sería el del 2000, pero en el intervalo Juan Pablo II celebró el Jubileo Extraordinario del MCML aniversario de la Redención, en 1983, como secuela del que proclamó, también extraordinariamente, Pio XI en 1933. Con este recién anunciado por PP Franciscus - Deo volente - vamos a tener el tercer año jubilar extraordinario en menos de un siglo; y contando los ordinarios de 1950, 1975, 2000 y el ya previsto del 2025, sumando el también extraordinario concedido por Pablo VI con motivo de la clausura del Concilio Vaticano IIº, del 1 de enero al 29 de mayo de 1966, en cien años se habrán celebrado nueve jubileos, cinco ordinarios y cuatro extraordinarios.

El registro de las jubilosas efemérides hace inflexión en el Año Jubilar de 1950, con Pio XII rigiendo una Iglesia Católica pujante; el de 1975 ya estaría marcado por la crisis del post-concilio, y los de Juan Pablo II llevaron impresa la huella voluntariosa de un siglo cerrado y otro abierto por el entusiasmo juanpablista característico de aquellos años de continuos fastos y decadencia católica continua.

Este nuevo extraordinario de PP Franciscus, desde la Inmaculada del 2015 a Cristo Rey del 2016, no se explica salvo por la voluntad de èl mismo. Tiene de bueno que así, por encima de sinodalidades y colegialismos, usa una prerrogativa exclusiva del Papa que es, realizando algo que sólo el Papa puede hacer.

Lo discutible es el recurso, acumulando jubileos en un plazo tan corto entre uno y otro, desvirtuando por la repetición inmoderada el valor del jubileo en sí, cuyo significado depende, en cierto sentido, de su periodicidad según la tradición.

Y lo preocupante, dadas las circunstancias que coinciden con las sesiones del Sínodo de la Familia: ¿No se pretenderá misericordiear algunos temas polémicos como la admisión a los sacramentos de los divorciados re-casados y/o el reconocimiento de las parejas gays?

Con redundante expresión PP Franciscus ha dicho que el Jubileo tendrá como centro la misericordia. ¿Se habrá querido referir a alguna nueva misericordia hasta ahora inédita en un jubileo?



Oremus, ergo, fratres, pro fructibus Iubilei Misericodiae et pro conversione iubilanturorum ómnium.


+T.

sábado, 1 de noviembre de 2014

El Día del Dogma

 
En mi casa, en mi familia, en el pueblo de mi familia, el día 1 de Noviembre, además del Día de Todos los Santos, es también el Día del Dogma, porque celebramos el aniversario de la proclamación del Dogma de la Asunción de la Virgen por Pio XII el 1º de Noviembre de 1950. Todos los años, nuestra Hermandad Asuncionista celebra un Triduo conmemorativo los días 29, 30 y 31 de Octubre, culminando la celebración el 1 de Noviembre con Rosario público, Misa-Función Solemne y Besamanos de la Imagen de Ntrª Srª de la Asunción.

Encontré en yutube este documento histórico de los actos de la Proclamación Dogmática, con imágenes de Pio XII pontificando solemne, reverente y santamente, como un Papa consciente de su ministerio ante Dios y en la Iglesia. Merece verse y comparar con el abandono de formas esenciales (recalco: formas esenciales) que hoy sufre la Iglesia, que todos sufrimos. Vean Uds. y juzquen:



Aunque no lo parezca, es la misma Iglesia que hoy se nos muestra - dice un cardenal - quasi sin timón, desnortada, cincuenta años después del concilio que desbarató tantas cosas y abrió la puerta a tantos males; el concilio que idolatran los jerarcas que descuidan la Barca de Pedro. El concilio al que siguió este post-concilio interminable, como una penosa y crónica enfermedad que debilita y degenera todo el cuerpo eclesial.

Aquel día, el 1 de Noviembre de 1950, el Día del Dogma, el Papa Pio XII rezó ante la imagen de la Salus Populi Romani esta piadosísima, bella e inspirada oración:


Oración a la gloriosa Asunción de la Sma. Virgen María en cuerpo y alma a los Cielos, compuesta y pronunciada por SS. Pío XII el día de la proclamación dogmática, 1 de Noviembre del Año Santo Jubilar de MCML

¡Oh, Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de los hombres!, nosotros creemos, con todo el fervor de nuestra fe, en tu triunfal asunción en cuerpo y alma a los cielos, donde eres aclamada Reina por todos los coros de los ángeles y todo el ejército de los santos, y nosotros nos unimos a ellos para alabar y bendecir al Señor, que te ha exaltado sobre todas las demás criaturas, y para ofrecerte el obsequio de nuestra devoción y de nuestro amor.

Sabemos que tu mirada, que maternalmente acarició a la humanidad doliente y humilde de Jesús en la tierra, se sacia ahora en el cielo con la vista de la gloriosa humanidad de la Sabiduría increada, y que la alegría de tu alma, al contemplar cara a cara la adorable Trinidad, hace exultar tu corazón de inefable ternura, y nosotros, pobres pecadores, a quienes el peso del cuerpo hace pesado el vuelo del alma, te suplicamos que purifiques nuestros sentidos, para que aprendamos desde la tierra a gozar de Dios, sólo de Dios, en el encanto de las criaturas.

Confiamos en que tus ojos misericordiosos se inclinen sobre nuestras angustias, sobre nuestras luchas y sobre nuestras flaquezas; que tus labios sonrían a nuestras alegrías y nuestras victorias; que oigas la voz de Jesús que te dice de cada uno de nosotros, como de su discípulo amado: “Aquí está tu hijo”, y nosotros, que te llamamos Madre nuestra, te escogemos, como Juan, por guía, fuerza y consuelo de nuestra vida mortal.

Tenemos la vivificante certeza de que tus ojos, que han llorado sobre la tierra regada con la sangre de Jesús, se volverán hacia este mundo, atormentado por la guerra, por las persecuciones y por la opresión de los justos y de los débiles, y entre las tinieblas de este valle de lágrimas, esperamos de tu celestial luz y de tu dulce piedad, alivio para las penas de nuestros corazones y para las pruebas de la Iglesia y de la Patria.

Creemos, finalmente, que, en la gloria donde reinas, vestida de sol y coronada de estrellas, eres, después de Jesús, el gozo y la alegría de todos los santos y de todos los ángeles, y nosotros, desde esta tierra donde somos peregrinos, confortados con la fe en la futura resurrección, volvemos los ojos hacia Ti, vida, dulzura y esperanza nuestra.
Atráenos con la suavidad de tu voz, para mostrarnos un día, después de nuestro destierro, a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María

Cuánta diferencia con aquellas otras oraciones duras, frías, de JP2º; qué distancia con las expresiones coloquiales, chocantes, de PP Fcº. Como si una época creyente y reverente que el Vat.2º cerró con reluctancia impidiera a nuestro tiempo el fluir piadoso de la emoción espiritual, ferviente, que enardece el alma porque brota (brotaba!!) de un corazón encendido en el celo católico, en la tradición de sus Doctores, en la plegaria inspirada del Papa que se reconocía y fortificaba en el tesoro inmenso de la Iglesia y la Comunión de los Santos.



Hoy he llevado todo el día encima una de las medallas conmemorativas del Dogma Asuncionista. Las mandaron a nuestra Hermandad desde Roma, como un raro privilegio, unas de bronce, otras de plata. Los hombres las usaban con un cordón amarillo y blanco, el color papal; las mujeres las llevaban pendientes de un lazo con los mismos colores pontificios. Mi madre, mis abuelas, mis tías, se ponían la medalla del Dogma, expresamente, cuando iban a comulgar, como un pequeño ritual, como una señal preciosa de identidad católica, asuncionista, de comunión con el Papa y la Iglesia.



Todo eso lo he renovado hoy, mañana, tarde y noche, en cada Misa, en cada rezo. Con gozo por el pasado que fue, que hemos conocido. Con un desconsolado resquemor por este presente inquietante, decadente, degenerante, pobre en signos de esperanza y regeneración.

Un ruego: Recen Uds. por la beatificación de Pio XII, cuyo olvido es una señal más de esta languideciente Roma Católica

Pro beatificación del Papa Pio XII



+T.

martes, 14 de octubre de 2014

Sínodoma y Gomorra

 
Por las ventanas abiertas del aula sinodal se ha colado la fantasmal corriente aggiornante del espectro conciliar V2º. El tal viento ha perturbado tanto, que algunos se ven a ellos mismos protagonizando un remake del concilio y otros más deliran y ven a Ottaviani cuando miran a Müller.

Que recuerden con temor y temblor al venerable Ottaviani da idea de la edad de los afectados, del look vaticanosecundista que endosan y de la resaca crónica que la borrachera conciliar les ha dejado. Pero ellos, los sinodales resfriados que estornudan y moquean polvos y lodos de los '60, no quieren que les vean viejos reumáticos con artrosis post-conciliar, sino interlocutores en onda con el mundo moderno. El mundo es su fascinación. Practican una contra-ascética pervirtiendo el clásico de contemptu mundi y volviéndolo un abrazo estrecho (caricias, roces y tocamientos) con el mundo, su mundo, este mundo.

Por eso contemporizan globalmente y asimilan todo-todito-todo, las fornicaciones, los concubinatos, las aberraciones nefandas...Todo. En un incongruente discurso, culmen de la hipocresía de todos los tiempos, dicen que guardan la doctrina y practican la misericordia, como si dijeran que salvan al becerro y hacen barbacoa con su carne, todo a la vez.

El resumen de lo expuesto y discutido horripila el vello de la piel católica (de quien la conserve). Lo que ya se veía venir es lo que ha llegado, lo que Kasper adelantó. Una primavera, dicen. Una terrible tormenta de primavera, digo, con rayos, truenos y granizo.

De la ya escandalosamente famosa Relatio post disceptationem, este sería el equívoco enunciado matriz:

11. (...) Es necesario aceptar a las personas con su existencia concreta, saber sostener la búsqueda, alentar el deseo de Dios y la voluntad de sentirse plenamente parte de la Iglesia, incluso de quien ha experimentado el fracaso o se encuentra en las situaciones más desesperadas. Esto exige que la doctrina de la fe, que siempre se debe hacer conocer en sus contenidos fundamentales, vaya propuesta junto a la misericordia.


Esta la artimañosa tesis hermenéutico-argumental:


17. En consideración del principio de gradualidad en el plan salvífico divino, nos preguntamos ¿Qué posibilidades tienen los cónyuges que viven el fracaso de su matrimonio? o ¿Cómo es posible ofrecerles a ellos la ayuda de Cristo por medio del ministerio de la Iglesia? A este propósito, una significativa clave hermenéutica proviene de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, el cual, mientras afirma que "la única Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia católica", también reconoce que "fuera de su organismo se encuentran diversos elementos de santificación y de verdad, que, perteneciendo propiamente por don de Dios a la Iglesia de Cristo, impulsan hacia la unidad católica" (Lumen Gentium, 8).

18. Bajo esta luz, son sobre todo reafirmados los valores y la consistencia propia del matrimonio natural. Algunos se preguntan si es posible que la plenitud sacramental del matrimonio no excluya la posibilidad de reconocer elementos positivos también en las formas imperfectas que se encuentran fuera de tal realidad nupcial, a ella de todos modos ordenada. La doctrina de los grados de comunión, formulada por el Concilio Vaticano II, confirma la visión de un modo articulado de participar en el Mysterium Ecclesiae por parte de los bautizados.

19. En la misma perspectiva, que podríamos llamar inclusiva, el Concilio también abre el horizonte en el cual se aprecian los elementos positivos presentes en las otras religiones (cf. Nostra Aetate, 2) y culturas, no obstante sus límites y sus insuficiencias (cf. Redemptoris Missio, 55). De la mirada dirigida a la sabiduría humana presente en ella, de hecho, la Iglesia comprende como la familia viene considerada universalmente una forma necesaria y fecunda de convivencia humana. En este sentido, el orden de la creación, en el cual planta sus raíces la visión cristiana de la familia, se despliega a nivel histórico, en las diversas expresiones culturales y geográficas.

20. Se hace por lo tanto necesario un discernimiento espiritual, acerca de las convivencias y de los matrimonios civiles y los divorciados vueltos a casar, compete a la Iglesia reconocer estas semillas del Verbo dispersas más allá de sus confines visibles y sacramentales. Siguiendo la amplia mirada de Cristo, cuya luz ilumina a todo hombre (cf. Gv 1,9; cf. Gaudium et Spes, 22), la Iglesia se dirige con respeto a aquellos que participan en su vida de modo incompleto e imperfecto, apreciando más los valores positivos que custodian, en vez de los límites y las faltas


Este el golpe aberrante:


50. Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?

51. La cuestión homosexual nos interpela a una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realísticos de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual: por lo tanto se presenta como un importante desafío educativo (...)

52. Sin negar las problemáticas morales relacionadas con las uniones homosexuales, se toma en consideración que hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas. Además, la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños


Si ironizamos diciendo que es el Sínodoma y Gomorra, es porque huele, suena y parece eso. Si no todo, sí bastante.

Aun así, no desesperemos. Como sólo se trata de un borrador (manipulado) y sólo un ensayo (bajo el espectro embriagador del sublimado V2º combinado con fashion-mundum-fascination), todavía nos queda el recurso de la oración para que la tentativa falle y vaya al cesto de la basura (pues hogueras ya no hay).

Oremus, ergo, pro conversione Sínodomae et Gomorrae, fratres.


+T.

lunes, 13 de octubre de 2014

Seis comisarios de PP Franciscus



Estimular al Sínodo, darle un empujoncito, un impulso, por si frena su ritmo o titubea en aquello que se pretende que diga, que concluya, que proponga, que enseñe. Como el Sínodo ha sido previamente concertado y luego adelantado gracias a la propaganda (¿maquinaciones?) de Kasper y la prensa francisquista (una eficiente maquinaria de publicidad, como no la tuvieron ni pudieron tener ninguno de sus predecesores), puesto que el mundo sabía (y el mundo católico se temía) lo que el Sínodo iba a gestar y parir, por si acaso la cosa no sale tal y como se previó (¿tramó?), usando su papal prerrogativa, PP Franciscus ha nombrado un comité de seis prelados que se unirán a los elegidos por los sinodales.

Los elegidos por los sinodales (divididos en grupos por idiomas) fueron:

S.E.R. Cardenal Angelo Bagnasco
S.R.E. Cardenal Leo Burke
S.R.E. Cardenal José Fcº. Robles Ortega
S.E. André-Joseph Leonard

Los seis nombrados por PP Franciscus :

S.E.R. Cardenal Gianfranco Ravasi.
S.E.R. Cardenal Donald William Wuerl (arz. de Washington)
S.E. Mons. Víctor Manuel Fernández (rector de la Universidad Católica Argentina)
S.E. Mons. Carlos Aguiar Retes (presidente del CELAM)
S.E. Mons. Peter Kang U-Il (presidente de la CE de Corea Sur)
Rev P. Adolfo Nicolás Pachón, SJ (prepósito gral. de la Compañía de Jesús)

El sexteto francisquista es para temerse lo peor.

¿Se impondrán los 6 comisarios a los demás? ¿Ganaran los modernistas? ¿Cantarán victoria los kasperistas?

Allá van leyes do quieren reyes, decían nuestros antiguos.

Si tanto empeño había, tiene o tenía, más rápido y directo hubiera sido un motu proprio, sin necesidad de Sínodo, pues parece como si todo estuviera siendo una mera puesta en escena, una comedia prelaticia, un paripé romano.

Quién se iba a imaginar que el aire fresco primaveral fuera el disfraz de un ciclón impetuoso-impositivo, experto en el trágala.

Oremus, nihil obstante, fratres.


+T.

miércoles, 8 de octubre de 2014

El que hacía falta, Nicolás

 
Nicolás, el prepósito de la degenerada y degenerante Societas I. ha dicho una de esas cosas que dicen los perturbadores cumpliendo su oficio, una de esas cosas que escandalizan y que merecen piedra de molino al cuello:

«Puede haber más amor cristiano en una unión irregular que en una pareja casada por la Iglesia»

Eso ha dicho Nicolás (con la sombra de Martini revoloteándole por encima de la coronilla).

Siendo Nicolás el jesuita cabeza de la jesuitez, lleva en sus genes jesuíticos aquel perverso equívoco que afloró ya en Ricci y remató en de Melo, esa especie de pancristismo indiferentista que ve asimilable a Confucio, compatible a Brahma y cotangente al Shinto. Todo es digerible, traducible, intercambiable (siendo Cristo el sustituible/transferible).

Por eso pronuncia esa sentencia escandalizante que lleva implícita su lógica premisa: Al decir que en una unión pecaminosa puede haber virtud cristiana, dice también que en el Sacramento del Matrimonio podría no haber gracia. Ergo Nicolás está diciendo que quizá sea mejor un estado de pecado que una vida en gracia. Ergo ¿para qué sirve el Sacramento, si el fornicar de los enamorados es virtud?

Se permite Nicolás bromear recordando los problemas de San Ignacio con la Inquisición, como si él (o quizá estuviera pensando en otro más conspícuo) se equiparara en la actualidad, verbis operibusque, con el Santo de Loyola.



Cuando el otro dia PP Franciscus celebraba los 200 años de la restauración de la Compañía de Jesús, yo me preguntaba si no hubiera sido mejor haberla dejado extinta, tal y como quedó con el Papa Clemente XIV, sin la rehabilitación graciosa de Pio VII. Porque me preguntaba qué pesaba más, si el bien obrado por la Compañía a la Iglesia entre Pio VII y Pio XII o el daño infligido a la Iglesia por los jesuitas desde Juan XXIII al presente PP Franciscus.

Que el Cielo lo juzgue. Pero si al árbol bueno se le reconoce por sus frutos, los frutos del árbol contemporáneo-postconciliar de la S.I. son nocivos sin comparación.

La Iglesia sería hoy mejor sin la Compañía de Arrupe y de Nicolás (y demás).


+T.

martes, 7 de octubre de 2014

El Sínodo de Francisco

 
PP Franciscus ha repetido (se repite mucho) que no se debe criticar, que la crítica hace tanto daño a la Iglesia, que la murmuración intra-eclesial es tan nociva, etc. etc. etc. Sin embargo, él mismo no deja de criticar, lanzar puyas (siempre en la misma dirección) y arremeter contra algún bando bien caracterizado...pero que al final no identifica. PP Franciscus pide claridades que él no da.

Comenzar el Sínodo llamando 'fariseos' a los obispos no es alentador. Cuando en la Misa de apertura del Sínodo PP Franciscus espetó a los cardenales y obispos presentes (concelebrantes y asistentes) que "...(para saciar su avidez de poder y dinero) los malos pastores cargan los hombros de las personas con pesos insoportables que ellos no mueven ni siquiera con un dedo", PP Franciscus estaba perfilando tan peyorativamente a la Jerarquía que cuesta no creer que mantenga un prejuicio muy negativo sobre, por lo menos, una parte notable de los asistentes al Sínodo. Si no, ¿por qué les lanzó esa tremenda crítica?

Ayer Domingo, en la parroquia, predicando la Parábola de los Viñadores Homicidas, comencé explicando lo que el mismo Evangelio deja muy claro al principio: Que el Señor dirigió aquella parábola a los 'principes sacerdotum et seniores populi' (Mt 21,23) y también al final del texto se recalca que "...Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos". (Mt 21,45). ¿Sintieron lo mismo los prelados presentes? Confieso que me parece terrible.

¿De verdad cree PP Franciscus que la Jerarquía es un sanedrín de saduceos y fariseos ávidos de poder y dinero que cargan los hombros de los fieles con pesos insoportables? ¿Se refería...a quién, a qué?

Pensando en la campaña pre-sinodal de Kasper, se podría suponer que PP Franciscus se refería a la onerosa carga espiritual de vetar la Comunión a los divorciados mal-casados. ¿Sería eso?

La Comunión, el Sacramento de la Eucaristía, se implica en el desorden del divorcio y el adulterio de manera - entiendo yo - muy ligera. El Sacramento de la Comunión ha sufrido desde los años '50 una contínua rebaja pastoral-espiritual tan enorme que (es un detalle elocuente) se ha pasado en cincuenta años de la tradicional práctica del ayuno eucarístico desde la noche-víspera de la Comunión al actual ayuno de una quasi-hora que supone, prácticamente, la anulación del ayuno eucarístico con la consiguiente pérdida de conciencia eucarística y del práctico (quasi universal) incumplimiento de las tres cosas necesarias para comulgar bien: 1. Estar en gracia de Dios 2. Guardar el ayuno eucarístico 3. Saber a Quien se recibe

Los numerosísimos comulgantes del catolicismo postconciliar 1. han perdido la conciencia de pecado-gracia, 2. ignoran y no practican el ayuno eucarístico, 3. no tienen recta, formada y devota consciencia de la Presencia.

Como para la eclesiología y teología sacramental del post-concilio la Misa, más que Oblación-Sacrificio-Acción-Comunión, es, sobre todo, sinaxis-reunión-fiesta-asamblea comunitaria, la recepción del Sacramento es, más que nada, un acto comunitario, social. Por eso la insistencia en la admisión-acogida de los excluidos que, por enfatizarse el comunitarismo de la Misa (y los Sacramentos) quedan más señalados como excluidos. Cuando se entiende la Comunión (y la Misa) como un sacramento social, otras consideraciones morales-espirituales quedan minimizadas y relegadas. Exigen desde la perspectiva de la comunidad-comunión la admisión a la eucaristía como expresión comunitarista y superación de disciplinas, penas y exclusiones canónicas.

Si el Sínodo admitiera a los divorciados malcasados a la Comunión, el golpe lesivo, muy grave, sería doble: Al Matrimonio y a la Eucaristía. A los ojos de los fieles, quedarían devaluados los dos Sacramentos; de hecho, sería así. Las consecuencias también serían degenerantes, afectando a la moral familiar, la pastoral sacramental y la doctrina-teología de ambos Sacramentos.,

El timón de la Iglesia está en manos de jerarcas que sintieron la frustración de no ver puesto en práctica el V2º en toda su plenitud, desplegado en todas sus posibilidades y alcances (reales o supuestos), según la variopinta gama de reformas y novedades alentadas por el espectral 'espíritu del concilio'. El estímulo francisquista está removiendo todo aquel mundo.

Hasta dentro de dos semanas no sabremos en queda el Sínodo. Y luego un largo año hasta el otoño del 2015, a la espera del documento final.

Hasta entonces, sin exageradas aprensiones, oremus pro Ecclesia (et trememus etiam).


p.s. Del cartel con la pintura de Marc Chagall sólo me gusta que el novio es macho y la novia hembra.


+T.

lunes, 28 de abril de 2014

Canonizaciones


Los Santos ya no suben a la gloria del Bernini. Porque - primeramente - los sanpietrini ya no montan el aparato de las antiguas canonizaciones. Porque - segundamente - la Fábbrica di San Pietro no tiene caudales para gastar dinerales en el montaje de las canonizaciones de todos los santos que se han canonizado en estos últimos años, desde la rebaja juanpablista de los procesos de canonización.

Cuando dejó de usarse el aparato de las antiguas canonizaciones, la gloria del Bernini se sustituyó por un cartelón montado sobre un tapiz y cubierto con un paño que se alzaba (¡arriba el telón!) en un determinado momento de la canonización. Los tapices se colgaban en los balcones de la loggia de la fachada, si la ceremonia se organiza en la plaza, o, cuando es dentro de la basílica, los cuelgan de las balaustradas de las capillas altas de las reliquias, en los machones de la cúpula. Ahora, ni se tapan ni se alza el velo, porque las imágenes de los nuevos santos están ya descubiertas, tal y como aparecían los dos retratos de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, con un estridente fondo azul-magenta, contrastando con el rojo intenso del tabarro y el blanco de la sotana papal.

Los filipenses de la Chiesa Nuova conservan todavía la gran imagen pintada, como un enorme estandarte, que se usó cuando la canonización de San Felipe Neri, aquella memorabilísima canonización del 12 de Marzo de 1622 en la que Gregorio XV subió a los altares a un quinteto espléndido de la Comunión de los Santos: Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Felipe Neri y (España entonces imperaba) Isidro Labrador.

Contra lo dicho al empezar, estos cinco magníficos no subieron a la gloria del Bernini, porque el portentoso altar de la Cátedra aun no se había construido y no había gloria (del Bernini). Conque la presentación de los nuevos Santos se hizo quasi como ahora, con telones pintados figurando a los canonizados.

Para los que no se hacen idea de cómo resplandecía un santo recién canonizado con su imagen expuesta en la gloria del Bernini (en el centro del resplandor, donde se ve la vidriera del Espíritu Santo entre ángeles y rayos de luz, todo en bronce berninesco), en este yutube con un breve reportaje de la beatificación de Inocencio XI ,se puede ver un poco de aquella brillante visión católica que ya no se ve: Pio XII beatifica a Inocencio XI. Y en este otro vídeo, con imágenes de la canonización de María Goretti, la primera que se celebró en el atrio de la Basílica, en la plaza, se puede ver cómo se descubre un tapiz con la imagen pintada de la nueva santa.

Cosas, detalles, circunstancias, formas.

Con diferencias que marcan conceptos, con la distancia que los conceptos marcan. Con todo eso que nos hace añorar con nostalgia la conciencia consciente de la gloria de la Iglesia, de la dignidad grave y majestuosa del Papa, de la solemnidad de los ritos celebrados todo ello sin entrar en contradicción ni incompatibilidad con la pobreza, o la humildad, o la sencillez. Sólo una conciencia desconcertada y endeble puede enredarse en tales fantasmas, que antes no había y hodierna die causan estragos y desfiguran todo. Compárese, simplemente, y véase.



Luego está lo de los santos y su santidad. Como se ha olvidado todo aquello que antes se sabía, los grados de santidad, las aureolas (p. ej.) y otras cosas sobre estas cosas, la gente, nuestros empobrecidos y desnutridos católicos, a veces no distinguen, cuando tanto conviene distinguir.

Al fin, de santos quien sabe es Dios, que es Quien los hace. La Iglesia sólo reconoce, y no engaña ni se engaña, porque es la Iglesia. Y es el Papa, aunque no se ponga tiara, como debiera, y no se revista con la majestad sagrada que le corresponde. Es el Papa; minimalista, filo-vulgar, des-solemnizado, pero es el Papa.

Me mueve a risa floja la devoción de quienes le encienden velas (es un decir) al Beato Urbano II (el de las Cruzadas) o a Santa Juana de Arco (que mataba ingleses) o a San Luis IXº (cruzado dos veces (y una calamidad para las Cruzadas)) pero les ponen pegas a Juan XXIII o a Juan Pablo II. Y no pongo más ejemplos estridentes porque témome que voy a escandalizar al beaterío hiper-pío que suele pasearse por ExOrbe.

Nótese que he citado a tres santos franceses, porque con los míos no me meto. Aunque en ExOrbe hemos contado la poca devoción que tengo a algunos de nuestro Santoral Hispano. Que sean santos no me obliga a ponerles cirios.

Ayer le aconsejé a un compadre que le pidiera a los dos nuevos recién canonizados, que, como son santos, tienen que trabajar para la Comunión de los Santos, y si está mandado amar a los enemigos y hacer el bien a los que nos odian, los Santos están obligados a todo eso con un grado de santidad como el que les pertenece y compete; conque, en lógica de santidad, deben favorecer a sus críticos no-devotos cuando les ruegan (¡ojo! que el encomendarse a ellos es necesario sine qua non).

Si Uds. no me entienden, no importa. Pero háganme caso, que les conviene.

+T.

martes, 31 de diciembre de 2013

Resumiendo: 2013, año traumático de la fe



...Conque mejor dar gracias por los bienes inmerecidos, agradecer que no hayan llegado males mayores, pasar página, estrenar almanaque y rezar cantando:

"...Témpora bona veniant..."

Amen.

+T.

jueves, 31 de octubre de 2013

También vuelve Teilhard


Teilhard es, quizá, el más seductor entre los teólogos del siglo XX. Aunque no sea propiamente teólogo, pues no expuso un tratado sistemático, sino que teoriza y especula en sus ensayos temas de cristología, de sacramentos, de eclesiología, de antropología. ¿Un filósofo? Un gran entusiasta con destellos de quasi iluminado. ¿Un místico? Un visionario, al borde del delirio exaltado. Si se le observa desde el prisma multi-facético del fenómeno modernista, es un solitario, muy original, en la órbita de la novedad, pero sólo en su nave. Es un peligro. Fascina con intuiciones vertiginosas que alejan de la Revelación y se pierden en la indefinición.

Teilhard, cuando se examina, es un peligro doctrinal, un descomponedor del dogma, un fantástico innovador de conceptos que al fin quedan reducidos a viejas tendencias y antiguas heterodoxias. Teilhard puede embriagar, y causar luego el bloqueo de una pesada resaca.

Por eso me asombró ayer enterarme de que vuelve, como una recaída delirante: En la Urbaniana, encuentro internacional sobre Teilhard de Chardin.


La Pontificia Universidad Urbaniana de Propaganda Fide es una de las más antiguas instituciones académicas de Roma. Se dedica, desde sus orígenes, a preparar al clero misionero y al que procede de las misiones católicas. Un cometido especialmente delicado, pues de la buena formación que imparta la Urbaniana dependerá la buena doctrina que lleven a sus respectivas iglesias los misioneros y el clero indígena.

¿Es Teilhard un autor/un tema apropiado para la Urbaniana? No, en absoluto. Ni tampoco para la Gregoriana.

Los ensayos de Teilhard - entiendo yo - conllevan actualmente un plus de peligrosidad, pues son fáciles de entreverarse con temas y tendencias de la new age. En cierto sentido, la obra de Teilhard podría entenderse como la exposición de un cristianismo new age, no con toda precisión, pero sí con toda su indefinición. Si me explico.

A no ser que se tratara de una exposición crítica de su obra, insisto en que no es conveniente la presencia de Teilhard en ningún centro de formación católico, mucho menos en una universidad como la Urbaniana, dado su original carácter misional.

La Compañía de Jesús nunca llevó bien la censura/condena de la obra del p. Pierre Teilhard de Chardín S.I. Si alguno pensara que la llegada de un jesuita a la Santa Sede ha podido favorecer esta rentrée, pudiera ser que acertara.

Pero es improbable que pueda ser recuperable la obra de Teilhard para la ortodoxia católica. Ni siquiera practicándole intensivamente una hermenéutica de continuidad.

Le probléme es que alguno también nos podría cuestionar retándonos a definir qué es/qué significa la ortodoxia católica. Y habría que reconocer que se trata de una cuestión difícil de precisar desde hace cincuenta años.

Y ahora mismo, incluso, especialmente.


+T.

lunes, 28 de octubre de 2013

A la periferia católica: Un saludo (cordial) con bendición en papel. Y poco más. Nada más.

 
El saludo de PP Franciscus a los participantes en la peregrinación-encuentro de Summorum Pontificum fue, apenas, un folio de despacho, de los que se expiden en Secretaría para cualquier cosa, pura cortesía de buró de curia. Un frio, seco y escueto saludo.

Todavía no aparece publicado en ningún sitio. Sólo he encontrado una foto del saludo, en formato pequeño, casi ilegible.



Quitando las fórmulas consabidas, las expresiones de forma/formato del sucinto documento, se saluda, se bendice y poco más. Sólo una alusión al fervor de los participantes:

"...que la celebración del Santo Sacrificio junto a la tumba de los Apóstoles suscite una fervorosa adhesión a Cristo celebrado en la Eucaristía y en el culto público de la Iglesia y conceda un renovado entusiasmo en el testimonio evangélico (...)"

Sólo eso. Nada más.

El saludo lo firma Parolín, que como sigue sin aparecer, convaleciente, no lo ha firmado Parolín. No sé quién lo habrá firmado. Cualquiera de Secretaria de Estado. Una rúbrica, un sello, y ya está. Un saludo cordial como el que se le mandaría a los asistentes de cualquier cosa.

El folio con el saludo lo leyó Monseñor Pozzo, el de Ecclesia Dei.

Así se hizo presente PP Franciscus entre el Populus Summorum Pontificum. Dicen que hubo más de mil presentes, entre clérigos y laicos. Pobres clérigos y pobres laicos, gente corriente, fieles humildes y devotos sencillos.

¿No son 'periferia'? Parece que no, que no se les considera pertenecientes a este apartado/fichero predilecto del francisquismo vigente. No. No merecen la atención papal. Ni la simpatía papal. Ni el aliento papal. Sólo el saludo cordial, formal, en un folio de la Secretaría de Estado firmado virtualmente por el ausente Parolín.

En los twitter, PP Franciscus pone más afecto que en este gélido saludo.

Si hubieran sido nuestros 'hermanos mayores' de Sión, habrían sido mejor saludados, más extensamente, con más afecto francisquista, con más ardor. Si hubieran sido hermanos luteranos, habrían sido recibidos en audiencia privada, con fotos y yutube. Pero como son católicos-católicos, fieles a la tradición, devotos de la liturgia más santa; como son quienes son, con un saludo mecanografiado basta. Es suficiente. Ni merecen más, ni se les concede. Lo justo y necesario...con cuentagotas, con parsimonia estricta. No vayan a desbordarse y/o excederse.

De la peregrinación no tengo más datos. Sólo lo poco que he visto. Tengo la impresión de que hubo menos asistentes que el año pasado, con ciertas diferencias muy apreciables. Por ejemplo, el celebrante en San Pedro, en el Altar de la Cátedra, ha sido el Cardenal Darío Castrillón, emérito; el año pasado fue el Cardenal Antonio Cañizares, prefecto de Congregación de Culto y Sacramentos. Un bajón notable. A parte de Mons. Guido Pozzo, el único prelado destacado ha sido Mons. Fernando Rifán, que celebró la Misa de Cristo Rey en Stª María sopra Minerva. También he leído que Mons. Fisichella  (supongo que de oficio) les acompañó durante el Via-Crucis por el Palatino y en la adoración al Santísimo celebrada en la Chiesa Nuova.

No está el ambiente para dejarse ver en compañía de devotos tradis. No sea que manchen y dejen huella delatable que sea hándicap para el curriculum. Vadete retro!

Mientras, en la misma Roma, en las mismas horas, estos mismos días, PP Franciscus se encontraba con las familias, también en el consabido y repetido 'marco del Año de la Fe'. De la crisis de fe, debería apostillarse.



En Piazza San Pietro, los Cardenales jugaban con globos de gas que se soltaban luego y subían, subían, subían, ligeros, volanderos, hasta que se perdían en el azul del cielo romano.



Algunos se empeñan en repetir que todo está bien. Que todo marcha.

En el marco del Año de la Fe, of course.

Aquel año que empezó Benedictus y ahora continua Franciscus.


+T.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Otros hombres, otros tiempos...otra iglesia???

El Cardenal Secretario de Estado Rafael Merry del Val signa el concordato con el representante de Serbia 24 junio 1914 (en la foto, de pie junto al Cardenal, el joven Eugenio Pacelli, futuro Pio XII)
Siento (padezco?) cierta fascinación (selecta) por algunos personajes de fin de época, trasuntos de una decadencia irrefrenable, hombres de cierre de capítulo, figuras de apéndice con notas, de coda con variaciones, de adenda ilustrada. A veces los rastreo por museos, bibliotecas, crónicas; otras veces me salen al paso, como efecto de una misteriosa recíproca empatía. El otro día, por ejemplo, me puse a buscar una filmación en la que sale Tedeschini, el Cardenal, bendiciendo. No encontré las imágenes que recordaba, pero sí estas otras, que me valen para ilustrar:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/programa/memoria-popular-parla-del-xxxv-congreso-eucaristico-internacionalde-barcelona-1952/920240/

El reportaje recoge diversos momentos del Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona, al que asistió como Legado Pontificio el Cardenal Federico Tedeschini. Yendo en procesión para celebrar Misa Solemne, se detiene ante las cámaras que filman el acto y bendice (suponemos que a los operarios del NO-DO, o, remotamente, a los eventuales espectadores de la grabación); véanlo (disfrútenlo) en el minuto 15 y siguientes del documental. No bendice descuidadamente: Detiene su paso erguido, ceremonial, procesional; se gira, mira, eleva el brazo y traza una cruz reverentemente, un movimiento de rúbrica, no casual, ni rutinario, tampoco es ensayado, o estudiado: Es una bendición consciente, intencional; es un acto sagrado ejecutado por un sacerdote consciente de su ministerio y creyente en su ministerio.

Tedeschini cierra con los años de su nunciatura en España toda una época, que podríamos remontar al siglo XIX. Cuando deja la nunciatura de Madrid, ýa cardenal (electo in pectore desde 1933 y publicado en 1935), en junio de 1936, se lleva con él un estilo diplomático-vaticano que desaparecerá con él mismo y los prelados de su generación. Hasta sus últimos años (cuando el Congreso Eucarístico de Barcelona estaba a punto de cumplir los ochenta años), fue una de las figuras venerables de la Roma de Pio XII, Arcipreste de la Basílica de San Pedro y legado papal en señaladas ocasiones.

A los curiales de entonces se les formaba muy bien como sacerdotes; cuando eran llamados para entrar en el cuerpo de prelados que irían a servir en las legaciones papales, se les preparaba no sólo en las tareas estrictamente diplomáticas de representación y burocracia curial, sino también en la etiqueta y los ceremoniales de las cortes y estados donde deberían actuar. En todos esos ambientes, destacaban por la elegancia y la finura que, era fama, iban anejos al oficio de los agentes de la Santa Sede. Llevaban consigo, además de lo aprendido en la Academia de Nobles Eclesiásticos, aquella inefable impronta de la historia, que les marcaba un indeleble sello de dignidad grave y cortés, sagrada y noble, discreta e imponente a la vez.

En la generación de Tedeschini se notaba la impresión del magnífico Merry del Val, en el que todos reconocían el modelo ideal de 'príncipe de la iglesia'. El estilo del Cardenal Rafael Merry del Val fue un paradigma admirado por los mismos prelados que le trataron y conocieron en activo, ya fuera en los años en que desempeñó la Secretaría de Estado bajo Pio X, o luego, durante los pontificados de Benedicto XV y Pio XI, siendo una figura emblemática del Colegio Cardenalicio. Mantener fama de santidad sin perder la de noble, fascinante y digno entre los dignos, es signo de una aristocracia superior participada por muy pocos.

En esta grabación que recoge la visita de los Príncipes de la Casa de Saboya a SS Pio XI, en Diciembre de 1929, se puede ver al Cardenal Merry (pocos meses antes de su muerte) cumpliendo su oficio de Arcipreste de la Basílica de San Pedro, recibiendo, acompañando y despidiendo al Príncipe Humberto de Saboya y las Princesas. Se le distingue por su porte, alto y gentil, vestido con el antiguo hábito cardenalicio, con la muceta de armiño y la capa de moiré plegada y recogida al brazo (son unos segundos tan sólo, a partir del minuto 5' del yutube).




De todo esto me acordé el otro día cuando ví este otro yutube con unas imágenes del recién electo Secretario de Estado, Mons. Pietro Parolín:




Sin palabras, como el yutube. Sin pompa, sin ceremonia, sin sotana, sin ningún particular solemne. Un simple sacerdote vistiendo clergyman. Lo mismo podría vestir chaqueta y corbata. En un momento del yutube, aparece con otro sacerdote, prelado como él, suponemos, los dos deambulando por uno de los corredores que circunvalan il Cortile di San Dámaso, el centro de los Palacios Apostólicos donde residen las más altas instancias de la Curia Papal, a poca distancia de los mismas (ahora desocupadas) estancias pontificias. Esas loggie con los antiguos frescos del mapamundi, de tiempos de Gregorio XIII, que vieron pasearse la magnificencia de otros tiempos, hoy sólo ven a dos discretos funcionarios de curia, que lo mismo pudieran ir en look de gerente-empresario-financiero de la city o de la bolsa. Atendiendo a la deriva de los acontecimientos - ¡quién sabe! - quizá en un futuro (no muy lejano) los prelados del Vaticano vistan como ya visten muchos prelados de la Iglesia Católica: Traje no-prelacial, atuendo corriente, como la gente vulgar, como todo el mundo.

No hace falta decir nada, sólo comparar la actualidad y sus hombres con el pasado y los suyos. Las diferencias de estilo son clamorosas. ¿Las de 'espíritu' también?

Destaco y subrayo que no son hoy/ahora más santos porque sean más 'sencillos'. Los hechos prueban que no, con dramática y escandalosa actualidad.

Tampoco entonces eran más arrogantes porque vistieran con más pompa.

Curiosamente - Uds. lo sabrán - el imponente Merry del Val rezaba todos los días la Letanía de la Humildad.

Otro signo de distinción.

+T.

domingo, 30 de junio de 2013

Francisco pro-sinodal


A estas alturas, tres meses y poco más, nos seguimos preguntando lo mismo que cuando salió desmucetado al balcón ¿querrá/ha querido/está queriendo/quiso/quiere ser Papa? Papa-Papa, con todas sus consecuencias (y presecuencias)?

El delicuescente espíritu vaticanosecundista difundió por toda la Iglesia un virus anti-papal que plagó por doquier todos los rincones católicos; hasta los maspapistasquelpapa se volvieron antipapistas con excusa y coartada antimontinista. En aquel estallido petardista del final de los '60 y el bombazo perpetuo de los '70, la más rancia nobiltá romana, los conspicuos Neri romani - príncipi, marchesi, conti - se estremecieron al mirarse en los espejos del cabinetto del Palazzo Doria-Pamphili y ver que el azogue apulgarado que flanquean al imponentísimo Inocencio X velazqueño les devolvía una estampa mai vista: Desde el 65, como un retrato contra-natura, el rostro de la nobleza pontificia iba marcándose con resentidos trazos, huellas, arañazos, heridas y cicatrices antipapistas; fascinante argumento para Oscar Wilde. Más fascinante si se considera que quien infligía las heridas y descomponía la nobiltá de los Neri era el mismísimo Paulus PP VI, Montini. Paradojas, esquizofrenias o, en lenguaje aggiornato, semplici segni dei tempi, signos, signos de los tiempos.

Continuando con la versión simpático-minimalista de sí mismo, Papa Franciscus parece interpretar un nuevo capítulo de la caída del pontificado romano en clave acelerada de primus inter pares, tutti insieme. Si bien la palabra mágica es sinodal/sinodalidad, a nadie con un mínimo de perspicacia eclesiológica se le escapa el sentido mini-papista (sic) del concepto.

Para ilustrar ecuménicamente el pormenor, recuerdo que cuando el Zar quiso someter al Patriarcado de Moscú debilitó a la Jerarquía suprimiendo al poderoso y carismático Patriarca. Desde principios del XVIII, Pedro el Grande impidió la elección de un nuevo Patriarca, hasta que en 1721 fue sustituido por un sínodo, el Santo Sínodo que asumió el gobierno de la Iglesia Rusa y terminó siendo un dócil órgano más, sometido al absolutismo de los zares Romanov. Paradójicamente, hasta la caída de Nicolás II, en plena revolución bolchevique, no pudo elegirse un nuevo Patriarca Metropolitano.

Las palabras de PP Franciscus en la Basílica de San Pedro, en la Misa de la solemnidad de los SS. Apóstoles Pedro y Pablo, han sido estas:

"Dobbiamo sviluppare il sinodo dei vescovi in armonia con il primato, andare in questa della sinodalità, crescere nella sinodalità in armonia con il primato..."// Debemos desarrollar el Sínodo de los Obispos en armonía con el Primado, caminar en la sinodalidad, crecer en la sinodalidad en armonía con el Primado

A más 'sinodalidad' menos Papado, menos Primado Universal, menos Pontificado Universal, menos Papa. Esa es la regla.

Y esa parece ser la intención de PP Franciscus. Una mala intención si supone debilitar la tradición y lo definido como dogma de fe en el Concilio Vaticano Iº por el predecesor de Francisco, el Btº Pio IX.

Es evidente en la Historia de la Iglesia el valor del Papado como fuente y eje de unidad, gobierno y doctrina. También es evidente la evolución de la institución sinodal en las iglesias ortodoxas y orientales, marcando tendencias más bien disgregantes, poco efectivas en el gobierno, débiles a la hora de regir, generando bastantes veces la tentación de la autocefalia.

Presentar la sinodalidad como una alternativa de gobierno, es atentar contra la sustancia del Primado Romano.

Que sea el Papa quien lo proponga, es un signo más de la descomposición del catolicismo.

Si son sólo franciscadas de sermón ocasional, pase. Si es voluntad deliberada, el Señor nos libre de las consecuencias.

Oremus! (sed nolumus pro sínodo deprecare)


+T.