domingo, 2 de junio de 2013

Sacerdotes Domini panes offerunt



En el Leccionario Dominical IIIº-ciclo C (novus ordo) el Evangelio de la Misa de la Solemnidad del Corpus Christi es la narración del milagro de la multiplicación de los panes y los peces según San Lucas (Lc 9, 10-17). Como en las otras narraciones de San Mateo y San Marcos (Mt 14, 13-21; Mc 6, 32-44), resalta en la escena el sorprendente mandato del Señor: 'dadles vosotros de comer'. En San Juan (Jn 6, 1-14), con otras palabras, se recoge la misma situación: Una escena apremiante con los Apóstoles sumidos en la perplejidad por la inesperada orden del Señor. ¿Una simple orden, o un mandato más trascendente?

El milagro estupendo de la multiplicación de los panes y los peces contiene elementos que lo vinculan implícita y explícitamente a la Eucaristía, algo patente en el Evangelio de San Juan, con el sermón del Pan de Vida pronunciado por Cristo en la sinagoga de Cafarnaúm, que el Evangelista presenta como una explayación, consecuencia del milagro. En San Lucas, la narración de la acción de Cristo en el momento del milagro es una frase/oración con ritmo quasi ritual:

"...Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente..."

Unas palabras muy próximas al texto eucarístico-litúrgico de ICor 11, 23ss; también parece evocarse en la escena de los discípulos de Emaús (Lc 24,30). Esta secuencia de acción y palabra (gesto/palabra/mímesis) propia del mismo Señor ha quedado ritualizada formalmente en la fórmula litúrgica de la consagración del Misal Romano:

"...accepit panem in sanctas ac venerabiles manus suas,et elevatis oculis in cælum ad te Deum Patrem suum omnipotentem, tibi gratias agens, benedixit + fregit, deditque discipulis suis..."


"...tomó pan en sus santas y venerables manos, y, elevando los ojos al cielo, a Ti Dios Padre suyo Omnipotente, dándote gracias, lo bendijo + lo partió y lo dio a sus discípulos..."

La conexión intencional entre la escena del milagro de los panes y los peces y la de la institución de la Eucaristía, parece evidente. Por lo que el 'dadles vosotros de comer' de la escena del milagro tiene que entenderse desde la escena de la institución y el mandamiento constitutivo sacerdotal 'haced esto', todo ello referido no (sólo) al pan multiplicado del milagro, sino (definitivamente) al Pan del milagro eucarístico, que los discípulos deberán dar de comer a los fieles.

Por ello, reducir el 'dadles vosotros de comer' a un mandamiento referido a la práctica de la misericordia con el hambriento, es minimizar y parcializar reductivamente el sentido del mandato del Señor; si se le añade la coda de la 'justicia social' y el pan de los pobres, el texto queda ideologizado tendenciosamente. Porque el sentido del 'dadles vosotros de comer' es netamente sacerdotal, referido al sacerdocio del Nuevo Testamento, a la Eucaristía y sus ministros sagrados, sacerdotes en Cristo.

Cuando nuestras Cáritas parroquiales asisten a los necesitados, dan de comer y sostienen a los hermanos. Pero la verdadera acción de 'dar de comer', la realiza y cumple el sacerdote cuando da la Comunión, el Pan Cielo, a los fieles.

Por eso es tan propio del sacerdote el dar la Comunión, un ministerio sustancialmente sacerdotal, con sentido sacramental, eclesiológico y escatológico: El sacerdote alimenta con el Cuerpo de Cristo, mantiene la Comunión de los Santos en el Cuerpo de Cristo y dirige a los fieles a la comunión plena y gloriosa con Cristo.


Sacerdotes Domini incensum et panes offerunt Deo, et ideo sancti erunt Deo suo,
non polluent nomen ejus, alleluja.


+T.