jueves, 20 de noviembre de 2014

Pena por unos y alarma por otro

 
Lo de Granada es una pena. Como otras veces, la bomba pestilente le estalla al Obispo que se ve inerme para afrontar la arremetida de los predispuestos a arremeter. Lo que menos importa ad extra es el caso real, el trauma en sí con su víctima, ¡ay!; lo que interesan son las salpicaduras corrosivas anejas y consecuentes. Lo peor son las cornadas de propios, no las de extraños. Los de RD (que hacía ya unos cuantos años que lampaban por un pederastazo a la española) se han lucido y se están luciendo, con hambre atrasada de carroña de esta especie.

Pero entre todo lo que corre por el arroyo (sucio) de las noticias, lo que más me alarma es el rumor de que Castillo estuvo en Roma y fue recibido.

¿Así está Roma?

Los tiempos con sus circunstancias son tales, que el asombro nos acompaña como una sombra y respiramos perplejidad cada día.

Don Manuel Machado definía a Granada, con tanta sentida hermosura, "...Agua oculta que llora", que es una honda y andaluza manera de decir las cosas que duelen con vena de gracia y de pena.

Lo de Granada es una pena.

...Pero a mí lo que más inquietud me clava es el rumor que corre, el de Castillo.



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