lunes, 24 de octubre de 2011

Florecillas y frutos de Asís


La historia, por esos absurdos links mentales irrefrenables, me ha recordado en un flash la peli cursi aquella de la antipática niña pelirroja desdoblada en dos papeles, 'Tú a Boston yo a California'. En este caso, sería algo así como 'tú al zen yo a benedictina'; desde luego serviría para un guión de cine:

Hermanas interreligiosas

El articulillo arranca con una cita (con errata) de Meister Eckart; mal comienzo, que ya es sabido lo poco fiable que es el susodicho. Pero como otros que en sus días se ganaron fama de heteredoxos, con los tiempos que corren, ahora se aquilatan como autores cómodos para ser citados, ornamentales guindas para el pastel.

Confieso que temí lo peor, algo mucho peor, un convento de católicas y budistas fifty-fifty, o alguna monstruosidad por el estilo. Y cuando ví la foto de esas tres con pañoletas azulonas, ¡tate! - díjeme - estas son las veroniquesas de la Berzosa que han fundao una granja con gallinas blancas, negras y pintas. Equivoquéme, reconózcolo. No están tan rematadas, ni tan abiertas a las experiencias pan-religiosas. Deo gratias. Ni siquiera son las de la foto, no obstante el color añil del pañolón.

Así y todo la historia eriza el vello católico-sensible. La historia y su presentación como encantandora y modélica con-fraternización intra-familiar inter-religiosa. Un hito para el juanpablismo pan-espiritual assisista (perdón por el neologismo (por cierto que he dudado también entre 'assisís' y 'assisino'; ya veré).

Digo un hito, un mojón en el camino, una marca para jalonar esta vía de la con-fraternización no-importa-lo-que-se crea. Admirable pórtico de lo que se espera por muchos y muchos desean sea una paulatina disolución de la fe que separa a la vez que una afirmación progresiva de la fraternidad que unirá a toda la humanidad en un todo sin distinciones, divisiones y discordias espirituales.

En fin, verán Uds. (yo lo veo) que se imponen los mandiles, los compases, escuadras, reglas y cartabones del Gran Oriente. Será espejismo, no digo que no, pero es que todo esto huelo a eso que atufa. Huele mucho, sí. Apesta.


Y mientras las dos hermanitas - ¡qué majas! ¡qué ricas! - se sientan en pose de loto a tomar el te con pastitas de monjas, el mundo gira, y sigue rodando la rueda de esa rueca movida por no sé decir qué mano, que va hilando hilos de todo espíritu, religión, creencia y/o increencia, el hilo con el que se tejerá la sincretística pan-humanidad, con novedades como la de esta sorpresa, de hoy mismo:

El Vaticano propone la creación de una 'autoridad mundial', e invita a abrir un proceso constituyente desde Naciones Unidas

Para quitar el hipo.



Y así se prepara Asís. Dentro de nada, esta misma semana, el Jueves, si Dios no lo remedia.

Pero Dios no suele meterse en estas macedonias, en estos tutti frutti, en estas galerias igualitaristas donde la Cruz se pone junto a la estrella de david, la media luna, un buda sentado, un confucio de jade, un fetiche africano, un amuleto (y una negación ateística y una fría duda escéptica).

Ya lo dijo muchas veces: Que Él es celoso.


p.s. No creo que la benedictina contagiada de zen por su hermana acierte a distinguir estas sutilezas, estas definiciones tan antiguas del Amor de Dios.


+T.