lunes, 24 de noviembre de 2008

Liturgias alegres

No se cuánta gente habrá estado ya en una "misa de la alegría" , que sería - mutatis mutandis - una especie de versión castiza y a la española de la extraña liturgia celebrada por Schönborn. Se ha celebrado una recientemente en Zaragoza, con mucha gente que estuvo encantada de "participar". Una misa "salerosa" con ritmo de rumba pop produce entusiáticos fervores populares, ya se monte el tinglado en Sevilla, ya a orillas del Ebro. El Heraldo de Aragón también trae reseña.

¿Que qué es una "misa de la alegría"? Un invento de un conjunto vocal-musical para ganarse el pan vendiendo el disco. En Sevilla y alrededores son muy conocidos porque son los amenizadores de los eventos de la jet. Empezaron en un "coro rociero", y después se independizaron y aparecieron como grupo musical profesional. Piensan eso que dice la entrevista y que cuenta su director-representante: el mundo é güeno!

Una filosofía buenagentista es muy conveniente para estar en el mundo que sea sintonizando con tirios y troyanos y romanos y cartagineses. Por supuesto/of course que ese género festivo-musical se bandea en amplias coordenadas políticas muy pperas pero a partir un piñón con la piara juntera, que es la que tiene la llave de la ubre nutriz. No sé si me explico.

El Sr. Arzobispo-Cardenal de Sevilla estrenó (bueno, él no cantó ni tocó ni bailó, sino que "celebró") la "misa de la alegría" hace unos meses. Se repartieron entradas etc. y se llenó la Catedral. La Catedral - nuestra Catedral - que pautó músicas de Guerrero, Morales, Correa de Arauxo, Ortiz y otros óptimos del siglo de Oro, se solaza ahora con rumbitas rocieras y salsa guadalquivireña. A Don Hilarión Eslava le dicen en su tiempo lo que se iba a cantar en la Magna Hispalensis siglo y medio después, y se le pone el pulso con pálpitos de semicorcheas en compás binario, por decir algo.

¿Efectos más graves y serios de las "misas de la alegría" y otras por el estilo? Sí, lamentablemente: La banalización del Culto y la Liturgia, cosas sagradas que merecen el respeto que no se les da por quienes están obligados a dárselo. Si una misa en vez de a misa suena a caseta de feria o a baile de verbena en la plaza de pueblo, la acción/celebración sagrada se degrada tanto como después se nota. En consecuencia, la gente también trivializa la fe y elabora pobres y equívocos conceptos (vuelvo a remitir a las palabras de los artistas que recogen la prensa sevillana y la zaragozana) muy poco católicos.

En resumen, otra patente prueba de "popularización" desde medios que buscan ansiosamente popularidad. Y no es eso. Ni esos son los medios.

Esto podría entenderse como una coda de los de Schönborn, como decía al principio. A mí me afecta más porque Viena está junto al Danubio y esto de aquí pasa aquí, en la corriente del Guadalquivir (y a orillas del Ebro).


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