sábado, 6 de septiembre de 2008

Cine-malevolencias


Tenía intención de hacer una píccola crítica de tres pelis que no he visto y que no pienso ver. Porque son malas, porque van cargadas de prejuicios, porque están hechas con la intención de atacar cosas que para mí valen más que todas las pelis del mundo y el invento de los Lumière.

La primera crítica me la ahorro porque ya la ha criticado un amiguete virtual. Pero diré-le que no entiendo-le cómo ha sido capaz de ver-se el engendro. También le discuto su ponderado artículo, que reconce ciertas gracias a la peli y su autor. Yo opino que cuando prima la malevolencia, huelgan consideraciones favorables. Ponderar la gracia sutil del movimiento de la víbora no es conveniente. Por los riesgos.

La otra peli mala se recrea en un invento de no sé quién que fantasea con dos o tres historietas de vencidos resentidos. El dire es otro resentido más, otro de los traumatizados con abuelete al estilo del fantoche de la z y la p. Los del reparto son los colocados afiliados a la teta del ministerio, los Goya, y las familias de la mafia cinematográfica hispana. Tiran con metralla dura contra los curas, los católicos y la gente de orden y de bien. El héroe es un cagón escondido en una alacena, de esos que temían porque tenían que temer y que si hubieran estado sueltos y vencedores habrían hecho a los otros lo que ellos temían que les pasara a ellos. La peli es cutre en todo, como todo"nuestro cine" más reciente, tan característico hasta en el color de los fotogramas (si pegaran todas las pelis de género "guerra civil-posguerra" filmadas desde los '80, se verían sin sentir el paso de una otra).

La tercera se llama "La conjura del Escorial". Una - dicen- "superproducción". Otra - digo - como el Alatriste, que resultó ser la caca cacarum más cara filmada en España. Historicista pero en la era Zp, es a la España de Felipe II lo que la serie adoctrinante "Cuéntame etc." a la España de Franco: Todo parecido con la realidad es mera coincidencia.

No quiero ni pensar cómo quedarán Felipe II, la Santa Inquisición y la España en cuyos dominios no se ponía el Sol. Por lo pronto, lo que se ve en el trailer de la tele (reafirmo mi tesis de que la propaganda de una peli en Tv es inversamente proporcional a su calidad) son escenas tópicas de la peor leyenda negra reciclada. Tremenda (de mala) tiene que ser.

p.s. Si algún impertinente insensato me replicara que cómo machaco si no las he visto, le contaría que una de mis abuelas jamás comió cierta fruta porque supo que la detestaba desde el mismo momento que se la nombraron: Una intuitiva estimativa que en ciertos casos para ciertas cosas también tiene su nieto.

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