miércoles, 14 de enero de 2009

Derecho o Conciencia

Lego como soy en cuestiones de derecho y leyes, ignoro cómo estan las cosas en profundidad y sólo tengo impresiones. Ayer me llevé una buena, viendo unos pocos minutos de un programa de Tele5, una especie de documental-informe sobre la justicia en España.
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Lo presentaba la inmoral esa que apareció en los 80 provocando-provocativa como técnica y sigue con lo mismo, degenerada insolente entre las que hociquean en los estercoleros de tele y prensa. La vieja (literalmente, con tantas arrugas como la Vega) presentadora derivaba todo el reportaje sobre la "violencia machista" y demás subgéneros dependientes. Incluyendo salidas y entradas de temáticas gay-lesbi y otras des-moralidades. Lo común, lo corriente, lo de todos los dias en la España del talante y el zperismo que infecta el ambiente. Hasta que salió el caso Calamita.

Apareció el juez y la furia de la indecente se desesmelenó cual bruja de aquelarre. No sé si es que se identificaba con las "afectadas" por la sentencia de Calamita, por concomitancia o por simpatía de status y/o sensibilidad correspondiente. No sé. Pero el tratamiento del caso Calamita fue grotesco-ofensivo hasta donde yo no hubiera podido imaginar (aunque con la vieja y arrugada presentadora esa por medio eran de temer las desvergüenzas acostumbradas de la sujeta, pero así y todo).

De Ferrín Calamita tengo hecho cierto concepto, que me reservo porque apenas se más según lo que extracto de lo leído. Me inclino a su favor porque sólo alguien de una notable integridad de conciencia y moral puede arriesgarse en su labor hasta el grado en que lo ha hecho este señor juez, no ignorando las consecuencias que se podía acarrear.

¿Consecuencias según derecho, según la ley y toda la ley? Esto es lo que no sé responder. Por cierto que me hiperdespimporreo las mitocondrias de la pineal cartesiana cuando recuerdo las catoliquísimas declaraciones de aquel señor que fue nombrado presidente del Consejo del Poder Judicial, tan devoto, tan pio, tan moral-moral-moral: Ubi est? Quiero decir que si su católica señoría no ha asomado sus católicas puñetas (las de su toga) en el caso del juez Calamita. Sin duda que el caso merece echarle puñetas, buenas puñetas católicas.

Más arriba he escrito tres palabras-conceptos ("integridad" "conciencia" y "moral") que no concibo ausentes en un juez. Precisamente por el cometido que le cabe. Un juez que invoca su conciencia, integridad y moralidad es un respetabilísimo señor juez, que merece honores. Resulta ofensivo presenciar cómo se le desautoriza e inhabilita desde la confrontación "institucionalizada" a esos conceptos inseparables de la probidad de un hombre dedicado por oficio a administrar justicia.

La conciencia como ley primera debería ser la primera ley en ser invocada y respetada. Resulta evidente que se ha ido por el hombre, y que el caso Calamita es otro caso "ejemplar" armado por la piara como espantapájaros de posibles y eventuales jueces "con conciencia". Una víctima que se inmolará en el ara de la parcialidad ideologizada, a mayor deshonra y demérito de la justicia, el derecho y la ley.

Si se considera el delicadísimo tema que ha sido la "materia" del caso que se ha vuelto contra Calamita, que me diga el más perverso si en ese caso y similares no es de rigor juzgar según conciencia. ¿Cabía el recurso de "inhibirse"? Ya digo que no entiendo, pero supongo que no puesto que la ley obliga al juez. ¿Contra conciencia? Cualquiera desesperaría de un tribunal que tuviera ese presupuesto, sabiendo que los jueces aplicarían leyes que repugnan a su conciencia.
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Hoy ha aparecido en los medios una carta abierta del juez Don Fernando Ferrín Calamita, muy bien explicada. Algunos titulares destacan esta frase: "...se me condena por católico". Estoy con el juez: Se le condena por católico. Una condena que resulta más estridente en estos mismos días en que se exime de responsabilidades políticas-criminales a los que se sientan a negociar con los terroristas asesinos vascos. Esta es la justicia de los tiempos del talante tolerante de la piara.


Viendo el manipulado y tergiversado reportaje, me acordé de la película "Vencedores o Vencidos" , la peli de Stanley Kramer que escenifica una semblanza del Juicio de Nuremberg. Todo el peso del argumento gravita sobre la conciencia (obligada por la ley vigente pero siempre conciencia libre y responsable para juzgar). Merecería verse y comentarse con el caso Calamita de fondo.
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Por cierto que, con el caso Calamita también de fondo, las "acciones" que preparan jueces y funcionarios de justicia me parece torres de arena y molinos de viento.

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Nulla dies sine Gaza

Hoy, que conste el testimonio de este cura (por cierto, con una carillena faz clerical muy notable):
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Dice D. Emmanuel Musallán que "...los verdaderos terroristas son los israelíes". Contundente en su concreción, el buen Don Musallán, ya lo ven. Y con palabras apoyadas en lo que ve porque lo vive cada día, en Gaza entre los palestinos.

Debo decir - repetir? - que la línea argumental de estos comentarios no es proclive a los islamistas, ni siquiera simpatiza ex sese con/por la "causa palestina". Al que esto escribe lo que le subleva el ánimo es la agresividad inmoderada de Israel y su flagrante injusticia, desencadenante de gran parte (la mayor parte) de la peligrosa tensión en el Cercano Oriente.

A Israel, porque ha pedido mucho y se le ha concedido tanto, se le debe exigir lo que corresponde, que es lo que nunca, hasta ahora, ha dado.

Las palabras de este reverendo Musallán me parecen tan justas que estimo injusticia no reconocerlas:

''El problema de Israel no es Hamás: es mantener la ocupación de estas tierras y de este pueblo: nos están matando, pero en realidad están matando el futuro y la paz...El mundo nos vuelve la espalda y se obstina en creer en la propaganda israelí, y tal vez aún de difundirla."

En este blog-espacio que se confiesa muy sensible a todo lo de Israel, las declaraciones de este cura de Gaza pesan más que toda esa perversa propaganda. No hará falta que lo teste.

¿O sí?
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p.s. Añado estos dos titulares del Osservatore Romano de hoy (son un mismo enlace a la web):
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Con toda la ponderada consideración del "diario oficioso" de la Santa Sede, of course. Pero para que conste también.
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p.p.s. Y también este Comunicado de Patriarcas y responsables de las Iglesias en Jerusalén , del pasado 7 de Enero (en plena Navidad según el Calendario Juliano que siguen tradicionalmente las Iglesias Orientales para fechar sus celebraciones litúrgicas).

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¿Una "prórroga"?

Le tengo - me repito seguramente, porque lo digo mucho - especial y cordial antipatía a los sobrevivientes políticos, y más aun a los eclesiásticos. Mantengo que los buenos necesarios caen-mueren y los regulares (o malos) prescindibles sobreviven-superviven. Tocante a los nuestros, me repatea, por ejemplo, Herrera Oria. Si hubiera sido lo que tuvo que ser, no habría sobrevivido al 36-39. Non solum "se salvó", sed etiam hizo carrera ecelesiástica de 1ª y hasta tiene incoado proceso de beatificación. Para mí, un relativo escándalo (y un grado más si considero el perfil de los promotores, los epígonos institucionales de Herrera).

Pero el azufre me lo ha servido esta mañana otra pieza de valor, incombustible como el amianto, que con 90 años se postula con derecho a más. Suelo decir también que a partir de los 50 las conversiones o son fulminantes como una buena apoplejía, o son pseudo-conversiones de conveniencia por cercanía del sepulturero (o el cremador). Yo, la verdad, no le veo al honorable Giulio Andreotti pinta de convertido.

De convertido de malo a bueno (o de regular acomodado a voluntariamente mejorable, siquiera), quiero decir. Porque - entiéndaseme - si los Santos de verdad viven sin vivir en sí y mueren porque no se mueren, un archi-politicastrón ("histórico" de la DC ¡mamma mia!) que a los 90 años pide más años, por mucho que presuma de cristiano me parece muy poco ejemplar, nada edificante.

Si pide más años para seguir siendo lo que ha venido siendo...No sé, la verdad. Ciertamente Dios conoce y nosotros ignoramos, pero los frutos reconocibles están y existen y son concluyentes. Los de Andreotti no me parecen justificarle la petición de más. Aunque repito que Dios sabe y yo no (ni ustedes). A ver en qué queda el deseo de cumpleaños del noventenne, si la Providencia le renueva la hipoteca o no. Tiempo para saldarla ha tenido, no se podrá quejar.
Aunque fuera broma, aunque dijera esas palabritas como recurso fácil para salir del paso ante la preguntita del periodista. Aunque fuera cosa del chocheo. Sigo pensando lo mismo, que no es de cristiano recibo.

Cuando hace unos años los de 3oGiorni elevaron a Don Giulio a su primerísima plana, no me extrañó pero sí lo sentí. Fuera de los foros políticos, entendí que Don Giulio seguía empeñado en seguir haciendo política desde un quasi púlpito, oportunamente aparecido (aunque no le faltarían ofertas de otros medios y escenarios, supongo). Gracias a Dios, desde Juan Pablo II las puertas del Vaticano no han sido tan permeables a la DC y sus uomini. A estas alturas dudo si fue un buen invento la DC o si hubiera sido mejor otra formación-otro estilo menos "eclesiástico". Evidentemente, los herederos de De Gasperi no han sido dignos de Don Alcide. Verbigracia Don Giulio, de quien la breve noticia abcdera recuerda la anécdota-dicho: "...cuando iba a Misa con Alcide de Gasperi, fundador de la Democracia Cristiana, este último hablaba con Dios, mientras Andreotti hablaba (en la sacristía) con los párrocos."

A veces, con algunos, me gustaría que estuviera radicalmente vigente la regla de los locutorios carmelitanos de la Santa (Teresa, of course): "En la casa de Teresa esta ciencia se profesa: O no hablar, o hablar con Dios."

Y el mundo (también el de Andreotti) iría mejor, muchísimo mejor.

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