jueves, 31 de octubre de 2013

También vuelve Teilhard


Teilhard es, quizá, el más seductor entre los teólogos del siglo XX. Aunque no sea propiamente teólogo, pues no expuso un tratado sistemático, sino que teoriza y especula en sus ensayos temas de cristología, de sacramentos, de eclesiología, de antropología. ¿Un filósofo? Un gran entusiasta con destellos de quasi iluminado. ¿Un místico? Un visionario, al borde del delirio exaltado. Si se le observa desde el prisma multi-facético del fenómeno modernista, es un solitario, muy original, en la órbita de la novedad, pero sólo en su nave. Es un peligro. Fascina con intuiciones vertiginosas que alejan de la Revelación y se pierden en la indefinición.

Teilhard, cuando se examina, es un peligro doctrinal, un descomponedor del dogma, un fantástico innovador de conceptos que al fin quedan reducidos a viejas tendencias y antiguas heterodoxias. Teilhard puede embriagar, y causar luego el bloqueo de una pesada resaca.

Por eso me asombró ayer enterarme de que vuelve, como una recaída delirante: En la Urbaniana, encuentro internacional sobre Teilhard de Chardin.


La Pontificia Universidad Urbaniana de Propaganda Fide es una de las más antiguas instituciones académicas de Roma. Se dedica, desde sus orígenes, a preparar al clero misionero y al que procede de las misiones católicas. Un cometido especialmente delicado, pues de la buena formación que imparta la Urbaniana dependerá la buena doctrina que lleven a sus respectivas iglesias los misioneros y el clero indígena.

¿Es Teilhard un autor/un tema apropiado para la Urbaniana? No, en absoluto. Ni tampoco para la Gregoriana.

Los ensayos de Teilhard - entiendo yo - conllevan actualmente un plus de peligrosidad, pues son fáciles de entreverarse con temas y tendencias de la new age. En cierto sentido, la obra de Teilhard podría entenderse como la exposición de un cristianismo new age, no con toda precisión, pero sí con toda su indefinición. Si me explico.

A no ser que se tratara de una exposición crítica de su obra, insisto en que no es conveniente la presencia de Teilhard en ningún centro de formación católico, mucho menos en una universidad como la Urbaniana, dado su original carácter misional.

La Compañía de Jesús nunca llevó bien la censura/condena de la obra del p. Pierre Teilhard de Chardín S.I. Si alguno pensara que la llegada de un jesuita a la Santa Sede ha podido favorecer esta rentrée, pudiera ser que acertara.

Pero es improbable que pueda ser recuperable la obra de Teilhard para la ortodoxia católica. Ni siquiera practicándole intensivamente una hermenéutica de continuidad.

Le probléme es que alguno también nos podría cuestionar retándonos a definir qué es/qué significa la ortodoxia católica. Y habría que reconocer que se trata de una cuestión difícil de precisar desde hace cincuenta años.

Y ahora mismo, incluso, especialmente.


+T.