lunes, 31 de octubre de 2011

La verdad que ayer se enseñaba y que hoy nadie se atreve (un ejemplo de, a propósito de la fecha)


Hoy han celebrado algunos grupos/sectas protestantes el comienzo del luteranismo, por la efemerides de las 95 tesis que el entonces todavía fraile agustino, fray Martín Lutero, clavó como un desafío en la puerta de la capilla palatina de Wittenberg; era el 31 de Octubre del año 1517. Una fecha para no olvidar por la serie de acontecimientos que incoaba, cuyas consecuencias afectarían traumáticamente a la Iglesia y al mundo. Con las 95 tesis se clavaba también la proclama que sentenciaba el fin de un mundo en el que Occidente profesó una misma fe y vivió en una sociedad que se proclamaba y reconocía cristiana, con Roma como cabeza y el orbe como frontera.

Pues ha sido que casualmente (existen las casualidades?), esta mañana, buscando un dato sobre nuestra Bula de la Santa Cruzada, me he encontrado con este interesante texto:


P. ¿Qué niega el protestantismo?
R. Niega la autoridad e infalibilidad de la Iglesia y admite sólo la Escritura interpretada a su capricho.


P. ¿Quién fue el fundador de esta herejía?
R. Un fraile apóstata, soberbio y corrompido llamado Lutero.


21. El Protestantismo es una herejía enseñada por Martín Lutero, religioso de genio díscolo, soberbio y jamás dominado a pesar de los muchos castigos. Entró en Religión asustado por un rayo y salió por su carácter indómito y su corazón corrompido.
Envidioso porque León X encargó la predicación de las indulgencias a los Dominicos, y no a los de su Orden que hasta entonces lo habían hecho, predicó contra las indulgencias y el Purgatorio y enseñó que basta la fe para salvarse. Condenado por el Papa, negó su autoridad e infalibilidad, y atacándole con textos de la Sagrada Escritura, defendió que cada cual puede interpretar la Escritura a su capricho.

El texto que cito es una pagina del libro



Explicación Literal del Catecismo de Ripalda,
con una Exposición y Refutación de los Errores Modernos
y la Explicación de la Bula de la Santa Cruzada,
por el P. Gabino Márquez S.I.
Madrid 1926.
Editorial Razón y Fe.
(segunda edición corregida y aumentada)



Eran aquellos tiempos en que las cosas estaban claras, la doctrina se mantenía prístina y se predicaba y enseñaba justa y cabalmente. Se reconocían los males que iban llegando en oleadas y se les combatía ('exposición y refutación de los errores modernos', dice - como ven Uds. - el título de la obra). Un mundo, por comparación, tan lejano al nuestro. Y no ha corrido un siglo, todavía.

Desde el post-concilio nuestra Iglesia ha venido padeciendo un cierto complejo a la hora de evaluar algunos temas de historia y doctrina. Todo ello es sintomático de la confusión de juicios que afecta a nuestros obispos y teólogos, siendo muy pocos los que se atreverían hoy a predicar y enseñar textos como los de la cita. Para nuestro mal, evidentemente, puesto que todos terminamos también afectados por el mismo fenómeno, incapaces para distinguir, saber y poder valorar temas y asuntos que interesan a la fe. La falta de una doctrina recta ha tenido como consecuencia una debilitación de la fe; una insuficiente formación ha conducido a una progresiva confusión. Todo ello agravado por el medio social-cultural del siglo, caracterizado por el pensiero débole y las tendecias de fusión indiscriminada de filosofías, religiones y espiritualidades.

En fin, quede esa pequeña y gustosa muestra del Ripalda comentado para estimularnos a mejor saber y defender la fe, obligación de todo buen cristiano que no quiera verse enredado, confundido y arrastrado a la herejía, como el impío Martín Lutero.

¡Que el Señor nos libre!


+T.

viernes, 28 de octubre de 2011

Agnósticos en la Porciúncula


El Asís 3º ha contado con la novedad de una comisión de agnósticos y ateos entre los invitados participantes del totum revolutum. Una nota de ciencia e inteligencia, de cultura y confirmación (nunca negación) de la actualidad, del presente histórico, de nuestra coyuntura, de nuestra propia realidad...Y todos esos conceptos que se dicen y que les gusta decir a marxistas, existencialistas, nihilistas y postmodernos de indefinida filiación, de cuyas aulas habrán salido esos conspicuos increyentes.

Que no sé yo - además de saludarse, ocupar el asiento y hacerse fotos - qué habrán hecho en Asís. Lástima de Asís, la patria chica del Poverello, donde el Señor, desde el Crocifisso de San Damiano, hablaba con Francesco:

Francesco va e ripara la mia Chiesa che, come vedi, è tutta in rovina

¿Por qué no hablará ahora - ¡ayer! - el Señor en Asís? O, mejor dicho, ¿por qué nadie escucha en Asís la voz del Crocifisso?

La respuesta es fácil, entiendo yo: Porque no hay (porque no había) ningún Francisco de Asís en Asís. Si el Señor habló y dijo algo, no hubo quién lo oyera porque no había un Francesco para recibir el encargo y hacerse cargo de él.

Esta tarde, he escrito este comentario en el facebook:

Una peregrina ocurrencia, pienso yo. El agnóstico, ufano de ser invitado a tan selecto encuentro, sentado entre la crème de la crème de la religiosidad mundial, alternando con patriarcas, cardenales, obispos y arzobispos, imanes, rabinos, lamas, chamanes, hechiceros y brujos se sentirá tan orgulloso de su opción y tan firme en su escéptica postura que se reafirmará en ella, animado por la acogida y el aplauso de los creyentes concurrentes, todo ello patrocinado, presidido y alentado, nada más y nada menos (¡quién lo iba a decir! ¡quién lo iba a pensar!) por el mismísimo Papa de Roma en carne mortal. Del ateo, digo lo mismo, por lo mismo, con las matizaciones que quepan (que caben pocas). Concluyendo: Que gracias a la ocurrencia del Papa, nunca jamás agnósticos y ateos se vieron y sintieron ni más valorados ni más encumbrados. ¡Qué bien y qué bonito! ¡Asís-Asís-Asís! (Dios nos ibre de un 4º Asís!!!).

El comentario lo hacía a propósito de una afirmación ponderativa, suscitada, a su vez, por este titular:

El Papa reivindica a los agnósticos

Considero un absurdo 'reivindicar' un vacio, que es lo que - entiendo yo - podría definir en cierta forma el concepto religioso de un agnóstico. Sobre todo si esa reivindicación se le achaca al Papa. Aunque haya sido - parece ser - voluntad de Benedicto XVI invitar a esa inane representacion agnóstico-atea al encuentro de Asís. Como la mens del Papa no me está franqueada, me expongo a incurrir en juicio temerario, pero es que el caso se presta a ser enjuciable, aun a costa de temeridad.

Si la coartada es la paz, ni la paz es el bien supremo, ni el ministerio sagrado más alto que existe en el mundo debe empeñarse en compartir un concepto subdividido en comprensiones religiosas, agnósticas y ateas cuyas ideas sobre el particular difieren tanto como diferentes son unos de otros. Un absurdo (que no por ser 'pontificio' deja de ser absurdo).


Todo lo de Asís - y lo digo con pena - me resulta patético. La foto del Papa y sus convocados pacifistas con las lamparillas de aceite en las manos, esperando que se las enciendan, me parece quasi una alegoría del desconcierto; pacífico, pacifista, pacificador, muy bien; pero desconcierto. Imagino que los agnósticos y los ateos también tendrían su lampara, que dejarían allí como testimonio de su no-fe/no-luz.

El comentario del facebook que me provocó el re-comentario ponderaba algo así como la gran inteligencia y sagacidad del Papa, precisamente por convocar y atraerse a esos inteligentes (e influyentes) agnósticos y ateos. Recordé aquel Evangelio, uno de mis fragmentos sacros preferidos, que rezo bastantes veces:

"...Te doy gracias, Padre, Señor de Cielo y Tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí Padre, así te ha parecido mejor..."
Mt 11, 25 ss.


+T.

jueves, 27 de octubre de 2011

Asís 3


Los católicos conscientes padecemos estos días como un eco reverberante que, sin ser una audición sensible, nos trae, se lleva y nos vuelve a soplar citas como esta:

"...Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión."

Es un párrafo muy conocido (por quienes conocen estos textos) que se ha vuelto muy sentido (para quienes sentimos estas doctrinas) dados los tiempos contradictorios que nos ha tocado vivir, cuyas contradicciones nos afectan y nos confunden, dejándonos muchas veces bloqueados, como impedidos para discurrir por la via recta que - se ha supuesto siempre - hemos de transitar iluminados por la Fe.

La cita es de la encíclica Mortalium Animos, de Pio XI, publicada en 1928. El párrafo anterior está entresacado de este otro fragmento, de la misma encíclica:

"...Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.

Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.

Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios."
(aquí el texto completo, en español, de la Mortalium Animos)

La importante encíclica de Pio XI aparece en plena efervescencia del movimiento ecuménico, alentado desde la primera década del siglo por algunas personalidades y grupos protestantes europeos, principalmente. Con la 1ª Guerra Mundial, la traumática experiencia de los contendientes animó todavía más las tendencias pan-cristianas que aspiraban a superar desuniones históricas e iniciar una nueva época bajo el signo de la comunión deseada. Se imponía una confraternización por encima de las barreras (¡trincheras!). Sonaba la campana de la convergencia, se cerraba el capítulo de las divergencia y las rupturas.

En 1928, los líderes del movimiento ecuménico podían dar ya cuenta de esperanzadores logros, más allá del simple entusiasmo inicial. Quizá para las confesiones nacidas durante la crisis de la Reforma Protestante la coincidencia en la fe y el culto de sus respectivas comunidades era un relativamente fácil común denominador, bastante posible de alcanzar. A pesar de todo, esta gran movilización ecumenista da la impresión de ser algo que estaba sólo en la intención de una cierta élite promotora, lejos de las expectativas comunes de las confesiones a las que ni siquiera podría decirse que representaban oficialmente, dada la multi-fragmentación y sectarización de las confesiones reformadas, con sus muchas peculiaridades.

La Iglesia Católica contaba por entonces con una experiencia muy distinta, todavía activa, fresca en el tiempo, que le proporcionaba un concepto muy desmarcado del que animaba a los ecumenistas protestantes. Con un sentido sinceramente original, el Movimiento de Oxford había iniciado algo que, sin llamarse propiamente 'ecumenismo' ni ser reconocido como tal, respondía a las expectativas que la Iglesia Católica pudiera tener sobre el particular. Si los activistas del movimento ecuménico insistían en conceptos como encuentro/diálogo/comunión, Roma sabe y mantiene que la clave sine qua non estriba en la conversión, justamente lo que había sucedido en el Oxford de Newman, entre aquellos anglicanos inquietos, inconformistas y conscientes, que fueron después críticos tractarianos, y concluyeron su tendencia convirtiéndose en católicos romanos. Roma estaba donde siempre había estado, y la reintegración de la unidad perdida tenía un sólo camino con meta en Roma, cabe la Sede de Pedro.

En este sentido, la contundencia de la Mortalium Animos es sólo clarividencia magisterial, sin ambages; un documento en concordancia con la tradición de la Iglesia, un verdadero texto con palabras proféticas, tristemente realizadas luego en un sentido que el Papa Pio XI jamás llegaría a concebir.

¿Qué ha sucedido en la Iglesia para que, a menos de un siglo de este magisterio, se hayan publicado textos y promovido actos que parecen contradecirlo? ¿Cual ha sido el motivo que ha deparado semejante divergencia doctrinal?

En cierto sentido, el ecumenismo católico comienza con un complejo, el del desnivel que estiman los promotores católicos que existía entre las versátiles propuestas unionistas protestantes y el monolitismo de la doctrina católica, sólidamente anclada porque se definía como roca firme, piedra de referencia universal. Los católicos que sentían la inquietud ecuménica, por encontrase con los 'hermanos' que se fueron, estaban dispuestos a dejar, a perder el sólido cimiento y cambiarlo por la movilidad ubícua del fascinante ecumenismo. Mejor caminar que llegar, se diría más tarde; mejor ser compañeros de viaje que hijos en la misma casa y la misma mesa.

Esta tendencia ecumenista se confundía muchas veces con el modernismo doctrinal, siendo dificil deslindar lo que podría ser compatible con la ortodoxia tradicional y lo que era una re-conceptuación neo-eclesiológica incompatible con la doctrina católica. En sentido ortodoxo habría que interpretar todas las iniciativas que culminaron durante las sesiones del Vaticano II; en el proemio del decreto conciliar Unitatis Redintegratio, la declaración de intenciones es tan clara como solemne: "Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos es uno de los fines principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II...". Este mismo texto, el mismo párrafo, utiliza expresiones ambiguas, confusas, imprecisas, diciendo, seguidamente, que "... única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo."

Desde textos como este, sin la claridad de documentos magisteriales anteriores - verbigracia la encíclica Mortalium Ánimos - se fue practicando el ecumenismo católico del post-concilio. Entre sus metas se introdujo una confusión más, alentada también por otro documento conciliar, la declaración Nostra Aetate en la que el Concilio exponía de forma novedosa el pensamiento y la voluntad de la Iglesia respecto al judaísmo, el islam y las religiones del mundo. La integración de las declaraciones de Nostra Aetate entre las intenciones ecumenícas fue un paso que se dió en la espontaneidad de la confusión ambiental generada y mantenidad passim, en un ambiente signado por la buena voluntad de quienes se referían al muy indefinido pero versatilísimo 'espíritu del vaticanosegundo'.

El gran consumador de todo este proceso fue Juan Pablo II; la convocatoria de Asís en 1986 marcaba un punto referencial. La Iglesia Católica escenificaba y ritualizaba, prácticamente, algo que ya estaba presente entre las instituciones del ecumenismo protestante (cfr. The Gifford Lectures / Conferencias de Gifford ): Una tendencia pan-religiosa que se deslizaba desde el punto original de una mínima confesión cristiana (un credo elementalmente cristológico-trinitario) a consideraciones meramente teístas y a un naturalismo teológico compatible con la postulación de un concepto minimalista del hecho religioso, reducido a cierta experiencia espiritual extrapolable a cualquier forma religiosa en cuanto abierta a una reconocida (pero indefinida) trascendencia. Parecía como si el encuentro de Asís aportara, finalemente, una forma celebrativa pública y universal a estas iniciativas de las élites ecumenistas, un marco solemne para la presentación del común religioso universal. La paz era el pretexto.

Ayer tarde, casi a la manera de unas vísperas litúrgicas, se rezó en la Plaza de San Pedro por el tercer encuentro de Asís; estas fueron las oraciones (no las comento, pero son - entiendo - significativas).

A este tercer encuentro de Asís se le concede tanta importancia que en la página de la Santa Sede aparece hoy un enlace para seguir en directo los actos principales de la jornada. Ahora mismo, mientras escribo esto, estoy conectado oyendo y viendo lo que ocurre en el escenario instalado dentro de la Basílica de Ntrª Srª de los Ángeles, delante de la capillita de la Porciuncula. Si quieren Uds. aquí pueden conectarse, pulsando sobre la pantallita en color (no sé si la conexión estará activa todo el día, o sólo en para algunos actos).

Yo he rezado, sobre todo, para que se aclare lo de Asís y para que lo de Asís termine, para que no se repita más y se olvide. Sé que la historia no tiene marcha atrás, pero también sé que los errores son corregibles.

Recalco el magisterio de la Mortalium Ánimos y me afianzo en su doctrina, mientras sufro la tensión de enfrentarme con un magisterio y unos actos que contradicen al Magisterio. Una extraña y absurda confrontación que no se justifica, pero que existe y es una de las llagas de la Iglesia post-conciliar.

Cierro repitiendo el texto que más arriba cité:

"...piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.

Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios."



Texto del discurso del Papa Bnedicto XVI, Asís 27 de Octubre 2011

Sancti Spiritus gratia, rogamus ac petimus ut in fide recta confirmemus et sanctificemus nos. Amen.


+T.

martes, 25 de octubre de 2011

Asís 3º: Un aperitivo servido por el 'cocinero' del 1er.Asís



El 'cocinero' del 1er. Asis inter-religioso, ese es el mote que se le adjudica al Cardenal Roger Etchegaray en este yoyube de Rome-news. Cocinero, dicen, y digo yo por qué no gurú, brujo, hechicero, medium, chamán o rabino o imán o lama, y así se queda más poli-perfilado en su multi-cromatismo espiritualista pan-religioso, menos reducido a su simple, estrecha (y enojosa?) dignidad sagrada de obispo católico y cardenal romano.

Escuchar esas declaraciones pronunciadas por un anciano que debería demostrarse venerable y sabio sacerdote produce una desasosegante inquietud, puesto que un católico no espera oir de uno de sus más encumbrados representantes tales afirmaciones, tan reñidas con la fe y la doctrina mantenidas tradicionalmente por la Iglesia.

Una fe que, por otra parte, según se extracta de lo que dice Etchegaray, queda tan indefinida como vagas son las estructuras que dejan entrever las palabras del eminentísimo prelado.

¿En qué se sostuvo aquel Asís primero, el del Beato JP2º, cuales fueron sus fundamentos? Por mi parte no sé todavía qué responder, a pesar de las reflexiones que me hago sobre aquella lamentable ocasión. ¿Diré que todo fue un conato de buena voluntad, una corriente de buenvoluntarismo generosamente (temerariamente?) conciliador/conciliarista? No sé. Sí tengo claro que fue - más que nada - obra de la tenaz ('terca', he estado a punto de escribir) voluntad del entonces Pontífice: Un fuerte voluntarismo unido a un marcado personalismo, muy determinados en la decisión y peligrosamente indefinidos en la intención y la valoración de sus consecuencias. Podré equivocarme en algo, pero estimo que intuyo bien.

Insistir en aquello (se insitió en Asís-2 y ahora una tercera vez) me parece un error, la confirmación de una desacertada iniciativa preñada de confusionismo e indiferentismo.

Precisamente, hace unos días, leí con estupor la referencia de un artículo de Monseñor Nicola Bux, en concreto su reflexión a propósito de la inscripción en bronce conmemorativa del Asís 1º:

"...Es emblemático, al respecto, el ejemplo asombroso del cual habla: “una placa de bronce en el pórtico frente a la basílica inferior de San Francisco de Asís dice: «Joannes Paulus II cunctis in orbis Dei cultoribus in spiritu et veritate convocatis…» (Juan Pablo II con todos los que en el mundo rinden culto a Dios en espíritu y verdad...); pensaba que conmemoraba una reunión mundial de cristianos. El culto «en espíritu y en verdad» debería ser el que está fundado en el reconocimiento de Jesucristo, el Hijo en el cual Dios se ha revelado plenamente, ha hecho conocer su rostro… En cambio, la placa de Asís no se refiere a los cristianos sino a los representantes de las religiones reunidos en el 2002 para la oración por la paz. Algo ha cambiado. Esa placa muestra una opinión muy difundida (hoy día) entre los católicos: que todas las religiones reconocen, en el fondo, al mismo Dios, y lo adoran en espíritu y en verdad".
(aquí el original, en italiano ; y aquí en español)

Esta equívoca y generalizada impresión - grabada en bronce - que critica Mons. Bux aparece, sin embargo, implícita en las palabras del Cardenal Etchegaray, tan confusas al respecto como puedan estarlo las de cualquier católico influenciado por la confusa recepción del significado de aquel Asís 1º y sus sucesivas reediciones.

Todos los católicos conscientes estamos en preocupada expectación: ¿Corregirá Benedicto XVI, de forma patente y definitiva, la deriva indiferentista del Asís juanpablista? ¿Se cerrará definitivamente con Asís 3º la serie de estos confusos encuentros? ¿Por lo menos, el Papa se desentenderá/desmarcará de ellos?

Aunque vamos asumiendo todos estos 'avisos' pre-assisinos (el youtube de Etchegaray es una estupenda piedra de molino para quienes dispongan de tragaderas capaces), aun mantenemos un puñadito de buena esperanza.

El Jueves - D. m. - veremos en qué paran nuestras expectativas.

Oremus!


+T.

lunes, 24 de octubre de 2011

Florecillas y frutos de Asís


La historia, por esos absurdos links mentales irrefrenables, me ha recordado en un flash la peli cursi aquella de la antipática niña pelirroja desdoblada en dos papeles, 'Tú a Boston yo a California'. En este caso, sería algo así como 'tú al zen yo a benedictina'; desde luego serviría para un guión de cine:

Hermanas interreligiosas

El articulillo arranca con una cita (con errata) de Meister Eckart; mal comienzo, que ya es sabido lo poco fiable que es el susodicho. Pero como otros que en sus días se ganaron fama de heteredoxos, con los tiempos que corren, ahora se aquilatan como autores cómodos para ser citados, ornamentales guindas para el pastel.

Confieso que temí lo peor, algo mucho peor, un convento de católicas y budistas fifty-fifty, o alguna monstruosidad por el estilo. Y cuando ví la foto de esas tres con pañoletas azulonas, ¡tate! - díjeme - estas son las veroniquesas de la Berzosa que han fundao una granja con gallinas blancas, negras y pintas. Equivoquéme, reconózcolo. No están tan rematadas, ni tan abiertas a las experiencias pan-religiosas. Deo gratias. Ni siquiera son las de la foto, no obstante el color añil del pañolón.

Así y todo la historia eriza el vello católico-sensible. La historia y su presentación como encantandora y modélica con-fraternización intra-familiar inter-religiosa. Un hito para el juanpablismo pan-espiritual assisista (perdón por el neologismo (por cierto que he dudado también entre 'assisís' y 'assisino'; ya veré).

Digo un hito, un mojón en el camino, una marca para jalonar esta vía de la con-fraternización no-importa-lo-que-se crea. Admirable pórtico de lo que se espera por muchos y muchos desean sea una paulatina disolución de la fe que separa a la vez que una afirmación progresiva de la fraternidad que unirá a toda la humanidad en un todo sin distinciones, divisiones y discordias espirituales.

En fin, verán Uds. (yo lo veo) que se imponen los mandiles, los compases, escuadras, reglas y cartabones del Gran Oriente. Será espejismo, no digo que no, pero es que todo esto huelo a eso que atufa. Huele mucho, sí. Apesta.


Y mientras las dos hermanitas - ¡qué majas! ¡qué ricas! - se sientan en pose de loto a tomar el te con pastitas de monjas, el mundo gira, y sigue rodando la rueda de esa rueca movida por no sé decir qué mano, que va hilando hilos de todo espíritu, religión, creencia y/o increencia, el hilo con el que se tejerá la sincretística pan-humanidad, con novedades como la de esta sorpresa, de hoy mismo:

El Vaticano propone la creación de una 'autoridad mundial', e invita a abrir un proceso constituyente desde Naciones Unidas

Para quitar el hipo.



Y así se prepara Asís. Dentro de nada, esta misma semana, el Jueves, si Dios no lo remedia.

Pero Dios no suele meterse en estas macedonias, en estos tutti frutti, en estas galerias igualitaristas donde la Cruz se pone junto a la estrella de david, la media luna, un buda sentado, un confucio de jade, un fetiche africano, un amuleto (y una negación ateística y una fría duda escéptica).

Ya lo dijo muchas veces: Que Él es celoso.


p.s. No creo que la benedictina contagiada de zen por su hermana acierte a distinguir estas sutilezas, estas definiciones tan antiguas del Amor de Dios.


+T.

sábado, 22 de octubre de 2011

¿Un magisterio 'des-moralizante'?


El enlace que el socius fatigarum meus ha incluído en su comentario al articulete anterior me afectó, igualmente, esta misma mañana, en cuanto le eché un vistazo en otra web que también lo publicaba: Declaraciones del Presidente de la Pontificia Academia pro Vida, Mons. Ignacio Carrasco de Paula

El que tenga paciencia para leer y conserve discernimiento moral suficiente para apreciar, se quedará soprendido de las holgadas tragaderas que parece demostrar tener el susodicho Moseñor Carrasco, español, sacerdote de la Prelatura del Opus Dei.

Desde hace algún tiempo - y el artículo- entrevista de Mons. Carrasco confirmaría esa impresión - parece como si fluyera passim un discurso moral, llamemósle 'alternativo', en una especie de plano oficioso-divergente, que se expresa en una especie de 'off the record'. Lo más grave de esta circunstancia es que los exponentes de este discurso moral son personas de eminente status eclesiástico, sorprendentemente.

Sobre el tema del presevativo/profiláctico el primer resbalón (intencionado? casual?) que recuerdo fue el de nuestro prelado nacional Martínez Camino, hace de esto unos años ya, una anécdota (?) que hizo correr bastante tinta y comentarios. Tiempo después, hace dos años, a propósito del caso aquel de la menor brasileña embarazada y el aborto a que fue sometida, fue Mons. Rino Fisichella el que sacó asombró al mundo con su artículo publicado el L'Osservatore (Marzo del 2009); lo llamativo fue que Don Rino era entonces, precisamente, el presidente de la Pontificia Academia pro Vita. La polémica - recordarán Uds. - fue grande porque Fisichella desautorizaba la ejemplar actuación del Obispo de Recife, dejando entrever una condescendecia comprensiva que nos sumió en mil perplejidades.

Del episodio mayor del Papa con sus declaraciones a los periodistas en el avión, volando a África, y su posterior aclaración en el libro-entrevista aquel (Luz del Mundo, de P. Seewald, Noviembre 2010) ¡qué voy a decir! (aunque en su momento dije algo aquí y aquí)

Y en estas estamos, recibiendo impactos, como proyectiles de francotiradores de esos que se emboscan y disparan. Si es el prólogo de un tiroteo mayor, de una ofensiva en toda regla, con armamento pesado y batalla planteada con estrategia abierta, no sé decirlo. No me atrevo a aventurar pronóstico. Pero es evidente que algo flota en el ambiente, son ya demasiadas las crestas que han ido asomando.

De todo lo que dice Monseñor Carrasco en esa entrevista, me dejan en pasmo riguroso estas dos afirmaciones:

1º) Cuando la periodista le pregunta:

-¿En esa concepción es válido entonces para la Iglesia que un matrimonio posponga la decisión de ser padres?

y Mons. Carrasco contesta:

-Por supuesto, y además que es responsabilidad suya. No se lo puede imponer nadie. La cuestión de los hijos no es una obligación mecánica.

2º) Casi al final de la entrevista, esta afirmación de Mons. Carrasco:

- La Iglesia tiene conciencia de que su misión no es decir esto está mal y no se puede hacer.

Pensé, cuando lo leí, que sería una errata del texto impreso, o un error de transcripción. Ahora no sé qué pensar.

¿Qué está pasando? No me refiero ya a las sucesivas equívocas declaraciones de los Monseñores Presidentes de la Pontificia Academia pro Vita, primero Fisichella y ahora Carrasco. Me pregunto si la descomposición afecta tanto que se está pasando a un estadio en que la Iglesia claudica y empieza a emitir un magisterio moral des-moralizante.

Espero - ¡quiero! - que todo haya sido un error, un mistake de la periodista o de los tipógrafos. Etc.

Pero me temo, dados los recientes y repetidos incidentes, que estas entrevistas con exposiciones/deslices des-moralizantes se vuelvan a repetir.

¿Serán la norma? ¿O sólo el aviso, el toque de clarines que anuncia que el toro va a salir?

Oremus!


+T.

viernes, 21 de octubre de 2011

Nuestros "hermanos mayores" (los rabinos) nos aconsejan: ¡No os junteis con los (más) católicos, que podeis volveros (más) católicos!!!!


La noticia hace más de una semana que corre por internete, pero esta mañana me la he encontrado en dos o tres sitios: Los rabinos desaconsejan al Vaticano el diálogo con la FSSPX Y es que de tanto dialogar, la aproximación se ha vuelto una indiscreta injerencia, con el rabinato metiendo baza y protestando un día porque rezamos, otro día porque no rezamos lo que ellos quieren que recemos, al día siguiente porque una exégesis no les agrada y el día después porque les parece que hay que corregir los Santos Evangelios (y el N.T.).

El muy indiscreto obispo Williamson (desacreditando abundantemente y de muchas maneras la fama flemática del british man) les presta munición a los rabinos para que puedan disparar esta andanada. De Williamson no sé casi nada más que lo que extracto de lo que publica él y de lo que publican sobre él. De sus tesis reduccionistas respecto a la 'shoá' opino que es víctima de sus opiniones, por decir algo que está prohibido decir, ni siquiera pensar.

Pienso yo - sin embargo - que las cuestiones de números y cifras (aun cuando se trata de numerar personas y víctimas) son absolutamente discutibles, susceptibles de precisiones y mediciones muy variadas, con muy diferentes resultados según sea el que compute. Pienso - por ejemplo - en el discutidísimo número de los Mártires Cristianos víctimas de las persecuciones de Roma, que según quién sea el que haga el recuento la cifra final puede variar escandalosamente. Y no por eso nos ponemos de los nervios ni sufrimos ataques de odio contra el que hizo la cuenta (nos caiga más o menos simpático, que eso es otra cosa). Pero no pedimos la cabeza del que cuenta bajo mínimos.

Dicho esto, la prevención de los Rabinos Unidos & Co. Ltd.contra una posible reintegración y solución canónica para la FSSPX es un enorme prejuicio gravemente ofensivo para la Iglesia Católica, por cuanto identifica la profunda aversión del rabinato por el catolicismo tradicional que representa la FSSPX. En el summum de las paradojas, el respeto que los rabinos piden para la historia y la cultura judía lo niegan rabiosamente a la Iglesia Católica, específicamente a la parte de la Iglesia Católica que se identifica más expresamente con la tradición, la historia y la doctrina secular más indiscutiblemente católica. Si el prejuicio nace de la equiparación de tradición católica con antisemitismo, la afrenta y el agravio de los rabinos no pueden ser más clamorosos. E hipócritas.


Lástima que sea un blog perdido entre los blogs quien diga estas cosas y no sean más altas instancias eclesiásticas quienes den una respuesta contundente a las insolencias de la rabinería.

La Iglesia Católica del post-concilio ha entrado en el Tercer Milenio (adveniente / ineunte, ya se sabe) con el firme propósito de no entrar en conflicto con nadie, con el santo y seña de Asís-Asís-Asís como bandera. Sin embargo, nada más lejos del Evangelio de Cristo Nuestro Señor y de sus profecías sobre su Iglesia, la que Él quiso y fundó.

Y me refiero, concretamente, al Stº Evangelio de la Stª Misa de hoy mismo, que reza así:

"...He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra." Lc 12, 49-53

Pero nuestra Iglesia, la del Tertio Millenio (ineunte /adveniente, ya se dijo), la de la nuevangelización (sic) no quiere prender fuego, ni dividirse de nadie, ni estar contra nadie.

Sólo quiere Asís-Asís-Asís.

Y todos hermanos, y todos contentos (menos nuestros 'hermanos mayores', tan difíciles de contentar).

+T.

jueves, 20 de octubre de 2011

Roma observadora en Viena: Más islam...¿y menos fe?


La noticia, con una entrevista corta del Cardenal Taurán, me parece tan inquietante como absurda (una combinación ultimamente muy frecuente; demasiado, desgraciadamente):

Arabia Saudita inaugura en Viena un centro interreligioso

La impresión que se saca de toda la noticia-entrevista es que en la Iglesia Católica el diálogo se ha impuesto a la misión. No entiendo cómo todo eso que dice el Cardenal Taurán se integra/ se concilia con el estreno de la 'nueva evangelización'. A no ser que el concepto de la nueva evangelización se refiera solamente a los propios cristianos (?) o al antiguo Occidente Cristiano (?) y excluya deliberadamente la misión ad gentes, la evangelización misionera de infieles y paganos.

Profundizando un poco más en la reflexión, la perplejidad aumenta en cuanto se percibe una ausencia del factor sobrenatural, que es (debe ser) el propio de todas las obras de la Iglesia. En la institución/participación de este centro de 'diálogo interreligioso' ¿qué parte ocupa y cómo aparece la intención y el objetivo sobrenatural, puesto que la Iglesia asiste, va a estar presente y, en cierta medida, colaborará? ¿O acaso lo sobrenatural, la presencia santificante de la Iglesia, se excluye intencionalmente, o se suspende ad casum? Un diálogo que no sea praeambula fidei, ¿qué interés tiene para la Iglesia? ¿Estar 'observando', integrarse en ese grupo de diálogo como 'observador', es algo que se corresponde con la misión de la Iglesia? A no ser que se trate de un experimento al que la representación de la Iglesia asiste como mudo expectador para sacar conclusiones, deducir conceptos y recoger datos. Pensemos bien y supongamos que será eso. Pero ¿se trata sólo de eso?

Otra cuestión más: Si los firmantes del acuerdo que constituye ese centro de diálogo interreligioso y cultural son tres estados de los cuales dos (España y Austria) son laicos no-confesionales y uno (Arabia Saudita) es constitucional/fundamentalmente islámico (con absoluta exclusión de toda otra religión), ¿quién va a hablar de religión con quién? A no ser que el observador - que será la Iglesia Católica - en vez de mirar y callar intervenga y hable como una especie de mediador religioso-cultural, reconocido por ambas partes (?).

Me pregunto todo esto sin entrar a discutir la naturaleza del islam, ni su irrupción violenta en la sociedad internacional del siglo XX-XXI, ni la credibilidad dialogante de un régimen como el de Arabia Saudita, ni el interés en comparecer públicamente asociado a una iniciativa que parece expresar el proyecto de la 'alianza de civilizaciones' presentado a la comunidad internacional por el desacreditado líder socialista, nuestro presidente de gobierno J.L. Rodríguez Zapatero, uno de los más señalados promotores del laicismo radical contra-católico. Dejo, como digo, todos estos pormenores, sin discusión.

En siglos anteriores, desde su aparición en la historia, la Iglesia vió al islam como una perversa y peligrosa herejía, puesto que su doctrina no es pagana, propiamente, sino que deriva de una re-interpretación errónea/pervertida del Antiguo y el Nuevo Testamento. A lo que se añadía su afán declarado de expansión y conquista, una 'misión' islamizante que forzó a naciones y pueblos, imponiéndoles el yugo de la sumisión islámica.

La paradoja es comprobar cómo al mismo tiempo que la Iglesia abandona su tradicional concepto misionero, suspendiendo o renunciando a la evangelización de infieles y paganos, se presta a coloborar (sea dialogando, sea observando) con la presencia y expansión del islamismo en el Occidente Cristiano (¿o habrá que decir - y acostumbrarse a decir - 'ex-cristiano' o 'post-cristiano'?).


Viena, la capital que va a servir de sede para este 'encuentro', es un enclave aparentemente tranquilo, libre de sospechas. Pero Viena fue escenario de varias acometidas islámicas, cuando la Turquía de los otomanos proyectaba expandirse por la Europa oriental y central, la última de ellas en 1683, una fecha no tan remota. También es Viena, actualmente, la capital del des-catolicismo militante que planta cara, reta y echa un pulso a la Roma Católica. Destaco esto porque la capital austriaca puede registrarse con estos y otros referentes, todos significativos, en uno u otro sentido, ya sea para el islam con pretensiones europeas, ya sea para la Iglesia Católica y ciertas problemáticas coyunturales que parecen tienden a hacerse crónicas o a resolverse en un sentido contrario a la voluntad de la Santa Sede.

Sea lo que fuere que resulte de este 'encuentro' vienés, sigo sin apreciar el bien que la Iglesia pueda obtener con esta 'observación' del diálogo entre sauditas, austriacos y españoles.

La diplomacia es un sutil arte, concedo. Pero la sutileza de la Iglesia ¿no debe ser otra? La admonición de Señor "Sed astutos como serpientes y cándidos como palomas" pienso que no se pronunció como regla diplomática, precisamente, sino en un contexto más claro de misión y evangelización, no de diplomática y circunspecta (o interesada) observación.

+T.

lunes, 17 de octubre de 2011

Mojamé in Vatican City



No salimos de un asombro y ya tenemos servido el siguiente. Qué interés pueda tener un pergamino mahometano con caligrafía complicada, no lo sé. Como soy arábigo-analfabeto, si me dan una de esas ilustraciones la miraré un instante y me aburriré seguidamente.

Desde luego no entiendo qué pintan unas docenas de esos pergaminos expuestos en el Vaticano (será, supongo, en una de las salas de exposición del brazo de Carlomagno, al final del Colonnato, junto a la entrada del Arco delle Campane, donde están las oficinas de la Posta Vaticana y la Editrice).

No me gusta. No me gusta que Mojamé sea alabado en una exposición dentro del Vaticano. Si es preparando/ambientando lo de Asís-3, me gusta menos.

Seguramente, como correspondencia a tantísima cordialidad, se estará preparando una muestra de iconografía cristiana, con obras de Cimabue, Duccio y el Giotto, que se expondrá en una de las naves de La Meca, a 100 mts. de la Kaaba, donde los moros dan vueltas. Seguramente.

Del arte islámico me interesa muy poco, y lo que me interesa es porque sirve de peana a algo que no es islámico. La Giralda, por ejemplo, que es un prisma aburrido con un precioso remate.

Si me invierten estas condiciones, me sublevo. Por ejemplo, me rebela ver Santa Sofía de Constantinopla pintarrajeada con caligrafías otomanas mientras los mosáicos más bellos de la iconografía cristiana asoman bajo capas de yeso, fragmentados, rotos, incompletos o perdidos (destruídos) para siempre.

Lo mismo me pasa cuando sé que han levantado una mezquita sobre una iglesia, se me resiente el alma. Por esto comprendo el malestar inefable de los judíos cuando levantan los ojos y ven las mezquitas sobre su Muro de los Lamentos.

Por eso, cuando me he enterado de esta exposición mahometano-vaticana, el desconsuelo ha acompañado a la turbación.

Pero no seré hipócrita histrión y confieso que no es para tanto, que el disgusto no me quita las ganas de comer. De estas cosas, de estos sustos, ya está uno prevenido, avisado, y nos reponemos con facilidad.

Total, desde hace unos cincuenta años nos van preparando, pian piano, para esto, para estos encuentros, para estas cordiales exposiciones, tan compadres unos con otros, como si todo se pudiera hacer con todos.

¿Mi aprensión, mi temor, mi inquietud? Que se empieza con estas bagatelas de las caligrafías y un día se remata prestando la Piazza di San Pietro para la oración de los viernes.

Y si el Obelisco estorba, se quita.

+T.

domingo, 16 de octubre de 2011

Dos estrambotes


Pues eso: Dos codas, dos propinas, dos 'suma y sigue' a los dos últimos articuletes, el de las restauraciones y el de la 'nuevangelización' (sic).

Lo de la Catedral ha sido un episodio, digamos, de transeuntes versus okupas...con colchones de testigo. Léanlo, si gustan, aquí.

La afección ya es vieja, crónica, porque en tiempos del Arzobispo Fray Amigo se consintieron (¡¿Cómo no?! ¡¡Con mucho gusto!!) todas las okupaciones-protesta. A quienes les daba la gana, por lo que fuera, se les permitía alojarse con mantas, colchones y pancartas dentro de la Catedral. Recuerdo una especialmente vergonzosa que protagonizaron los comunistas del SOC. Recuerdo también lo que me comentó un venerable sacerdote: -"Si no se hubiera perdido la conciencia de lo sagrado, habría que re-consagrar la Catedral en cuanto se fueran esa gente". La gente aquella, los comunistas okupantes, tenían hasta caerolas y hornillos para guisar. Y corramos un tupido velo y no se hable más. Aquellos tiempos fueron así de 'amigables'.

Y de aquellos polvos, estos lodos. Las dos turistas protestonas se han quejado con razón: Si uno paga la visita a la Catedral, tiene derecho a no toparse con escenas de 'gente' que okupa. Si la Catedral se transformado en museo, es justo que reclamen derechos, servicios y atenciones de museo. Si alguien va de visita al Thyssen no espera encontrarse una okupación protesta con colchonetas, valga la comparación.

Por su parte, los okupas protestan contra una consejería de la Junta, o contra la Junta entera, o contra el Gobierno de Zp; no lo sé ni me importa. Pero esta 'gente' no okupan la sede de la consejería que sea, ni ningún edificio oficial. Se meten en la Catedral porque les da la gana y saben que no se lo van a impedir. Las concesiones panfilistas facilitan estos atentados contra lo sagrado (y la decencia).

Yo estoy seguro de que esta 'gente' ni creen ni agradecen. Y si un día tocara organizar otro tipo de 'acción' - imaginemos - contra la Catedral, esta 'gente' estarían formando parte de la turba tumultuaria. Si a los primeros okupas les hubieran dado el escobazo pertinente el primer día de la okupación, hoy no pasarían estas cosas, que son un bochorno cívico y un atentado contra un lugar sagrado (sacrilegio se decía antes, cuando había más fe y se distinguían las cosas y los conceptos).

Y la vida sigue igual. El Cabildo consiente y el Ordinario Diocesano no sabe no contesta.

El segundo estrambote es distinto en esencia y potencia, salvo la falta de buenas formas y reverentes actitudes que puedan compartir uno y otro caso. Miren la foto:


Es la sor Berzosa, prendida al cuello, agarrada al pescuezo del Papa Benedicto, como fotograma de terror de una peli de Drácula-mordiente. Una impropiedad irreverente que define a la ex-clarisa neo-monja y la perfila al contraluz (más fotos aquí)

¿Qué ha sido eso? ¿Un ataque de nervios con achuchón santopadre de desahogo? ¿Un incontenible frenesí filo-papal pontificio-besucón? ¿Un rapto espiritual con efusión osculante de estrechura-padre-cura romano-vaticano? ¿Un repente, un flash, un conato, un punto, una explosión de apretón benedictino-icontinente-besos-besos-besos???

No sé, no sé qué decir ni cómo definir. Lo que no imagino es que haya sido involuntario, porque sospecho que ha sido previsto (no digo ensayado). Esto pasa cuando se quiere. Y parece que sor Berzosa lo ha querido.

¿Ella es así? Lo ignoro, porque no conozco a Sor Berzosa.

¿Ella puede ser así? No. Una neo-fundadora, por mucho 'neo' que sea, no puede comportarse así.

¿Le reímos la gracia? La gracia se le rie a un chiquillo, como el niño que hace unos meses irrumpió en mitad de la audiencia de los miércoles y se acercó al Papa, qué simpatico, que mono, que gracioso el niño. Pero Sor Berzosa no tiene cinco años. Ni el volver a ser como niños, en su caso, quiere decir que se comporte así.

Desde luego, el Papa no va a olvidar a sor Berzosa. Una chica intrépida, de las de 'aquí estoy yo'. ¿Hará carrera? Ya está corriendo, diría yo.

Hay espontaneidades que traicionan porque te descubren.

Una reflexión más: El juanpablismo es así y provoca cosas así.

&.

sábado, 15 de octubre de 2011

Nueva evangelización adveniente


Ya asoma la proa de la nave. Y de mascarón, como una encantadora sirena, la inquieta Sor Berzosa, que va a intervenir delante de un selecto foro neo-evangelizador, alternando en la tribuna de oradores con personalidades de la talla de Vittorio Messori.

Messori lleva años siendo fiel a unos conceptos que iba dejando muy claros en cada una de sus obras, como aquellos que apuntaban en el best-seller Rapporto sulla fede (Informe sobre la fe, 1984-85) con la entrevista al entonces Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El tiempo, estos últimos años, han ido moderando pero también confirmado las líneas que se esbozaban en ese interesante reportaje-entrevista, un ensayo sobre la situación y las perspectivas de la Iglesia Católica de mediados de los '80. Si Messori teoriza sobre la nueva evangelización, merece atención, no habla un cualquiera.

Pero sor Berzosa no, no es una Messori sólida en juicios y perspectivas. Una chica que empieza clarisa y funda conventos de clarisas y atrae vocaciones de clarisas que en una temporada termina trasvestida de azul vaquero con pañoleta y ya no es clarisa sino - por su reverenda voluntad - fundadora de las iesucommunistas, esa sor ex-clarisa no parece tener solidez para ser cimiento de nada. A ver si cuaja lo suyo, y luego se verá.

Si se trata de poner a una mujer en el atril (la cuota femenina exigida por la corrección política) para ambientar el preludio de la Nueva Evangelización, que inviten al atril a un calcuta, una de las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa. Me parece indiscutible la solidez de una calcuta frente a la veletera sor Berzosa y su recién fundada congregación (o lo que sea).

Las cosas no aparecen cuando oficialmente se les reconoce. Un buque no empieza a existir cuando le dan el botellazo 'bautismal' con champán. Lo mismo, si la nueva evangelización es algo, debe de estar existiendo hace ya algún tiempo. ¿O no son las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta efectiva y reconocible 'nueva evangelización'?

Y la FSSPX, tan firme y pujante, tan sólida y desafiante, ¿no es ya una patente y contundente 'nueva evangelización'? Y los Franciscanos de la Inmaculada, ¿no son ya, desde hace años, agentes de esa nueva evangelización.

Incluso podrían entenderse fundaciones tan activas como el Opus Dei, las Comunidades Neocatecumenales, los Focolari, Comunión y Liberación, Comunidad Sant'Egidio, como partes ya implicadas en una nueva evangelización. Con todos los matices que se quiera, pero reconociendo lo que han hecho hasta ahora y si eso no es/no ha sido 'nueva evangelizacion'.

Por cierto que recalco algo que no puede ser fruto de un casual: Opus Dei y Neocatecumanales, las dos iniciativas más señaladas de ese grupo de instituciones neo-evangelizantes, se gestaron, fundaron y empezaron en España, y desde España se expandieron por todo el mundo. Subrayo que no puede ser casualidad. Como tampoco esa versatilidad de las fundaciones italianas.

La cuestión al valorar estas instituciones, todas las que llevo mentadas, es discernir si son aptas para una verdadera 'nueva evangelización', puesto que se supone que la nueva evangelización no puede ser una diferente evangelización ni una evangelización distinta, salvo en detalles accidentales, puesto que la evangelización tiene que ser fiel al mismo credo, la misma doctrina, la misma moral que se predicó, por ejemplo, cuando San Patricio evangelizaba a los antiguos irlandeses o San Bonifacio evangelizaba a los frisones y los germanos, o Fray Junípero Serra evangelizaba a los indios californianos. Si es nueva evangelización tiene que ser la misma evangelización. No caben salvedades que insistan en la novedad y flaqueen en la evangelización, propiamente.

Si me preguntaran, yo diría que la nueva evangelización tendría que empezar por barrer la nefasta pseudo-evangelización post-conciliar, que yo representaría, globalmente, en el gran fracaso de los proyectos de las órdenes y congregaciones religiosas, que - salvando contadas excepciones - han sido parte muy principal/causante del declive y la crisis del catolicismo. Así, entiendo que la aparición de nuevas congregaciones religiosas (y en este sentido comprendería si la intervención de sor Berzosa quisiera simbolizar la esperanza de las nuevas fundaciones religiosas) es una necesidad urgente; la renovación de las antiguas, decrépitas y degeneradas, no sé si ya es posible, tan arruinadas y descompuestas como están. Para estas periclitadas comunidades religiosas, la nueva evangelización debe ser una radical y profunda re-catolización. O que perezcan definitivamente y sean reemplazadas por nuevas fundaciones católicas.



El lema del escudo arzobispal de Mons. Rino Fisichella, el gerente de esta empresa de la Nueva Evangelización, es un mote bien escogido: 'Viam Veritatis Elegi'. Pero el Semper Idem del stemma del Cardenal Ottaviani podría valer mucho mejor para acompañar este proyecto de evangelizar nuevamente. Y si no sirviera como lema ilustrador, mala señal.

Endeble señal es, para mí, ver asomar la pañoleta vaquera de sor Berzosa.

¿No tienen bandera insignia más consistente? ¿O es que el valor es lo nuevo por la gracia de la novedad?


+T.

viernes, 14 de octubre de 2011

Restauraciones necesarias


Van a restaurar el retablo del Altar Mayor de la Catedral, treinta años después de la histórica restauración del profesor Arquillo y su equipo, que marcó un antes y un después en el medio de las Bellas Artes sevillanas. Yo tenía diecipico años, estudiante de Bachiller, preparándome para la Universidad.

Más de una mañana dejaba las clases y me iba a la Catedral, a escuchar el rezo de laudes y la Misa de los canónigos. Todavía, antes y después de la Misa de Coro, los sacerdotes de la Catedral celebraban la Stª Misa en las capillas de las naves, en la del Sgdº Corazón, en la del Cristo de Maracaibo, en la de San José, en la de los Dolores (Sacristía de Cálices). Y por supuesto en la Capilla Real, que mantenía horario de Misas independiente de la Catedral.

Conocí a Don Rufino Villalobos Bote en su confesonario, y confesaba con él, muy santo (con fama de santo) pero antipático. Don Féliz Royo, un maño trasplantado a Sevilla, otro de los canónigos que se sentaba por las mañanas a confesar, antes de la Misa, sí era simpático. Yo iba buscando al santo, pero terminé confesándome con el simpático. Suele pasar.

Incluso alcancé a ver, algunas mañanas, a algún canónigo o beneficiado (entonces todavía perduraba la distinción, el rango dentro del coro y el cabildo) celebrando en una de las capillitas que flanquean el altar mayor de la Sacristía de los Cálices, dos capillas pequeñas, bajas y estrechas como alacenas, pero preciosas, recoletas, como hechas a propósito para celebrar la Misa en privado.

El incienso por las mañanas, cuando se nota el frío de mitad de Noviembre, tiene un olor especial, inconfundible en las naves entre el Coro y el Altar Mayor. Y las campanas de los dos campaniles de la reja del Coro también tienen un timbre especialmente sonoro en ese tiempo, a esas horas en que la Catedral, más que en otros momentos, es (era) Catedral, iglesia mayor, templo de la ciudad.

Ese ambiente sacerdotal, cúltico, reverente, duró hasta los años ochenta, que empezó a decaer. El declive con aviso de derrrumbe ocurrió durante los años del Arzobispo Amigo Vallejo. Cambiaron los estatutos del Cabildo, se suprimieron instituciones personales, costumbres inmemoriales, reglas vetustas y rúbricas nunca escritas, de aquellas que valían tanto porque pasaban vivas de sacristán a sacristán.

Reinaban voluntades extrañas, distantes, despectivas. Llegaron hombres nuevos, nuevos aires, nuevas intenciones. Se impuso el pragmatismo material y se perdió el espíritu de piedad; los venerables sacerdotes celebrantes fueron desapareciendo, arribaron los resueltos gestores. Y el templo fue volviéndose, poco a poco, galería de antigüedades y museo, recinto para visitar, foro de transeuntes, turistas y demás gente, ocasionales de estación breve. El poco culto que quedaba se recogió en la Capilla Real; por la tarde desapareció, salvo excepciones.

El caso es que, milagrosamente, se conservaron el rezo en latín en el Coro y la Misa diaria del Cabildo, también en latín, novus ordo, pero en latín. Una rareza dado los neo-canónigos que iban sustituyendo a los venerables fallecidos, enfermos o seniles. Un pequeño milagro, como si la Virgen de la Antigua hubiera metido una puntada de sensata piedad en las intenciones alborotadas de la clerecía post-conciliar, tan brava para embestir contra lo antiguo.

Ahora, cuando anuncian la nueva restauración del retablo mayor, una de las joyas de la estatuaria y la iconografía del Orbe Católico (sin exagerar), se echa de menos otra restauración: La espiritual.

Me resisto a que la Seo Hispalense se institucionalice como museo. Un museo tan bien gestionado y rentable que puede hacerse cargo de la costosa restauración, sin problemas. Recalco que tiene buenos gestores, eficaces gerentes; la empresa funciona y es solvente, materialmente.

¿Espiritualmente? Eso mejor no discutirlo. Tiene poca discusión Digamos que regular, porque mantiene ciertas regularidad de coro y altar. Y poco más. Y cuando hay más, mejor que no lo hubiera porque el plus lo mismo es un 'concierto' de bandas, o un recital de órgano, o un montaje de música sacra, o una función de saetas, o un pregón cofradiero de temporada. Incluso cosas peores, como los 'gestos' de compromiso y protesta que organizaba, mientras estuvo, un curial muy célebre (entonces). También hay fiestas de fe para niños, y jmjoterías juanpablistas, encuentros ecuménicos. Etc.

En Semana Santa - ¡menos mal! - un rio de cera encendida y piedad popular circula durante siete días por la Catedral Metropolitana, como un exorcismo, barriendo los malos espíritus que puedan haberse colado. Con el Corpus y la procesión de tercia de la Virgen de los Reyes, el día de la Asunción, se completan los días señalados en que los fieles ocupan las naves y no dejan espacio para el turismo. Paradójicamente, la fe de los fieles desgasta las piedras y el mobiliario sacro que se paga con las entradas/billetes/tickets de los visitantes. Esa es la razón que nos dan los conformados a los inconformistas, una réplica suficiente-estupefaciente que nos tragamos como una píldora de quina, con reheleos.


Dicen que se van a instalar andamios especiales para poder ver de cerca los relieves-capillas antiguos del maestro Dancart, y los otros de los demás maestros imagineros que colaboraron en la fastuosa obra. Si vuelven a desmontar la imaginería de la cornisa-visera del ático, como hicieron la otra vez, cuando la restauración de Arquillo, podrán contemplarse con detalle el precioso Apostolado y la Piedad de Fernández Alemán. Y si bajan el Cristo del Millón, Sevilla entera se volverá a impresionar ante el admirable Crucificado que remata todo el Altar.

Todo - ya lo sabemos - es digno del mejor museo. Pero todo - sabemos los que creemos - se hizo para el culto a Dios, no para solaz cultural de los hombres cultos.

Lástima que las restauraciones materiales no sean señal de las espirituales, primeras en orden e importancia, por urgente necesidad, muy urgente.

...Domine ad restaurandum nos festina!

+T.

martes, 11 de octubre de 2011

La cuenta atrás para el cincuentenario


Hoy ha comenzado la cuenta atrás para la efemérides del L aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. No sé cómo un padre conciliar de aquellos que arribaron a Roma llenos de entusiasmos y expectativas habría imaginado la situación de la Iglesia Católica medio siglo después del acontecimiento. Pero estoy convencido de que nunca jamás se hubieran figurado el presente que vive y sufre la Iglesia, tan lejos del entusiasmo aquel, hoy con todas aquellas expectativas malogradas, descarriladas, desviadas, degeneradas, frustradas; todo eso que ha hecho que, finalmente, aquellos que fueron descalificados cuando fueron llamados 'profetas de desgracias' sean hoy re-considerados como los perspicaces que vieron venir el futuro que hoy es nuestro presente. Nuestro desalentado, roto y languideciente presente.

Pero tenemos Asís 3, a la vuelta de la esquina, este mismo Octubre. Y nos damos abrazos fraternales con protestantes y evangelistas, nuestros invitados habituales. Y confraternizamos con nuestros 'hermanos mayores' judíos (a pesar de sus muchas, constantes y declaradas reticencias). Y vamos del brazo con los mahometanos. Y nos sentimos a gusto con el Dalai Lama, los gurús hindúes, los shintoístas del Japón y los animistas aborígenes de Australia. Nos hemos visto y nos llegamos a considerar uno entre iguales, con ese entusiasmo iluso que quedó flotando en la atmósfera católica como un 'smog' (y no de incienso, precisamente) que nos contamina el aire que respiramos, un enrarecido aire católico que ya no sabemos cuánto porcentaje de catolicismo puro contiene y cuánto des-catolicismo no-católico aspiramos al inspirar.

Si el Concilio cincuentón fue - decían algunos - abrir ventanas, es ahora más que nunca cuando hay que abrir ventanas, puertas y vanos para recuperar oxígeno católico y depurar el no-catolicismo del des-catolicismo ambiental-atmosférico que nos contamina.

El Concilio abrió - yo diría - el agujero en la capa de ozono-católico; permítome esta otra comparación, muy ecologista, al alcance comprensivo de nuestros filo-ecologistas, que son muchos.

A estas alturas, huyo de los entusiasmados conciliaristas vaticanosecundistas como de los apestados. ¿Ustedes no? Pues mírense, no sea que estén ustedes incubando algún virus descatólico. Esta misma tarde comentaba con una amiga, doctora en medicina, aquello que decía el Papa Benedicto, que nuestra sociedad, este mundo post-moderno del Tercer Milenio adveniente (¿recuerdan Uds?) ineunte (¿se acuerdan Uds?) parece, dice el Papa, como si hubiera criado 'anticuerpos' contra el Cristianismo. La cuestión inquietante es dilucidar cuántos de estos 'anticuerpos han sido efecto de una auto-inoculación; o aclarar cuántos de estos agentes anti-católicos que pululan por ahí se han gestado (se han diseñado?) dentro de la misma Iglesia Católica. Postconcilar, claro.

No se reconoce, no lo van a reconocer, pero por todo esto, por el balance negativo de estos 50 años, se postula la Nueva Evangelización. El otro día se lo escuché a un prelado, en una plática: "...porque no somos los curas del nacional-catolicismo, no somos los curas post-conciliares del 'espíritu del vaticanosegundo': Somos, hoy, los sacerdotes para la 'Nueva Evangelización'..."

Y a mí me sonaba la plática a fórmula ad casum, a repetitorio para el momento, a instrumentum laboris de papel, discurso magisterial con vacio de indefinición material y también formal, entusiastamente ambiguo, optimistamente juanpablista.

Cincuenta años sobre cimientos conciliares de aquellos han demostrado no valer para sostener el edificio de la Iglesia, con problemas tectónicos muy graves.

Pero habrá celebraciones, se celebrará lo que pasó, con más documentos, con remembranzas y reposición de semblanzas. Del 2012 al 2015 (11 de Octubre-8 de Diciembre) se disparará una estupenda y festiva piroctenia. No sé cómo llamarla, dadas las circunstancias, si castillo de fuegos artificiales o de fuegos fatuos.

Lo mejor del Vaticano 2º es que ya se abrió, se celebró y se clausuró, gracias a Dios. Seria terrible ser católico consciente en el siglo XXI (Tertio Millenio (adveniente-ineunte)) con la aprensión de un concilio ecuménico posible, que se le pudiera ocurrir a alguien, o que alguien estuviera dispuesto a convocar. Sería terrible.

Pero cuando uno es conscientemente católico de la deriva de estos cincuenta años, algunas veces me pregunto cómo hubiera podido ser una Iglesia sin Vaticano 2º. Incógnita de neta historia-ficción, lo reconozco. Pero también confieso que  estoy convencido de que sin Vaticano 2º las cosas que hoy sufre la Iglesia no hubieran sido tales (o no serían de la misma manera).

Total, cincuenta años de bajón con muchos entusiasmos y vanos optimismos en medio de la decrepitud.

Lo mejor de los fastos del cincuentenario va a ser que estas cosas que estoy diciendo se dicen cada vez más, que cada vez somos más los conscientes que nos identificamos con el niño del cuento que señaló y gritó la verdad entre la multitud fascinada: ¡¡El rey va desnudo!!

Si me explico.

+T.

sábado, 8 de octubre de 2011

Reina del Santo Rosario (un original y dos versiones)


La iconografía de la Virgen del Rosario, tan rica y popular, tiene en Sevilla un repertorio espléndido, sea en imaginería tallada o en representaciones pictóricas, repartidas por toda la provincia, parroquias, conventos, capillas e iglesias de la Diócesis. De entre todas, merece especial atención la imagen que estuvo entronizada en el camarín central del retablo mayor de la iglesia del Real Convento de San Pablo, de frailes dominicos, por el rango privilegiado de haber sido durante varios siglos la representación rosarista más solemnizada, y una de las mejores esculturas de la escuela sevillana del siglo XVI.

La desafortunada desamortización de Mendizábal y otros desdichados (y a veces trágicos) acontecimientos del siglo XIX, causaron profundos desórdenes en Sevilla, que vió desaparecer gran parte de su patrimonio artístico religioso, mueble e inmueble. El Convento de San Pablo, expulsados los frailes de Stº Domingo, pasó a ser Parroquia de Stª María Magdalena (la parroquia antigua fué derrumbada por los franceses para abrir la actual Plaza de la Magdalena), y algunos antiguos bienes de la suntuosa fábrica conventual salieron de su antigua iglesia. Entre ellos la imagen de la Virgen del Rosario, que fue a parar a la parroquia de Stª Cruz, también demolida durante la ocupación napoleónica y re-instalada en la iglesia del antiguo convento de Clérigos Regulares Menores (Caracciolos), donde ocupó uno de los altares laterales del crucero, hasta que a principios del siglo XX se instaló en el templete neoclasicista que preside el presbiterio-altar mayor.


La imagen se data cerca del año 1579, fecha en la que estaba ya expuesta al culto, reputada como obra del maestro Jerónimo Hernández. Clasificable dentro del estilo del manierismo pre-barroco, representa la figura de una Madonna sedente, de evidentes resonancias miguelangelescas, con la apostura majestuosa de una matrona clásica. Si la impronta de la escultura del Miguel Ángel es reconocible, la cabeza de la imagen parece inspirarse en alguna escultura-retrato romana, por los detalles del peinado y el realismo clasicista del rostro, de una belleza que parece sacada de modelos naturales. Todo el volumen de la figura deja adivinar un cuerpo de proporciones clásicas, el pecho bien marcado, la pierna derecha adelantada y la izquierda flexionada en escorzo, el equilibrio de los brazos, todo magistralmente dibujado y esculpido. La Virgen viste túnica ceñida en el talle, con manto que cubre el hombro derecho, pendente en un amplio plieque-orla entre las piernas hasta los pies; la mano derecha sujeta el brazo del Niño, y la izquierda porta un cetro regio.

El modelado del Niño, desnudo, sólo cubierto con un breve perizoma/paño de pureza dorado, se corresponde con la anatomía ideal, tipo hercúleo, característico del manierismo, que aparece en otras figuras de Jerónimo Hernández. Se le representa, contrastando con la serena majestad de la Madre, en un vivo ademán, la pierna derecha apoyada en el sitial, sobre una punta de la vestidura de la Madonna, y la izquierda, flexionada, descansa en la rodilla dchª de la Virgen. La cabeza se expone en perfil, en dirección al rostro de la Madre; los brazos en movimiento, el derecho alzado, señalando al cielo, y el izquierdo tendido al frente, en actitud de sostener y enseñar la Cruz que, junto con los rosarios, cetro de la Virgen y coronas, son los atributos en plata repujada que complementan el exorno del conjunto escultórico, sedente en un suntuoso trono tallado, forrado de carey y plata. Las medidas son del natural; impresiona ver la imagen en el suelo, al nivel del espectador, porque gana en empaque y presencia figurativa.


Como dije más arriba, las vicisitudes del desgraciado y agitado siglo revolucionario-liberal, motivaron que este espléndido icono sagrado fuera expoliado, enajenado al convento de los dominicos, siendo finalmente depositada en la también zarandeada y expoliada parroquia de Stª Cruz, donde se le mudó el título original de Ntrª Srª del Rosario y se le impuso el de Ntrª Srª de la Paz, como hoy es conocida. Nos queda, a pesar de todo, el consuelo de haberse conservado tan admirable simulacro mariano, una de las imágenes más bellas de la Stmª Virgen que se veneran en nuestra ciudad.

La devocion de esta imagen de la Virgen del Rosario de los dominicos de San Pablo tuvo que ser muy grande, porque se conservan expuestas al culto dos versiones-copias de la misma, a cual más interesante. La primera se atribuye al mismo maestro Jerónimo Hernández, o a su taller. Representa con pequeñas variantes la misma figura: El pie del Niño pisa el brazo lateral del sitial, la mano de la Virgen sujeta al Hijo por el talle, la rodilla izquierda de la Señora aparece más baja, dando más movimiento-flexión lateral a la pierna, mientras la derecha se eleva un tanto reposando el pie sobre dos almohadillas; todo el busto aparece un poco girado hacia la izquierda, con el brazo más bajo. La cabeza de la Virgen está trabajada con un modelado más suave, menos 'personalizado'; la cabellera luce menos, bajo una toca más amplia y plegada, mientras la cabeza del Niño se adelanta más, girando el cuerpo en una pose más frontal. La imagen es poco menor que el natural; como el original que copia, es también muy bella, serenamente hermosa. Se encuentra expuesta al culto en la capilla de la Hermandad del Museo, un recinto de dimensiones modestas que atesora un sorprendente y admirable patrimonio artístico-devocional.


La segunda versión es también la más reciente en el tiempo, fechándose a mediados del siglo XVIII (ca. 1761) y atribuyéndose con bastante probabilidad al imaginero Jerónimo Roldán Serrallonga, uno de los 'roldanes menores', sucesores del taller del maestro don Pedro Roldán. Pudiera ser que el artista retocara o recompusiera una imagen anterior. La escultura es una deliciosa interpretación del monumental original venerado en el Convento de San Pablo, con la gracia de las creaciones del período final del barroco sevillano. Copia con fidelidad a su modelo iconográfico, pero, como en el caso anterior (la imagen de la capilla del Museo), el artista introduce pequeñas variaciones. La principal quizá sea la frontalidad de las figuras, más patente en el Niño, que pierde el perfil del original, apareciendo vuelto al frente, connservando la disposción de piernas y brazos; en la figura de la Virgen desaparece la inclinación lateral hacia la izquierda de cabeza-busto-brazo, mientras el cuerpo se inclina un poco hacia adelante. El estofado-policromía es muy rico y colorista. La imagen mide menos de un metro (unos 85 cms.). Porta atributos de plata, corona y cetro la Virgen, y el Niño corona y Cruz de nácar y plata, más los rosarios. Completando los aderezos, la imagen de la Virgen se reviste en las solemnidades de cultos y salidas procesionales con un manto de terciopelo grana, bordado al realce en oro.


De las tres imágenes rosaristas, esta última es la que recibe propiamente culto, pues tiene dedicada una antigua hermandad, la Hermandad de Ntrª Srª del Rosario, del antiguo barrio de los Humeros (ver referencias de historia y patrimonio en el enlace), una de las antiguas hermandades de gloria que sobrevivieron a los infortunios y las crisis del siglo XIX. Su patrimonio incluye otra imagen, réplica de la titular, en terracota monocolor, colocada en una hornacina que remata el frontis de la fachada de la capilla.


Durante todo el mes de Octubre se celebran en Sevilla cultos a la Virgen del Rosario, saliendo en procesión varias imágenes de Ntrª Srª, todas muy populares. De las tres que he comentado, sólo la del Rosario de los Humeros recorre su barrio en una devota y encantadora procesión de gloria. Las otras dos imágenes, que me conste, nunca han salido en procesión. Aun siendo actualmente la imagen principal que preside el presbiterio de la iglesia parroquial de Santa Cruz, la antigua Virgen del Rosario (re-titulada de la Paz) apenas tiene devoción en su parroquia, siendo desconocida su historia (y su imponente belleza) por la mayoria de los capillitas y cofrades sevillanos. La segunda, la réplica de la Capilla del Museo, a pesar de su mérito, pasa casi desapercibida. Las tres son, sin embargo, una de las series iconográficas más memorables del patrimonio religioso-artístico de la Sevilla mariana.

Oremus
Deus, cuius Unigenitus per vitam. mortem et resurrectionem suam nobis salutis aeternae praemia comparavit: concede quaesumus: ut haec mysteria sanctissimo beatae Mariae Virginis Rosario recolentes, et imitemur quod continent, et quod promittunt, assequamur.
Per eúmdem Dóminum nostrum Iesum Christum Filium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sæcula sæculórum.
R. Amen.


+T.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Gratias agens et benedicens



Gratias agens, así estoy, porque es justo y necesario, quoniam misericordia Eius in saecula et veritas Domini manet in aeternum, que levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre para sentarlo entre los príncipes de su reino.



Los Príncipes entronizados son los Ángeles, ministros de la gloria del Señor. Cuando un hombre mortal, un pecador hijo de pecadores, es ordenado sacerdos in aeternum, se le eleva a esa altura para que ministre los Misterios del Hijo del Altísimo, gracia la más alta que se confiere en la Tierra.

Antes, los antiguos, como guardaban la fe que rezaban, recalcaban que tal gracia no la gozaban ni los Ángeles, siendo ángeles. Pero los hombres, por gracia del Hijo del Hombre, sí.

Y desde la institución del Sacramento, los hombres llamados por Cristo dicen las palabras de Cristo, hablan por Cristo, le dan su voz, lengua y palabra al Verbo Eterno para que el que se hizo Carne por nosotros actualice en el Altar su sacrificio y nos dé en Comunión su Cuerpo y su Sangre, ¡oh misterio!


Quantum potes, tantum aude
Quia major omni laude,
Nec laudáre súfficis.


Y yo lo sé y no sé qué decir, qué decirle, qué cantarle, qué rezarle, qué ofrecerle que sea digno, qué rendirle, qué llevarle al Altar cuando me acerco con temores y temblores recitando que voy ad altare Dei, ad Deum qui letificat iuventutem meam, que alegró mi juventud y que refresca mi alma con brisas celestes que son aires de eternidad, cuando voy a su Altar, el Altar del Dios que es mi alegría.

No sé cuántos años hace que rezo el soneto de Lope, el Lope de Vega sacerdote; quizá lo llevo rezando los mismos años que cumplo de ordenado, pero no recuerdo ahora el día que empecé a rezarlo como un estrambote, pianíssimo, a las oraciones de rúbrica:


Cuando en mis manos, Rey Eterno, os miro
y la Cándida Víctima levanto
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.

Tal vez el alma con temor retiro,
tal vez la doy al amoroso llanto,
que, arrepentido de ofenderos tanto,
con ansias temo y con dolor suspiro.

Volved los ojos a mirarme, humanos,
que por las sendas de mi error siniestras
me despeñaron pensamientos vanos.

No sean tantas las miserias nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
Vos le dejeis de las divinas vuestras.


Con el tiempo he ido descubriendo detalles del soneto, ajustado a la forma de la liturgia antigua, a la Misa venerabilísima que era la que Lope (¡y todos!) celebraba. Por ejemplo esos versos que marcan la primera adoración del sacerdote genuflexo y luego la elevación de la Hostia Santa. Detalles sacerdotales, como decía.

Si puse de entrada el arranque del Te Deum de Lully, que me gusta tanto, tan fanfarrioso y exultante, concluyo con su final, con los versos más templados del final, suplicantes, como un trémolo de temor sacerdotal, como los versos del terceto final del soneto de Lope:


Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire.
Miserere nostri, Domine,
miserere nostri.

Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quem ad modum speravimus in te.
In te, Domine, speravi:
non confundar in aeternum.






Ex Voto in aniv. XXVI



+T.