Unas recientes observaciones de Henry Kissinger:
«si pudieran, derrocarían el gobierno chino, ruso, iraní y también el norcoreano; y la definirían estrategia a largo plazo. Yo, en cambio, pienso que los americanos no tenemos ni la capacidad, ni la constancia para ser los padrinos del universo»
Aparecieron publicadas en el diario alemán Die Zeit y el italiano La Repubblica el pasado 28 de Junio, en una entrevista en la que el político americano hablaba, entre otras cosas, de las peligrosas tendencias de los neoconservadores, a quienes se refiere en la cita.
Ese Henry Kissinger me resulta odioso desde que empecé a verle aparecer en la tele, cuando yo era un chiquillo; una de esas antipatías espontáneas que después, con el tiempo, se confirman razonablemente. Si me hubieran pronosticado que algún día iba a concordar en una opinión de la peculiar visión geo-política-estratégica de este odioso personaje, hubiese dicho que no, que eso sería muy poco probable.
Ma, ecco il caso! Voilá, mes amís!
No sé si el tremendo comentario será de despecho, al verse superado por la terribilidad temeraria de los hechos del sangriento payaso Bush jr. (con su padre Bush sr. dos baldones king size para la gloriosa historia contemporánea de los USA, tan impóluta como es sabido). Pero el comentario de Kissinger es tan acertado, tan afiladamente certero.
Von Ranke escribió que:
"No es tan facil cambiar las direcciones adoptadas por una potencia, porque poco a poco se han fundido con su esencia propia"
Inteligente, ¿verdad?; también una verdad probada históricamente tantas veces, passim. Y amenazadoramente presente en las temeridades de los neocons.
Me gusta que el odioso Kissinger haya adquirido con los años esa descarnada y autocrítica sinceridad, ya que, en definitiva, está arremetiendo contra su propia prole. Pero me da escalofríos suponer que habrá que esperar a que los feroces neocons tengan ochenta años cumplidos para que atinen a corregir, y hacer críticas semejantes a las de su papá Kissinger.
Y mientras tanto, a temer qué nuevo Irak se inventan los epígonos.
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2 comentarios:
Bueno, la crítica de Kissinger a los neocon es normal porque pertenecen a distintas escuelas de la política exterior norteamericana. No se tome esto como una justificación de lo que unos u otros hagan mal, ni como una abstracción. Kissinger está en la médula del realismo -conocido por sus críticos como maquiavelismo- que consiste en no intervenir en aquellos sitios más que donde estén en juego los intereses norteamericanos, y los neocon, muchos de ellos ex-trotskystas, son una sub-derivación de la escuela idealista, de extensión de los ideales que suponen a la base del modelo norteamericano (con independencia de que realmente estén o no). Ahora, como la teoría nunca describe de modo puro la realidad, es cierto los neocon tienden a intervenir precisamente donde están en juego los intereses norteamericanos, aunque de un modo que un realista no haría. A un realista, como Kissinger, por ejemplo, que desde el principio fue crítico con la guerra de Irak, no le hubiese interesado nunca esa guerra. Sería meterse en berenjenales. ¿Quienes son los peores, los que quieren ser padrinos del mundo, o los que sólo miran por sus intereses? Francamente, no lo sé.
Yes. La experiencia del Vietnam, por lo menos, ha sabido "procesarla" y sacarle moraleja.
Lo terrible es que sean esas las "tendencias" del neocon made in USA; por otra parte, esas "líneas" de los neocons no se entenderían sin antecedentes como los de Kissinger etc. ´
Y también es grave que, al dia, no exista ninguna opción de cierta consdideración y perspectivas sólidas que pudiera servir de "alternativa" valorable al neocon y sus "estrategias".
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