La siniestra izquierda mantiene abierta una causa, una vendetta, contra uno de los más eminentes protagonistas de la historia, a quien no han perdonado, no perdonan, ni perdonarán nunca que fuera el campeón de la caída de las dictaduras marxistas-comunistas de Europa. Jamás olvidarán a Juan Pablo II, una memoria a derribar después de muerto, porque en vida no pudieron abatirle, aunque lo intentaron tantas veces y de tantas maneras, balas incluídas.
La pasada temporada el caso del clero colaboracionista polaco tenía como última intención manchar la memoria de JPII; en lo que va de semana, aparecen en la prensa de la siniestra "noticias" de supuestos "escándalos" por la venta de reliquias del Papa. Hoy la carga es de mayor profundidad y el órgano siniestro del País publica que una anestesista (re-putada, seguro, como casi todas esas de la siniestra - ojo! que matizo "casi" -) dice que al Papa lo mataron con eutanasia (vaticana, of course).
Visionarias, conjeturadoras, alcahuetas, brujas de bola, periodistas rosas, liantas en general...y ahora anestesistas. Anestesistas que serán expertas en anestesiar y eutanasiar y por eso tienen interés en publicitarse con noticias bomba que la prensa amarilla (y la "roja") difunde encantada, que para eso está.
Una curiosa "táctica", seguro que de los manuales de des-información revolucionaria marxista-comunista, tan bien aprendidos y puestos al día por los cachorros de la piara. Esas lecciones no se olvidan
Si a San Pio X y a Benedicto XV les acusaron de filo-germanos/austriacos y anti-aliados; si Pio XI fue filo-fascistón; si Pio XII cargó con el baldón de la calumniosa sospecha del silencio, a JPII le levantarán estas y más. ¿Con pruebas más contrastables, con argumentos más contundentes?
¿Y qué más queda?
Pues un Octubre caliente y rojo, muy rojo. Porque hasta el 28-O que se beatifiquen los Mártires de la República y la Guerra, el bombardeo va ser terrible, digno de otro Picasso que pinte otro Guernica mutatis mutandis: Nosotros somos Guernica y las bombas nos las tiran ellos. (Ellos son los de siempre, nosotros también los mismos).
Pero ellos pasarán; nosotros quedaremos hasta que Él vuelva.
Mientras se aguanta, leemos, releemos y meditamos el "...et portae ínferi non praevalebunt..." con toda su profecía de esperanza y misterio; pero duelen los golpes: Nos los dan donde más hieren, sobre lo que más queremos.
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1 comentario:
La verdad es que yo no tengo miedo de los demonios. Recuerdo que el evangelio dice (cito de memoria): "no temáis a los que pueden destruir el cuerpo" (pero no el alma).
También he querido premiarte con un "Thinking Blogger Award".
Saludos cordiales.
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