miércoles, 30 de mayo de 2012
Humo y Satanás
Me han enviado (gracias, Troglodita) un link de un artículo de Prada titulado 'El humo de satanás', publicado en el ABC (para leerlo hay que estar suscrito); el link que han mandado es de otra página web a la que no quiero dar publicidad desde Ex Orbe; no me gusta facilitar la conexión con quien no simpatizo, no concedo esas gracias. De todas formas, el artículo de Prada es normalito, nada excepcional.
Prada mantiene una inclinación apocaliptóide desde su admiración a Castellani, gran ingenio. Comprendo y comparto la fascinación por el Apocalipsis de San Juan, un libro que trasmina misterio por cada versículo, cuya lectura no cansa: Se puede leer un capítulo, o un fragmento, y releerlo seguidamente, y cada lectura suscita una imagen distinta, con variaciones. Por lo menos a mí, que soy muy adicto al libro, me ocurre ese fenómeno, y paso de un vitral a un Cranach, de Holbein al tapiz de Angers, del Beato a un libro de horas, todo esto sin solución de continuidad y sin contradicción de imágenes. El Apocalipsis me causa ese efecto. Pero siempre procuro leer el Apocalípsis Joánico sin ir más allá del texto, sin extrapolarlo, sin acomodarlo. A la Historia, me refiero.
Porque, por una parte, el Apocalipsis tiene una historia-marco de referencia que es el del tiempo y circunstancias de su composición, cuando el destierro martirial de San Juan Evangelista en Patmos. Por otra, su entidad profética puede aludir a un futuro no realizado, según valor de toda profecía, pero la identificación Apocalipsis-actualidad, es decir, la superposición de las escenas/capítulos del Apocalipsis con la la realidad en transcurso, con el tiempo presente, es un recurso desacreditado por manido y proclive a equívocos y confusiones muy nocivas.
Item más: Durante la la crisis de la reforma protestante, Lutero y los demás agitadores anti-romanos, abusaron de los textos del Apocalipsis para arremeter contra la Iglesia Católica y el Papado, de manera muy burda pero bastante llamativa y efectista. Contaron, incluso, con el complemento de las artes gráficas de la recien inventada imprenta, difundiendo los grabados alegóricos-satíricos de Hans Holbein, Lucas Cranach y otros maestros. En ellos, el Papa era presentado como personificación del Anticristo, los Cardenales y la Curia Romana eran los secuaces del diablo, y la ciudad de Roma se dibujaba como la Babilonia ebria y prostituída de Ap 17 y 18, tocada con la tiara pontificia.
La exégesis anti-católica apocalíptica con su consiguiente sátira iconografica se convirtió en un auténtico tópico/género, un recurso pseudo-apologético quasi-clásico que pasó del protestantismo continental del XVI a la reforma anglicana y luego a las sectas evangelistas americanas. La especie sigue activa, circulando con éxito entre los protestantes y sus derivados, en tanto en cuanto la Iglesia Católica, el Papa y Roma existen y forman parte del presente y su actualidad.
Hubo también un género apocalíptico católico, tan virulento y con las mismas o semejantes identificaciones anti-romanas que las del protestantismo, con la diferencia de que las precedió en el tiempo (¿fueron su origen?) y de que se esgrimieron por un auténtico paladín de la reforma católica, me refiero a Fra Girolamo Savonarola, el incendiario predicador florentino. Cuando Savonarola arremetía contra Alejandro VI Borgia y los desórdenes de su corte pontificia, sus palabras eran más hirientes para la Curia Vaticana porque eran más certeras, sinceras y ajustadas que las que luego gritaron luteranos, calvinistas y demás sectarios de la reforma protestante.
La paradoja, en uno y otro caso, ya fuera Savonarola, ya Lutero, es que el Apocalipsis no es una profecía contra la Iglesia, sino una revelación para sostener el ánimo de los cristianos en tiempo de persecución contra la Iglesia. Por eso resulta tan contradictoria la identificación impía de elementos, personas, coyunturas, interpolando citas del Apocalipsis.
Del 'humo de Satanás' digo otro tanto. La ocurrencia de Pablo VI ha tenído un éxito que extralimita su significado (que, por cierto, sabría el Papa, porque sobre la oportunidad de la cita se ha escrito también mucho). Fuera lo que fuese que motivó aquella oscura apreciación del Papa Montini, habría que decir que 'humo de Satanás' colándose por las grietas de la Iglesia maltrecha lo hubo también en otros tiempos, en otros momentos, por cosas tan graves como la simonía, las corruptelas de la soberanía temporal, el nepotismo, y mil pecados y achaques más. Cada época tuvo su 'humo de Satanás'.
¿Es el de nuestra época un 'smog satánico' especial? Yo diría que no, que es el humo diabólico de siempre, porque ni el diablo ha cambiado ni los hombres tampoco.
¿Y la Iglesia, ha cambiado la Iglesia? Yo diría que no en sustancia pero sí en estructuras, porque se han debilitado, porque las grietas por las que el humo infernal entra se han multiplicado, son más grandes y más profundas: El problema no es el humo del demonio, sino la decrepitud de la Iglesia, las grietas por las que ese humo entra. El problema, re-re-pito, son las grietas.
Siempre que me re-citan la cita de Pablo VI, me hace penosa gracia pensar que el Papa del agiornamento, el aperturista que abrió puertas y ventanas, demolió sólidas estructuras y debilitó el edificio, fuese la misma persona doliente y timorata que se quejaba luego de que el humo entraba por las grietas que sus actuaciones habían provocado. Triste figura la de este patético Pontífice.
Resumiendo: El humo es sólo humo, Satanás el mismo de siempre, pero es la Iglesia la que merece atención, restauración, consolidación. Un trabajo de re-conversión ad intra, que se aviene muy mal con juanpablismos triunfalistas, años de jubileo y jmjs lúdico-festivas.
Las consecuencias de todo eso (llámesele 'humo', si se prefiere) las estamos sufriendo en estos días con un surtido muestrario de humos diversos.
Fumata, se dice en italiano.
+T.
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13 comentarios:
Emanuelas Orlandi, satanistas en el Vaticano entre orgías, cardenales-topo, mayordomos traidores o chivos expiatorios, otro escándalo bancario con lavado de dinero, novelas de Dan Brown sobre el próximo cónclave, páter, la cosa está crítica.
Y la rebelión de la feligresía de la SSPX, a la que le piden capitulación incondicional y la imposición de nuevos obispos desde Roma.
Pero vamos a tener una hermosa JMJ en Río, dijo un joven optimista, mostrando el legado perenne del juanpablismo, cuya invención del sambódromo de Asís se ha vuelto tradición. Hay una ruptura clara y diáfana con el Magisterium anterior. Y que Dios nos coja confesados, páter Terzio.
El Apocalipsis no habla de un tiempo futuro, sino que en la interpretación tradicional la profecía contiene en sí todo el tiempo de la Iglesia. Es el sentir de muchos santos padres. A continuación el resumen de sus interpretaciones al día de hoy tomado del comentario de los padres dominicos de Salamanca a la Nacar-Colunga.
1) Muchos autores, principalmente acatólicos, afirman que el Apocalipsis alude a los sucesos políticos contemporáneos del autor. Describiría la historia de aquel tiempo, es decir, la del período que corre entre la persecución de Nerón y la destrucción de Jerusalén (a.66-70). De esto se seguiría que el Apocalipsis no contiene vaticinios propiamente dichos, sino meras conjeturas acerca del futuro. Todo lo explican apoyándose en la historia contemporánea del Apocalipsis:
los cinco reyes, que ya cayeron, serían Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón; el sexto sería Vespasiano, y el séptimo, que todavía no vino y permanecerá poco tiempo, lo identifican con Tito; el octavo, que era y ahora ya no es, lo entienden de Nerón redivivo.
2) Para otros muchos autores, sobre todo católicos, el Apocalipsis predeciría de una manera profética toda la historia de la Iglesia desde los orígenes hasta el fin del mundo. Y esto lo haría siguiendo las diversas épocas de la Iglesia, designadas por los siete sellos, las siete trompetas, las siete copas, etc. Así lo han creído muchos autores de la Edad Media, como Joaquín de
Fiore (f 1201), Nicolás de Lira (f 1340), etc. Entre los escritores más recientes sostienen esta interpretación P. Drach, F.Kaulen, J. Belser, F. Gutjahr, L. Poirier. Otros autores, como A.Salmerón, L. de Alcázar, J. B. Bossuet, A. Calmet, F. Allioli, L. Billot, creen que las imágenes apocalípticas empleadas en el Apocalipsis se refieren tan sólo a la primera edad de la Iglesia, es decir, hasta el siglo iv ó v. Según éstos, el Apocalipsis describiría las luchas de la Iglesia con el Imperio romano y con las herejías de los primeros siglos del cristianismo.
3) Muchos otros escritores antiguos, seguidos por bastantes autores posteriores, interpretan
el Apocalipsis en sentido escatológico. Para éstos, nuestro libro narraría los últimos hechos de la Iglesia anteriores al juicio universal y a la consumación final. Las calamidades que describe serían las señales precursoras del fin del mundo. F. Ribera, por ejemplo, nos dice que
los once primeros capítulos del Apocalipsis narran las calamidades anteriores al anticristo. Y los restantes capítulos describirían el reino del anticristo y las persecuciones desencadenadas por él
contra la Iglesia. En general, los defensores de la tesis escatológica suelen coincidir en no restringir demasiado el tiempo escatológico, pues éste empezaría propiamente con la encarnación de
Cristo. En cuyo caso vendría como a abarcar toda la historia de la Iglesia.
4) La exégesis científica contemporánea relaciona más estrechamente el Apocalipsis con
la historia del siglo I. Sin embargo, tanto H. B. Swete como E. B. Alio, J. Bonsirven, etc., estiman que del Apocalipsis hay que retener, sobre todo, su espíritu y un cierto número de datos que se repiten y se completan, valederos para todos los tiempos, porque expresan el drama, que durará tanto como el mundo, de la lucha de Satanás contra Dios y contra la Iglesia. “Es, ante todo — como dice el P. Alio —, una filosofía de la historia religiosa (valedera) para todos los tiempos.”
Las interpretaciones 2 y 3 son completivas. Y la 4 es una vuelta a la 1 debido al racionalismo rampante en la exégesis y los abusos de las otras posturas. Pero la interpretación tradicional sigue siendo válida, sólo que todo en el Apocalipsis, al ser escatológico (complexión de posturas 2 y 3), se aplica a todo y cada uno de los momentos de la Iglesia de algún modo en forma recurrente.
Para hacernos una idea, Castellani está en la postura 2.
Por tanto creo que el Apocalipsis debe ser muy tenido en cuenta a la hora de iluminar los tiempos presentes (Todos y cada uno de los autores que lo han tratado). Pero no se puede perder de vista la complexión escatológica de los temas tratados que trascienden una mera visión diacrónica, para pasara a una sincrónica.
Luego los autores olvidan que dentro del género apocalíptico tenemos profecías similares que son claramente diacrónicas como la de la LXX Semanas de Daniel.
Querido Terzio:
Gracias por la mención. Y disculpas por el enlace con esa página que no quiere anunciar en su blog; ignoraba que su rechazo fuese tanto.
Estupenda su lectura de la frase de Pablo VI: el problema no está (o no está especialmente, pues siempre ha estado ahí) en el humo de Satanás, sino en las grietas que se han abierto, que la propia Iglesia ha abierto; muchas en el papado de Pablo VI.
En lo que discrepo un tanto es en su juicio sobre Prada y eso que usted llama su tono "apocaliptoide". No creo que Prada en sus artículos acomode hechos presentes, extrapolando pasajes del Apocalipsis, sino que nos dice en muchos de sus artículos que el Apocalipsis es clave para la interpretación de la Historia humana, y también para entender esas "grietas" de la Iglesia. En ese artículo que yo le refería no dice en ningún momento que la Iglesia actual sea la gran ramera del Apocalipsis, sino algo que a mi modo de ver es importante: que hay una Iglesia fiel y una iglesia adulterada, que están mezcladas como el trigo y la cizaña y que a nosotros no corresponde separarlas, sino sólo a Dios en el momento de la siega. Pero que están ahí. Esto sirve para esta y para cualquier época.
Tampoco hablar de la "gran tirbulación" me parece que sea "apocaliptoide", sino ayudar a los católicos conscientes a entender su razón de su dolor. Y a ofrecerles, en medio de ese dolor, razones para la esperanza.
Tal vez el artículo sea normalito, como usted dice, no tengo preparación suficiente para juzgarlo. Pero hablar hoy en día de estos temas, y con ese enfoque, en un medio de comunicación tan importante como ABC me parece suficientemente "anormal" como para que merezca nuestro aplauso.
Un abrazo fuerte.
Conste que no he leído el artículo de Prada. No obstante:
su entidad profética [del Apocalipsis] puede aludir a un futuro no realizado, según valor de toda profecía,
¿Puede? El Apocalipsis es la profecía de la historia de la Iglesia hasta la Parusía y el Juicio Universal. Desde luego es lo que tengo entendido que es el magisterio de la Iglesia, el de siempre quiero decir.
pero la identificación Apocalipsis-actualidad [...] es un recurso desacreditado por manido y proclive a equívocos y confusiones muy nocivas.
Depende de como se haga esa identificación. Si se hace a la luz del magisterio de la Iglesia sin pasarse de largo o quedarse corto, ¿cual es el problema? Porque en todo momento estamos viviendo en alguna de las etapas profetizadas, etapas o épocas para la que nuestro Señor nos exhorta a determinados comportamientos. ("Mantened lo que tenéis"). Precisamente en la misma revelación se anima y bendice a los que se acercan al libro de la Revelación para conocer sus enseñanzas y guardarlas. Estamos llamados a esforzarnos en ese sentido, por eso insisto: ¿cual es el problema? Siempre y cuando, repito, sea a la luz del magisterio, sin salirse.
el Apocalipsis no es una profecía contra la Iglesia, sino una revelación para sostener el ánimo de los cristianos en tiempo de persecución contra la Iglesia.
En las diferentes épocas profetizadas, reveladas, especialmente en los tiempos de la Parusía, última época apocalíptica, que será la peor de las persecuciones.
Por eso resulta tan contradictoria la identificación impía de elementos, personas, coyunturas, interpolando citas del Apocalipsis.
Bueno, quizás aquí la precisión "impía" venga a puntualizar lo del "recurso desacreditado".
Cada época tuvo su 'humo de Satanás'.
Exacto, pero habrá una época que será la última, la de la Parusía, y eso es de fe. ¿Por qué no esta? Otras épocas ya pasaron y se cumplió durante las misas lo profetizado. La cuestión es saber en cual de las épocas nos encontramos ahora, y el libro de la Revelación lo dice todo. No los sabremos sino hasta que pasa pero desde luego todo apunta a que nos acercamos al final del camino. Cristo vuelve, lo ha prometido y alǵun día tiene que ser. Ahora bien: ¿creemos que no es el momento o simplemente no queremos que sea el momento, porque nos da miedo (naturalmente) o cualquier otra razón? Cuidado. Cuidado.
es el humo diabólico de siempre, porque ni el diablo ha cambiado ni los hombres tampoco.
¿No han cambiando los hombres? En cualquier caso no veo que tendría que ver.
El problema no es el humo del demonio, sino la decrepitud de la Iglesia, las grietas por las que ese humo entra.
Esto es una redundancia, de todos sabida aunque no está mal recordar, pero no aporta nada. El caso es que así tiene que ser, el demonio no tiene poder contra una Iglesia fuerte pero sí contra una Iglesia débil, y esa es la estrategia del demonio, debilitar la Iglesia. ¿Alguna vez ha estado la Iglesia tan debilitada y parasitada? Yo no tengo estudios pero a mi me parece que no, y no estoy hablando de si este pecado u el otro pues mayor pecado que la simonía es la apostasía, por citar un ejemplo comparativo, y cuantos Papas de reprobable vida personal ha habido pero que en cuestión de doctrina y de gobierno fueron impecables, mientras que ahora no estoy seguro de que podamos decir lo mismo.
El humo es sólo humo, Satanás el mismo de siempre, pero es la Iglesia la que merece atención, restauración, consolidación.
INSISTO: ¿Y si ya no es tiempo de restauración? ¿Y si estamos al final de la revelación? ¿Y si Cristo está por regresar? ¿Es que nunca regresará? ¿O es que no queremos que nos toque a nosotros? Cuidado. Cuidado. Cuidado.
Sobre el tema de Pablo VI y el demonio remito a esta entrada donde documento las veces que Pablo VI hizo alusión al maligno.
http://divcomedia.blogspot.com.es/2012/05/pablo-vi-y-el-demonio.html
Me parece que el sermón de Reig el Viernes Santo es parte de ese humo, porque introduce imprudentemente un tema aborrecible como la sodomía. Debería excusarse ya. O que se vaya. Ha demostrado ser un impresentable.
Para los interesados en el Apocalipsis y "el gran despelote" que dice Castellani, aquí como lo ve el P. Tomás Hopko, de la Iglesia Ortodoxa, que subtitulé con mucho gusto:
http://www.youtube.com/watch?v=iNm8XbrzQvM
Jack Tollers
En qué quedamos, Andrew?
Como se puede comprobar la frase temible de Pablo VI no es la del humo, sino la que viene después: "creemos que algo preternatural vino al mundo precisamente para perturbar, para sofocar los frutos del Concilio Ecuménico y para impedir que la Iglesia prorrumpiera e un himno de alegría pro haber readquirido la plenitud de su conciencia sobre sí misma."
Esta frase es más temible cuanto más se avanza en ella. No tanto por la constatación de algo preternatural, sino por esa mente hegeliana que ostenta Pablo VI al hablar de una Iglesia que adquiere con el Vaticano II la plenitud de su conciencia sobre sí misma. Horrendo y diabólico, sin duda.
Los Padres y especialmente San Ambrosio hablan de una "casta meretrix" en un sentido positivo, para resaltar el hecho de que la Iglesia busca unirse a todos los hombres para llevarlos a la salvación, ero afirmar que la Iglesia es una meretriz en un sentido negativo e incluso despectivo como el que se desprende del artículo del Sr. de Prada... no creo que tenga ningún fundamento.
Si Miles, es bien conocida la linda interpretación del Concilio q nos ofrece Pablo VI.
No se extraña uno de que Dios haya aflojado algo la correa al "perro atado" para secar los frutos de tan extraño Concilio, o al menos de un Concilio tan extrañamente interpretado.
Pablo VI acierta, a su pesar, cuando habla. Pero por lo mismo q acertó Caifas: por ser sumo sacerdote aquel año.
Yo me lo he leído dos veces, el libro de Castellani digo.
Además de preparación y consuelo para las epocas de persecución, enseña que el fin del mundo será dramático. No habrá ni punto omega ni fin de la historia, sino trompetas.
La afirmación de que
"la superposición de las escenas/capítulos del Apocalipsis con la la realidad en transcurso, con el tiempo presente, es un recurso desacreditado por manido y proclive a equívocos y confusiones muy nocivas."
es custionable, en mi opinión. Proclive a confusiones, sí. Pero ¿quién la ha desacreditado? Las series que presenta ocurren una y otra vez con una lógica temporal, cronológica, que no puede ser casualidad.
La interpretación de Castellani, que presenta como una especulación razonable, es eso: una especulación razonable hasta que haya otra mejor, que yo no conozco.
Por lo demás, cada día que pasa está más cerca el fin del mundo. Y nadie puede decir que no sea pronto. Con el Evangelio ya predicado en todo el mundo, prácticamente, lo que vivimos son minutos de descuento o, mejor dicho, de preparación para el desenlace.
Por lo demás decir que el problema no es el humo sino las grietas no tiene sentido. La historia es una lucha entre quienes las abren y quienes reparan los muros. Va todo junto.
A estas alturas, las grietas, que no parece que vayan a menos podrían llevar a una apostasía, que es una de las cosas que sucederán.
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