Este tio del pergamino enmarcado
es el causante original de esto
y de esto también
El Felipe es el padre ideológico de los sinvergüenzas no-estudiantes kaleborrokeros sureños, cachorros rabiosos de la perrera post-marxista, descontentos porque se les seca la teta de la mamada gratis-subvencionada y el porro barato con hachís del moro. El Felipe es el 'protogenitor' de esa camada.
Los infames cívico-delicuentes, niñatos de la malcrianza de 30 años de corruptora dictadura psoera sin solución de continuidad, han profanado la imagen del monumento de Santa Ángela de la Cruz y han grafiteado los muros blasfemando contra San Fernando.
Mientras, el mismo día y a la misma hora, el vaina ppero más conspícuo del Cabildo de la Ciudad obsequiaba al Felipe, presidente prostituyente, con el título de 'hijo predilecto', con la coartada excusante de la Expo'92, el emporio de la turbia corruptela.
Si digo que el mismo, el Felipe, es también la primera pieza de la decadencia y crisis de la actualidad, no exagero ni un pelo, a pesar de decirlo desde Sevilla, tan hiperbólica quasi siempre.
Me indigna que el tal ande suelto y le den diplomas por ser lo que fue.
Me duele que Sevilla esté tan degradada que estime filiación predilecta lo que es un baldón infamante, un manchón de estiércol apestante.
Yo sé que estas cosas son así, que el mundo es mundo y el sinvergüenza se laurea; no obstante todavía le queda a uno un resto de ilusión por algo, una aspiración a la mejoría, el antojo razonable de un poco de bien, de honra, de genio, de pundonor, de virtud limpia como una pared encalá al reverbero. Todo eso que no hay ni se ve venir.
Triste dia de San Fernando, el patrón de la ciudad, con la Capilla Real cerrada por obras, el cuerpo del Santo sin exponer, la blasfemia sacrílega campando por las calles, y el demiurgo emponzoñador recogiendo un título de honra para su descrédito y de deshonra para los otorgantes.
Lo peor es que con estas cosas, velis nolis, hasta los espectadores salimos salpicados, si no culpables por comisión, sí señalados por omisión.
&.
miércoles, 30 de mayo de 2012
Humo y Satanás
Me han enviado (gracias, Troglodita) un link de un artículo de Prada titulado 'El humo de satanás', publicado en el ABC (para leerlo hay que estar suscrito); el link que han mandado es de otra página web a la que no quiero dar publicidad desde Ex Orbe; no me gusta facilitar la conexión con quien no simpatizo, no concedo esas gracias. De todas formas, el artículo de Prada es normalito, nada excepcional.
Prada mantiene una inclinación apocaliptóide desde su admiración a Castellani, gran ingenio. Comprendo y comparto la fascinación por el Apocalipsis de San Juan, un libro que trasmina misterio por cada versículo, cuya lectura no cansa: Se puede leer un capítulo, o un fragmento, y releerlo seguidamente, y cada lectura suscita una imagen distinta, con variaciones. Por lo menos a mí, que soy muy adicto al libro, me ocurre ese fenómeno, y paso de un vitral a un Cranach, de Holbein al tapiz de Angers, del Beato a un libro de horas, todo esto sin solución de continuidad y sin contradicción de imágenes. El Apocalipsis me causa ese efecto. Pero siempre procuro leer el Apocalípsis Joánico sin ir más allá del texto, sin extrapolarlo, sin acomodarlo. A la Historia, me refiero.
Porque, por una parte, el Apocalipsis tiene una historia-marco de referencia que es el del tiempo y circunstancias de su composición, cuando el destierro martirial de San Juan Evangelista en Patmos. Por otra, su entidad profética puede aludir a un futuro no realizado, según valor de toda profecía, pero la identificación Apocalipsis-actualidad, es decir, la superposición de las escenas/capítulos del Apocalipsis con la la realidad en transcurso, con el tiempo presente, es un recurso desacreditado por manido y proclive a equívocos y confusiones muy nocivas.
Item más: Durante la la crisis de la reforma protestante, Lutero y los demás agitadores anti-romanos, abusaron de los textos del Apocalipsis para arremeter contra la Iglesia Católica y el Papado, de manera muy burda pero bastante llamativa y efectista. Contaron, incluso, con el complemento de las artes gráficas de la recien inventada imprenta, difundiendo los grabados alegóricos-satíricos de Hans Holbein, Lucas Cranach y otros maestros. En ellos, el Papa era presentado como personificación del Anticristo, los Cardenales y la Curia Romana eran los secuaces del diablo, y la ciudad de Roma se dibujaba como la Babilonia ebria y prostituída de Ap 17 y 18, tocada con la tiara pontificia.
La exégesis anti-católica apocalíptica con su consiguiente sátira iconografica se convirtió en un auténtico tópico/género, un recurso pseudo-apologético quasi-clásico que pasó del protestantismo continental del XVI a la reforma anglicana y luego a las sectas evangelistas americanas. La especie sigue activa, circulando con éxito entre los protestantes y sus derivados, en tanto en cuanto la Iglesia Católica, el Papa y Roma existen y forman parte del presente y su actualidad.
Hubo también un género apocalíptico católico, tan virulento y con las mismas o semejantes identificaciones anti-romanas que las del protestantismo, con la diferencia de que las precedió en el tiempo (¿fueron su origen?) y de que se esgrimieron por un auténtico paladín de la reforma católica, me refiero a Fra Girolamo Savonarola, el incendiario predicador florentino. Cuando Savonarola arremetía contra Alejandro VI Borgia y los desórdenes de su corte pontificia, sus palabras eran más hirientes para la Curia Vaticana porque eran más certeras, sinceras y ajustadas que las que luego gritaron luteranos, calvinistas y demás sectarios de la reforma protestante.
La paradoja, en uno y otro caso, ya fuera Savonarola, ya Lutero, es que el Apocalipsis no es una profecía contra la Iglesia, sino una revelación para sostener el ánimo de los cristianos en tiempo de persecución contra la Iglesia. Por eso resulta tan contradictoria la identificación impía de elementos, personas, coyunturas, interpolando citas del Apocalipsis.
Del 'humo de Satanás' digo otro tanto. La ocurrencia de Pablo VI ha tenído un éxito que extralimita su significado (que, por cierto, sabría el Papa, porque sobre la oportunidad de la cita se ha escrito también mucho). Fuera lo que fuese que motivó aquella oscura apreciación del Papa Montini, habría que decir que 'humo de Satanás' colándose por las grietas de la Iglesia maltrecha lo hubo también en otros tiempos, en otros momentos, por cosas tan graves como la simonía, las corruptelas de la soberanía temporal, el nepotismo, y mil pecados y achaques más. Cada época tuvo su 'humo de Satanás'.
¿Es el de nuestra época un 'smog satánico' especial? Yo diría que no, que es el humo diabólico de siempre, porque ni el diablo ha cambiado ni los hombres tampoco.
¿Y la Iglesia, ha cambiado la Iglesia? Yo diría que no en sustancia pero sí en estructuras, porque se han debilitado, porque las grietas por las que el humo infernal entra se han multiplicado, son más grandes y más profundas: El problema no es el humo del demonio, sino la decrepitud de la Iglesia, las grietas por las que ese humo entra. El problema, re-re-pito, son las grietas.
Siempre que me re-citan la cita de Pablo VI, me hace penosa gracia pensar que el Papa del agiornamento, el aperturista que abrió puertas y ventanas, demolió sólidas estructuras y debilitó el edificio, fuese la misma persona doliente y timorata que se quejaba luego de que el humo entraba por las grietas que sus actuaciones habían provocado. Triste figura la de este patético Pontífice.
Resumiendo: El humo es sólo humo, Satanás el mismo de siempre, pero es la Iglesia la que merece atención, restauración, consolidación. Un trabajo de re-conversión ad intra, que se aviene muy mal con juanpablismos triunfalistas, años de jubileo y jmjs lúdico-festivas.
Las consecuencias de todo eso (llámesele 'humo', si se prefiere) las estamos sufriendo en estos días con un surtido muestrario de humos diversos.
Fumata, se dice en italiano.
+T.
sábado, 26 de mayo de 2012
Un pellizco más de inquietante confusión: Lady Gaga & Fray Alessandro
Perdón, mil perdones por tratar este tema y hablar de este asunto, pero es que la actualidad se nos impone sin querer, forzando, casi obligando un comentario, aunque repugne la materia del mismo.
La repugnante materia es una tal Lady Gaga, un putón rockero-pop-verbenero que hace furor y está de moda. Sórdida-excéntrica como las nenas de Zp, acumula millones y escándalos rentables para su publicidad. Una de las últimas especies, publicada en páginas de información católica, ha sido que la tal sujeta es satanista y utiliza símbolos satánicos en su vestuario, atrezzo de escenario y videoclips. Si se atreven [¡¡atención!! que los enlaces, los videos, las fotos, etc. son tan impropios para este blog como el excursus sodomítico del sermón del Viernes Santo del Ordinario de Alcalá] , si tienen estómagos resistentes al vómito miren estas referencias al respecto (¡Ojo con los contenidos! please, ¡¡repito!! Sólo miren referencias sin entrar en las páginas ni ver los youtubes, please, please!!!).
Pues con todo esto como repugnante prólogo ambientador, me encuentro con esta otra noticia de Rome-Reports, increíble: La discográfica de Lady Gaga producirá el disco de Fra Alessandro
Fra Alessandro es el franciscano que canta en el youtube que he puesto de cabecera el Ave María con la melodía del intermezzo de Cavalería Rusticana, del Mascagni. Imagino que el fraile se está promocionando, estilo al trío The Priests. Seguro que los comisarios de la nuevangelización estarán al loro para incluir a estos clero-cantantes en el muestrario de medios nuevangelizadores, imagino.
A mí, sin embargo, cuando un cura, fraile o monja hace carrera artístico-musical, me asaltan aprensiones y temores, yo creo que bien fundados. Porque me acuerdo, por ejemplo, de la monja aquella, Sor Sonrisa, la del Dominique-nique-nique, tan simpática, y de su posterior historia personal, tan patética y trágica.
Y es que, en la buena tradición católica de los conversos, el camino ha sido a la inversa: De la escena al claustro, de las tablas al convento. Como la historia de nuestra Maria Antonia Fernández, la Caramba . La verdad de una conversión que lleva del mundo al recogimiento penitente, tan válida para una maja madrileña de estampa goyesca como para uno o una de ahora, de nuestro tiempo. Quiero decir que me creo que un rockero, un rapero o un batería de heavy-metal se conviertan de su mala vida y se metan fraile; pero me resisto a tragarme la novelería de que una monja o un fraile se santifiquen haciendo carrera escénico-musical.
Para inquietud añadida, el tema satanista de Lady Gaga se titula 'Alejandro' y el fraile con el que comparte discográfica (de lo que parecen ufanarse los de Rome-Reports) se llama fra 'Allessandro' (¿¿!!)
Es natural que uno se pregunte si tendrá algo que ver, o si será mera (?) coincidencia o, en todo caso, cosa de la discográfica.
Total, para rematar el articulete, me quedo con la historia de La Caramba, en disco de pizarra, cantada por Concha Piquer. Me parece una buena opción (si tuviera que elegir), dado el panorama.
+T.
Un Hildebrando adveniente
La gravísima crisis de descomposición post-conciliar con su coda juanpablista sufre actualmente un episodio de intriga que fascinaría al mismísimo Morris West. Ciertamente, la realidad supera a la ficción, con colorido y pormenores dignos del mejor guión de serial escrito, radiado, filmado o televisado. Apasionante y divertido si no fueran los Palacios Apostólicos la escena del drama.
Volviendo la mirada atras, por registrar en la Historia algún parangón, el caso se podría ilustrar, por ejemplo, con la crisis en torno al 1300. Quiera Dios que no veamos repetirse otro gran rifiuto por agotamiento del Santo Padre. Cuando me sacan al relucir el episodio, siempre recalco que la crisis que empezó con Celestino V no se resolvió hasta Martín V Colonna, un siglo y pico más tarde. E incluso algunos prolongarían el período hasta la clausura de Trento (1545-1563). Las crisis de la Historia de la Iglesia no duran cuarenta días.
Y como las noticias con su dramatis personae han coincidido con la fiesta de gran Gregorio VII, me decía un compadre afín que nuestra Iglesia necesita otro como aquel. Yo le comenté que personajes así no se improvisan, que antes se necesita completar un Hildebrando, y antes de un Hildebrando se precisa un Cluny. Acabé preguntando - una pregunta retórica - si no estaríamos inmersos en un siglo oscuro, o a las puertas de otro siglo de hierro (las coyunturas del siglo económico-político como amenazador telón de fondo), con la posibilidad venturosa de un Hildebrando todavía muy lejos, en remota lontananza.
Si me apuran, convendría por otro lado, en otra dirección, que también tendría que haber un par de Otones, etc. Quiero decir que los remedios necesarios y eficaces para las afecciones extensas y profundas no aparecen de repente, no surgen del vacío. Item más: Con la crónica del pasado en la mano, se demuestra que la Providencia, muchas veces, deja supurar la úlcera hasta que el pus infecto da paso a la sangre limpia, y entonces aplica el remedio a la llaga. En el caso de la Iglesia, los remedios suelen ser personas, y las personas son, frecuentemente, santos.
En algunas encrucijadas, son los Mártires quienes preparan el momento oportuno de la llegada de los Santos providenciales. En otras épocas han sido los claustros, las clausuras, los conventos, quienes han precedido al momento de la sanación eficiente. El problema de nuestra época sería, en parte, dilucidar la tipología de nuestra crisis, pero esto sólo se juzga acertadamente desde la perspectiva del tiempo, un factor que nos falta en el presente. Otros verán como se saldrá y quienes promoverán; nosotros, conscientes o inconscientemente, somos parte del reparto, personajes de la historia que está siendo y será.
Pero eso no nos impide preguntarnos qué Cluny estará gestando al Hildebrando necesario y dónde estará ese Cluny.
Cuando algunos exaltados se excitan por los 50 años de aquello que fue, otros, más serenamente, se recogen y ruegan que al tiempo febril de la crisis suceda ya la necesaria quietud para reaccionar, convalecer, reponerse y sanar.
De luchas, partidos y banderías, no quiero imaginar ni hablar, aunque no las olvide. De persecuciones al Papa, tampoco. Véase, no obstante, la ilustración de la crónica de Gregorio VII que encabeza este articulete: Fue confrontado, contradicho, hostigado, traicionado, perseguido, murió desterrado y fue sepultado extra Urbem. Hasta cuando fue beatificado y canononizado se opusieron a su memoria los reyes de la tierra.
Orémus
Deus in te sperantium fortitudo, qui beatum Gregorium Confessorem tuum atque Pontificem, pro tuenda Ecclesiae libertate virtute constantiae roborasti: da nobis eius exemplo, et intercessione, omnia adversantia fortiter superare.
Per Dóminum...Amen
+T.
jueves, 24 de mayo de 2012
Actualidad jerárquica - Muestrario miscelánea
Es bien sabido entre los propios del estamento y los extraños afines que cuando uno pretende el cardenalato debe alternar con cardenales, para promocionarse. Por ejemplo, en estos días, el Arzobispo de Valencia, que ha tenido de huésped al Eminentísimo Don Óscar Maradiaga, el desencantante parto de los montes centroamericano que todavía algunos ven como papable, el Señor nos libre.
En Valencia, el Emmº Maradiaga ha dicho esas cosas que dicen los prelados sobre la intonsa (por no practicada) Doctrina Social de la Iglesia. Yo mismo, que sufro atraganto doctrinal social esclesiástico desde mis inocentes años de seminarista, podría dar una conferencia diciendo (con matices, claro) las mismas vagas sentencias que habrá dicho Maradiaga mechadas con un poco de estadísticas y sazonadas con unas cuantas anécdotas globales, que para eso los Cardenales se mueven mucho, y Maradiaga más, siendo presidente de Caritas Internacional. Muy avispado el prelado levantino. A ver si prospera y se queda con la púrpura por la que otros lampan. A ver.
A mí no me gustan los clérigos filosociales, mucho menos si están en el escalafón y son arciprestes, vicarios, obispos o cardenales. Padecí a uno, vicario episcopal con todas las confianzas de su arzobispo, que el mismo año que Aznar ganó las elecciones convocó un 'gesto solidario' protestando por no sé qué achaque social, pretexto que mantuvo e incluso institucionalizó. El acto se desarrollaba así: 1º- concentración cívicocristiana con pancartas, octavillas y lectura de manifiesto 2º- marcha cristianocivíca con pancartas, octavillas y manifiesto ya leído hasta la Metropolitana Iglesia Catedral, donde el susodicho clérigo promotor era canónigo (¡cosas veredes¡) 3º celebración para-litúrgica con intervenciones simbólico-gestuales 4º colecta solidaria que todavía no me he enterado bien a dónde iba. Y así quince años; no sé si se convoca todavía porque hace años que paso del asunto, desde el año que comenzó. El vicario-canónigo pasó, hace un par de años, a mejor vida: Dejó la vicaría, la canongía, la parroquia (todo eso tenía) y se fué alegremente con una señora feligresa viuda, con el escándalo que todo ello supuso. Culminó, en cierto sentido, su gesto solidario y su proclividad social. De forma muy práctica.
Volviendo al Emmº Maradiaga, reconozco que le tengo antipatía desconsiderada desde que estuvo en Sevilla y se dejó ver y retratar en camiseta y pantalón fresquito, porque era verano y hacía calor. Un detalle. Pero un detalle que define mucho, dadas las circunstancias, al sujeto. Verdaderamente, los capelos, algunas veces, parece que se dan al repelón y caen encima de cualquier cabeza. Tampoco me convencen los cardenalatos por cuota nacional-geográfica obligada. Y temo a esos promocionados que llegan a la púrpura con fama de lo que sea, justamente por eso, por lo que sea que les da fama. Lo peor es que al Emmº Maradiaga le quedan unos 10 años de cardenal elector, siendo un peligro, pues.
Yo pensé que con la metedura de pata doble y estrambote de cuando el golpe de estado hondureño de hace unos años, Maradiaga quedó finiquitado, pero se ve que sigue estando en circulación (el ser cardenal y salesiano le favorece, sin duda). Como siempre es de temer, por posible, un Cónclave colapsado y unos eminentísimos aprendices de brujo tramando candidaturas de compromiso ad casum, Maradiaga penderá de la bóveda miguelangelesca de la Sixtina como una amenazante espada de Damocles hasta que cumpla la edad de la exclusión.
Sigo con lo de Reig. Lo de Reig es una bola de nieve que a ver quién la para, considerando que debía haberse parado ya, pero el perlado (sic) insiste, ahora argumentando lesa dignidad: Reig exige al Ayuntamiento de Alcalá que revoque el veto a su persona
Hay prelados que mejor no meneallos ni dejar que meneen rien de rien. Como ya son y están, hay que sufrirlos como se sufre cualquier desgracia familiar, todo sea por Dios. De todas formas, dadas las coyunturas espacio-temporales presentes y proximamente advenientes, sería prudente que la CEE organizara una sub-comisión-patrulla de intervención-cortacircuitos para neutralizar las eventuales calamidades de los calamitosos, pro bono Ecclesiae et Patriae.
Curiosamente, algunas de estas perlas mitradas cuentan con el fervor de los pazguatos recalentados por el Capitan Araña de turno, y jalean la cosa, como si la cosa fuera para sacar pecho. ¡Cuánto mentecato militante!
La tercera muestra comparte detalles de las dos anteriores: Es cardenal y extranjero, como el primero, y teoriza sobre sodomías, como el segundo, aunque difiere del trato dado al tema. Habla el Cardenal Arzobispo de Berlín: Una pareja gay duradera es similar a una heterosexual
Dice el buen hombre que la Iglesia, despaciosa ella, tardará en admitir ciertos particulares sobre el particular. Un juicio relativamente positivo y abierto a mil expectativas que no me atrevo a conjeturar; tampoco me meto a imaginar lo que deba estar incubando el magín del Emmº y Revmº Cardenal Rainer Maria Woelki, que contando su Eminencia con 55 años, solamente, va a ser otra estupenda Espada de Damocles, por lo menos durante 25 años, a no ser que el Señor lo convierta. En lo que sea, pero que lo convierta en algo, aunque sea en una calabaza, como la del cuento de la Cenicienta. No sería la primera (ni la última) calabaza con capelo de treinta borlas.
En fin, como verán Uds. un panorama digno de rogativas dobles con flagelación y ayuno. Un futuro proceloso pero amenizado próximamente por los fastos del Lº aniv. de la Caja de Pandora versión conciliar.
Temiendo estamos a ver qué pueda salir ahora de aquel baúl.
+T.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Sister B
Era una chica discreta, de aspecto delicado, reservada, de las que dicen buenos días y adiós con la cabeza agachada y de medio perfil, tímida - pensaba yo - y quizá un tanto distante, un poco displicente. No tenía más datos que estos que extractaba de las pocas veces que me paré a pensar en ella, tampoco reclamaba más atención. No recuerdo si alguna vez la confesé, pero aparecía regularmente, asistiendo a Misa, por la mañana o por la tarde.
Una vez, por algo que dije en un sermón, su padre (que yo no sabía que era su padre) me preguntó de parte de su hija si podía darle alguna referencia más precisa sobre aquello, un detalle sobre la inspiración/diseño de la bandera de Europa y la famosa vidriera de la Catedral de Estrasburgo; es el único momento que relaciono con ellos, vagamente. Hace unos días, el padre de la chica me comentaba que ellos dos recordaban una riña incontinenti, un broncazo, que les eché una mañana al acabar la Misa, por no sé qué detalle de no me acuerdo qué cosa. Pero pudo pasar, tuvo que ser, más o menos como ella y su padre recuerdan, hasta tal punto que me caracterizaron por aquella bronca matutina. Sin duda merecida, tengo que precisar, como todas las soflamas que dirijo a mis asíduos, muy queridos míos.
La joven aparecía y desaparecía, con esa frecuencia típica de quien no tiene vinculación obligada con la parroquia y mantiene un ritmo de asistencia según horarios personales, por comodidad, o por afinidad, o por preferencias las que fueren. Yo la tenía conceptuada como una chica piadosa, con cierto aire de vocación en ciernes, serena en su discernimiento, con una sincera vida interior que afloraba en esos pequeños detalles que el cura capta por empatía con el medio espiritual, relativamente compartido: La forma de estar, de sentarse, de arrodillarse, la postura de la cabeza, el banco en que se sienta, cómo se acerca a la Comunión, cómo comulga, el rato de acción de gracias, la forma de entrar y salir, todas esas minucias que el cura observa sin atención especial pero personalizando, con más o menos consciencia, a sus feligreses. No diré que como el médico en la consulta, o como el maestro en la clase, ni mucho menos como el director a su dirigido, porque, como estoy diciendo, no había especial conocimiento, ni tratamiento, ni presentación formal siquiera. Era, si me explico, una observación estática, nada dinámica, distante pero constante.
Si me hubieran preguntado, yo habría respondido que la chica estaba discerniendo una vocación religiosa, posiblemente a una clausura. No me preguntaba sobre el particular, ni me interesaba en tanto no me implicaban en ello, pero tenía hecho el concepto, sin perfilar pero sí bien trazado, con bastante seguridad. Alguna vez pedía por ella en uno de esos sumarios comunes en los que meto muchas intenciones, algunas generales, otras particulares, durante la Misa, poniéndolas sobre el Altar. Como en estos casos no sé bien qué rogar porque no se me ha encomendado ninguna intención, ni personal ni directamente, para no desleir la oración en una vaguedad insulsa, rezo esto:
-'Señor te pido por ese/esa y por lo que él/ella te pide y necesita'
Si sé el nombre, lo incluyo, y si no, lo dejo indefinido. Con Dios no se necesitan ni detalles ni explicaciones, ni propias ni ajenas. Es una ventaja, siempre.
Ahora no recuerdo la fecha, imagino que sería a principio de curso, por Octubre, una mañana, en Misa, mi observada quasi-feligresa apareció vestida con una falda hasta lo pies, una blusa blanca y una pañoleta azul en la cabeza. Hace de esto unos cinco o seis años, todavía no existían las nenas de Lerma, pero ya había algunos nuevos institutos religiosos que vestían hábitos de ese estilo. No me gustó, porque capté al instante que de clausura nada, que la vocación había cuajado en alguna novelería confraternizadora espiritualista a la moda postconciliar.
En cuanto terminó la Misa, salí de la sacristía y esperé para interesarme, ya que lo que fuera se señalaba patente, con aquel hábito o pre-hábito tan elocuente. Cuando me dirigía a la capilla del Sagrario, para esperar a que saliera, alguien se me acercó para alguna cosa y me entretuvo. Antes de que concluyera aquella interrupción, vi de reojo cómo se me aproximaba la neo-monja, discretamente, como era todo en ella, la acompañaba, unos pasos detrás, otra chica, una hermana o una amiga, me explicó luego. Con pocas palabras, me dijo que dentro de un par de días se iba de postulante al noviciado de las Misioneras de la Caridad, las de Madre Teresa de Calcuta. No sé si ella notó la alegría que me dio (y la tranquilidad) saber que era allí a donde el Señor había dirigido su vocación. Le dije algo sobre sus padres, la animé a perseverar y le prometí oraciones. Y poco más.
Desde entonces la recuerdo en mis oraciones, entre las intenciones que encomiendo. No sé (¡no sabía!) por qué, desde esta pasada Cuaresma, la he recordado en la Misa varias veces, expresamente, quizá porque he visto que estaban su padre o su madre, y la he puesto con su nombre, con sus intenciones, sobre el altar.
La otra tarde, su padre me trajo una tarjeta dibujada y escrita a mano por ella, avisándome de que hoy profesaba votos temporales:
"...Le escribo para compartir mi alegría de que, si Dios quiere, el próximo día 23 de Mayo haré mis primeros votos temporales como Misionera de la Caridad.¡No sé cómo dar gracias a Dios por la vocación tan bonita que me ha llamado a vivir! ¡Pertenecer a Jesús, qué gran dicha! ... ... ...
... ... ... Le ruego sus oraciones y bendición.
En Jesús.
Sr B. "
Profesarán con ella otras nueve. Serán diez, como las vírgenes de la Parábola, diez predilectas. Yo rezo para que las diez se mantengan vigilantes, sensatas, prudentes, con la lámpara encedida, hasta que escuchen la voz que les diga -'¡Que llega el Esposo, salid a recibirlo!'
Sostén, Señor, el amor de tus consagradas, sella el corazón de tus elegidas con el beso divino de tu Espíritu.
¡Qué dicha, Señor, si al fin entramos en tu banquete, si celebramos tus bodas celestiales!
¡Guárdanos, célanos, Amor de los amores!
+T.
sábado, 19 de mayo de 2012
Eadem Ecclesia ?
El año de la fe en el marco del 50 aniversario de la apertura del Vaticano 2º servirá para justificar un 'año pastoral' más, según el recurso juanpablista, nullus annus sine festa. De paso, también excitará los ánimos vaticanosecundistas y espabilará, previsiblemente, el espectro del concilio, eso que otros llaman 'espíritu'.
La generación conciliar protagonista está en peligro de extinción, por eso, en algunos sitios, es una especie protegida que asoma la cresta todavía para revalidar lo hecho y clamar que se quedaron cortos. Lean (con paciencia) el exabrupto del bochornoso Dom Franzoni, un espectral del concilio que todavía se atreven a sacar de la galería de los monstruos conciliares: El Vaticano 2º se malogró
El escandaloso que fue abad benedictino y joven padre conciliar, el filo-comunista, el que colgó los hábitos y se juntó con una japonesa, se permite dictar lecciones de actualidad eclesiológica como (así lo presentan) líder de comunidades de base. Viniendo de semejante testigo, es honroso escuchar que los obispos españoles fueron una parte importante de la Jerarquía Católica que frenó el frenesí conciliar:
"...Los que más obstaculizaron la acción reformadora fueron los episcopados italiano, español y brasileño (...) En Madrid recibí duras críticas de parte de muchos teólogos por la gestión del Vaticano II de Pablo VI, pero yo defendí su extenuante defensa de la laicidad del estado en relación con la religión."
Sin embargo, cuando escucho afirmaciones o comentarios como ese, me pregunto ¿qué se frenó? Porque la letra del Concilio está disponible para quien quiera reavivar toda su virtualidad, esa peligrosa duplicidad de sentido (también de intención??) sobre la que advertía el magistral Romano Amerio. Por ejemplo, en este otro artículo se expone la frustración de lo no logrado (aun) y las perspectivas de progreso contenidas, a la espera de una oportuna y necesaria asunción por parte de las conferencias episcopales: Es posible otro magisterio
El autor del artículo dice que la intención conciliar fue dotar a las conferencias episcopales de un entidad de naturaleza semejante a lo que fueron en la antigüedad los antiguos patriarcados, capaces de emitir un magisterio propio que garantizara "una legítima y feliz pluriformidad en la comunión (Lumen Gentium nº 23)".
Item más: Apoyándose en el nº 12 de Lumen Gentium, reclama una participación de los laicos, de los seglares, en ese magisterio jerárquico. Se muestra a la conferencia episcopal de los Estados Unidos-USA como un ejemplo frustrado de lo que pudo haber sido y no fue. Se utilizan expresiones como 'magisterio participativo', 'participación y transparencia de la autoridad'.
El articulete sigue con una crónica sumaria de las tensiones/correcciones entre la C.E. Americana y la Curia Romana, presentando al Cardenal Gantín como malo de la peli, con el siguiente sumario-conclusión final:
"...se asiste la recuperación de una forma de gobierno eclesial poco o nada colegial. Como consecuencia de ello, se abre un tiempo de complicadas relaciones con las conferencias episcopales de EEUU., Brasil, Holanda, Alemania, Suiza y con algunas de Oriente y se empieza a promover al episcopado personas más dispuestas a escuchar las demandas que brotan de la curia vaticana que las que surgen de las iglesias locales que presiden o que han de presidir."
Conjuguen Uds. el cuadro de lo que llevo escrito hasta ahora con las noticias y comentarios de esta semana a propósito de la FSSPX y las conversaciones con Roma. Entenderán, si no tienen anteojeras, que tanto la carta de Mons. Fellay animando a estar dentro para curar y sanar como la otra carta de los otros tres prelados resistiéndose a entrar para no contaminarse, tienen su razón de ser, su lógica, desde los supuestos con los que se originó y se ha mantenido la FSSPX.
¿A qué Iglesia van, en qué Iglesia entrarían? Podría darse la paradoja de estar todos juntos, los católicos que sostienen la tradición y los nuevos modelos eclesiales como el que sostiene Schönborn, con gays en los consejos pastorales parroquiales (por el momento!!) interviniendo con voz y voto en la gestión pastoral, desde la catequesis a la liturgia, decidiendo qué se predica, cómo se celebra, a quién se elige...etc. etc. etc.
Otra muestra, sin ir más lejos y para conectar, en cierto sentido, con lo anterior, sería la resultante de confrontar dos modelos pastorales, dos formas de afrontar un problema/una realidad: La Iglesia, nuestra Iglesia, ¿es la Iglesia de Schönborn, abierta y sensible al tema gay, defensora efectiva de la integración pastoral de gay-militantes-practicantes, o, por el contrario, se trata de la Iglesia de Alcalá, cuyo obispo se permite alusiones indecentes acerca de las prácticas homosex en un sermón de Viernes Santo retransmitido por la televisión nacional?
¿Con cual de los dos nos quedamos, a cual elegimos, a Schönborn o a Reig? ¿Es posible esta elección, esta opción? De hecho los dos son obispos titulares, el más 'progresista' incluso arzobispo y cardenal.
Pues esta es nuestra Iglesia, displicente y reticente con los católicos tradicionales, capaz de declarar quasi-insufrible la división de opiniones dentro de la FSSPX, pero abierta al amplio espectro polarizado en casos como las diferencias Viena-Alcalá sobre el omnipresente caso homosex.
A esto, suponemos, se refería el del artículo susodicho cuando hablaba de "...garantizar una legítima y feliz pluriformidad en la comunión (LG 23)".
Por eso decía que comprendía las divisiones de opiniones de los prelados de la FSSPX.
Por eso sigo sin explicarme satisfactoriamente por qué hay que celebrar con fastos, un año entero, los L annos illos.
+T.
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