Aljófares llora la Virgen Gloriosa
cuando su Niño en la Circuncisión
derrama preciosa sangre redentora,
primera ofrecida por la salvación.
Dos bellos Arcángeles en cáliz sublime
recogen y elevan el sagrado don
que los Serafines alaban y adoran
ante el trono excelso del Eterno Dios.
Con trisagios cantan este Sacrificio
que estrena la gloria de la Redención.
San José, piadoso, disimula el lloro,
mas veneros de oro sus dos ojos son.
+T.
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