Ya es historia, y la historia no se repite.
Pero hay historias que quizá sería conveniente repetir.
...De vez en cuando.
¿No?
#.
6 comentarios:
Gregorio
dijo...
Sí, páter.
La decadencia religiosa, moral, social y política de España es muy grave. Diferente a la de los años 30, pero tremenda. No vamos a desear, no deseamos nadie una guerra, pero necesitamos una restauración en todos los órdenes, semejante a la que propició el Alzamiento Nacional. Glorioso, pese a todo el sufrimiento que provocó y a todos los errores que se pudieron cometer.
Una sublevación contra la corrupción, la tiranía y la criminalidad política sería hoy más necesaria que en 1.936. De momento no se la ve por ninguna parte, pero no perdamos la esperanza. Entre otras cosas, haría falta un Cardenal Gomá que justificara y diera validez moral a la acción..... ¿se imaginan Vdes, hoy a todos los obispos españoles firmando una carta colectiva de apoyo a una sublevación contra la democracia abortista?. Demasiado para el cuerpo.
Hola Don Terzio, hace un par de meses que visito este su estimulante blog..digo estimulante a mi intelecto..Perdón pero no entiendo a que se refiere el 18 de julio aquel? Mexicana..
Como bien ha dicho: "aquel". Hoy ya no es posible la restauración del orden según justicia. Para empezar porque la masa católica que apoyó tal iniciativa en aquel tiempo hoy no existe. Hace tiempo que los partidos saben que la influencia real del voto católico conservador no llega a los 2.000.000 y por tanto no es una preocupación mayoritaria, sino secundaria en la propaganda política. No digamos ya del voto católico radical, que apenas llega exagerando mucho a 100.000 votos y no supone amenaza alguna ni aún aglutinando el voto católico conservador.
Que pueda darse una rebelión contra el orden injusto vigente de signo no católico es más posible, aunque igualmente remota. Entonces habrá que ver que signo real tiene y en qué medida es legítimo para un católico unirse a ella. Porque sin signo católico en un alzamiento, dudo mucho que haya autoridad alguna que invocar superior a la de las autoridades vigentes.
6 comentarios:
Sí, páter.
La decadencia religiosa, moral, social y política de España es muy grave. Diferente a la de los años 30, pero tremenda. No vamos a desear, no deseamos nadie una guerra, pero necesitamos una restauración en todos los órdenes, semejante a la que propició el Alzamiento Nacional. Glorioso, pese a todo el sufrimiento que provocó y a todos los errores que se pudieron cometer.
Una sublevación contra la corrupción, la tiranía y la criminalidad política sería hoy más necesaria que en 1.936. De momento no se la ve por ninguna parte, pero no perdamos la esperanza. Entre otras cosas, haría falta un Cardenal Gomá que justificara y diera validez moral a la acción..... ¿se imaginan Vdes, hoy a todos los obispos españoles firmando una carta colectiva de apoyo a una sublevación contra la democracia abortista?. Demasiado para el cuerpo.
Hola Don Terzio, hace un par de meses que visito este su estimulante blog..digo estimulante a mi intelecto..Perdón pero no entiendo a que se refiere el 18 de julio aquel?
Mexicana..
Muchos saludos, Don Terzio, Por Dios, Por la Patria y el Rey.
Como bien ha dicho: "aquel". Hoy ya no es posible la restauración del orden según justicia. Para empezar porque la masa católica que apoyó tal iniciativa en aquel tiempo hoy no existe. Hace tiempo que los partidos saben que la influencia real del voto católico conservador no llega a los 2.000.000 y por tanto no es una preocupación mayoritaria, sino secundaria en la propaganda política. No digamos ya del voto católico radical, que apenas llega exagerando mucho a 100.000 votos y no supone amenaza alguna ni aún aglutinando el voto católico conservador.
Que pueda darse una rebelión contra el orden injusto vigente de signo no católico es más posible, aunque igualmente remota. Entonces habrá que ver que signo real tiene y en qué medida es legítimo para un católico unirse a ella. Porque sin signo católico en un alzamiento, dudo mucho que haya autoridad alguna que invocar superior a la de las autoridades vigentes.
Faltan narices, y más cosas, para acabar con tanta podredumbre. Mis respetos, D. Terzio.
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