domingo, 9 de diciembre de 2012

Sine Labe Concepta


 
 Un celeste sine labe
dando perfil a una nube
blanca, con nimbo dorado,
y un coro de mil querubes
rodeando a una chiquilla
humilde porque es humana,
excelsa porque es elegida
pura y limpia, sin mancilla,
sin pecado concebida,
espejo donde se mira
y se recrea Sevilla.

*** *** ***
 

"...Desde siglos
-¡Tú lo sabes!-
fue la gloria de Sevilla
aclamarte sin mancilla
en tu Pura Concepción..."


***

 

Ex Voto


+T.

9 comentarios:

Gregorio dijo...

Padre Terzio,

Sigo su blog desde hace tiempo porque me encanta el fondo -sobre todo- y, desde luego y sin duda, la forma de sus escritos. Y aprendo con usted doctrina y buen criterio católicos; otra cosa es que se me luzca en mi pecadora vida, pero éste es otro asunto. Nunca se me ha ocurrido comentar nada, porque nada puedo aportar que valga la pena. Pero ahora me atrevo a entretenerle unos instantes para preguntarle por qué en el verso "excelsa porque es elegida" no se come el "es" y lo deja octosílabo, como los demás; otra opción sería "excelsa por elegida", que se entiende igual y queda más ligero. En fin, si no fuera porque acabo de tomar un par de copas -sólo dos- no me expondría a resultar impertinente. Claro está que no pretendo que publique esta tontería, no tiene sentido. Tampoco pretendo que me conteste, pero por dar la cara de alguna manera, mi dirección es gregoriolasierra@hotmail.com
Perdóneme si le molesto y muchas gracias por todos sus artículos.

Atentamente,
Gregorio Lasierra

Miles Dei dijo...

Por aquí rula lago de la historia sevillana en defensa de la Inmaculada.

http://tradiciondigital.es/2012/12/08/dominicos-progresistas/

Alberto R. dijo...

ESTE COMENTARIO NO ES UNA PROVOCACIÓN, SINO UNA HUMILDE PREGUNTA HECHA DESDE MI IGNORANCIA, NO DESDE MI REBELIÓN CONTRA EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA. MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCIÓN]

Don Terzio,

Disculpe mi atrevimiento pero me gustaría plantearle una duda que me cuesta confesar, pero que siempre he tenido. Le hago esta pregunta desde la mayor reverencia hacia Nuestra Madre, la Virgen Santísima, y con total sumisión a la Doctrina de la Iglesia, aunque yo no la comprenda.

¿Qué sentido tiene el dogma de la Inmaculada Concepción? Si la Virgen fue concebida sin pecado original, ¿qué valor tienen sus virtudes? Si Ella no padeció la inclinación natural hacia el pecado que sí padecemos todos los hombres, ¿qué mérito tiene Ella?

Personalmente, Don Terzio, y desde mi más absoluta ignorancia, me cuesta creer que Dios nos ponga por modelo a alguien que carece de nuestras debilidades. Si precisamente los santos son buenos ejemplos para los fieles, es porque ellos se sobrepusieron a su tendencia al pecado. El resto de los hombres vemos cómo fue la vida de los santos, de qué forman batallaron contra el pecado y cómo siguieron el camino hacia la santidad.

Yo creo que la Virgen, Nuestra Señora, fue la más santa del mundo, pero precisamente porque tuvo las mayores virtudes de la Tierra, renunciando al pecado. Me cuesta muchísimo aceptar el dogma de la Inmaculada Concepción porque eso le quitaría mérito a Nuestra Madre, y no hay nadie más santa que Ella.

Si fuera posible, me gustaría saber por qué motivo el dogma de la Inmaculada Concepción es compatible con presentar a Nuestra Madre como modelo de santidad a todos los hombres que sí tenemos el pecado original.

Alberto R.

Terzio dijo...

Alberto R, obviamente no entiendes el Dogma Inmaculista, que, como todos los Dogmas Marianos, tiene una razón de ser cristológica. La exención del pecado original y la concepcion en gracia la preparan, disponen y capacitan para poder ser Madre del Verbo Encarnado, y no le restan mérito a la Virgen; no tener pecado ni cometerlo no exime del acto de virtud debido, que puede quedar facilitado pero igualmente suponen la obediencia obsequiosa, porque la gracia no bloquea la voluntad libre de la persona, ni la obliga; la criatura, cuanto más perfecta más consciente (por eso el pecado imperdonable de los ángeles caídos). Tal y como lo planteas, tu dificultad parece depender de unos conceptos bastante aproximados al pelagianismo: esfuerzo/ejemplo/conquista, todo centrado en un voluntarismo personal que parece obviar la gracia, su acción y su efecto; precisamente, el dogma de la Inmaculada Concepción es un caso particular, único e irrepetible del misterio de la Divina Gracia. La Santísima Virgen no es un autómata movido contra su voluntad, ni un sujeto pasivo, al contrario, la gracia la capacita para actuar con una libertad especial, plena, no sujeta al pecado. En este sentido, contra lo que tú dices, los santos no son tales porque vencen, sino porque la gracia les estimula su libertad para obedecer y acometer las acciones, sea para resistir o enfrentarse al mal o para lograr el bien. La Virgen es modelo de virtudes no porque podamos ser tal como Ella, sino porque sus virtudes nos animan a aspirar a esos carismas mejores que predica San Pablo. En el oficio de la Inmaculada, una de las antífonas de Laudes cantan el sentido de lo que te expongo: "Trahe nos, Virgo immaculáta, post te currémus in odórem unguentórum tuórum." // 'Atráenos, Virgen Inmaculada, correremos en pos del olor de tus aromas'

Con parecido significado, la Iglesia también utilza el concepto de 'imagen' y el de 'primicia', en sentido escatológico: El misterio de la Concepción Inmaculada abre/inaugura el orden de la gracia, el tiempo de la redención: Es algo nuevo, incomparable porque no tiene parangón, ni siquiera entre la santidad eximia de los más santos.

'

MIGUEL25 dijo...

Nada que añadir al exquisito comentario de Don Terzio

Solamente un detalle, este dogma nació del Sensus Fidelium:

1. Desarrollo del dogma en la conciencia de fe del pueblo cristiano y en el pensamiento teológico, intervenciones del Magisterio.
- El dogma de la Inmaculada Concepción de María representa quizás el caso más palpable de la importancia fundamental que tiene el sentido de la fe de la Iglesia como sujeto creyente y más particularmente como pueblo que vive de forma intuitiva y espontánea su fe, incluso «contra» las dificultades que presenta la teología. «Un hecho claro se deduce de la historia del dogma de la Inmaculada Concepción: la precedencia del sentido cristiano popular, intuitivamente en favor del privilegio mariano, sobre la teología, durante mucho tiempo titubeante en favor o en contra de él, y sobre el Magisterio, que no se pronuncia en forma definitiva hasta 1854» (S. de Fiores, Inmaculada, en Nuevo diccionario de mariologia, San Pablo, Madrid 1988, 912).

¿Qué nos dicen las fuentes bíblicas sobre esta verdad? En el Antiguo Testamento hay una alusión a la mujer que aplastará la cabeza de la serpiente tentadora (cf. Gn 3,15): en los evangelios se habla de María, «llena de gracia» (cf. Lc 1,28): en el Apocalipsis encontramos a la mujer que se escapa del dominio del dragón (cf. Ap 12). En estos tres pasajes no se puede ver una indicación formal del hecho de la Inmaculada Concepción de María, sino sólo algunos oscuros indicios de ella. Sin embargo, el pueblo cristiano con su sentido de la fe, basándose precisamente en estos pasajes bíblicos y en otros menos relevantes, consideró e invocó desde los primeros siglos a María, la totalmente santa y sin pecado.


fuente:http://mercaba.org/VocTEO/I/inmaculada_concepcion.htm

sigue...

MIGUEL25 dijo...

(Sigue del anterior…)

El sensus fidelium, no es el concepto pelagiano de la "opinión mayoritaria" o del concepto modernista de la "tradición viva evolutiva".

Es esto:

El Sensus fidelium es una unción especial que posee la universalidad de los fieles para no fallar en su creencia. Es un sentimiento sobrenatural de la fe de todo el pueblo, cuando "desde los Obispos hasta los últimos fieles seglares" manifiesta el asentimiento universal en las cosas de fe y de costumbres." Cuando tomamos la universalidad de los fieles en el sentido histórico vemos que si toda la Iglesia, tanto el pueblo como los pastores, han creído (aceptado como revelada) una verdad, entonces no pueden errar. Es infalible. Esto aplica a las doctrinas mas básicas que la Iglesia enseña como reveladas. El concepto del Sensus Fidelis se encuentra en los Padres de la Iglesia.

El Pueblo santo de Dios participa también del don profético de Cristo, difundiendo su vivo testimonio sobre todo por la vida de fe y de caridad, ofreciendo a Dios el sacrificio de la alabanza, el fruto de los labios que bendicen su nombre (cf. Heb., 13, 15). La universalidad de los fieles que tiene la unción del que es Santo (cf. 1 Jn., 2, 20 y 27) no puede fallar en su creencia, y ejerce ésta su peculiar propiedad mediante el sentimiento sobrenatural de la fe de todo el pueblo, cuando "desde los Obispos hasta los últimos fieles seglares"[22] manifiesta el asentimiento universal en las cosas de fe y de costumbres. Con ese sentido de la fe que el Espíritu Santo mueve y sostiene, el Pueblo de Dios, bajo la dirección del sagrado magisterio, al que sigue fielmente, recibe, no ya la palabra de los hombres, sino la verdadera palabra de Dios (cf. 1 Tes., 2, 13), se adhiere indefectiblemente a la fe confiada una vez a los santos (cf. Jud., 3), penetra profundamente con rectitud de juicio y la aplica más íntegramente en la vida. -Lumen Gentium 12

El Sensus fidelium no es sinónimo al clamor de la mayoría. Si una doctrina ha cumplido esta condición de infalibilidad en el pasado, y el pueblo de otra época posterior la llega a dudar o negar, esto no hace que la doctrina deje de ser infalible. Cuando el Papa nos recuerda de estas verdades no es necesario que haga una nueva solemne definición.


fuente:http://www.corazones.org/diccionario/sensus_fidelium.htm

En definitiva el Sensus Fidelium es un carisma universal dado a la totalidad de la Iglesia, para comprender y desarrollar (que no evolucionar) algo que estaba implícito en la Tradición/Escritura o muy rudimentariamente explicado.

En definitiva como todo carisma, responde a las promesas de Cristo:

San Juan, 14,16-17, 26
16 Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes:

17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes

26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.

San Juan, 16,12-15

12 Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.

13 Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.

14 El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.

15 Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: «Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes».

Felipe dijo...

Grande, la capacidad y la claridad mental de D. Terzio. Lástima que a veces se nuble cuando habla de determinados asuntos que tienen que ver más con la política que con la religión. Y su hiper-sensibilidad que le lleva a marrar en otras cuestiones eclesiales.
Vale, solo son apreciaciones de uno que le lee por aquí de vez en cuando.

Alberto R. dijo...

¡Muchísimas gracias, Don Terzio! Dan gusto sus explicaciones: son breves, seguras y convincentes. ¡Gracias!

Alberto R. dijo...

Disculpe, D. Terzio, pero le doy de nuevo las GRACIAS por su fabulosa explicación. Le confieso que hace muchos años le planteé esta cuestión al párroco de una importante parroquia de Madrid (por supuesto que a solas y sin maldad alguna) y no supo contestarme. Intentó hacerlo al principio, pero se puso muy nervioso y únicamente me regañó de forma desproporcionada. Desde entonces, no me había atrevido a preguntarle a nadie más y, al mismo tiempo, me sentía culpable por mi duda.

No quiero decir con esto que el mencionado párroco no supiera responderme (aunque sinceramente, eso me pareció), sino que es una lástima que muchos sacerdotes renuncien a formar bien a los fieles, pensando que lo único que tienen que promover son liturgias "atractivas" o "pseudo-festivas".

¡Muchas gracias, D. Terzio!