domingo, 30 de septiembre de 2012

Sacarse un ojo, cortarse un pie

Según el Evangelio de este Domingo (XXVIº Per Annum. Ordinario, lecc. B) debería preocuparnos no tener las iglesias llenas de tuertos, mancos y cojos; nuestra Jerarquía, nuestros pastores, deberían estar conturbados y horripilados al comprobar que nos faltan amputados, que no tenemos ni uno.

Tengo un compadre que dice y mantiene que el primer síntoma de decadencia eclesial, históricamente testado, fue la castración de Orígenes: Cuando Orígenes - dice mi amigo - se capó sus partes y su determinación y arrojo produjo repulsa y no admiración, fue el aviso de que la sal se estaba volviendo sosa y se escondía la luz de la lámpara debajo del celemín, interpretando suavemente un Evangelio tan tremendo como este:

"Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.»
. Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.».«Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.».«Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga."



Esta mañana, en una de las predicaciones, yo también he puesto azúcar al Evangelio, tan áspero como un membrillo otoñal, de esos que muerdes y están tan recios, que se te ponen los dientes largos. No hay más remedio, para poderlos comer, que cocerlos con azúcar y hacer compota, o dulce de membrillo. O ser un niño, un chiquillo como cuando yo mismo, con pocos años, disfrutaba con ese sabor agridulce y áspero del membrillo. Por eso decía Él que si no volvemos a ser niños, no podríamos entrar en su Reino.

¿Pero es verdad que el Señor nos quiere amputados, mancos, cojos y tuertos propter Regnum Coelorum? Sí, es verdad. Él nos quiere con señales de batalla, con cicatrices de combate. En San Juan, entre las palabras del Señor en la Última Cena, se dice lo mismo, de otra manera, en la Alegoría de la Vid y los Sarmientos:

"...Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. A todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo corta, y a todo el que da fruto, lo poda, para que dé más fruto."


La amputación que entendió tan literalmente Orígenes debe complementarse con las palabras de la alegoría de Jn 15, 1ss; como la áspera carne del membrillo, tiene que ser confitada con azúcar. Pero conste que la acción descrita por el Evangelio, ya sea San Marcos, ya sea San Juan, es traumática, se haga con bisturí, con hocino o con podadera. El tajo hay que darlo, hay que cortar, hay que podar. ¿Qué situación es la que exige el corte, el tajo, la poda? Tocante a esto sí hay diferencia entre el Evangelio de San Juan y el de San Marcos: En Jn 15 la acción traumática se explica positivamente, porque es la fructificación, la vitalidad de la vid, la que exige la poda vigorizante. Sin embargo en San Marcos la etiología es negativa, porque se describe la mutilación como reacción/resistencia ante el escándalo, el pecado, el mal.

Viviendo bajo el dogma ubícuo de la tolerancia universal, resulta difícil predicar y hacer entender rectamente que el intolerante absoluto es Dios Nuestro Señor. Es difícil predicar bajo el toldo de la pan-tolerancia que Nuestro Señor Jesuscristo predica y enseña la intolerancia radical, traumática incluso. Es difícil predicar que la Santidad es intolerancia con el mundo escandalizante, que el cristiano tiene la obligación de ser intolerante con los escandalizadores, con todos los que escandalizan.



Me comentaron que dos pseudo-beatas salieron de Misa muy irritadas criticando al cura, porque había hablado de política en el sermón. ¡Babiecas bobas! Las dos cacareadoras (tolerantísimas ambas, supongo) no se enteraron de lo que se hablaba y de qué se predicaba.


Of course, las dos doñas gallináceas volvieron a sus casas con todos sus miembros ilesos: Los dos ojos, los alerones y las dos patas en su sitio. No perdieron ni una extremidad, ningún órgano sensorial (inclúyase también la lengua entre las partes mutilables). No se amputaron ni estaban dispuestas a cortarse nada. Tampoco consintieron ninguna poda. Quedaron intonsas, como los libros que nunca se han leído.

Yo, como pastor, estoy muy preocupado. Créanme.

+T.

12 comentarios:

Jordi Morrós Ribera dijo...

Y al mítico de John Wayne le extirparon un pulmón y dos costillas a causa de un cáncer en 1964, pero en un caso así sin ninguna relación con el evangelio de hoy.

Y en la Wikipedia dicen que poco antes de morir John Wayne se convirtió al catolicismo.

Si alguien tiene interés en el tema de la confesión religiosa de John Wayne aquí encontrará información:

http://www.adherents.com/people/pw/John_Wayne.html

Terzio dijo...

Las herídas de la lucha, Morrós; las cicatrices de la conversión.

'

Miles Dei dijo...

De John Wayne me quedo con la canción que le dedicó Loquillo.

http://www.youtube.com/watch?v=jFEUXzd5XOk

Y de su preocupación le dejo otra canción, la que Cecilia cantara a la letra de Valle Inclán.

http://www.youtube.com/watch?v=MK-JHaNTGRM

Terzio dijo...

¿Loquillo? ¿Quién es ese?

¡Me estás escandalizando, Miles!

Me veré en la obligación de sacarte un ojo !!!

'

Jordi Morrós Ribera dijo...

En la inevitable Wikipedia dicen que la extirpación fue por causa de haber sufrido radiaciones radiactivas durante el rodaje de una película.

Quizás en un personaje tan mítico sería más épico que fueran cicatrices de conversión, pero a veces la realidad es un poco menos mítica y más prosaica de lo que nos gustaría que fuera.

Y por favor, padre, Loquillo es un músico nacido como yo en Barcelona, justo en el barrio contiguo al mío, y como John Wayne también es un tipo duro y algo "outsider", y quizás por eso le dedicó la canción con el texto de su epitafio: "Feo, fuerte y formal".

Ahí va la referencia: http://es.wikipedia.org/wiki/Loquillo_%28cantante%29

Miles Dei dijo...

¿En serio que no conoce a Loquillo?

Miles el tuerto. Me gusta.

Jajaja




Anónimo dijo...

en 36 años sólo he escuchado una vez en un sermón/homilía/charleta insulsa del celebrante (según grado de des-catolización) hablar del infierno y del pecado en términos más o menos simulares a los de esta entrada.

da que pensar... que el dulce (carne) de membrillo es un preparado muy al gusto de la contemporaneidad, más a las puertas del (¿almibarado?) año de la fe (minúsculas voluntarias en este caso).

Miles Dei dijo...

La interpretación más corta y dicen que más mala de John Wayne, quizás fue la más auténtica de todas para él.

http://www.youtube.com/watch?v=AejZxaYkekM&feature=related

Ahí lo tienen. Hizo el papel de centurión al pie de la cruz confesando la divinidad de Jesús, sólo dice esas palabras en "La historia más grande jamás contada" (1965)

Así que por su fe, quizás tuvo la cicatriz de haber hecho la peor de sus interpretaciones.

Manuel dijo...

Ese mismo domingo escuché al sacerdote en la homilía algo que me llamó la atención.

El texto que comentaba era: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros. Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí.» Y las conclusiones que sacaba de el sacerdote eran que cualquier persona que haga el bien, (se olvídó de la parte del evangelio que dice "invocando mi nombre") está con nosotros, es guiada por Dios. Además de la confusión a la que se presta la expresión "bueno" (¿Qué es exactamente ser bueno?) se elimina del evangelio la fe, ya que es Su nombre el que hace el milagro.
Sigue el evangelio "todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo..."
lo importante aquí no es el vaso de agua al sediento si no el que ayuda a la fe. Es decir no es la obra "buena" si no la adecuada a la fe.
"Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen" otra vez remarca la importancia de la fe, no a todos los pequeños (a muchos se les escandalizaría predicándoles el evangelio) si no a los que creen.
También es cierto que siempre me ha gustado, de este evangelio la parte en la que dice: "Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros" que aquella en la que dice: "quien no está conmigo, está contra mí" (Mt 12:30), quizás peque de tolerante, pero me parece más llevadera, aunque no deje de reconocer que "el que no recoge conmigo, desparrama."

Esperanza dijo...

He recordado que este domingo próximo San Juan de Avila será nombrado doctor de la Iglesia.
Y he pensado que él sí que habría predicado una homilía en condiciones sobre este pasaje evangelio, tan azucarable. Quizá sea exagerado decir que en sus distintas homilías, en lenguaje o en su expresión resuena "algo" de este evangelio del domingo pasado en el novus Ordo, como si fuera una melodía de fondo.

Sugerencia para los que tengan tiempo: permaneced atentos a la tele o a la internet este domingo 7, para presenciar cómo nos trasforman/presentan a san Juan de Avila en un buenista, y además en un precursor de algunas "intuiciones" del CV2.

Terzio dijo...

Te me has adelantado, perspicaz Esperanza, pues a eso iba y en eso estaba.

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Anónimo dijo...

Ya no tolero lo que hacen en Roma por eso no voy a seguir el consejo de Esperanza, si llegare a ver eso que ella dice rompo el televisor de un piedrazo...