sábado, 23 de julio de 2011

Fisichella vuelve a cantar


Los titulares con la noticia de las palabritas de Fisichella (Rino) me han rejuvenecido, me han quitado de golpe (y de ilusión) lo menos 25 años. La cosa me ha sonado a eco, como un ritornello que de pronto emerge del olvido, porque el disparate parecía ya olvidado. Pero no, no está olvidado puesto que Don Rino (Fisichella) lo ha desempolvado y repuesto en escena:

La Iglesia debe aprender el lenguaje de los jóvenes

¿Rock? ¿Pop? ¿Heavy-metal? ¿Rap? ¿Videojuegos? ¿Cómic? ¿Twitter-Facebook-Twenty? ¿Indignados 15M??? ¿O qué, qué propone Fisichella?

Fisichella no sé bien decir qué será. Aparte de que se sabe que es, a saber, un monseñor pretendiendo cardenalato, un superviviente de curia, un monsignorino italiano polifásico con evidentes perfiles vaticanosegundistas y juanpablistas. Un peligro, desde luego. Más que nada desde la versatil ocupación al frente de ese poco definido encargo de la 'nueva evangelización'.

La cantinela de la Iglesia dialogante con los jóvenes es un tópico de los sesenta, que descompuso los setenta, que se retomó en los ochenta con la variante juanpablista y que resucita ahora Fisichella con el sabrá (o no) qué propósitos.

A mí, la verdad, me ha sonado a salida de escape, a truco de náipe en la manga: No sé qué decir, pues digo lo de los jóvenes y la Iglesia, que es un timo que siempre cuela. Además, con la JMJ encima y de visita en España, la pintan calva. Y Don Fisichella tiene pinta de no perder oportunidades, de cazarlas al vuelo.

Pero me echo a temblar imaginando que sea verdad, que retorne la mentecatez al poder y la biblia del 68 con Fisichella de animador del cotarro.

No soy adicto al diálogo, sospecho lo peor. Si el diálogo es delicuescente, le añado un plus de sospecha. Si el dialogante es un monseñor, dos (plus magis quam).

+T.

10 comentarios:

YORCH dijo...

No será más bien que los jóvenes son los que deben aprender el lenguaje de la Iglesia? de la civilidad? de la cultura? de la legalidad? y tantos otros ahora perdidos?

AMDG dijo...

Y pensar que la música que más le llama la atención a los niños es el recitado del aleluya antes del evangelio...

Genjo dijo...

A mí me suena, tal cual, a lenguaje de políticos.

Anónimo dijo...

Son síntomas. Creo que hace tiempo que ya se pasó y sobrepasó la raya del esperpento, y esto es una muestra mas. La Iglesia está hecha trizas, destrozada. Bendito sea el maravilloso CV2.

Un ronin católico dijo...

Yo invitaría al Monseñor a mi barrio, a hablar con los jóvenes para comprobar su "ciencia" y su "cultura", más parecida a la de Mad Max que a otra cosa gracias a estos lustros de adaptarse al lenguaje de los que por su juventud saben hablar muy bien por haber desarrollado su psique en la adolescencia, pero no tienen los contenidos necesarios para hacerlo con propiedad y sabiduría. Eso es ciencia también.

Anónimo dijo...

Semper Fidelis dixit:

"España y Europa sufren una crisis de jóvenes", avanzó el purpurado momentos antes de impartir su conferencia, que llevó por título "Tareas y caminos abiertos de la evanngelización de los jóvenes después de la JMJ", por msr. Rouco Varela. Pensará dejar que los jóvenes se evangelicen a sí mismos? O lo hagan del modo y manera que ellos quieran, a través de las neopaganas JMJs? Creo que el experimentismo emanado del CV 2 no va a tener fin a corto plazo, van a seguir experimentando en todo, hasta que la ruina sea completa. La música que usan en sus numeritos de las JMJs tiene majaderías en inglés y ellos o no saben, o se hacen.

párvulo dijo...

La juventud es una época desgraciada, alocada, irreflexiva, sobrehormonada y sobre todo soberbia, de una ilusoria autosuficiencia. La juventud está para formarla, y conducirla así a la madurez. No me vengan con las gaitas de los viejitos cabezalocas y los jóvenes de madurez asombrosa, porque eso no llega ni a ser excepción. ¿O acaso hay alguien por ahí de más de 40 años capaz de confesar que en los últimos 20 o 30 no llegó a aprender nada, de nada?

La Iglesia no tiene NADA que aprender de los jóvenes, sino los jóvenes de la Iglesia. Y no se les hace ningún favor abonándoles la ilusión de que son los reyes del mambo, que el mundo está hecho para ellos y por ellos.

De esta línea en adelante, D. Terzio, escribo para desahogarme. Borre sin más. Fisichella es o bien un estúpido indomable o bien uno de esos obreros de la brigada de demolición. Hoy he pasado la hora de la siesta revolviendo en mi mente la historia de los mártires de Córdoba. Las historias, porque son muchas y concitan la admiración y la maravilla por las obras del Espíritu Santo. Pensaba en Isaac, que se presentó ante la autoridad mahometana a profesar la fe católica y denunciar el falso libro del falso profeta. Y, una de dos: o Isaac no era católico o JP2 no era católico, y pienso en su reverente beso al libro falso de falso profeta. Los dos no pueden ser católicos al mismo tiempo. Usted ha dicho algunas veces que "non praevalebunt". Pero, de verdad, a mí estos contrastes me causan un sufrimiento que no sé qué hacer con él, no sé cómo tratarlo, dónde ponerlo ni cómo digerirlo. ¿Dónde está el pusillus grex, hacia adónde hay que mirar, a Roma, a los obispos y cardenales, a los Papas modernistas?

Agradeceré cualquier observación que pueda aliviarme.

Anónimo dijo...

Semper Fidelis dixit:

Perdóneme, hermano párvulo, que sea entrometido y que el páter le conteste como mejor él sepa. Pero me retrato en su dolor y me identifico plenamente.

Hice dos cosas, despúes de un año completo de postración, sin ir a misa. Durante el año, recé el Santo Rosario y pedí la luz del Espíritu Santo. Luego supe que aún se celebraba la Santa Misa Tradicional y me dije que ya no podía ser peor de lo que había atestiguado en el novusordo. Y allí estuvo toda la diferencia del mundo. La Misa Tradicional se centra en Dios totalmente, no en el hombre. Comunión de rodillas, en la lengua, decoro al vestir, coros gregorianos, incienso, flores, respeto , silencio y devociones.

No la va a tener fácil, pero ese remedio a mi me funcionó. Me hice devoto de la Misa Usus Antiquior.
Y le aseguro que los progresaurios se mueren de rabia cuando saben que una misa de estas se celebra. Es como el antídoto a las payasadas de la Nueva Era. No hay golpe más doloroso, que un seminarista Tradicional, que una procesión de Corpus Christi, que una tanda de Rosarios. Es como enseñarle la cruz al diablo, si usted sabe a lo que me refiero.

Lo que hagan o dejen de hacer los pontífices, está en la cancha de Dios. Y si hacen algo que escandalice a los pequeños, que El se apiade de ellos. Todo lo que ha pasado tiene explicación lógica y su remedio. Así, que ánimo y adelante.

Terzio dijo...

Las crisis internas y externas de la Iglesia son connaturales a su dimensión histórico-social (la Iglesia, siendo una entidad sobrenatural, es una sociedad militante y se ve afectada por las circunstancias del mundo etc.) y sufre los embates de sus enemigos naturales adems de las insidias ý asechanzas diabólicas; por ello no debemos ni extrañarnos ni desalentarnos, al contrario.

Una de las máximas de perfección cristiana del btº Rosmini dice así:

"Permancer en perfecta tranquilidad acerca de todo lo que adviene por disposición de Dios tocante a la Iglesia de Cristo, trabajando por ella según la llamada de Dios."

Stª Teresa también enseña eso mismo de otra manera en su letrilla:

'Nada te turbe,
nada te espante,
el tiempo pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta:
¡Sólo Dios basta'


Y como estas, muchas sentencias de otros Santos: Paz en el alma, confianza en la Providencia, constancia en la oración y los sacramentos y la práctica de la caridad y demás virtudes cristianas.

Aunque parezca que la tempestad se traga a la barca de Pedro, estamos seguros: El Señor va en la barca.

'

párvulo dijo...

Semper Fidelis, D. Terzio: Gracias. Me ocurre que al final de d'ia acudo al Santo Rosario y obtengo mucha paz y parece que, moment'aneamente, las olas se calman. Luego viene otro d'ia de embates y soy consciente de mi fe tan d'ebil. Pero es agradable experimentar aquello de que cada uno ayude al otro con su carga, no en mi caso aliviando a otros m'as d'ebiles, sino recibiendo la ayuda de quienes son m'as fuertes que yo.

Gracias.