jueves, 14 de abril de 2011

Otro Catecismo



Un sacerdote amigo me pide que publique una censura que ha hecho a un catecismo. Por supuesto, libenter, incluyo aquí su interesante crítica. Lo que para algunos serian simples 'minucias', para un católico conscientes son peligroso escollos capaces de causar un naufragio de fe. Ahí va pues el trabajo:



Sobre las Guías catequísticas oficiales de la diócesis de Santander
2º y 3º Curso de Catequesis de Infancia


Ambos volúmenes, que tienen como autor al sacerdote santanderino D. Jesús Nistal Bedia y cuentan con el imprimatur del Obispo diocesano D. Vicente Jiménez Zamora, llevan un único prólogo, dedicado a los “agentes de la catequesis”, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos. Por medio de estas “advertencias preliminares” nos enteramos de que la doctrina aquí expuesta proviene en primer término de libros elaborados, se avisa solemnemente, por la Conferencia Episcopal Española (C. E. E.), “ejerciendo [sus miembros] en colegialidad [el] ministerio pastoral y evangelizador” propio de los Obispos. Aunque, claro está, la C. E. E., para un más perfecto accionar de su burocracia, cuenta con una algo pomposamente llamada Subcomisión de Catequesis, donde los textos invocados fueron engendrados y nacieron, deduzcamos que de auténtica semilla episcopal. Los organismos intermedios se han multiplicado.
Los textos de la Conferencia Episcopal, instruye el autor a sus potenciales lectores catequistas, buscan preparar “a los niños, dentro del proceso catequístico, para la celebración de la primera Eucaristía”; ¡es lo que llamábamos antes rústicamente “estar preparados para recibir la primera Comunión¡”.


Pero pasemos al análisis de alguno de los contenidos de las Guías en cuestión.




“La Biblia es la Palabra de Dios escrita y guardada por la Iglesia” (2.º Curso, página 24).


¿No es acaso también transmitida por ella, es decir, por la Sagrada Tradición de la Iglesia Católica? ¿Ha quedado superada la expresión Sagrada(s) Escrituras(s)?; ¿resulta acaso incomprensible para los niños de hoy? Señalemos por otro lado que de esa venerable Tradición nada se dice en toda la extensión de las Guías.


“Dios solo pensaba en hacer feliz al hombre” (2.º Curso, página 30).


¿La Creación no tiene nada que ver con la gloria de Dios? ¿No es su manifestación exterior? ¿Es solamente una especie de instalación eudaimónica, un gran parque de diversiones para la felicidad de los hombres?


Hay gente en todo el mundo que dice: ¡Hay que salvar a las ballenas! Lo mismo dijo Dios: Hay que salvar al hombre” (2.º Curso, página 31).


Sin poner en duda lo más mínimo las buenas intenciones del autor ¿es este un símil adecuado para la formación de los niños en la Fe?


“Una vez [Jesús dijo a un niño]: El Reino de Dios lo forman todas las personas, mayores y pequeños, que aman de verdad a los demás” (página 46).


¿En dónde consta que Jesús dijera tal cosa?


“José y María querían tener hijos. Querían formar una familia” (2.ºCurso, página 50).


José, puede concederse. María, jamás. Como exclamaba un teólogo desilusionado del progresismo de su juventud: “Tanto luchar en la Iglesia hasta definir la fórmula dogmática aeioparthénos, para llegar a esta Mariología de pacotilla que acaba en cinco minutos de catequesis con siglos de elaboración cristológica.” Así también puede escribirse, ¡para catequizar a los niños!, que “María tenía unos 14 años cuando se enamoró de José que tendría unos 20 años, […] y José se enamoró de María. […] Y decidieron casarse y pensaban: Tendremos muchos hijos; [… y después de haberse casado decían:] Somos marido y mujer” (3er Curso, páginas 36-37). ¡Se comprende que se pueda presentar ¡a los catequistas! “la historia de María, la madre de Jesús” (página 37), sin llamarla ni una sola vez Santa ni Madre de Dios!


“Jesús nace igual que nosotros” (2.º Curso, página 75).


¡Lo que implica una coma gráfica! Porque decir: “Jesús nació, coma, igual que nosotros nacimos”, es cierto, pero afirmar: “Jesús nació igual que nosotros nacimos”, sin la minúscula coma, es o ignorar mucha teología, o tergiversar gravemente el milagro insondable del parto virginal.


“La liberación de la Humanidad se obtiene con el sacrificio de Jesús” (2.º Curso, página 86).


Otra afirmación generalísima vertida en el marco de la preparación a la primera Comunión de niños: lo dice todo, no dice nada y calla demasiado acerca del Sacrificio de Cristo en la Cruz que cada Santa Misa renueva de modo ritual incruento. Podemos evocar en sentido opuesto una formulación catequética tradicional sin duda más exacta y menos ambigua: “Los fines de la Santa Misa son cuatro: adorar a Dios, darle gracias, pedirle beneficios y satisfacer por nuestros pecados.” ¿Estamos muy lejos con esta formulación tradicional del pomposo universalismo cuasimasónico al que nos acerca la expresión “liberación de la Humanidad” empleada por el autor? Pero estaremos más cerca de la verdad de las cosas, que es lo importante a la hora de educar en la Fe y para su ejercicio.


“Suponemos que [Jesús] resucitó al comienzo del domingo” (2.º Curso, página 98).


Valde mane! La Iglesia, que así canta en Pascua, no lo supone, lo sabe sin sombra de duda porque así estaba profetizado en el Antiguo Testamento y porque los Apóstoles así lo testificaron y lo transmitieron de palabra y por escritos divinamente inspirados.


[El día de la Ascensión de Jesús] les pareció [a los Apóstoles] que se elevaba hacia el cielo” (2.º Curso, página 106).


Vaguedad de vaguedades, pero ¿con qué efectos sobre el entendimiento infantil en formación? ¿No es dejar abierta la puerta al “Jesús de la fe”, es decir, al Jesús que a cada cual le parece?


“El espíritu de Jesús movía a Jesús desde dentro” (2.º Curso, página 111).


Olvida el autor distinguir entre el alma de Cristo, sustancialmente unida a la Persona del Verbo igual que su cuerpo, del Espíritu Santo, cuya relación con Aquél describe bien la Teología católica partiendo de la formulación dogmática: Ex Patre Filioque procedit.


“[Los Apóstoles] se parecían en todo a Jesús: querían a todos, enseñaban el Evangelio, bautizaban, perdonaban” (2.º Curso, página 111).


Es verdad. Pero se omite recordar que tenían autoridad y que la ejercían como Jesús, y que juzgaban y castigaban a los hallados culpables precisamente porque los amaban según el mandamiento de Cristo y porque antes amaban a la Iglesia de Cristo encomendada a su cargo, gobierno y responsabilidad.


[El día de Pentecostés los Apóstoles] supieron que había venido [el Espíritu Santo] porque, aunque no lo vieron, sintió cada uno dentro de sí como un fuego”, etc. (3er. Curso, página 18).


Aplicando a mansalva el principio de subjetivismo aquí evidente en la presentación de un pasaje fundamental del Nuevo Testamento, el autor no sólo destruye este pasaje sino que inocula en el catequizando escepticismo e incredulidad; el autor quiere una y otra vez en estas Guías que en los alumnos se despierte “admiración, “entusiasmo”, “pasión por la Iglesia”, a la que sin embargo trata despectivamente al descartar sus enseñanzas milenarias, que fortalecieron la fe de los Santos. Las dificultades exegéticas de la Sagrada Escritura encuentran su respuesta en la Tradición y en el Magisterio, no en la prestidigitación del racionalismo o en las torpezas mentales del materialismo.


La Iglesia o Comunidad cristiana la funda o inventa Jesús cuando, antes de su muerte, forma con los Apóstoles un grupo de amigos […]. La Iglesia o Comunidad cristiana nace, o recibe vida, o la pone en movimiento el Espíritu Santo el día de Pentecostés”, etc. (3er. Curso, página 19).


Doble desviación eclesiológica, al enfatizar un origen de la “Comunidad cristiana” (sintagma que permite entender casi cualquier cosa) preponderantemente (aunque no exclusivamente) apostólico (¿sobre sólo bases humanas?), y pentecostal-carismático, en menoscabo de su origen en la Encarnación por la unión hipostática de la naturaleza divina del Hijo con la naturaleza humana que asume el Verbo en el vientre virginal de María Santísima y que el mismo Jesucristo consuma en el altar de la Cruz.


“Es más bonita la palabra Eucaristía o [el sintagma] Cena de Jesús [que la otra palabra] Misa” (3er. Curso, página 23).


Nos preguntamos para quién será en efecto “más bonita. La palabra Missa está, digamos así, en el genoma espiritual del cristiano porque se halla en la raíz evangelizada de las culturas y lenguas modernas (tema caro al Papa Juan Pablo II), y buscar desplazarla, aunque sea en el ámbito del vocabulario (esto es, del pensamiento), no es prudente, si se quiere mantener la identidad católica.


“Las reuniones [generales] del Papa con los Obispos se llaman Concilios, que significa Consejos. Así hablamos del Concilio Vaticano” (3er. Curso, página 27).


. El lector se puede preguntar: ¿Concilio Vaticano I (que también existió) o II ? Precisamente el Concilio Vaticano I es el del Papa Pío IX que definió la existencia, la naturaleza, las condiciones y los límites del ejercicio de la infalibilidad del Sumo Pontífice, prerrogativa en nuestras Guías sólo descrita de modo fenoménico y superficial (“enseña la verdad, no se equivoca”), sin emplear la palabra nuclear de dicha definición dogmática (3er. Curso, página 28).


“El pueblo de Dios, en la Iglesia de Jesús, es más importante que los Obispos y el Papa, pues éstos están al servicio de aquellos […], son nuestros servidores. […] Sin nosotros, la Iglesia no es la Iglesia de Jesús” (3er. Curso, página 28).


Es inadmisible confundir la cabeza visible de la Iglesia, embarullándola con, contra, sus miembros. Aunque abonada en opiniones teológicas esta concepción horizontalizante de la Jerarquía es inadmisible porque anticipa su desaparición y falsea la voluntad de Jesucristo expresada en los discursos de la Última Cena.


La Iglesia de Jesús, la Comunidad cristiana, es también pecadora porque nosotros somos la Iglesia y nosotros somos pecadores” 3er. Curso, página 28).


Repetida hasta el hartazgo, esta falsa idea, blasfema y herética, ha calado en los fieles. Aquí se intenta que la conciban, deformando su amor a la Iglesia Santa, desde la misma catequesis infantil. ¿Cómo querrán recibir en lo sucesivo su santificación de una Iglesia a la que se les enseña a despreciar, incluso a temer?


“Hay algunos que hasta insultan a Dios. Esa es la mayor tontería que pueda hacer un hombre” (3er. Curso, página 44).


En el marco de la presentación del segundo mandamiento no se menciona la palabra blasfemia, que no es precisamente “una tontería” y práctica frecuentísima en la diócesis a la que estas Guías van destinadas.


“No podemos matar nunca nadie” (3er. Curso, página 48).


¿No existe acaso la defensa propia? ¿No hay guerras justas? ¿Es totalmente inaplicable la pena capital?


“Sería muy conveniente que a medida que van narrándose los pasos de la Última Cena y de la Misa, se vayan presentando los vasos sagrados con el pan y el vino y colocándolos sobre una mesa para familiarizarse con el rito” (3er. Curso, página 89).


Sería conveniente, pero para desacralizar aun más la Misa a los ojos de los niños. Los vasos sagrados no son juguetes. El sentido de lo sagrado se aprende por el respeto y la elevación en el trato de las cosas consagradas. ¿Existe ya en las almas tan escaso temor del sacrilegio que pueden impartirse descuidadamente estas instrucciones en unas Guías de catecismo editadas con aval episcopal?


“El sacerdote es sólo un “doble” de Jesús” (3er. Curso, página 89).


Los niños conocen bien a los “dobles” de las series y películas, y las acciones a veces ridículas a veces temerarias que deben ejecutar por su oficio. ¿Merece la misteriosa actuación sacerdotal in Persona Christi esta banalización? ¿Qué concepción del sacerdote católico se busca inculcarles? No extraña que en toda la presentación del Sacramento de la Eucaristía ni una sola vez se emplee la palabra transubstanciación, acción confiada sólo al poder sacerdotal; los catecismos tradicionales, en cambio, la usaban con toda simplicidad, siguiendo el mandato del Concilio de Trento y de los Sumos Pontífices que insistían en que fuera periódicamente mencionada y predicada a los fieles en el sermón dominical. Como tampoco que se distinga entre substancia y accidentes (3er. Curso, página 96): ¿no se confiesa así implícitamente que el niño es inhábil para usar su inteligencia o que no posee capacidad de abstracción; que sólo es afectividad, emociones, sensibilidad física y sentimientos.


“No sabemos si hay alguien en el infierno” (3er. Curso, página 110).


Van a encontrarse estos niños –a lo largo de su vida y en las páginas de cualquier historia objetiva- con la realidad del frecuentísimo triunfo terreno de los malvados. La misma Sagrada Escritura nos lo advierte: El mundo entero yace en poder del Maligno (1Jn. 5, 19) Pues bien, el autor de las Guías sugiere o más bien afirma su triunfo también en el más allá. Una vez más vemos que se sustituye el misterio –la eternidad de las penas del infierno- por el absurdo de esta idea –en el fondo blasfema- de una Misericordia, que no perfecciona la Justicia divina sino que es de hecho indiferente al bien o al mal de sus criaturas El Infierno existe, existen los condenados a la pena eterna, son dogmas de la Iglesia; y esta existencia responde a la exigencia de la Justicia divina a la que estas Guías se cuidan bien de mencionar.



Verán Uds. que las críticas son justas, concisas, inteligentes, oportunas y católicas. No son caprichosas, quiero decir. Ni extemporáneas.

Lo grave es que catecismos de este estilo que critica mi amigo pululan por todas partes. Item más: Todavía más cargados de errores que los diocesanos son los que suelen usarse en colegios religiosos, en colegios regentados por congregaciones religiosas, quiero decir. Suelen ser especie de folletos fotocopiados con guiones de catequesis elaborados por el religioso (sacerdote) encargado de ello. En colegios de monjas, lo mismo, a veces con detalles que te dejan el alma en suspenso: Recuerdo haber tenido conocimiento de una catequesis de preparación al Sacramento de la Confirmación en la que se usaron textos de Leonardo Boff. Las historietas de Anthony de Mello también son muy utilizadas (el peligro no son las fábulas, sino la explicación o explayación que sigue, tomando pie en las narraciones). Y así.

Esta misma tarde comentaba con otro padre (de familia numerosa) que actualmente muchos sacerdotes no sabrían siquiera responder a las preguntas del Catecismo de 1er. grado. No exagero. La formación doctrinal católica, desde la catequsis básica a los grados de formación académica, ha sufrido tal degeneración que se llega a casos de verdadero escándalo.

Antes de cerrar el articulete, agradezco a mi estimado amigo esta interesante aportación, tan ilustrativa. Y me uno a sus oraciones para que vengan tiempos mejores. Que, en y para estos casos, deben ser tiempos de corrección y enmienda de yerros. Tantos.

Oremus!

+T.

30 comentarios:

Longinus dijo...

"Es preferible un malvado a un imbécil... por lo menos el malvado descansa a veces de hacer su maldad y puede que hasta se arrepienta, , pero el imbécil, nunca descansa de hacer... lo suyo..." . Leído por ahí.

Y yo no sé si los que redactan tales cosas, lo hacen por ignorancia o por malicia, o porque nadie los supervisa.

La edición en italiano de YOUCAT, donde se recomendaban los métodos de prevención de embarazo parece que la van a hacer pulpa, despúes de una refriega entre cardenales Scola y Schoenborn, aduciendo "errores de traducción".

De todas formas, se sospecha que oportunidades de promiscuidad no van a faltar en las JMJ o séase Woodstock católico. Pero ya se ve que se agarraron de un libro de moda, para intentar insertar la planeación familiar. Fallaron, pero lo seguirán intentando , hasta que cuele.

En uno de los primeros misales Novus Ordo que se imprimieron, la presentación reza así:
"La Iglesia y sus instituciones tienen una vida. Y la vida es evolutiva. Se desarrolla, cambia. Las innovaciones son necesarias. Sin ellas, hasta lo espiritual se anquilosaría, COMO HA OCURRIDO CON LA LITURGIA"....los seglares debéis estar a la altura de nuestros tiempos y vivir enterados de todas las reformas litúrgicas....Cristianos santamente progresistas: el auténtico cristiano mira esperanzado hacia el futuro. En principio debe ser un progresista . Observa, juzga, analiza, se asesora y sigue siempre adelante.... Rompe con lo caduco del pasado-los falsos tradicionalismos- y acepta todo lo bueno de los tiempos presentes...".

Un saludo, páter W+.

Anónimo dijo...

“Sería muy conveniente que a medida que van narrándose los pasos de la Última Cena y de la Misa, se vayan presentando los vasos sagrados con el pan y el vino y colocándolos sobre una mesa para familiarizarse con el rito”

Me parece muy conveniente su apreciación sobre la desacralización de los elementos litúrgicos, pero más grave me parece el empleo del verbo "narrar". Convertir en elemento puramente narrativo la actualización incruenta del sacrificio de la cruz, unida a la desaparición del concepto de transubstanciación, como bien apunta Vd., está en la base de todos los demás problemas. Personalmente no creo que se trate de un error particular del catequista o redactor de este catecismo en cuestión, sino que cuanto más conozco y profundizo en el origen de estas desviaciones, más me convenzo de que no han sido ni son espontáneas, sino que han sido inducidas progresiva y deliberadamente desde hace bastantes años por los elementos modernistas que han dominado la iglesia posconciliar.

Anónimo dijo...

Uf... a veces me dan ganas de regalar la computadora y desconectarme del internet, empezar el día con estas cosas es francamente desalentador. Y es que es día tras día. ¡Y LO QUE QUEDA!

A cuento del tema de hoy iba a comentar algo sobre "infiltraciones"... creo que está claro... pero me abstendré no sea que el páter me eche un par de cariñosas voces y me diga que estoy "cerebralmente infiltrado" (me mantengo en la misma postura). Y es que francamente no creo que pueda haber tan supina estulticia entre el clero y sobre todo el clero mandante... no puede ser... Ergo...

En fin.

Lo de las "ballenas" ha estado insuperable, no me lo negarán. Y lo del "pueblo de Dios" para que contar. Anda que lo de la "mesa", ¡no te digo mas! Y eso que "dudamos que en el infierno haya alguien"... ¿Y lo de la "liberación de la Humanidad" (humanidad = TODOS los hombres)? ¡Le ha faltando añadir "y la liberación de la mujer"! (de pseudo-masónico nada, masónico 100% pata negra). Y eso de las "suposiciones" de la Resurrección, la Ascensión y Pentecostés no tiene parangón... Y lo de la "Iglesia pecadora" si que tiene delito, por no decir que no tiene delito la "tontería" de insultar a Dios. Por cierto, "yo prefiero que me maten a matar", ¿donde he escuchado yo eso?

¡DIOS MIO! Tremendo. De verdad que me cuesta creer que es ignorancia, me cuesta horrores creerlo visto lo visto durante 40 años.

Por eso empiezo a comprender en que consiste el ecumenismo del CVII: los católicos nos hacemos protestantes y así ya somos uno ¡DIOS MIO!

Anónimo dijo...

Si el querido pater me lo permite y ya que hablamos de pedagogía católica quisiera comentar la anécdota del día.

Ayer mi esposa fue a una charla parroquial sobre los mandamientos que daba un sacerdote y entre pregunta y pregunta salió el tema de la irreverencia y falta de respeto a lo sagrado, cosa que comentamos a menudo entre mi mujer y yo y entre mucho dolor. Mi mujer comentó que se debería enseñar a la grey a guardar respeto: apagar el móvil en misa, guardar silencio, inclinarse e incluso arrodillarse ante el Santísimo aun mas si está expuesto, no cruzar las piernas, no mascar chicle, ser observante en el vestir y todo el largo etcétera pues la iglesia es lugar de oración y silencio.

Mi mujer propuso poner a la entrada de la iglesia una hojita con este tipo de advertencias: Silencio, apague el móvil, guarde respeto, inclínese ante el Santísimo, vista correctamente, etc... También propuso otras medidas similares. ¿Cual fue la respuesta del cura? Pues algo como esto: "Eso no lo podemos hacer: ¿os imagináis la que se montaría en cuanto la prensa se enterara?" Mi mujer insistió argumentando que el respeto, amor y adoración a Dios es lo primero para la Iglesia antes que cualquier otra cosa (como el "que dirán"). La gente empezó a murmurar manifestando su acuerdo con lo que dijo mi mujer (lo cual no deja de sorprenderme porque imagino que asistirían a esa charla algunas devotas señoras que luego no dejan de parlotear como cotorras inmediatamente antes, durante, y después de la Misa, incluso delante del Santísimo). El cura dio la callada por respuesta.

Mis conclusiones:

1. Esto es un hecho mas entre tantos y tantos que viene a confirmar que el clero español (y no solo el español...) le teme mas al mundo que a Dios y por tanto actúa mas bien sirviendo al mundo que a Dios. Yo tenía entendido que el cristiano (cristiano verdadero, es decir católico) está llamado a ser señal de contradicción y piedra de escándalo, siguiendo el ejemplo de NSJC, y que en toda prueba lo que debemos hacer es aceptar el martirio antes que negar a Cristo. Etc...

2. La posición de este cura creo que es mas bien generalizada, casi absoluta diría yo porque por la razón que sea no se ven otro tipo de respuestas en el clero (salvo contadísimas excepciones, por cierto muy rebeldes, desobedientes y hasta excomulgadas).

3. Lo único que se está haciendo es aplicar contundentemente la lógica del CVII. Eso es todo.

4. Atendiendo a la reacción de los asistentes a la charla pareciera ser que la feligresía o al menos una parte no entiende muy bien o no está de acuerdo con este tipo de actitudes por parte del clero. La mala noticia es que en la charla los asistentes eran casi todos gente ya mayor.

Hyeronimus dijo...

Urge volver al Ripalda o el Astete. Estos nuevo pseudocatecismos son veneno. Como dijo San Pablo, si alguno predicare otro evangelio, sea anatema. Y como se trata de (de)formación cristiana de los niños, me viene a la memoria otra maldición del Nuevo Testamento: Al que escandalizare a uno de estos pequeños, más valdría que le colgaran del cuello una rueda de molino y lo arrojaran al mar.

Joaquín dijo...

Pregunta para el blogger:
si yo hoy decidiera catequizar a un niño (o un adulto) ¿hay algún breve catecismo, tipo preparación para la Primera Comunión, que considere adecuado seguir para esta labor? me refiero que pueda ser adquirido hoy en alguna librería, claro. Le agradecería el dato, que quizás podría ser útil también a otras personas.

Terzio dijo...

Ultimamente, para la preparación de la Primer Comunión de los hijos de algunas familias amigas o afines, he recurrido a lo más clásico y práctico que conozco: Los Catecismos editados en los años 50-60 por Secretariado Catequístico Nacional de la Comisión Episcopal de Enseñanza.

Dispongo de uno de Primer Grado (1964) en formato pdf (por si le interesa a alguien) y ese mismo y otro de Segundo Grado (1958) en formato word. Son estupendos (incluso para la formación de adultos).

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Longinus dijo...

Pues ponga los catecismos en pdf, páter, que pa' luego es tarde, todos estos tesoros doctrinales hay que desenterrarlos, para que brillen. Yo me acabo de comprar un Misal edición de 1945, que una editora imprimió por demanda popular. El buen ejemplo cunde.

Porque nada más vean las portadas de algunos misales modernos, parecen de inspiración satánica. Un saludo, páter W+.

Cardenal Cisneros dijo...

Si me permite una sugerencia subir el Catecismo Mayor de San Pío X no vendría nada mal.

Un saludo

Terzio dijo...

Eso es fácil de buscr y encontrar en inet. De todas formas, ahí va uno:

Catecismo mayor de San Pio X

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Flipper dijo...

terzio,
conozco a un sacerdote que publicó un conocido librito con oraciones de siempre y un resumen del catecismo (2º grado), cuando ya estaban "prohibidos" y los oficiales eran ya Jesús es el Señor, etc.. Se publicó en una diócesis grande, donde pasaba despercbido, pero el obispo de su diocesis de origen se enteró y le amenazó con ¡Denuciarle a lo Sinde! pues el texto de 2º grado es propiedad de la CEE y era reproducido sin permiso.

Esperanza dijo...

Lamentable esta catequesis para niños. Para algunos será su única catequesis quizá en muchos años. Me estaba riendo con lo de salvar a las ballenas, imaginándome al redactor fumándose los brotes verdes de Zp, pero con la lectura completa sólo me ha quedado la indignación. No sé teología, claro, pero me parece que lo que cuentan en ese catecismo es diferente de la religión católica que aprendí de mis padres y mi abuela. Y si yo tuviera hijos, les contaría lo que aprendí en casa, y mandaría los catecismos del estilo del descrito en el post, al cubo de la basura.

Genjo dijo...

Le pedí permiso a mi párroco para usar el catecismo que usted cita en la catequesis. Es el mismo que yo estudié. Me lo dio.
Me fui a una librería religiosa y pedí tantos ejemplares. Al lado, un señor, que por la familiaridad con que se desenvolvía en el lugar debía ser sacerdote, comentó algo así como: "La verdad es que ese catecismo está muy bien y es mucho más útil que todas estas novedades con las que andamos".

No pasó de ahí la cosa, pero me resultó curioso el comentario. Creo que hablaba de corazón, pero también tengo la convicción de que habrá seguido con las novedades. Signos de los tiempos.

David dijo...

Buenas noches padre.

El catecismo que me mandó por correo lo utilicé para prepararle a los niños de catequesis dos folios para estudiarlos.

Luego me enteré de que el libro que se les ha regalado este año (como un pequeño catecismo) incluye casi todo (¿o todo?) lo que traía ese catecismo antiguo de Primer Grado que usted me dió.

Por si a alguien le interesa buscaré información. Lo que sí que era de la editorial Casals.

¡Ah! También decía que la mejor forma de recibir a Cristo en la Eucaristía, era de rodillas. :D

En Cristo y María.

Flipper dijo...

Lo de "insipiración satánica" de Longinus es verdad. Yo inclso diría más: la misa negra, por ejemplo, invierte el rito tridentino, no el de Pablo VI. Y hace poco se ha escrito una tesis doctoral, además de haberlo dicho el Padre Amorth, diciendo que el ritual de exorcismos de la reforma litúrgica no es eficaz y no vale pa ná.
Volviendo a la catequesis, es n alivio dar el catecismo sin tener que inventar nada. Lo tenemos todo hecho por la anterior generacion y no nos enteramos.
Un saludo Terzio sigue escribiendo así

Perlimplín dijo...

Hyeronimus: Terzio tiene razón. No hace falta recurrir al Astete o al Ripalda, aunque estén muy bien.

Los catecismos publicados hasta los años 70 u 80 estaban bastante bien para transmitir de forma exacta y concisa las verdades de la Fe. ya en los 80 empezó la cosa a torcerse seriamente. El que Terzio pone de portada lo estudié yo durante unos años.

La clase de Religión consistía básicamente en traerse aprendido el catecismo de casa y el profe con santa paciencia iba preguntando a cada crío unas 10 preguntas por día. Todavía recuerdo con cariño el "premio" reservado al que primero se lo supo entero de memoria, que recayó en mí:

Un regalo del Catecismo del año siguiente, que a mí me pareció como un honor grandísimo.

Lo de los catecismos para catequesis de niños es tremendo. Yo quise una vez cambiar para la catequesis de niños de la parroquia el "oficial" diocesano. La respuesta fue que era mejor utilizar el recomendado por la Delegación diocesana de Catequesis (que precisamente es uno editado por la diócesis de Sevilla, me parece, aunque no recuerdo cuál), en la que están bien instalados unos cuantos progresaurios que no tienen otra cosa que hacer más que andar enredando.

Joaquín dijo...

D. Terzio: por mail le he pedido los ficheros de los catecismos que dice disponer para quien le interese... a mí me interesan todos

jogacernuda@gmail.com

Joaquín dijo...

bueno, un par de datos interesantes, que encontré hurgando un poco:

http://www.eltestigofiel.org/lectura/biblioteca.php?idb=208&nmframe=1&nf=10

(¡sale una referencia del P. Iraburu!)

y

http://www.mercaba.org/FICHAS/CEC/catecismo_grado_segundo.htm

Madri leño dijo...

De chico pensaba que memorizar las preguntas y respuestas del catecismo, sin entender muchas cosas, carecía de sentido y practicidad. No podía estar más equivocado, aquella sólida base de conocimientos y auténtica doctrina cristiana han permanecido conmigo durante toda mi vida y a medida que he progresado en cristianismo he ido comprendiendo y asimilando aquellas benditas preguntas y respuestas que tan inútiles me parecían entonces. De hecho, creo que sin el catecismo mi desarrollo cristiano hubiera estado mutilado.
Gracias Páter y comentaristas por los buenos y auténticos catecismos recomendables y recomendados.
Gracias a Perlimplín por su salado "chispazo", me apunto lo de "progresaurio".

Gracia y un saludo.

Anónimo dijo...

Si se quieren pasar los formatos en MS-Word a otros formatos abiertos como ODF o mas estándares como PDF no tienen mas que decirme.

Hyeronimus dijo...

Naturalmente, con lo que dije de clásicos como el Ripalda o el Astete me refería a volver a la doctrina de siempre. Yo también estudié con el catecismo de la ilustración, y doy fe de que en los años sesenta y setenta los catecismos todavía enseñaban una doctrina totalmente ortodoxa, y gracias a eso, el católico promedio conocía bien la doctrina, hoy infelizmente olvidada por la mayoría.

Por cierto, me quedé con ciertas dudas, confirmadas luego por los comentarios de algunos amigos, de que ilustrar el artículo con fotos del catecismo bueno que estudiamos hace años (sin duda puestas con la laudable intención de contrastarlo con el pseudocatecismo del que habla el artículo) induce a confusión, ya que los lectores más jóvenes y los que por haberse criado en Hispanoamérica no hayan llegado a conocer el de la foto pueden pensar que se trata del malo. No sé si convendría aclararlo.

Terzio dijo...

Antonius: Sí, me interesa saber cómo se hace esa operación de pasar de word a pdf etc., please.

Y para los interesados, vean esta colección de catecismos en una sección del estupendo Foro de Liturgia Ceremonia y Rúbrica de la Iglesia Española:

Catecismos en español

Verán Uds. que se trata de una interesantísimo enlace.

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Anónimo dijo...

Querido pater.

Yo lo hago con el paquete de oficina LibreOffice, que es gratis, de código abierto y de excelente calidad. El formato principal es el estándar ODF (con normativa internacional, mientras Word es propietario) pero permite abrir documentos Word (y varios formatos) y en cualquier caso con un solo clic guardarlo como PDF. Yo he trabajado bastante esto y lo hace perfectamente, jamás tuve problema.

La página en español es:

http://es.libreoffice.org/

De ahí se sigue el enlace para descargar, supongo que la versión Windows (yo utilizo Linux Ubuntu).

Cualquier pregunta, problema, supongo que ya sabe mi dirección de correo electrónico y si no le escribo a su correo directamente.

Y si a usted estas cosas le parecen complicadas con todo gusto me ofrezco a pasar los documentos a PDF yo mismo, tan solo mandemelos por correo.

En Cristo y María.

Jordi Morrós Ribera dijo...

El evangelio de San Juan de la misa de hoy viernes día 15 nos presenta a los judíos piadosos tratando de blasfemo a Jesús porque se presentaba según ellos como Dios.

Sólo planteo como hipótesis que a veces la búsqueda excesiva del purismo religioso en general y católico en este caso particular puede comportar algún peligro.

JORGE dijo...

Con el pretexto de hacerlo más "coloquial", a veces nos meten "gato por liebre".

Gracias a Dios nuestro idioma es muy específico y resulta fácil encontrar las palabras más adecuadas para expresar con precisión nuestras ideas.

Por hacerlo fácil de leer, no debemos dejar abiertas las puertas al error. Sino, veamos lo que pasó con el Youcat, que por un pelín casi nos contrabendean la anticoncepción.

Gracias y Bendiciones

Anónimo dijo...

A ver, Sr. Morrós, ¿se está dando según usted algún tipo de peligroso purismo religioso en este asunto del catecismo tal y como ha sido planteado por el páter o por alguno de los lectores? ¿Si o no? Si si, ¿cual y por qué?

Déjese de hipótesis y explíquese.

Alberto dijo...

Sr. Morrós por favor!!!
solo le falto decir que es farisaíco... que bueno que lo dice como hipótesis, tiene bien arraigado lo políticamente correcto conciliar.
Si buscamos lo tradicional es para preservar a nuestros hijos del veneno modernista y liberal. hoy con estos catecismos y facultades de teología se cumple lo que el Señor decía de los hijos que piden pan a sus padres (obispos, sacerdotes) reciben una serpiente (la serpiente del eden??), es doloroso pero es la verdad... no sea escrupuloso

Genjo dijo...

Jordi: por principio es imposible un exceso de purismo en la fe. O se tiene íntegra o no se tiene. Un posible exceso estaría en contradicción con la pureza de la fe.

Anónimo dijo...

P. Terzio.

Yo utilizo para convertir un documento word en pdf el programa doPDFv7, es sencillísimo de utilizar. El programa se instala como una si fuese una impresora más de su ordenador, cuando quiere pasar un documento de word a pdf sólo tiene que ir en word al menu "archivo" y dentro de ahí a "imprimir", selecciona entonces la impresora pdPDFv7, una vez seleccionada la impresora le da aceptar y en lugar de imprimirse lo que hace es generarle el documento en PDF. Digamos que el programa es una impresora virutal. Creo que es un programa libre, gratis. Se lo puede descargar en este enlace.

http://www.softonic.com/s/dopdf-7

Anónimo dijo...

Herramientas como las que menciona el último Anónimo hay muchas, yo antes de pasarme a Linux utilizaba PrimoPDF.

Basta hacer una búsqueda y aparecerán como setas.

También hay conversores en línea (gratuitos y de pago, como el de Adobe).

A mi me gusta LibreOffice porque tengo todo el paquete de oficina de una vez y en el caso de documentos de texto para pasar a PDF a veces me gusta primero editarlo (a veces puede ser necesario), pasarlo a formato abierto ODT y desde ahí a PDF.

No será porque no hay formas.

Saludos.