miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Planeta de los Simios (o el Homo no-laborans de Atapuerca).


Tengo una marcada tendencia al prejuicio estético, que no suelo resistir ni corregir (de entrada). Quiero decir que me tomo relativamente en serio eso de que la cara es el espejo del alma. Del alma y de sus potencias que son, a saber, tres: Memoria, entendimiento y voluntad.

Por ejemplo, cuando uno tiene cara de cerdo (cochino, marrano, puerco), eso quiere decir que imagina como cerdo, entiende como un cerdo y apetece lo que un cerdo. Mutatis mutandis, claro está, porque el juicio se hace sobre personas con cara de cerdo. Pero en sustancia es eso.

Es por eso le profeso una visceral antipatía repugnante al mastuerzo ese. Desde que lo ví (y hace ya demasiado tiempo que se le ve, demasiado) lo identifiqué en un momentáneo flash mental irreprimible con uno de los personajes de la peli aquella: El Planeta de los Simios (Planet of the Apes, Franklin J. Schaffner, 1968). En su caso, con un plus de brutalidad añadido sobre el modelo peliculero: Un plus ultra hispánico 100% made in Atapuerca, o un sitio de esos.

Si sabe de algo más que no sean rayaduras de convenios colectivos y mitos de sindicalistas verticaleros, yo no sabría decir. Pero lo suyo, lo idiosincrático, es la talla de choppers y chopping-tools. Es la industria que le conviene, que le corresponde según su tipo morfológico.

A lo sumo, dato al mastuerzo no más allá del pre-Achelense, con un grado de capacidad figurativa-representativa correspondiente a su perfil craneo-facial. Conserva, sin embargo, rasgos todavía llamativamente ancestrales: Sin la espesa máscara piloso-facial, se le podría apreciar mejor el prognatismo característico, remota reminiscencia del hocico simiesco, más evolucionado en la tipología sucesiva de los más cercanos pre-homínidos. De igual modo, la espesa pelambrera que le cubre el casco craneal recubre morfologías robustas con rudimentarios particulares anatómicos. De destacar, el marcado arco superciliar, tambien cubierto por hirsuta formación pilosa, que recalca un grado más la definición de los rasgos primitivistas faciales.

La pesada estructura corporal se sostiene en una compacta osamenta, poco grácil, con musculatura espesamente recubierta por dermis hiper-adiposa, todo dentro de la tipología somática correspondiente a la especie-tipo.

En fin, que mejor no toparse con uno. Con ese, quiero decir. Porque el mastuerzo es, en la actualidad, un indivíduo singular, sin que al presente se tenga noticia de otros.

Aunque nunca se debe excluir la eventual aparición de otros tipos regresivos, como el que describo.

Comparto la opinión científica que interpreta como un signo patentemente degenerativo la aparición de estos indivíduos, así como la necesidad de una profilaxis preventiva que evite su proliferación.



Y como habrán comprobado ustedes que he pasado sin solución de continuidad de la impresionable intuición personal a la alusión cinematográfica, la exposición pre-histórica y la morfo-antropolgía, prefiero dejar aquí la cosa, sin extenderme más, que tampoco el mastuerzo lo merece.

¡Hala! A trabajar que el trabajar es meritoso y contra-revolucionario, bueno para el alma, revigorizante para el cuerpo y despabila la mente. Por eso está el mastuerzo como está, precisamente: Por no laborar, por no doblarla, por no usar el fósforo mental.

Moraleja: El que trabaja, se santifica y se salva. Y el que no, se vuelve mastuerzo abominable como el prehistórico homínido sindicalistero, datable circa el pre-Achelense de Atapuerca (u anterior).


&.

5 comentarios:

Esperanza dijo...

También tendría mejor look si no se pegara comilonas en el “Villamagna” y demás restaurantes de lujo. Y eso que la conclusión del post es cierta: no la dobla. Como tantos liberados que llevan tantísimos años fuera de su puesto de trabajo que ya están fuera de la realidad, y si volvieran al tajo les tendrían que explicar de qué va ahora la historia de su curre y cuáles son sus funciones. En mi caso, he disfrutado como una enana NO secundando esta huelga. Y al 96% de mis compañeros también (el otro 4% son liberados y sindicalistas). Aunque tengo que confesar que cuando salí esta mañana iba pidiendo la intercesión del Arcángel San Miguel, para no toparme a la puerta con piquetes con ganas de "informarme".
Disculpe la extensión, pero el tema me "motiva" _como dicen ahora_.

Natalio Ruiz dijo...

Concuerdo por completo con lo del aspecto exterior. Creo que es la demostración más clara de la unidad substancial, hay mujeres que podrían ser hermosas pero resultan horrendas y gorditas o no tan agraciadas que con solo verlas deslumbran.

Respetos estéticos.

Natalio

airfoil dijo...

Este individuo prueba la teoria de que la raza de Neandertal nunca desaparecio, si no que is alive and well !

Peace.

Anónimo dijo...

Vaya, vaya. ¿También es V. Darwinista? ¿Da por buenas las teorías sobre la evolución de las especies? Lo que nos faltaba por ver. Cosas de los "neo-tradicionalistas" con formación moderna, supongo.

Terzio dijo...

Soy, anónimo borrico infame, inteligente. Creo en el Credo, tal y como la Iglesia lo enseña. Sobre particulares no definidos, me atengo a criterios sólidos, sin aferrarme a teorías ni a teóricos. Si no has catado el pitorreo del articulillo, además de bestia palurda tienes dos esportones de desaborío y malage. Y hasta me temo que seas mormón o testigo jová o algo peor, so babieca. Católico me da la impresión de que no: A no ser que hayas degenerado (por involución) en calabaza de melonar o pezuña de cerdo bastardo, desgraciado.

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