Cierta impresión benevolente dependiente de la caridad (que no es simpatía ni la exije) late tanto en nuestras conciencias que nos empuja, a veces, por encima de la prudencia y sus discreciones. Equilibrar prudencia y caridad es un dificil ejercicio en el que depende qué prime para que se desnivele todo en un momento. Y los desequilibrios son casi constantes en cuanto se implican estas dos virtudes, tan delicadamente articulables.
Yo he pecado contra la prudente caridad por arrimar el hombro en un particular que no debiera. Quizá por cierto prurito "ministerial", por el afán de hacer presente voz y opinión. Y sigo, confieso también, en esa intención de subirme al púlpito en cuanto me den un altavoz. Estoy firmemente persuadido de la necesidad de la voz católica en medio del guirigay desconcertado de los des-católicos, que son legión como los demonios de Gerasa.
Todo esto ocurre - me ocurre - desde un distante dilettantismo; quiero decir que no se trata de "profesión", que no es asunto de comer del asunto. Que ese es el problema que aparece en casi todos sitios cuando un proyecto de intención se convierte en una intención con proyecto. Y los proyectos se vuelven ya personales (o lo fueron desde un principio???) y, arribados a este punto, rara vez dejan de serlo sin intereses e interesados.
Tiene toda la gracia descubrir en un momento lo que ya se sabía pero se obviaba: Que al fin se trata del comedero de fulano, que el hombre tiene que ganarse el pan y las papas porque es justo y necesario. Pero para que él pueda ganarse su sustento ya no todo es justo ni necesario, ya no caben todos y hay que soltar lastre para que el globo suba.
Pues que suba. Que suba el aeróstato y se enrisque en las nubes del arrebol. Que ya caerá, ya caerá; y mayor será el bajón con su porrazo, que nos divertirá (¡oh frívola vanidad!). Total, el negocio no es tan pingüe ni tan asegurado. Fablas de dueña y trato de compadres que hoy se avienen y mañana se apuñalan, gitanerías que si no la dan a la entrada la pegan a la salida. Y así, porque el mundo y sus cosas son así.
Aunque me tengo que decir lo que me dije en el comentario a un comentarista:
"Tú lo quisiste,Quiero decir que yo conocía al mulo, que era bestia resabiada y mohína, que coceaba malamente, también. Conque la patada recibida no ha sido "sorpresiva", ha sido "natural", correspondiente a su estilo. Y más o menos esperada, casi cantada. Era cuestión de tiempo.
fraile mostén,
tú lo quisiste,
tú te lo ten"
Total que, como aquellos optimates senatoriales en desafecto de la plebe, nos recogemos la toga y nos replegamos al Aventino, nuestro monte reservado. Y allá queden ellos, con sus cosas. A ver cuánto duran. A ver.
Porque un buque con mando tan mal concertado o naufraga, o lo hunde una bombarda, o nunca llega a puerto conveniente. Hasta pudiera ser que lo aborden los piratas.
&.
14 comentarios:
"Tú lo quisiste,
fraile mostén,
tú lo quisiste,
tú te lo ten"
¿Tú te lo ten, fraile mostén?
Quizá, pero aun mejor declamar:
"No se hizo la miel /
para la boca del asno".
Como siento que le pasen estas cosas tan mortales a usted. Por otro lado es una "malvada alegría" leerlas. A usted le pasa lo que a mi señor marido: dan coces tan sutiles que aquí los menos agudos las intuimos un poco por costumbre de leerlos.
En fin por una lado sentimiento de pesar, no es agradable saber de nada malo de alguien a quien leemos casi a diario, por otro, como decía alegría ya que esto les obliga a afilar la pluma.
Por favor señores. Se lo ruego. Caballerosidad ante todo. Siempre. Por encima de todo. No saben Uds. lo que me apena todo esto entre católicos.
Sr. Terzio: Ud. es un sacerdote de la Iglesia Católica. Apelo a ello, a su noble ministerio. Se lo pido de corazón.
Sus artículos, entradas son normalmente excelentes. Brillan solos. No hace falta accesorios que los enturbien.
Dar una explicación detallada no es excluyente de evitar "guerras" que no conducen a nada.
Normalmente cuando pasa el tiempo y todo se mira "in hindsight", nos solemos replantear -todos- ciertas frases que se dicen en el momento.
Yo siempre le desearé lo mejor a cualquier católico que se tome el tiempo y deber de evangelizar esté donde esté.
Felicitación por la prosa.
Quizás lo de menos es la historia concreta de fondo, y claro, Internet es como el campo, no hay por donde ponerle puertas, y cada cual busca los prados allí donde cree que mejor puede pacer.
Esperemos continuar gozando de la prosa aunque no sea en Infocatólica, y aunque a veces me permita discrepar un poco por lo que mi particular opinión considera como embestidas a lo Miura, aunque en el parlamento de aquí Cataluña se haya presentado una iniciativa legislativa popular para prohibir las corridas de toros (al igual que en las islas Canarias). Pero quizás aquí no es el sitio adecuado para hablar de esto.
Hasta la próxima.
Evelyn Beatrice Hall: I disapprove of what you say, but I will defend to the death your right to say it.
Ch. 7 : Helvetius : The Contradiction, p. 199; because of quote marks around the original publication of these words, they are often attributed to Voltaire, though Hall was not actually quoting him but summarizing his attitude with the expression. The statement was widely popularized when misattributed to Voltaire as a "Quotable Quote" in Reader's Digest (June 1934), but in response to the misattribution, Hall had been quoted in Saturday Review (11 May 1935), p. 13, as stating: I did not mean to imply that Voltaire used these words verbatim and should be surprised if they are found in any of his works. They are rather a paraphrase of Voltaire's words in the Essay on Tolerance — "Think for yourselves and let others enjoy the privilege to do so too."
No me gusta Voltaire, esa vieja procaz desdentada. Merecía haber durado hasta la guillotina, donde hubiera terminado (o quizá no se mereció ese final relativamente "glorioso"). Conque ni Voltaire ni la cita pseudo-volteriana. Otra vez pon un Gracián o un Quevedo o un Pascal (también admito La Rochefoucauld)
La prosa es nada, flatus vocis. Y las ideas tienen de bueno lo que tienen de pías y católicas. Es mi drama: En el siglo XXI, velis nolis, los católicos que vamos quedando estamos todos tocados por el siglo que nos ha tocado; como un católico del XVIII tenía tanto que ver con Voltaire, mal que les pesara a uno y a otro. Pues lo mismo.
Y sí: Me gusta arremeter. Y mantengo que hay que arremeter al que se ponga por delante y con muy determinada determinación. La militancia cristiana no es quedarse bailando el yo-yo mientras derrumban el Templo, sino liarse a mandobles con el turco (si hay turcos) o con el que sea el agente del malo.
Pro fidei causa, of course, muy señores míos.
'
Nada de aventinos, don Terzio. Ni de distante desinterés. Usted tiene que seguir con esa misión de propaganda fide. Le importa mucho más que si en ello le fuera el comer. Y si le quitan un púlpito se estará buscando dos. Digo púlpitos desde donde se haga oír por muchos. No porque lo necesite usted sino porque lo necesitan los muchos. La contradicción demuestra que lo estaba haciendo bien.
La empresa de los cántaros se declara aquí:
http://www.emblems.arts.gla.ac.uk/french/emblem.php?id=FMOb015
Si como al sol el barro se endurece
se hace a la voz de Dios duro el malvado,
el justo que de su inquina padece
hará bien si le afea su pecado.
Don Terzio, Voltaire murió reconciliado con la iglesia,parece que sí que tuvo un final glorioso.
http://arvo.net/fe-y-ciencias/la-conversion-de-voltaire/gmx-niv90-con10085.htm&print=S
Juvenal
¡Somos tan diferentes! Pero es tan necesaria una voz como la suya...
Me he leído de pe a pa la movida en Infocatolica. No sabía que tenía un blog por allí. Jaja, es usted demasiado guerrero para estos tiempos democráticos.
Si me lo permite, considero imprescindible que sus escritos se difundan con el mayor eco posible, porque incluso para quienes podamos discrepar de usted en algunas cuestiones, su criterio, la forma en que usted escribe y sus muchos conocimientos nos son muy necesarios.
Comprendera usted que entre tanto botarate que ni sabe de lo que habla, leerle a usted es un descanso, así que me he permitido dar a conocer su blog entre algunas personas de bien que tengo la seguridad de que cumplirán con los modos imprescindibles para visitarle, es decir, no escribir idioteces.
Los borricos siempre dan coces, don Terzio, siempre. Está en su naturaleza. La prueba de que no esté es que estaba bien. Laus Deo! y a seguir con el mazo, que por aquí le leeremos (aunque nos censure a veces, muchas veces, casi siempre).
Incomprensible. No he leído nunca nada anticatólico, ni siquiera estridente en este blog. Y si percibo los raudales de caridad cristiana que se gastan en medio de tanta abominación.
Me pregunto si incurro en juicio temerario suponiendo que se debe a insificiente obsequiosidad con los "hermanos mayores en la fe"?
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