sábado, 29 de noviembre de 2008

Conversos

Ha salido estos dias en la prensa y el internete lo de la conversión de Gramsci. A buenas horas mangas verdes. Como tantas veces. Y eso teniendo en consideración que fuera conversión-conversión, que todo depende de la anécdota más bien endeblita que cuenta un monseñor de curia que tiene los 80 abriles cumplidos. Y que no sé por qué no sacó a relucir la cosa cuando Gramsci y su memoria estaban más frescos. ¡Cosas más raras! (comparen por cierto, la noticia aquí aquí y aquí )

Gramsci, en la foto del pelo a lo poeta y las gafitas de empollón 1º de su clase, resulta hasta cierto punto enternecedor. Un chico inteligente, inquieto, con ganas de dar el zarpazo y comerse el mundo. Pero salió revolucionario ideista, que son tan peligrosos como se pueda imaginar y más. Los italianos tienen además esa versatilidad tan agil, que se cuelan por todos sitios y terminan por todos lados en todo el mundo. Como la pasta, la pizza y la mafia, fenómenos italianos y universales. Y de ahí lo temible del siniestrísimo Gramsci (sin comentar las siniestralidades de sus discipulos y aficionados).
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Volviendo al fenómeno de la conversión, soy bastante incrédulo. Conversiones-conversiones me creo las que narran los Stºs. Evangelios, la de Saulo en Pablo, la de San Agustín, y todas las de por el estilo. Quiero decir que me creo las conversiones con vida post-conversione; si con martirio o vida monacal, mejor, porque el testimonio corroborante es de primerísima calidad.

Pero si me dicen que se ha convertido una principessa que era una re-putadísima, o que se ha convertido un actor que hacía porno, yo me desnuco de risa incrédula y pido tiempo al tiempo. De todas formas, aunque se convirtieran semejantes piezas, de ahí a que fueran ejemplares y modélicos va un trecho. Que rarísima vez se cumple.

¿Qué hay que hacer, pues? Orare pro convertione peccatorum, por supuesto. Y el que quiera salir en el catálogo de "conversos oficiales", que haga méritos y se prepare a rigores y/o martirios. Y si no llega a tanto, que se meta en la fila de los comunes discretos creyentes, y cargue con su cruz diaria y se calle y siga p'alante hasta el final, Amen. Y allí Dios dirá.

En la foto, PierPaolo Pasolini posando ante la tumba de Gramsci.

A mí un Gramsci converso in artículo mortis me alegra tan relativamente poco como un masón converso, o un Azaña converso, o la Pasionaria conversa cuando estaba dando las boqueadas del último estertor. En paz descansen, Amen. Y que les quiten lo bailao y que les borren las fechorías y les enmienden los entuertos a vida pasada. Pues eso.

Dice el Señor en el Evangelio que hay más alegría en el Cielo por 1 justo convertido que por 99 justos que no necesitan conversión (Lc 15, 7). En el Cielo. Porque en el Cielo conocen esas cosas y no están sujetos a engaño, o fácil credulidad, o indiscreto entusiasmo. Allí saben y a los de allí no se les puede engañar. Pero aquí...Aquí sabe Dios, y los demás sabemos lo que dice (por ejemplo) un monsignore ottantenne (con todos mis respetos, scuso dire, la prego!).

Una vez que comentaba esto, más o menos, un pio me argumentó que la Parábola de los Trabajadores de la Viña (Mt 20, 1-16).etc. etc. etc. Yo le dije al pio argumentador que en la Parábola todos trabajaron en la viña , aunque fuera la última hora de la labor del dia. Pero ninguno cobró por no haber hecho nada o por haber maquinado en contra de la viña, su dueño o sus cuidadores y operarios. No sé si me explico.

Y otra vez otro me dijo considerara lo del Buen Ladrón (Lc 23, 39-43) en su última hora. Yo le dije que esa excepción cabe siempre para todos, pero que se tenga en cuenta que hay que estar clavado en cruz, corrigiendo a los que ofenden a Cristo, y tomándose en serio a Cristo y su Reino pidiéndoselo expresamente. Todo esto considerado, tampoco sería "modelico" por el riesgo (y demás cosas) que implicaría dejar el arrepentimiento y la conversión para lo último, sin saber cómo llegará ni cómo será nuestra postrera hora.

A mis abuelas y mis tias les escuché decir algunas veces, cuando hablaban de algunos formidables calaveras que hubo en la familia o entre los amigos y conocidos, una frase piadosa, pero realista en su caridad. Decían "Dios le tenga en el descanso de la escalera". Queriendo decir que algunos perdonados in extremis tendrán la Gloria, pero estarán en esos discretos sitios de la Gloria.

¿O es que alguno se figura que Gramsci le va a quitar el asiento a San Pedro?

¡Vamos!

p.s. Apostaría que sale algún impío y dice "¿Y por qué no?". Pues que no salga, que para las cucarachas tengo el zapatazo listo. Ya esta dicho.

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18 comentarios:

Joaquín dijo...

Por ejemplo... el magnate Juan March (1880-1962). Con fama de poco creyente, agonizando en la clínica de la Concepción (por sufrir un accidente de carretera), pidió los sacramentos. Según dicen, después de confesar y comulgar, afirmó: "ahora acabo de hacer el mejor negocio de mi vida".

Pere Ferrer, "Juan March. El hombre más misterioso del mundo". Barcelona, Ediciones B, 2008.

También es conocida la conversión de Azaña, confesado por el obispo de Montabaun.

Tumbaíto dijo...

Sabe, Don Jose, a la última Misa que fui de adolescente se leyó aquel fragmento de El Evangelio que habla de los jornaleros de la vendimia. No era la primera vez que escuchaba su lectura y siempre lo encontraba... Digamos que "chirriante". Pero aquella vez lo encontré insoportable.

Terzio dijo...

Ad J : La conversión in extremis suele ser más frecuente entre los personajes acostumbrados a considerar las eventualidades y aprovechar las oportunidades. Un "hombre de mundo" como un empresario o un político saben ser versátiles y ágiles si consideran el bien posible que pueden perder o ganar.

La Iglesia, sin embargo, a veces pedía "garantías" como la publicidad: Que se diera a conocer la reconciliación/conversión para ejemplar reparación de los escándalos que esas personas hubieran podido causar con su comportamiento o sus ideas.

Es más dificil que lleguen a reconciliarse o reconocer conversión los "dogmáticos" filosóficos o científicos (los literarios tampoco son fáciles). Fatuidad y obcecación también tienen que ver en muchos casos recalcitrantes. Aunque quizá los más abundantes sean ahora los "indiferentes".

La conversión, sin embargo, es siempre una gracia que está en manos de Dios, dependiente de su Providencia. A veces, un simple acto casi insignignificante desencadena una acción de la gracia (quizá "bloqueada" por algo que en ese momento se remueve; o que ilumina como un flash la inteligencia (me estoy acordando de la manzana de Newton etc.)). En este sentido, cada alma/persona es un cierto misterio. Una conversión no es nunca una casualidad, ni ninguna conversión es imposible a priori porque se articula con la voluntad salvífica universal de Dios. Diría, incluso, que cada cual tiene su instante de plena o parcial conversión definitiva e irreversible (por lo menos la oportunidad, ya que siempre dependerá de la libre voluntad personal aceptar o renunciar).

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Terzio dijo...

Ad T : ¿Cómo la última Misa de adolescente? ¿Es que ha habido un hiato de impiedad entre entonces y ahora?

Ogh!

Espero repares ese escándalo dando testimonio devoto de piedad, como corresponde.

p.s. Y re-capitula la parábola, please.

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Tumbaíto dijo...

Sabe perfectamente, Don Jose, que lo hubo. De los dicisiete a los veintisiete.

Agus Alonso-G. dijo...

Genial, as usual.

Embajador dijo...

Lo siento D. Terzio, no puedo evitarlo. Arree usted el zapatazo: "Las prostitutas y los publicanos os precederán en el Reino de los Cielos".

Embajador dijo...

Por cierto, me ha gustado mucho la entrada.

Terzio dijo...

Pues te guste o no, no te libras del cañazo: Lee bien Mt 21, y encuadra los versículos 31-32, que son los que citas. El Señor responde a "sumos sacerdotes y ancianos del pueblo", y contra ellos va la diatriba y a ellos les dirige esos versículos.

Aplicárselos a los cristianos corrientes no es apropiado, según el sentido literal del texto (que es el primero en toda consideración exegética); después vendrán alegorías y sentidos morales y acomodados: Pero el texto dice lo que dice y se dice a quienes se les dice, y no a otros.

Conque conclúyase adecuada y proporcionalmente.

p.s. Y recuérdese siempre que el masoquismo es pecado (los grados, según la crueldad del tormento).

Bacci & abbracci

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Embajador dijo...

Pero D. Terzio, yo es que no me refería a los cristianos corrientes. Traía el versículo a colación con toda la mala leche y precisamente por lo que usted dice de: "El Señor responde a "sumos sacerdotes y ancianos del pueblo", y contra ellos va la diatriba y a ellos les dirige esos versículos." enlazando con el final de su entrada: "¿O es que alguno se figura que Gramsci le va a quitar el asiento a San Pedro?¡Vamos!".

Terzio dijo...

Ya, ya.


p.s. Una preguntilla: ¿Además de los cristianos corrientes...hay alguna otra categoría de cristianos?

p.p.s. Tengo la caña lista.

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Embajador dijo...

¡oiga, oiga! que ha sido usted el que ha hecho la distinción.

Embajador

PD. Verá usted en mi perfil que ya me he puesto el casco, para lo que tenga que caer. De masoquismo nada. De modo que dele sin miedo.

Terzio dijo...

Ah, pecador!

Si tocas casco, en vez de caña tendré que buscarme una maza erizada, o por el estilo, para causar efecto en el morrión.

Bien. Dejemóslo así, y arreemos mejor a los impíos, a ver si alguno cae "convertido", si no por fuerza de la Gracia por efecto de la contusión (aunque al final - ya se sabe - todo es gracia: El porrazo también, of course).

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Embajador dijo...

JAJAJAJAJA!

Muy bien, dejemoslo ahí.

Jesús T.A. dijo...

Bueno, don Terzio. Me ha encantado su entrada porque da un toque de sensatez a tan cerrada algaraza (me incluyo) por la conversión del impío.

De momento, esta noticia es paradójica si tenemos en cuenta que podría ser una de los más efectivos estrategas del "non serviam"... aunque no imposible para Dios.

Efectivamente, la conciencia del contrito Gramsci, en modo alguno pudo haberla visto nadie, ni siquiera el monseñor; por tanto, nadie podría adverar su conversión hasta el paseo por el Valle de Josafat.

No obstante, y a riesgo de zapatillazo ¿no cree que es preferible pecar de crédulo que de maniqueo?

Quiero decir, que yo mismo confieso haber enfocado la vida política en mi juventud como una dualidad heterodoxa en la que los malos (no hace falta concretar mucho) eran malos sin remisión y los buenos (tampoco precisaré mucho más) nos teníamos por mucho mejores de lo que realmente correspondía a la realidad.

Y, en fin, después he conocido gente muy equivocada de la que me tengo por amigo, que están en tiempo de merecer (por eso les meto "caña").

Y me he dado cuenta también (¡vaya descubrimiento!) que el mundo no de divide en malos-malos y buenos-buenísimos sino en gente que cuando nos caemos nos lavamos y en guarros que gustan de refocilarse en el lodo; en gente que lucha, gente que dormita (y gente que incordia).

En fin, don Terzio, que como hay distintas texturas de barro y grados de pulcritud con sus correspectivas penas y grados de Gloria, me cabe la duda de dónde acaba el vespertino, dónde el mañanero... aunque tengo muy claro a dónde va el fulero.

Tampoco se pase mucho que acabo de aterrizar.

Un saludo

Terzio dijo...

A ver: Tocante a la gracia y la salvación los católicos mantenemos el verdadero optimismo evangélico. Si Cristo está con nosotros, ¿quién contra nosotros? En el Adoro Te Devote, el verso que dice "...munda tuo sanguine / cuius una stilla salvun facere / totum mundo quit ab omni scelere" lo dice todo: Una chispita de su sangre puede quitar todos los crímenes del mundo, y no fue sólo una gotita la Sangre que derramó ¿me sigues? Bien. Por eso tiemblan y se abaten los infiernos a su sólo Nombre Omnipotente. Y bien puede hacer que un alma perversa se rinda al fin, y cien mil, y un trillón. No problem.

Peeeeeeeeero: Que eso pase y nos alegre, no quita que juzguemos tan severamente como se merecen las culpas de los criminales, que la conversíón no les disculpa ni una. Por el contrario, una de las señales de conversión verdadera es desandar el camino y corregir y reparar yerros y maldades. El San Pablo que es testigo y aprueba el martirio de S.Esteban y va a Damasco a arrestar cristianos, se convierte y da prueba de su conversión con una vida nueva y santa, hasta el fin martirial. En ese sentido, el caso del converso de última hora y "por los pelos" (como decía) sólo lo conocen bien en el Cielo, porque aquí en la tierra poca constancia queda (en el caso que comentamos, las palabras, muy pocas, de un monseñor octogenario que hasta ahora no había dicho ni pio).

Luego está el otro aspecto: El revuelo que se arma entre los "correligionarios" del converso, que rabian y se ponen como diablejos porque no se creen (no quieren creer) el caso. Nosotros, por nuestra parte, sabemos que esas cosas pasan, y más frecuentemente de lo que se supone, porque poderosa es la Gracia e infinitos e insondables sus caminos. Pero de ahí a cantar victorias y aplaudir méritos que nunca hubo va una gran distancia.

p.s. Si tú eres el de la foto, Jes.T.A., tienes cara junior, pero piensas y escribes senior: Me llama la atención! Y muy gustoso de que me comentes lo que te parezca, que yo te respoderé. No lo dudes.

Salutem!

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Jesús T.A. dijo...

Lo veo claro, gracias.

Respecto a la foto, verá: la foto es del viaje de novios, tiene 7 años pero no es vanidad porque desde el viaje de novios ya NADIE volvió a hacerme otra foto en solitario (salvando las de la renovar del carnet de identidad).

Y para colmo, somos de los carrozas de cámara de carrete, así que cuando saco de ciento a viento la cámara y hago una foto, vienen corriendo mis hijos gritando "¡¡a vela, a vela, papá!!".

Algún día vamos a tener que comprar una de esas endemoniadas cámaras digitales al menos para que no se rían mis amigos...

Terzio dijo...

Espero que algún pajecillo de los RR.MM de O. esté de guardia por aquí y apunte: Una cam. digi. familiar para J.T.A. Marchando!

Seguro que te aficionas más que al carrete, porque las verás mejor en pantalla y les harás retoques y mil virguerías.

Salutem!

p.s. Y consérvate así de bien.

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