domingo, 28 de septiembre de 2008

Confesiones impúdicas

No tengo conciencia de haber escuchado nunca voluntaria y deliberadamente ni una copleta de los Beatles. Incluso me disgusta nombrarlos. No diré de los que siguieron después de esa mala cuadrilla su abomibable senda, molestia que me ahorro.

Peeero...no hay alcázar sin brecha, ni perro sin mancha, ni cabeza sin chichón, grano, cana o calva. La integerrimidad es praeternatural entre los seres creados, lo mismo que la perfecta perfección no pertenece a nuestra naturaleza. Por lo que - mea culpa! - confieso que me gustan estas dos canciones:






Yes. Solutamente. Por mis pecados será, sin duda. Mas me fascina la pinta de capullo del que canta; y, todavía un grado más, me chifla el pataje con botas de Mama Cass bailando, ese movimiento, ese suave y módico-rítmico compás, balanceando su descomunal torso-busto de Venus esteatopígica versión '60-70, imposible batir de piernecitas y tacones, con su batón de muñecona. Me embelesa.

Cuando iba al cine, a la sesión infantil (tardes dominicales de Tarzán-Weismüller, espaguetti-westerns de Almería, y pelis de romanos contra todos) ponían antes y en el descanso un disco rayado de The Mamas & The Papas , con Monday Monday y Californiam Dreamin. Y por eso será, digo yo, que me saben a palomitas y pipas y kikos, y chicle bazooka, y conguitos, y orozuz del duro, y piruletas fiesta, y pictolines. A juanolas también. Y me gusta oirlas (de vez en cuando).

En el summum de mi parcial y ya crónica afectación de la bacteria pop, soy fan de Mama Cass. Si ya me rindió con sus imposibles movimientos coreográficos sin sacar los pies de la misma losa bajo sus opulentas formas superiores, me hechizó definitivamente haciendo de Bruja Hazel en La Fláuta Mágica-The Pied Piper, con su nariz real enriquecida con un par de verrugas, y dos o tres ratas en el pelo. Y a pesar de todo, encantadora.



Bueno, ya está. Son solaces que me per-mitto, que todo no van a ser virtudes. Y de algo nos tiene que perdonar el Señor, que para eso vino. Amén.

&.

5 comentarios:

Tumbaíto dijo...

Rezaré por usted...

Terzio dijo...

Oh!

Suponía que ya lo hacías...

De todas formas, gracias, gracias: Estoy muy necesitado siempre de auxilios espirituales.

p.s. Por favor: No te limites a esta intención, sino que sea una intercesión más bien extensiva que intensiva sobre el particular. Gracias (más).

'

Ignacio dijo...

Las venus esteatopigéticas ejercen tambien sobre mi una extraña fascinación: pero no debes confesar, porque no has pecado. Somos hombres de nuestro tiempo; y conforme a tu análisis del antiamericanismo a poco que indagues somos también producto de California dreamin' ¿es acaso eso malo?
Desde el exterior de toda piedad, puedo decirte que no has pecado; y sobre nuestra génesis y desarrollo como producto de nuestro tiempo igual te gusta leerme (yo he venido aqui a hblar de mi blog)

Tumbaíto dijo...

Suponía usted bien, Don Jose.

¡No se merecen!

Interruptor dijo...

¡JO! ¡Qué valiente eres! Te atreves a decir públicamente que no te gustan los Beatles. Yo he sido insultado, humillado, pisoteado, escupido, abofeteado y casi excomulgado por eso mismo. Y lo peor es que tales cosas se repiten cada vez que lo repito, y debo ser masoquista porque lo sigo repitiendo.

Lo de estas canciones, si es por aquello de la asociación con alegres recuerdos de la infancia, no es pecado, es memoria afectiva, que mientras no hagas como nuestros neoprogres y no nos la intentes meter hasta por la nariz como si fuese la realidad, se te permite e incluso se te alienta y alimenta.

Disfrute usted de sus recuerdos, que eso es sano, y siga usted escuchando de vez en cuando estas canciones.