miércoles, 6 de agosto de 2008

Esclavitud olímpica

Debería haber puesto "comunista", porque la aberración procede de la abyección del sistema y sus derivados y sus consecuencias.

Ayer, martes, muy tarde, pusieron en la 2 un reportaje escandaloso sobre los tormentos - sic - a que son sometidos los chiquillos chinos que preparan para competir en certámenes deportivos. La imágenes eran cruelmente indignantes. No sé cómo las pudieron filmar. Viéndolas, uno se preguntaba cuáles serían las verdaderas torturas si esas eran las que enseñaban.

Niños de cinco y seis años sometidos a una disciplina de esclavos, llorando colgados de unas barras, con los tendones de las muñecas a punto de rompérseles; llorando cabeza abajo, no sé cuántos minutos soportando el peso clavado del cuerpo sobre sus brazos y manos; llorando repitiendo una y otra vez volatines sobre un potro; llorando cuando los dejaban sólos en una sala, sin sus padres, que no venían a recogerlos; llorando en una salón sin poder dormir entre cien chiquillos más; llorando en sus casas cuando sus padres les ponían desinfectantes y tinturas en las ampollas de las manos (manos que parecían de juguete, pero atormentadas como las de un gladiador romano).

Abyecto.

Y yo me preguntaba por qué ponían ese reportaje a esas horas y en vísperas de inaugurarse las Olimpiadas en ese horrendo país, el monstruo superviviente del comunismo criminal que nació criminal, prosperó criminal y se ha perpetuado y será criminal hasta que expire el último representante de una ideología reproductora de esclavos y asesinos.

Vamos a estar dos semanas "celebrando" lo que nuca se debería haber consentido. Bajo la mirada corrupta y cínica del infame Mao, criminal engendro de criminales.

Qué asco y qué escándalo de esa China apestosamente comunista aunque la vistan de seda con aros de olimpiada.

Pereat!

&.

4 comentarios:

Mendrugo dijo...

Querido Terzio: Espero no ser impertinente pero con la intención más amistosa te recomiendo un poco de contemptus televisionis (etiam periodicorum). Por lo menos a mí todo ese bullicio, en el mejor de los casos, me aturde y me quita la paz.

Tumbaíto dijo...

Al mal le es muy fácil cambiar (tiene poco que perder).

Mendrugo dijo...

Tumbaíto me acaba de recordar a don Marcelino: "es carácter de la herejía mudar de dogmas a cada paso".

Terzio dijo...

Pues tú me has recordado - amable Mendrugo - a los monos esos que se tapan los ojos-la boca-las orejas. No sé si me explico.

Veo muy poca tele, pero ese programa de los niños chinos lo ví expresamente, cuando supe que lo emitían. Un horror voluntariamente asumido, como una disciplina de conciencia, si me explico.

Hay momentos/circunstancias en que la paz no es el objetivo "inmediato", opino.

Sobre lo de la herejía...depende: Que yo sepa, herejias hay sólo unas pocas que se repiten desde Simón Mago, Sabelio, los Gnósticos, Arrio & cía. a Küng, Boff, Pagola & cía. con muy pocas variantes y a penas mudando el pellejo.

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