Cada año, vuelven unas tardes que suenan a "O mio babbino caro", y entonces ya es Primavera irreversible. También podría decir que ese momento tiene luz y color de esa aria del Puccini: Y hasta que "huele" y que "sabe" a lo mismo.
Como soy ansioso perfeccionista, el aria a mi gusto sería una composición con lo mejor de cada una de estas:
Angela Gheorghiu
María Callas, París 1965:
Elena Obraztsova:
Monserrat Caballé-1
Montserrat Caballé-2
Kiri te Kanawa:
Leontyne Price:
Sobre estas donnas cantatrices, diré que me gusta más la Caballé 2 (trémolo y pianíssimi como ninguna) que la primera, tan joven y potente; y que de la Callas me he resistido para no poner otra patética interpretación del aria, con María declinante (y emocionante). La negraza Leontyne Price, con eco de blues; y la matrushka Obraztsova, tan honda. La Te Kanawa, que me chifla. Y Ángela Gheorghiu, la primera, que es al día lo que en el suyo fueron las otras, digna de admirar.
Pues era eso, porque ayer y esta tarde, ya es primavera "O mío babbino caro", sin duda. En Sevilla, por lo menos. Lo que pasa es que por aquí la gente piensa en Feria, pero el aire, a pesar de las sevillanas, es pucciniano.
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1 comentario:
Me imagino por tu blog que eres cura. Quizás quieras pasear por mi blog de nueva creación. Hay algo de religiosidad. He llegado a tu página por un comentario tuyo sobre Juan Belmonte. He oido a la Caballe 2 y a la primavera y se me ha saltado una lágrima.
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