viernes, 26 de octubre de 2007

De Martíribus


Al término del segundo milenio, la Iglesia ha vuelto a ser de nuevo una Iglesia de Mártires.

Esta cita de Juan Pablo II aparece en el mensaje que la Conferencia Episcopal Española ha dirigido a todos los fieles de España con motivo de la próxima beatificación de 498 Mártires, víctimas de la violencia anticristiana desatada en nuestra patria durante los años de la Segunda República y la Guerra Civil.

Las duras circunstancias que vivió la Iglesia Española en aquel trágico período de nuestra historia, se sellaron con miles de martirios que revivieron la crueldad de las antiguas persecuciones, a la vez que reactivaron la extraordinaria vocación martirial que es, desde sus orígenes, uno de los sellos que marcan la identidad de la Iglesia de Cristo.

No hay, no ha habido, Iglesia sin mártires. En nuestra España reciente, un siglo de persecución y conflictos religiosos (desde la “Desamortización de Mendizábal” en 1835-36, hasta el final de la Guerra Civil en 1939) hicieron que la posibilidad del martirio se hiciera una realidad, vivida con la entrega en sacrificio de cuantos fueron expuestos al extremo de testimoniar con la vida su Fe.

Aunque el testimonio cristiano esté por encima de cualquiera consideración ideológica, el hecho del martirio evidencia la profunda confrontación-contradicción que la Iglesia de Cristo vive en medio del mundo, cuyos poderes se oponen, tantas veces, al Reino de Dios con una violencia deliberada. El odio a la fe y la persecución de los creyentes son un capítulo constante de la historia de la Iglesia, nunca cerrado, siempre re-protagonizado por nuevos cristianos.

La ocasión de la prueba fue también la oportunidad de la gracia. Con el recuerdo vivo de los que dieron su sangre por Cristo y su Iglesia, aparecen los ejemplos de virtud que les acompañaron: Hombres y mujeres de oración y Sacramentos, de Eucaristía y caridad, de humildad y abnegación, de trabajo y esperanza, de Iglesia y de familia, de compromiso y fidelidad, de valentía y sinceridad; constantes en la piedad y firmes en la adversidad; con la sencillez de sus vidas como medio, y una grandeza heroica en su final; todo un caudal de riqueza interior, espiritual, probada día a día y rubricada con sangre.

Así son los llamados, los elegidos por Dios para ser sal de la tierra y luz del mundo. De entre ellos, los Mártires con una particular vocación que manifiesta el Misterio de Cristo activo en la pasión de los miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia.

En medio de la polémica suscitada por la parcial recuperación de la “memoria histórica”, la Beatificación en Roma de estos 498 testigos de la Verdad supone una llamada a quienes nos toca vivir el testimonio de nuestra fe en una sociedad manipulada en su conciencia, que renuncia a los ideales cristianos y apostata de la ley del Evangelio de Cristo.

Como hubo un tiempo para los Mártires, ahora hay una oportunidad para renovarnos en gracia y en fuerza, alentados por el valor de quienes supieron seguir a Cristo hasta la cumbre de su Pascua de sacrificio y de gloria.

Si la sangre de los Mártires fue siempre semilla de nuevos cristiano, nos cabe la esperanza de que germine en la Iglesia de España la sementera de santidad que plantaron con sus vidas todos estos que se verán proclamados por la Iglesia Mártires de Cristo y partícipes gloriosos de su Reino.


* * *

Este es el artículo que un "confratello" ha redactado para el boletín sevillano de la Adoración Nocturna. A la altura de las circustancias, y diciendo entre líneas más de lo que explícitamente puede leerse.

Yo acotaría el texto con las siguientes notas:

1º No sabían que iban a ser Mártires. Hay épocas, momentos, en los que los fieles entrevieron el riesgo, pero en la España de 1931-39, la gente, nuestros cristianos, no sabían a qué se exponían. Los agresores sí sabían (las víctimas rara vez son conscientes de su destino). Sólo al final, en el último momento casi, supieron que sus vidas estaban llamadas al testimonio cruento.

2º Todavía hay una parte de la Iglesia (clero y fieles) que se resiste a reconocer los hechos; a veces por la errónea catalogación ideológica que identifica estructuras y circustancias del mundo con las categorías del Reino de Dios, que no son de este mundo; por otra parte, el mismo desenfoque desde otra posición política rentabiliza con un entusiasmo parcial un acontecimiento que es intra eclesial en sustancia y sólo extra eclesial en cuanto testimonio anejo a la misión y la evangelización.

3º Los herederos ideológicos de la persecución, ni han reconocido los hechos, ni se consideran histócamente implicados, ni han pedido perdón, ni garantizan a la Iglesia y a los cristianos que episodios similares nunca se repetiran (por lo que a ellos respecta).

Esta "garantía" cerraría, en cierta forma, ese período martirial. Si no llega, si no se expresa, si no se patentiza, toda legislación sobre memorias de la historia será una parcialización falseada, insuficiente y tergiversada.

Y no quiere eso decir que no esperemos más martirios, sino que queremos que se reconozcan los habidos. Los del porvenir llegarán también, con la certeza del signo inseparable que acompaña un Misterio que está en el mundo, pero que no es del Mundo. Y lo sabemos:

Adsumus!

+T.

13 comentarios:

Isaac García Expósito dijo...

¿Pertenece a la Adoración?

Terzio dijo...

Yes, of course!

Hijo, nieto, bisnieto y tataranieto de Adoradores, Tarsicios y Adoradoras.

(todos mejores que yo)

'

Anónimo dijo...

Terzio:
Todavía hay una parte de la Iglesia (clero y fieles) que se resiste a reconocer los hechos; a veces por la errónea catalogación ideológica que identifica estructuras y circustancias del mundo con las categorías del Reino de Dios, que no son de este mundo

Cierto, el asunto rezuma política por los cuatro costados.
Tanto unos como otros se han posicionado en demasiadas ocasiones...

Los herederos ideológicos de la persecución, ni han reconocido los hechos, ni se consideran histócamente implicados, ni han pedido perdón

El problema estriba en saber quiénes son los herederos, aquí en Catalunya fueron principalmente los grupos anarquistas y comunistas.
No obstante, no encuentro mal que las diferentes fuerzas de izquierda pidieran perdón por las salvajadas que tuvieron lugar.

ni garantizan a la Iglesia y a los cristianos que episodios similares nunca se repetiran (por lo que a ellos respecta)

Este comentario es muy exagerado.
Crees realmente que hay alguien interesado hoy en día en entrar en un convento y matar a todos sus integrantes?

Por otro lado invirtamos la tortilla, te parece juicioso que alguien le pida a la Iglesia que se comprometa a no volver a realizar las prácticas inquisitoriales del pasado?
La Inquisisción sigue viva.
No, es demasiado absurdo.

Que se pida perdón sería un acto de grandeza necesario, lo otro es un tanto absurdo...

:]

Isaac García Expósito dijo...

¡Sopla!.

Entonces nos tenemos que conocer.

Terzio dijo...

Existen significativas e importantes diferencias: La Inqusisición (que fué más una institución del estado y al servicio de los intereses del estado que de la Iglesia) deja de actuar prácticamente en el siglo XVIII, pero los crímenes de la represión marxista-comunista contra la Iglesia hace sólo setenta años que pasaron en España, son aun más recientes en los países que sufrieron el yugo de la dictadura del partido comunista hasta la cáida del muro en 1989, y están todavía activos en la China comunista, con casos diarios de encarcelación y tortura.

Esta ominosa y criminal vigencia de la actividad anticristiana de la ideología marxista mantiene activas también todas las suspicacias y sospechas. Del Zp presidente socialista promotor del laicismo-anticristiano al Carrillo asesino comunista de cristianos en Paracuellos hay muy poca distancia, muy poca; y los dos están activos. (El asesino Carrillo hasta cobrando sueldo por ex-diputado...pero sin una palabra de disculpa, sin reconocer siquiera su responsabilidad criminal; y como él, otros).

Por otra parte, lo del caso argentino no es el caso de España, ni un caso particular justificaría una, diríamos, universalización(?)demagógica (esa habilidad es muy frecuente en la táctica de información/desinformación caracteristica de los totalitarismos de todo signo).

En nuestro caso se trata de la huella que dejó en la Iglesia y entre los cristianos un régimen que se inauguró quemando iglesias y conventos en 1931 y que continuó con esa "actividad" hasta su derrota en 1939: Ocho años que dieron muchos Mártires; los 498 de la Beatificación del próximo Domingo son sólo una muestra.

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Anónimo dijo...

Con pedrón de Tezio respondo a Renton.

Dices:
Este comentario es muy exagerado.
Crees realmente que hay alguien interesado hoy en día en entrar en un convento y matar a todos sus integrantes?


La persecución actual se lelva a cabo con más sutileza. Pienso en muy amigos míos que se han jugado el trabajo solo por ser creyentes, personas a las que se les ponái en duda su labor por lo mismo y todo esto partía de personajillos que se dedican a confundir la libertad de cátedra con el adoctrinamiento.
He visto negar el pan y al sal a quienes eran religiosos o curas por el mero hecho de serlo.

No veo a nadie entrando en un convento con metralletas, los veo más bien difamando, ridicularizando, conculcando sus derechos ciudadanos más elementales.

En estos momentos la muerte civil es más efectiva que la muerte física y pienso que no exagero un pelo.

Tumbaíto dijo...

Y actualmente, Don Jose, sigue habiendo destrucción de templos religiosos. Aunque con mucha delicadeza.

Una pista: ¿qué había dónde hoy está el museo de arte contemporáneo de Barcelona antes de que se destruyese para hacer esa basura de edificio?

Anónimo dijo...

Terzio:
La Inqusisición (que fué más una institución del estado y al servicio de los intereses del estado que de la Iglesia) deja de actuar prácticamente en el siglo XVIII

El vínculo que te adjunté era de los años setenta... la iglesia colaboró en la represión franquista, etc.

Si empezamos cada uno de nosotros con la lista de agfravios, no avanzaremos porque la casuística es tan rica en ambos lados que nos estancaremos en el Y tú más que es lo que pasa hoy en día entre la clase política.

Recelos existen en ambas partes, pero algún día habrá que empezar a taparse la nariz y mirar hacia adelante.

Del Zp presidente socialista promotor del laicismo-anticristiano al Carrillo asesino comunista de cristianos en Paracuellos hay muy poca distancia, muy poca

La Iglesia Católica admite que en ningún pais del mundo recibe tanto dinero como del estado español... si tenemos esto en cuenta, lo que dices es absurdo.

No obstante, no te confundas conmigo, no soy pro-Zapatero no pro-Carrillo, por mí que se vayan a la mierda, pero claro, no empecemos con tonterías y a dar carta de verosimilitud a habladurías de bar...

Ocho años que dieron muchos Mártires; los 498 de la Beatificación del próximo Domingo son sólo una muestra

Ahí no entro, cada iglesia tiene sus mártires...

Isaac García Expósito dijo...

¡Vaya patinazo Renton!, confundes la parte con el todo.

Si viviese San Benito, ¿qué diría de ese abad felón?.

La Iglesia no recibe del Estado, sino de los católicos.

Y si recibiese algo, sería poco en comparación con lo que da.

Joaquín dijo...

Lo que más me impresiona del ejemplo de estos mártires es su capacidad de perdonar a sus asesinos poco antes de morir. Está atestiguado sin duda, no es en absoluto un relato piadoso. Estremece, por ejemplo, el testimonio de los supervivientes, que atestiguan con gran veracidad las últimas horas de estos grandes cristianos.

Terzio dijo...

La Iglesia, con tantos siglos a cuesta, ha sido protagonista de muchos episodios; unas veces como autora agente, otras como víctima paciente.

Su eventual y suspuesta "colaboración", será juzgada por depende quién como oportuna, justa, indebida o culpable.

Pasados los años del franquismo y su perspectiva, la España de Zp obvia los otros en los que la Iglesia fué favorable a los nuevos políticos y sus novedades, que tanto se auspiciaron desde casi todos los púlpitos.

¿No existiría hoy un Zp sin el Tarancón que hubo antes? Casi seguro que, por lo menos, las cosas habrían sido de otra forma si la Iglesia se hubiera comportado de otra manera.

Y también es aún más cierto que esta Iglesia del IIIºMilenio no sería nada sin los Mártires de los veinte siglos que le preceden.

Son para nosotros una gloria y un ejemplo; para sus verdugos y sus ideologías es patente que no.

Y lo comprendemos...pero esperamos que también nos comprendan.

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Anónimo dijo...

Terzio:
Su eventual y suspuesta "colaboración", será juzgada por depende quién como oportuna, justa, indebida o culpable

No es difícil el veredicto final de Aquél que dijo que Lo que no quieras para ti no se lo hagas a los demás...

por lo menos, las cosas habrían sido de otra forma si la Iglesia se hubiera comportado de otra manera

Esta frasse puede aplicarse a la totalidad del siglo XX...

Son para nosotros una gloria y un ejemplo; para sus verdugos y sus ideologías es patente que no.

Y lo comprendemos...pero esperamos que también nos comprendan


Yo os entiendo, el problema es que mucha gente no se ve como verdugos si no como justicieros que eliminan a opresores.

Tal vez sea aquello que dijiste de la percepción...

Todo esto es muy triste.

:[

Tumbaíto dijo...

Además, el dinero que "recibe" la iglesia es un compromiso que contrajo el Estado debido a la horrorosa desamortización.

El Estado sólo tiene que devolver el importe de lo que robó y, entonces, podría extinguirse la obligación.