viernes, 12 de enero de 2007

Retornando


Hace una temporada que me encuentro, passim, con recurrentes comentarios y hasta discusiones sobre la excelente novela de Evelyn Waugh Brideshead Revisited. Es, entiendo, la más seria de las obras de Waugh. En las demás se nota demasiado ese tedio, tan inglés, tan snob, tan del Waugh real que se esconde tras el Waugh que escribe.

Pero siempre hay más. Lo mejor de Waugh es ese otro Waugh que no es ni el escritor, ni el novelista proyectado en sus personajes de novela, sino el más sinceramente profundo, el que barrunta, pero no aflora, pero está.

Que un inglés así escriba eso sobre ese mundo y su gente, se entiende. Que escoja un drama en el que la religión aparezca como relativo elemento fundante, se entiende menos. Además, una sorprendente afección religiosa en el escenario de una insustancial y frívola sociedad, humus de la vieja Europa en el reservorio inglés, tan lejos de la Britannia victoriana, con el drama de la 1ª Guerra sin curar y con las bombas alemanas sobre Londres.

Sin querer en apariencia, pero profundamente queriendo; sin saberlo, pero con remota y sólida consciencia, la religión que problematiza las vanidades sociales, es la que salva al fin situaciones y personajes, transportándoles con dolor a un más allá de su inconsistente mundo.
Theresa Marchamain autovictimándose,Cordelia enfermera en España; Sebastian decayendo en Marruecos; lord Marchamain agonizando en su Brideshead; Charles y Julia en la perplejidad de su agónica relación; Bridey y sus convencionalismos burgueses...Todos en el sufriente paso de uno a otro nivel de existencia en la que solamente la referencia al misterio les salva, sublimando la vánitas en doloroso sentido de vida y de muerte.

La belleza de la casa, de cada miembro de la familia, de los cuadros que pinta Charles, todo se queda esterilmente frío si se alejan de "su" catolicismo, que es la clave de "su" trascendencia; desolados como la Capilla sin el Sacramento.

Precisamente ese regreso del Charles aturdido por la guerra, desengañado del mundo, no sólo es la evocación nostálgica de un pasado que fue, sino la confirmación de una atesorada felicidad compañera del dolor y el amor.

"Et in Arcadia ego"...porque hay Arcadia; re-visitándola, un día ya no nos iremos de ella.


For my revisitors friends.

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3 comentarios:

Franciscus Alonsus dijo...

Gracias. Qué cansancio de oir hablar mal de Brideshead. Dos veces la tengo leída, pero al final de mi vida (D.m.) serán unas cuantas más, pues la tengo en papel y en palm, dispuesta para ser revisitada en cualquier momento propicio.

La verdad es que el drama religioso, sí, ocupa parte de la novela; una parte importante. Pero es mucho más, me parece a mí, como tú también has insinuado: ese paso del tiempo, esas amistades que se difurcan, el amor, el matrimonio...

Ese libro es muy grande como para que un berreoso bloggero diga no-sé-qué-chorradas a las que no prestaré atención por su fanatismo (no religioso, por cierto).

Terzio dijo...

Bueno! Lo de Brideshead en la palm me ha dejado colpito.

Referirse al "drama religioso" de la novela, es excesivo, me parece. Sin embargo sí es fundamental ese "ambiente" católico en el que se proyectan los presonajes (un contraluz/una refracción?) definiendose.

¿Conoces la serie de televisión? Es una de las mejores producciones que conozco, muy fiel a la obra literaria y tan deliciosa de ver como la novela de leer.

+T.

Agus Alonso-G. dijo...

Yo tampoco creo que sea un drama religioso.