que acoge al pecador perdido y curas
el frío, el desamor y las oscuras
vanas heridas del débil doliente.
Corazón redentor que nos procuras
consuelo, paz, pureza, oriente,
firmeza, confianza y la ferviente
esperanza a las almas de seguras
vivir por siempre en Ti como morada
En tu pecho, Jesús, tengo mis ojos
tal esclavo en su amo la mirada
creyendo que ni espinas ni abrojos
me ocultarán la puerta que es entrada
a tu Reino sin barras ni cerrojos.
Ex voto
+T.
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