Cuànta luz brilla en los ojos
de la Virgen y palpita
luz tanta en su corazón
cuando al Hijo adora y mira.
Es tal su contemplación
que los Àngeles se fijan
y aprenden la adoración
que les enseña Maria
que amamanta a su Creador,
leche que Sangre Divina
será en nuestra redención.
¡¡Què grande el Misterio es
del Enmanuel y su amor!!
+T.
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