martes, 2 de febrero de 2016

El problema de los consagrados

La crisis irresoluta y crónica del post-concilio es la descomposición de las congregaciones religiosas católicas. Si la efectividad de Trento y la re-sanación post-tridentina no se entienden sin la acción-misión-santificación de las órdenes y congregaciones religiosas, ya nuevas, ya renovadas, la grave crisis del catolicismo post-vaticanosegundo tiene su etiología en el desconcierto de la vida consagrada y, muy en particular, de las grandes congregaciones y órdenes religiosas.

Cincuenta años después de la 'revolución' que minó las estructuras eclesiales, aun no hay nadie en la Iglesia con consciencia (o valor) suficiente para clamar un 'j'accuse' y pedir rectificaciones firmes, o, simplemente, arrepentimiento y penitencia, reconocimiento de errores y propósitos claros de enmienda.

PP Franciscus, que, por edad y procedencia, está empapado de las formas del vaticanosecundismo, ha hablado hoy a los religiosos católicos, frailes y monjas, con un lenguaje que repite todos los tópicos mil veces oídos durante estos cincuenta años de decadencia y degeneración:

"Nuestros fundadores estuvieron movidos por el Espíritu y no tuvieron miedo de ensuciarse las manos con la vida cotidiana, con los problemas de la gente, recorriendo con valor las periferias geográficas y existenciales”
(ver resumen aquí).

¿Qué quiere decir ese mensaje manidamente desafiante y revolucionarista? ¿Acaso no suena a empecinarse en las mismas tendencias, líneas, proyectos, 'opciones'  y 'desafíos' que han sido el cáncer de las órdenes y congregaciones religiosas poseídas por ese enfebrecedor y delirante 'espíritu del concilio', el 'espíritu' que ha arruinado la vida religiosa católica hasta debilitarla de forma quasi irrecuperable, en muchos casos?

Lo más inquietante es sospechar que 'periferia' es la traducción francisquista del inmanentismo que se vuelca al mundo alejándose del centro, del eje que es Cristo Dios.

En tiempos de crisis profundas, la historia de la Iglesia enseña que el Espíritu no divaga en periferias, sino que llama y convoca a lo esencial perdido. El Espíritu no dispersa, ni revoluciona, ni chapotea en el cieno: Saca del barro, levanta del polvo, limpia y purifica el corazón para que nuestros ojos puedan ver a Dios.


+T.

13 comentarios:

theodidactas dijo...

La gran contradicción de los movimientos católicos tradicionalistas o sedevacantistas es que no logran explicar cómo un Concilio surgido como expresión de la catolicidad de la Iglesia romana y ratificado por un Pontífice, pueda haber producido el estado lamentable que se dice existir en la Iglesia. Podría afirmarse que bajo estos supuestos "católicos" comentarios, ho deja de haber cierta complacencia protestante, que niega el magisterio romano y la indefectibilidad de la Iglesia. La Iglesia rectifica su camino, como también obra dialécticamente desde una lógica que no siempre es comprensible para nuestra razón humana. Del actual papa, no todo es ortodoxia católica, pero no todo es heterodoxia. Lo que pasa es que los tradicionalista, apegados a una Iglesia que no es, quieren auscultar y señalar siempre los equívocos y nunca miran los aciertos y las posiciones ortodoxas. Estos tradicionalista, que declaran herejes y cismáticos a las Iglesias ortodoxas y orientales, se colocan, con toda la soberbia, muy cerca de estas, cuando, por ejemplo ellas se apartaron de Roma por la controversia sobre el filioque que en el fondo fue una innovación romana. La historia ha demostrado, que todos los movimientos e iglesias que se declaran en oposición al magisterio romano, con el tiempo terminan diluyéndose en movimientos sectarios y desvaneciéndose en la historia. Ahí están los viejos católicos, y en esa misma dinámica se encuentran los sedevacantistas y muchos movimientos tradicionalistas. En el fondo, como lo dicen muchos documentos magisteriales previos a Vaticano II, y que son ignorados y acomodados interpretativamente por los tradicionalistas, y su teología herética, el magisterio romano establece la verdad. Hoy el magisterio romano, tiene importantes avances que los papas per-conciliares jamás habían logrado. Por ejemplo, la cercanía en el diálogo ecuménico con las iglesias apostólicas, católicas y ortodoxas, que en tiempos per-conciliares habían sido erróneamente llamadas heréticas y cismáticas. El magisterio vigente es, nos guste o no nos guste el del papa Francisco. Ese es el verdadero sentido católico. Lo demás es simplemente vanagloria de supuestos católicos arropados con figuras gramaticales cuyo más profundo significado refiere un espíritu protestante.

católico, apostólico y romano dijo...

Nadie saldrá a explicar la agonía en que se encuentra la vida religiosa en la Iglesia porque, en efecto, su causa es que los religiosos se han alejado de su carisma con la complacencia de toda la jerarquía y como consecuencia de la invitación que se les hizo de acercarse al Mundo.
La pérdida de la propia identidad de cada instituto religioso tiene fecha y tiene causa y no es agradable (políticamente hablando) pronunciarlas ni oírlas.
En cuanto a lo que dice el Sr. Cárdenas, estoy de acuerdo con él en que el papa que nos rige es Francisco, y lamento que nos censure que entendamos por Tradición lo que nos ha enseñado el magisterio de la Iglesia.

Terzio dijo...

Una puntualización a lo comentado por Felipe Cárdenas: El 'magisterio vigente' es el Magisterio emitido, desde San Pedro hasta el Papa actual. Y su interpretación debe ser aquella hermenéutica de la continuidad que sabiamente enseñó PP Benedicto XVI, puesto que el magisterio no puede contradecir al Magisterio.

IAC dijo...

Todas las reformas a la vida religiosa surgieron de los repetidos llamados a innovar y a experimentar que se hacían oficialmente en nombre del Concilio. Y el fruto de ello (como también de la nueva liturgia, que traía consigo la dilución de la fe, como se demuestra por la necesidad que hubo de destruir altares, comulgatorios, sagradas imágenes, y otras tantas aberraciones para poner en práctica el tan querido aggionarmento, por ejemplo), en principio fue reconocido precisamente por quienes tenían la autoridad para reconocerlo, como una auténtica expresión de lo querido por el Concilio. Negar, entonces, que la actual crisis que está destruyendo la vida religiosa nada tiene que ver con el Concilio, es lo que nadie ha logrado explicar hasta ahora y no al contrario.

Para no extenderme más, quisiera saber cómo el Sr. Cárdenas por un lado puede sostener que el “magisterio romano establezca la verdad” y por otro aseverar como erróneas las condenas por cisma y herejía hacia ciertas iglesias orientales que han emanado precisamente del “magisterio romano” y en razón de su oposición al “magisterio romano”. Pero me imagino que será por aquella confusión postconciliar que --para huir de las voces que con perenne claridad les siguen amonestando y llamando al orden--, obliga a algunos a no darle valor sino al magisterio del Concilio y de los Papas del Concilio. Ya Ratzinger denunció ese comportamiento, que al fin y al cabo fue el que terminó por hacer del Concilio Vaticano II un "superdogma" (sic), en cuyo nombre todo estaba permitido, excepto lo que siempre se venía haciendo.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: ¿Lo de Felipe Cárdenas va en serio o es una tomadura de pelo?

lorenzo dijo...

El razonamiento del Sr Cárdenas, es la defensa de Roma.Roma=verdad absoluta, en el espacio y el tiempo.Aunque el mismísimo diablo, estuviera en la silla, hay que obedecer, es el argumento esgrimido por los fans protestantes del Papa Francisco.No cuentan todo lo que construyeron los padres de la Iglesia, ladrillo con ladrillo, con sus concilios, contra las herejías, la edad media...sólo Roma..
Lo que suena a cachondeo es que diga que los respetuosos con la tradición se diluyen y fragmentan en múltiples sectas.No como los protestantes que entre evangélicos, testigos de jehová, pentecostales, mormones, circenses, suman unas 2000 y en EEUU, cada día surge algún nuevo grupúsculo, basado en libre examen.

Jorge Rodríguez dijo...

Como ya han señalado los comentaristas, el problema es que el magisterio del concilio V II y postconciliar contradice al magisterio preconciliar, por ejemplo en el tema del ecumenismo: ¿Que tiene que ver Nostra aetate con "extra ecclesiam nulla salus"?. Así que hay que elegir...

Anónimo dijo...

No dudo de la buena voluntad y del amor a la Iglesia de Don Felipe Cárdenas. Pero sus razonamientos hacen agua por donde se los mire. Dice, por ejemplo, "del actual papa, no todo es ortodoxia católica, pero no todo es heterodoxia". Vaya con un Papa que según el día es ortodoxo o heterodoxo. ¿Y cómo saber cuando es una cosa o la otra? A él le compete, como Papa, confirmarnos en la Fe.
No somos protestantes ni sedevacantistas quienes seguimos fieles a la Iglesia y, con dolor, advertimos el penoso estado de decadencia en la que se encuentra. El problema es la herejía modernista que envenena a la Igliesia, que se extiende como una enfermedad infecciosa sin que la autoridad la detenga sino, por el contrario, a veces la alienta.
Mario Caponnetto

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO:Para JR San Pablo enfrentándose a S. Pedro en el "incidente de Antioquía" -y dejando constancia escrita, encima- habría sido el primer protestante. Y en cuanto a lo que dice que hay que elegir tiene razón, a mi modo de ver. Sólo se equivoca de medio a medio en lo que elige. Allá él.

Oria de Rueda dijo...

El cvII ha sido letal para las órdenes religiosas

Anónimo dijo...

Enhorabuena por la imagen elegida para ilustrar su artículo, Pater. Si esos religiosos dominicos que procesionaban por el claustro de los reyes de Sto. Tomás de Ávila (y ahora yacen enterrados a escasos metros de allí) levantaran la cabeza y vieran los actuales "frailes" moradores del convento organizando cursos favorables a la teología de la liberación, el sincretismo religioso y las más variadas formas de gnosticismo, seguro que nunca se les ocurriría pensar que todas esas "novedades" respondan al magisterio pontificio romano, Sr. Cárdenas.

Pedro

Anónimo dijo...

http://1.bp.blogspot.com/-yIn0QCr0blI/Vqr5ZpzfOwI/AAAAAAAALrI/yvmvadUjGhQ/s640/titanic-final-moments.jpg

jajajajajajajjajajajja

Manuel dijo...

A veces pienso que el problema de las órdenes religiosas está también en la crítica al egoísmo, y me explico, se ha acusado a muchos religiosos de ser "egoístas" por centrarse en su mundo, en la religión, en el culto a Dios, en el conocimiento de la verdad, en definitiva, en problemas que ellos viven y se han apartado de los problemas del mundo, de la gente, de la pobreza, se han convertido en personas egoístas que apartados del mundo se apartan de la realidad. En Mateo 16, 26 se nos pregunta ¿de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? y esa pregunta sigue siendo válida hoy. ¿Cuántas veces vemos que la Iglesia se convierte en una ONG, o en un Sindicato, o en un Partido Político? Quiere ganar el mundo, quiere ser de este mundo y para muchos de nosotros su fuerza precisamente consiste en ser el contraste de este mundo, su sal, aquella fuerza que te dice que tienes una misión en tu vida: salvar tu alma, salvar tu alma no salvar el mundo.
Sin la pasión por la idea de Dios, por su conocimiento, por su experiencia ¿no se cae todo?¿No aceptamos a un hombre de fe porque ha elegido lo mejor? Y, en realidad, ¿no hay mayor compromiso con los demás que el se compromete con la verdad, con el amor, con Dios?