martes, 3 de abril de 2012

Una cofradía sin imágenes


Ayer, Lunes Santo, por la tarde, la Hermandad de la Vera-Cruz de Sevilla hizo su estación penitencial a la Stª Iglesia Catedral, sin imágenes. Es decir, sin pasos. Sólo llevaron en procesión el relicario de plata con el Santo Lignum Crucis.

La expectación del transcurso de la cofradía por las calles mojadas de Sevilla, circunspecta o perpleja, según quien mirara, aparece hoy recojida en la prensa como una rareza, algo nunca visto. El youtube da una idea de como fue todo:



El video recoje el paso de la cofradía por la calle Tetuán, de vuelta de la Catedral. El cortejo (salvo cuatro parejas de niñas con coleta disfrazadas impropiamente de monaguillos) es magnífico, solemne, con ese punto de gravedad que las cofradías 'de silencio' saben imponer cuando salen a la calle. No sé si van todos los hermanos; me imagino que algunos se quedarían en la capilla de la calle Jesús, rezando junto a las Sagradas Imágenes del Stmº Cristo de la Vera-Cruz y María Stmª de las Tristezas. Sí se ve en el video el tramo de representaciones de las Hermandades de Veracruz de la Archidiócesis, unidas a la archicofradía. El Stº Lignum Crucis iba precedido por la capilla musical, servidores de librea con faroles de mano y los acólitos con ciriales e incensarios; no sé si es el Hnº Mayor quien porta el relicario, u otro miembro de la Junta de Gobierno. Detrás siguen los tramos de la Virgen, con cera blanca. El lugar del palio de la Virgen de las Tristezas parece haberse señalado con dos ciriales y acólitos, y al final el tramo del preste, con monaguillos y acólitos acompañantes.

In illo témpore, cuando la génesis de las cofradías y hermandades penitenciales, desde finales del siglo XIV a fines del XVI, las formaciones cofradieras hacían sus estaciones de Semana Santa de forma parecida a como procesionó ayer la Hdª de VeraCruz: Hermanos de luz con cirios, hermanos penitentes con cruz al hombro, disciplinantes, algunos estandartes y banderas, y un crucifijo de tamaño regular, alzado o en andas, en el centro de la cofradía; si asistía el clero parroquial, cerraban la comitiva el preste y los ministros asistentes, con pluviales.

Sólo desde el último tercio del XVI, en torno a 1570, se fueron incorporando de forma estable algunas imágenes al cortejo cofradiero. Entre las más antiguas en procesionar, incluso anteriormente a esta fecha referencial, es fama en Sevilla que fue una de ellas el precioso Stmo. Cristo de la Veracruz, que ya era una de las efigies sacras más veneradas en la ciudad. La escultura, de tamaño menor que el natural y de rasgos gótico-arcaizantes, se data en torno al último tercio del siglo XV. Tiene un valor iconográfico añadido por haber sido el modelo-tipo que inspiró a otras imágenes del mismo título veneradas en hermandades agregadas a la antigua archicofradía sevillana, con ejemplares, relativamente reconocibles, en diversos lugares de la provincia de Sevilla, en Andalucía y también otros en América (virreinatos de Méjico y Perú).

Ayer, cuando no procesionó, la ausencia de la Sagrada Efigie fue más notable en tanto era su falta, y no otra cosa, lo que marcaba de forma excepcional la estación penitencial.

Sin embargo, hará diez años, más o menos, recuerdo una conversación que tuve con la junta de gobierno de la Hermandad del Gran Poder (era entonces hnº mayor D. José León-Castro y uno de los consiliarios D. José Ortíz Díaz), al terminar uno de los días del tríduo cuaresmal que dedican cada año a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso. Expresamente, les expuse al hnº mayor y a los otros señores de la mesa la posibilidad de que, en caso de lluvia u otras circunstancias que no permitieran la salida de las Sgdas Imágenes Titulares, la cofradía pudiera cumplir la estación penitencial yendo desde su Basílica a la Catedral con el cortejo formado, con la Cruz de Guía al frente, algunas insignias de los tramos del Señor y (sugerí) el Simpecado al final de los tramos de cera blanca de la Virgen, con el preste y sus acompañantes cerrando la procesión. Fue una conversación de sacristía, con los comentarios subsiguientes, unos aprobantes y otros discrepantes. Pero mantuve la idea, que me parecía digna de consideración por una hermandad como la del Gran Poder, con seriedad suficiente para echarse a la calle con esta otra modalidad estacional, sin imágenes (por aquellos años, creo recordar que habían sido dos, seguidas, las madrugadas que el Gran Poder no pudo salir por amenaza de lluvia inclemente).

La conversación se perdería como se desvanecen tantas iniciativas y propuestas, meras anécdotas en tertulias de capillitas sevillanos. Lo que no imaginaba entonces era que al cabo iba a ser la Hermandad de la Vera-Cruz la que se atreviera a salir sin pasos, tan consecuentemente con el espíritu penitencial que se supone en las reglas de las cofradías, que no son reglamentos para sacar pasos con imágenes, sino normas de vida, interior y exterior, para los hermanos de la corporación.

Las imágenes no son la hermandad, ni los pasos son las cofradías: Las hermandades son corporaciones de fieles, son los hermanos los que forman la cofradía, al extremo de que unas imágenes sin cofrades que les tributen culto, no son hermandad; pero unos fieles sin imágenes a las que rendir culto, sin iconos titulares, sí pueden ser hermandad, sí pueden ser cofradía, y hasta pueden hacer estación penitencial, et nihil obstat.


Dios quiera que el acto que decidieron ayer los señores hermanos de la Vera-Cruz de Sevilla sea tomado como ejemplar y otras muchas cofradías se atrevan a cumplir de la misma manera sus estaciones penitenciales, cuando las inclemencias naturales impidan la procesión de las Sagradas Imágenes. Y Dios nos libre de la inculta pacateria malformada y deformada de los pseudo-cofrades de folklore y fiesta, ignorantes de quasi todo, de ínfima espiritualidad y mínima sinceridad devocional, Dios nos libre.

Lo peor es que esta clase de cofrades ínfimos son los que ocupan los medios, los programas de radio y televisión, los foros de internet y demás puntos de publicidad y opinión. Me temo que no aprecien lo que vale una estampa como la que nos regalaron ayer noche los hermanos de la Vera-Cruz.

Dejo para el final, no obstante, esta consideración: Las Imágenes Sagradas no son un mero aditamento prescindible, sino un valioso elemento auxiliar del culto y la devoción cristiana. Tanto es así que dejan patente la impresión de su vacío si por cualquier motivo desaparecen de su lugar/tiempo de culto habitual, aunque en el rito católico romano su culto no sea estrictamente litúrgico sino, más bien, como en este caso, de carácter devocional popular.

A la Hermandad de la Vera-Cruz hay que darle una muy honrosa felicitación, y animarla para que se decida a fijar en sus reglas lo que ayer fue, por lo pronto, sólo una decisión excepcional. A ver si las otras cofradías (¿cuántas?) son capaces de imitar el buen ejemplo.

Y al Cristo de la Vera-Cruz hay que rogarle que nos libre de vernos obligados a dejar de sacar su Santa Imagen.

Crucem tuam adoramus, Domine!

+T.

13 comentarios:

Pioquinto dijo...

Siempre he admirado esta pía costumbre de la madre patria, en Méjico los gobiernos masones fueron arrancando las procesiones, prohibiendo la sotana en la calle, cualquier manifestación de religiosidad, incluso los maestros de escuela tenían que hacer el juramento ateo si querían trabajo. De todos modos , nos quedan las peregrinaciones a la Virgen de Guadalupe, el camino de San Juan de Los Lagos, etc. Ojalá que Dios nos conserve la hermosa Semana Santa en Sevilla, por los siglos de los siglos. Saludos, páter.

anco marcio dijo...

Dómine y hermano en El Silencio: Por fin leo un comentario muy puesto en razón sobre la decisión de salir en estación de penitencia sin los pasos y con el Lignum Crucis. Creo que debemos evitar que la estación de penitencia se centre en las tallas más o menos artísticas, olvidando el espíritu penitencial. ¿Cuántas hermandades subsistirían si la salida penitencial se cambiase por el rezo del Vía Crucis y la Santa Misa? Saludos cordialísimos

Isaac García Expósito dijo...

La Hermandad de la Vera + Cruz es especialista en innovaciones: fueron los primeros en incorporar a las mujeres y, espero, que esta idea suya de procesionar sin imágenes no cunda. Yo no le veo sentido a lo que han hecho. Es más, yo me pregunto si se ha hecho alguna vez. Porque antes se sacaba a un Cristo como confalón.

Si las cofradías promueven la santa y útil devoción de la meditación de los misterios de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, no veo la razón de no sacar las imágenes, que entre otras cosas están para eso. Es más, antes, si no se podía procesionar un día, se salía al siguiente, como reflejan las fotografías de la Amargura saliendo en Jueves Santo, pero ¿salir a la calle sin imágenes?

Ahora bien, si nos queremos retrotraer a los tiempos de San Vicente Ferrer, estupendo, pero con todas sus circunstancias, es decir, con el Cristo como estandarte - lo podían haber sacado perfectamente, ya que tiene el tamaño adecuado -, con disciplinantes y rogando a Dios por la felicidad de nuestra Santa Madre Iglesia, la extirpación de las herejías, la paz y unión entre los príncipes y Reyes cristianos - si es que queda alguno -, los bienhechores, etc.

Digo yo.

Soldado de la Inmaculada dijo...

Ojalá muchas cofradías tomaran ejemplo de esta sevillana, y salieran, a pesar de la lluvia, a hacer su penitencia, que para algo se supone que se llama "estación penitencial".

Terzio dijo...

Subsistirían muy pocas, porque la evolución de las cofradías sevillanas, desde el siglo XVII, ha ido derivando hacia lo popular dejando en un plano muy secundario la dimensión ascético-espiritual.

En este sentido, es tópica la transición que se ejemplifica en la antigua hermandad del Amor de Cristo y Socorro de Mª Stmª que un siglo después ya es Cofradía del Cristo del Amor y Ntrª Srª del Socorro, y así todas las demás.

El culto se entiende, deformado, como culto devocional a las Imágenes y no como culto propiamente litúrgico, siendo la apreciación comparada entre uno y otro la que se puede probar en las asistencias a las funciones principales de instituto (numerosas) y a la salida de la cofradía (masivas). Los porcentajes deben rondar en torno al de la de la práctica dominical general, sobre el 10% del total de la nómina de hermanos que salen en la estación de penitencia, más o menos, con variaciones según cada hermandad.

D.José Ortíz Díaz hizo unas encuestas muy interesantes, con resultados muy elocuentes. Resumiendo, lo devocional-popular desborda y supera la práctica litúrgica-espiritual.

Pero ese mínimo nivel católico de lo popular-devocional, en tiempos como los nuestros, tienen un significado muy importante en cuanto consigue conectar (aunque se mínimamente) a la mayoría de la población (ya más activa ya más pasivamente) con las cofradías, y a través de ellas con ciertos elementos y contenidos de fe que, sin cofradías, no existirían, dejando un inmenso vacío religioso/sociológico muy dificil de cubrir.

Nuestras hermandades y cofradías, a pesar de sus deficiencias, cubren y aseguran ese mínimo de evangelización.

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Isaac García Expósito dijo...

Vaya, he repetido el comentario. Impaciencia se llama.

Teresa dijo...

Soy muy devota de la Virgen de la Amargura de mi pueblo, perdido en Castilla la Vieja, y cada miércoles Santo la acompaño en procesión. Si Dios lo permite también lo haré este año y si no puede salir, por las inclemencias del tiempo, le rezaremos el Rosario completo en su capilla, como es costumbre. Me ha gustado la iniciativa que nos ha contado y su reflexión al respecto, pero pido a Dios que el Gran Poder de Sevilla, a quien también profeso gran devoción, pueda salir este año, para Su mayor gloria.

Anónimo dijo...

"Nuestras hermandades y cofradías, a pesar de sus deficiencias, cubren y aseguran ese mínimo de evangelización."

Como cofrade da gusto leer un sacerdote que entienda lo que muchos entendemos; son sostén de la fe y han ayudado ha soportar el derrumbe procurado desde dentro por muchos rupturistas. Y, pese a todo, somos cristianos "de segunda" detrás de los niños del guitarreo, pandereta y besitos múltiples durante la Misa, o cualquier otro grupo que pase por la puerta.

Es más, para la Forma Extraordinaria entiendo que no puede haber mejores vías para la generalización, con la venia de los Obispos (!), que su recuperación en las Cofradías, por mantener lenguajes "plásticos" muy similares.

Miles Dei dijo...

Pero ese mínimo nivel católico de lo popular-devocional, en tiempos como los nuestros, tienen un significado muy importante en cuanto consigue conectar (aunque se mínimamente) a la mayoría de la población (ya más activa ya más pasivamente) con las cofradías, y a través de ellas con ciertos elementos y contenidos de fe que, sin cofradías, no existirían, dejando un inmenso vacío religioso/sociológico muy dificil de cubrir.

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Exactamente como hace toda la deformación progre de la vida católica. Entiéndase desde la misa del guerrillero con metralleta sobre el altar a la úlktima parida liturgico simbólica de alto nivel, pasando por JMJs y afines.

Es un argumento que se come la cola y que solo conduce a lo que vemos: la perversión y deformación más burda de la religión cada vez menos cristiana (no digo ya católica) en ese mismo espacio socio-no-se-que

Miles Dei dijo...

Mi conclusion es que les pierde la sensibilidad y el sentimiento al aplicar estos argumentos pro-cofrade y no tanto el bien del pueblo. Reconozco que el tema es difícil y complejo y que el conportamiento errático y caótico posconciliar lo ha estropeado aún más. La solución no está ya en la imposición canónica ni en el tolerar unas cosas y disimular otras, porque esto del mundo cofrade no es sino un efecto más de lo que lleva ocurriendo en la Iglesia hace mucho tiempo y dado que lleva mucho siglos al borde de la deformación, ahora la ha pasado con creces y se regodea en ella.

Anónimo dijo...

Creo que es un tema delicado. Tenemos que tener cuidado de no caer ni en iconoclasia ni en iconolatria. Lo primero es un peligro potencial y ya sabemos de cuantos problemas en la Iglesia han empezado por nimiedades aparentemente inofensivas y hasta bien vistas. Lo segundo creo que es un problema real y si no vénganse para mi pueblo y verán.

Pero ese mínimo nivel católico de lo popular-devocional, en tiempos como los nuestros, tienen un significado muy importante en cuanto consigue conectar (aunque se mínimamente) a la mayoría de la población (ya más activa ya más pasivamente) con las cofradías, y a través de ellas con ciertos elementos y contenidos de fe que, sin cofradías, no existirían, dejando un inmenso vacío religioso/sociológico muy dificil de cubrir.

Nuestras hermandades y cofradías, a pesar de sus deficiencias, cubren y aseguran ese mínimo de evangelización.


No se que decir, irá por barrios. En mi pueblo no serán pocos los cofrades que se reconozcan explícita o implícitamente ateos, agnósticos, herejes de hecho, etc... o cuanto menos no demuestren un mínimo de vida piadosa; caramba, si me pusiera a contar cosas... Y eso por no hablar de los simpatizantes de las cofradías que se deshacen en vivas necesariamente vacíos de sentimiento piadoso una vez al año porque igualmente se reconocen explicitamente ateos, agnósticos, etc... La verdad, es un fenómeno tan curioso como lamentable. Yo creo que ese párrafo es digno de profundización y de estudio amplio porque al menos por estos lares está todo bastante echado a perder (y en este caso concreto estoy de acuerdo con los kikos de por aquí), no se en las tierras de ustedes como será.

Y Dios nos libre de la inculta pacateria malformada y deformada de los pseudo-cofrades de folklore y fiesta, ignorantes de quasi todo, de ínfima espiritualidad y mínima sinceridad devocional, Dios nos libre.

Lo peor es que esta clase de cofrades ínfimos son los que ocupan los medios, los programas de radio y televisión, los foros de internet y demás puntos de publicidad y opinión.


He ahí la descripción de lo que pasa en mi pueblo. Aquí no hay piedad, si la hubiera cuantas cosas no se harían y sin embargo ofendemos a Dios gravemente, en mi humilde opinión. Hay mucha falsa piedad de una vez al año, y una simonía tan escandalosa que no parece sino querer provocar la ira divina. Lo que se piensen ustedes es poco.

Anónimo dijo...

En un fenómeno "de masas" es cierto que haya de todo; aún así, con un 10% de "practicantes", sostienen económicamente parroquias y llenan Misas. El tema de fondo es ¿qué se hace por ir más allá de ese 10%?
Si analizan el tema de costaleros, ¿cómo se reunen noches y noches de frío centenares de jóvenes? ¿Sólo por folclore o queda algo más? ¿Qué se hace en este tema? Porque sólo en Andalucía reunen más en noches desapacibles Cófradías para ensayar que el Santo Padre en Madrid... y así, año tras año.

No voy a negar la dosis de banalidad del mundo cofrade y la puñaladas que vuelan, que no son mayores, ni menores, que las que hay en otros grupos de la sociedad o incluso en la Iglesia. Pero si la cosa ha llegado hasta aquí es por la falta de atención y cuidado pastoral... salvo que quieran algún dinerillo para uno u otro fin o buena prensa y una fotografía.

Babunita dijo...

La Vera Cruz (1568) de nuestra pequeña ciudad, el Viernes Santo a las 02:00 A.M:

"Los cofrades, hacen voto de silencio. A continuación salen de su capilla con el Yacente articulado en parihuelas, en un silencio estremecedor sólo roto por la melodía de un miserere, carracas, matracas y tambores destemplados. Recorren con un farol la muralla que circunda la ciudad para llegar a la Capilla de San Esteban (Propiedad de la Real Hermandad de las Cinco Llagas) donde, en acto privativo para los hermanos, tiene lugar el Enclavamiento de Cristo en la Cruz que al día siguiente se deposita en la Urna. Al término de la procesión, ya de madrugada, y una vez roto el Voto de Silencio, se bendicen las bollas de la Semana santa y se reparten, junto a un vasito de vino dulce, a todos los asistentes. Se procesiona el Cristo Yacente articulado y la Cruz Verde sobre la que se realiza el Enclavamiento. Asisten representantes del resto de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa."

Vera Cruz, también realiza el Domingo de Ramos, un Via Crucis de unos 5km, que recoge al Ecce Homo obra de Pedro del Valle en (1665) una aldea cercana, y lo lleva a su sede, cada estación es una hoguera en medio del campo, por caminos, sólo iluminados por los faroles, velas y antorchas de los fieles.

En nuestra tierra, por lo general cada pequeño pueblo tiene su Vera Cruz, y todas las procesiones que conozco, son en principio, solemnes, silenciosas y en ocasiones, hasta tétricas.