miércoles, 22 de febrero de 2012

Inmutemur habitu


Lo primero, después de la tentación y la caída, al pie del Árbol de la Ciencia, fue que Adán y Eva se vistieron:
"...et aperti sunt oculi amborum cumque cognovissent esse se nudos consuerunt folia ficus et fecerunt sibi perizomata" // '...se abrieron los ojos de los dos y como conocieron que estaban desnudos cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores' Gn 3,7

La inocencia original incluía la desnudez inocente, mientras el pecado descubrió al momento la culpabilidad del desnudo, que había que vestir. La vestimenta fue, en origen, efecto del pecado.

El primer vestido fue aquel 'perizoma' (literalmente 'en torno al cuerpo', una especie de cinturón o faja vegetal de hojas de higuera (no de parra). Y así, con ese mínimo atuendo, comparecieron nuestros padres, Adán y Eva, ante Dios.

Insistiendo en el detalle del vestimento, antes de expulsarlos del Paraíso, el Señor hizo unas túnicas de pieles para Adán y Eva:

"... fecit quoque Dominus Deus Adam et uxori eius tunicas pellicias et induit eos / el Señor Dios hizo a Adán y a su esposa unas túnicas de piel y los vistió" Gn 3, 21

Dignificó así el Señor la primera vestidura de los hombres, y tuvo compasión de su desamparo, expuesto como estaría a las inclemencias del mundo, fuera del Paraíso.

Un par de versículos antes, en Gn 3, 19, la maldición del trabajo fatigante concluye con la declaración de la muerte y la reducción al polvo de la tierra
"...in sudore vultus tui vesceris pane donec revertaris in terram de qua sumptus es quia pulvis es et in pulverem reverteris // Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra de la que fuíste sacado, porque eres polvo y al polvo volverás."

justamente la admonición que reza la Iglesia al imponer el sacerdote la ceniza cuaresmal sobre la cabeza de los penitentes: Memento, homo, quia es pulvis et in púlverem reverteris // Recuerda, hombre, que eres polvo y al polvo volverás.

La antifona que se entona al comenzar la ceremonia de imposición de la ceniza comienza cantando 'Inmutemur hábitu...'



Inmutemur hábitu, in cínere et cilicio; jejunemus, et ploremus ante Dominum, quia multum misericors est dimittere peccata nostra Deus noster
Cambiemos nuestra vestimenta por la ceniza y el cilicio; ayunemos y lloremos ante el Señor, porque nuestro Dios es compasivo y misericordioso para perdonar nuestros pecados.

Otra antífona, reza este impresionante verso de la profecía de Joel:

Inter vestibulum et altare plorabunt sacerdotes ministri Domini et dicent parce Domine, parce populo tuo, et ne claudas ora canentium te, Domine // Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo perdona, Señor, perdona a tu pueblo Jl 2, 17

Es un versículo rebosante de conciencia y espiritualidad sacerdotal: Al oficio efectivo de los sacerdotes se encarga y confía la súplica penitencial por el pueblo, siendo el llanto de los sacerdotes el que debe preceder la rogativa, reconociendo un valor especial, singular, insustituíble, al clamor doliente y penitente de los ministros del altar, primeros servidores del Señor y agentes de la propiciación por el pueblo.

Cuando un sacerdote ora, su oración tiene un efecto especial, cuando un sacerdote implora, su rezo doliente tiene un valor específico, dotado de una gracia sobrenatural aneja a su ministerio que es oficio de intercesión pro pópulo.

Y si en el Antiguo Testamento la gracia de la oración sacerdotal es tan elevada, en el Nuevo Testamento la potestad de la oración del nuevo sacerdocio de Cristo confiere a la súplica penitencial de los ministros del altar, sus sacerdotes, una virtud celestial tanto más alta cuanto más sagrado es el misterio que ofician in Christo, en el Hijo de Dios, cuyo sacrificio renuevan y ofrecen sin cesar desde el oriente al ocaso.


Por eso es tan necesaria la súplica santificante del sacerdote. Y es necesaria la conciencia sacerdotal en el propio ministro, y también en el pueblo: Para que el sacerdote asuma conscientemente la gravedad sacrosanta de su oficio, y el pueblo admire y requiera el ministerio del sacerdote, don precioso de Dios para sus fieles.

¿Y no será el llorar cosa del Viejo Testamento, algo que contradice el espíritu del Nuevo Testamento, que debe ser de alegría exultante y constante? Sed contra, escrito está:

"Amen amen dico vobis quia plorabitis et flebitis vos mundus autem gaudebit vos autem contristabimini sed tristitia vestra vertetur in gaudium // En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo" Jn 16,20

¿Y es la penitencia, el ayuno corporal, algo propio de este estadio de espera del gozo sobrenatural y eterno, no se contradice la disciplina del ayuno con la esperanza alegre del cristiano? Escrito está también:

"...venient autem dies et cum ablatus fuerit ab illis sponsus tunc ieiunabunt in illis diebus // llegará el día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán" Lc. 5,33-39

Esta mañana, en la Misa de ceniza, he predicado sobre le Evangelio del día, Mt 6,1ss.
"Adtendite ne iustitiam vestram faciatis coram hominibus ut videamini ab eis alioquin mercedem non habebitis apud Patrem vestrum qui in caelis est // Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial..." et reliqua

Comenté que para vivir este Evangelio de sinceridad, de interioridad vuelta a Dios, primero hay que tener obras que perfeccionar. Es decir, que sólo el que reza, da limosna y ayuna está en condición apta para entender y practicar esta doctrina de Cristo. Si los fieles, por negligencia personal o descuído de sus pastores, han dejado de practicar estas acciones, ¿qué van a corregir, qué van a mejorar, qué van a interiorizar, qué van a ofrecer a Dios?

Inmutemur hábitu: Mudemos el vestido, porque inocencia para andar en desnudez no tenemos, la perdimos. Y no basta un cinturón de hojas para cubrirnos, necesitamos un vestido más recio para andar por el mundo, a la intemperie de la tentación, expuestos al pecado. Y debe ser nuestro vestido convenientemente severo para cubrirnos y protegernos, que sea de penitencia nuestra veste, sayal resistente tejido con misericordia y caridad, para combatir firme, con coraza que nos defienda y poder guardar la ternura íntima de nuestro espíritu para derramarlo ante el Señor, Dios nuestro, con ayuno, con llanto, con luto: Porque un corazón contrito y humillado no lo desprecia el Señor.

Y si no tenemos corazón digno que presentarle, tomemos el Corazón traspasado de Cristo Jesús, y con Él en las manos, llorando sus amores, acerquémonos con confianza al Trono de la Misericordia para alcanzar su misericordia.

Ahora, que es tiempo oportuno; hoy, que es día de salvación.


p.s. Y esto sobre la ceniza

+T.

18 comentarios:

Cesar Augustus dijo...

Muxhas gracias, Padre.

Cesar Augustus dijo...

Ay no, se fue una x... era una c. En fin.

Bueno, acabo de leer la entrada sobre la Ceniza. Por acá, aparte de cambiar la frase al imponerla, se hace la cruz en medio de la frente. No conocía la otra forma.

Muchas gracias de nuevo.

YORCH dijo...

Una pregunta quizá tonta, Padre, pero es que yo núnca he visto ni estado en una misa tridentina, porque en ellas, almomento de la elevación de la hostia, el monaguillo levanta el extremo de la casulla del celebrante??

Terzio dijo...

Las casullas antiguas (siglo V-VI, y las medievales, hasta prácticamente el siglo XVI-XVII) eran largas, cubriendo toda la espalda del sacerdote hasta poco más arriba del talón, por lo que la longitud del ornamento entorpecía las genuflexiones de adoración que el sacerdote debe hacer en el momento de la consagración, teniendo en las manos la Hostia (en la Misa tradicional se hacen dos genuflexiones: una justamente al concluir la fórmula de la consagración de la Hostia, con los codos/ las muñecas del sacerdote apoyados sobre el borde del altar, antes de la elevación, y la otra al terminar la elevación y depositar la Hostia sobre el corporal): Al levantar el borde de la casulla, el acólito facilita la genuflexión del sacerdote evitando que puedan trabársele los pies si se pisara el extremo de la casulla al hacer el movimiento genuflectorio. Lo mismo se repite al consagrar y alzar el Cáliz.

'

YORCH dijo...

Muchas gracias por la respuesta, así que es algo práctico, antes que simbólico, pues pensaba que tenía algún significado...

Jordi Morrós Ribera dijo...

Muchas gracias por esta meditación cuaresmal.

Además para mí será auténticamente penitencial ya que desde cuarto de bachillerato (años ha !!, "of course") que no leía tantas citas juntas en latín.

Pero sin duda lo que es importante es que todos tengamos una santa Cuaresma de auténtica conversión.

Un lector dijo...

Pues si no es abuso pedirlo, por Caridad, haga usted penitencia esta cuaresma por los pecados de sus lectores, Don Terzio. Gracias.

Terzio dijo...

Es abuso porque la penitencia es personal y no es supletoria: La que cada cual deba hacer, la tiene que cumplir él mismo.

Las ajenas que se ofrecen por los prójimos son impetratorias y pueden servir para lograr las gracias que exciten la conversión o respuesta a la gracia, pero no satisfacen por el otro, salva la consideración de lo que pueda operarse en el misterio de la Comunión de los Santos.

Por otra parte, el blog no es parroquia ni los comentaristas feligreses, ni siquiera sé quienes son y cuales sean sus circunstancias, por lo que mis rezos por los asistentes, visitantes, frecuentadores y ocasionales, entran dentro de cierto 'común de intenciones'. Conste que van a Misa, entre mis intenciones personales, pero no en el mismo grado que el que se me encomienda en directo, en carne mortal.

Aclarado este particular, commendo libenter (et ad invicem).

In Corde Iesu Sacratissimo.

'

Esperanza dijo...

Me pregunto a veces, en mi ignorancia, si en la enumeración clásica “oración, limosna y ayuno” estas tres obras están de algún modo en pie de igualdad. Lo digo porque, algunos santos dicen que dejar la oración es camino seguro para el pecado. Entonces no sería comparable su papel en la vida de un cristiano comparado con la limosna y el ayuno, ¿no? ¿o es que entonces reducir la limosna o no hacerla en absoluto es camino equivalente a dejar la oración?. Bueno, pensaba por escrito. En cualquier caso, ya me respondáis, ya calléis, santa Cuaresma para todos. Y a D. Terzio, por la homilía on line, danke schön.

Anónimo dijo...

Pater, muchísimas gracias por sus oraciones y por su hermosa prédica. Claro que no somos sus feligreses, pero algunos casi que... Le seguimos hace mucho tiempo y en los otros lugares donde escribía y recordamos con cariño momentos verdaderamente sacerdotales de sus escritos y de sus respuestas.
Vielen Dank !!!
ivan

MIGUEL25 dijo...

justamente la admonición que reza la Iglesia al imponer el sacerdote la ceniza cuaresmal sobre la cabeza de los penitentes: Memento, homo, quia es pulvis et in púlverem reverteris // Recuerda, hombre, que eres polvo y al polvo volverás.

Pues ahora cuanto te imponen la ceniza te dicen:

"convertios y creed en el Evangelio"

Y digo yo, ¿que tiene que ver eso con la ceniza?

¿Querrá esta Iglesia modernista imitar a los protestantes?

Miles Dei dijo...

El tema del vestido en la Escritura es el tema de la gracia. Desde estas palabras del Génesis hasta el vestido necesario para entrar a las bodas del Cordero corre todo el tratado.

Pero los antrópologos teológicos de hoy no saben donde tienen la cara.

Anónimo dijo...

Me gustaría saber las edades que comprende el ayuno y la abstinencia. Gracias.

Josefina dijo...

Con su permiso, contesto al Anónimo:
DÍAS PENITENCIALES
DÍAS DE AYUNO Y ABSTINENCIA:

Miércoles de Ceniza: 22 de Febrero
Viernes Santo: 6 de Abril

DÍAS DE ABSTINENCIA SOLAMENTE:

Todos los Viernes debe guardarse abstinencia de carne.
Se exceptúan los Viernes que coincidan con una solemnidad.
Ayuno y abstinencia
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día.
La abstinencia consiste en no comer carne.
La abstinencia obliga a partir de los catorce años.
El ayuno obliga de los dieciocho hasta los cincuenta y nueve años de edad.
Con estos sacrificios reconocemos la necesidad de hacer obras con las que: 1.
Reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados y 2. Beneficiemos a la Iglesia.

(Aunque en casa no fuimos educados en la estrictez de las edades, sino con otro espíritu. Pero eso, ca cual con su conciencia).

Anónimo dijo...

Fortu dice:

Páter: Con su permiso, para Anónimo que pregunta:

Canon 1251: Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

Canon 1252: La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.

Por lo tanto, existen las siguientes posibilidades según la edad:
Hasta los 14 años cumplidos: no hay obligación de guardar ayuno ni abstinencia.
Desde los 14 y hasta los 18 años (mayoría de edad canónica): Existe la obligación de guardar la abstinencia de carne o de otro alimento todos los viernes del año (de Cuaresma y del resto del año), salvo si coincide con solemnidad, y también el miércoles de Ceniza.
Desde los 18 hasta los 59 años cumplidos: existe la obligación de abstenerse de tomar carne u otro alimento los días indicados anteriormente, y también la de ayunar el miércoles de ceniza y el viernes santo.
Desde los 59 años de edad: desaparece la obligación de ayunar, pero subsiste la obligación de abstenerse de la carne u otro alimento.


http://www.iuscanonicum.org/index.php/derecho-sacramental/48-los-sacramentos-en-general/68-la-obligacion-de-guardar-ayuno-y-abstinencia-los-dias-de-penitencia.html

http://conferenciaepiscopal.es/index.php/calendario-liturgico.html

Saludos, D. Terzio.

Anónimo dijo...

Inmutemur hábitu: Mudemos el vestido, porque inocencia para andar en desnudez no tenemos, la perdimos. Y no basta un cinturón de hojas para cubrirnos, necesitamos un vestido más recio para andar por el mundo, a la intemperie de la tentación, expuestos al pecado. Y debe ser nuestro vestido convenientemente severo para cubrirnos y protegernos, que sea de penitencia nuestra veste, sayal resistente tejido con misericordia y caridad, para combatir firme, con coraza que nos defienda y poder guardar la ternura íntima de nuestro espíritu para derramarlo ante el Señor, Dios nuestro, con ayuno, con llanto, con luto: Porque un corazón contrito y humillado no lo desprecia el Señor.¡¡¡ BE-LLI-SI-MUS!!

Anónimo dijo...

La abstinencia de carne ¿se hace extensiva a los productos derivados de ella? por ejemplo no comer nada que contenga manteca, mayonesa, crema, leche, etc, etc..

Anónimo dijo...

"Existe la obligación de guardar la abstinencia de carne o de otro alimento todos los viernes del año"
¿a que otro alimento se refiere?
Hay un sacerdote que enseña que quien no quiera dejar de comer carne el miércoles de ceniza o el Viernes Santo, puede hacer una obra de caridad ¡pero es que eso también deben hacerlo! ¡por dos dias al año, según lo enseña el (y no los viernes según el canon)!¿quien no va a poder hacerlo por Dios??