lunes, 23 de enero de 2012
Neocatecumenado, un hecho consumado
Hace unos días fuí testigo casual de la movilización de los neocatecumenales para la audiencia del pasado Viernes 20 de Enero. Se sacaron muchos billetes de ida y vuelta para ese mismo día, llegar a Roma a primeras horas de la mañana, asistir a la audiencia del Papa en la Sala Nervi, y volver en avión aquella misma tarde-noche. Algunos (los que han podido) han prolongado la estancia hasta el Domingo, aprovechando el fin de semana. Era una ocasión importante y se buscó la mayor y mejor presencia posible de responsables locales/regionales y sacerdotes.
Las comunidades neocatecumenales, cuando comenzaron, aparecieron en las parroquias como uno más entre otros experimentos o iniciativas pastorales suscitadas por el entusiasmo inmoderado y las inquietudes excitadas del post-concilio; eran - tampoco se olvide - los años del '68 contestario y libertario que clamaba consignas ocurrentes contra todo y proponía la revolución y el cambio absoluto de todo.
La creatividad pastoral de las comunidades neocatecumenales no se agotó, sin embargo, en una explosión inicial seguida de una decadencia sin freno, sino que demostraron ser una opción relativamente eficaz para la renovación 'conciliar' de algunas parroquias. En pocos años, desarrollaron estructuras internas de catequesis, formación, vida comunitaria, y celebración/liturgia. No se improvisaba, sino que se iba creando y fijando a la vez que se expandían desde Madrid a toda España, y un poco más tarde a Roma e Italia. Así y todo, a fines de los '70 todavía eran un fenómeno pastoral poco conocido, aunque siempre impactante allí donde existían.
El salto al primer plano de la escena lo dieron cuando la primera visita de Juan Pablo II a España, en Noviembre de 1982. En todas las celebraciones aparecían los neocatecumenales con unas grandes pancartas, muy visibles, con el lema-salutación que habían escogido para la ocasión: '¿Y cómo es que la Madre del Señor viene a mí?', un extraño lema que, sin embargo, era bien conocido entre los miembros de las comunidades, porque es un verso de una canción de Kiko Argüello (una glosa de Lc 1 42-45, la escena de la Visitación), de las que se cantan durante las celebraciones comunitarias.
Desde entonces, las comunidades se incorporaron a la estela viajera de Juan Pablo II. Donde estuviera el Papa, allí aparecían los neocatecumenales, con sus pancartas, sus guitarras y sus cantos. Juan Pablo II los adoptó y favoreció, de igual manera (mutatis mutandis) que identificó/marcó su pontificado con otros movimientos o fundaciones, como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo o los Focolari; las comunidades neocatecumenales de Kiko Argüello se integraron sólidamente en aquella estructura que ahora se denomina y reconoce como 'nueva evangelización'.
¿Se trataba de una simpatía por sintonía de ideas o formas? Pienso que se trataba de algo más pragmático y evidente: Las comunidades del Camino Neocatecumenal aportaban gente, familias, jóvenes, a una Iglesia que se desangraba y languidecía por toda Europa. Aunque no en toda Europa se acogieron a las comunidades de Kiko, de hecho, sólo en Italia y España (por este orden) cuentan con efectivos consignables en cifras dignas de mención. Y en Hispanoamérica, donde misionan y crecen de manera muy llamativa. Las estadísticas, a nivel mundial, dicen que están presentes en unas 900 diócesis, con un total de más o menos 40.000 comunidades en 6.000 parroquias, cada comunidad con una media de 20-30 miembros.
Son comunidades muy jerarquizadas, a cuyo frente no están los sacerdotes, sino los catequistas y responsable de cada comunidad, con estructuras de gobierno local y regional, siempre con laicos (hombres y mujeres) en los puestos de gestión y dirección. En la cumbre, Kiko Argüello y la co-fundadora Carmen Hernández, en un nivel de reconocimiento carismático próximo (si no de hecho) a la categoría de 'profetas'.
Un 'neo-profetismo' que encaja muy bien en los conceptos vetero-testamentarios que definen gran parte de la idiosincrasia de las comunidades neocatecumenales. Su propuesta pastoral-espiritual pretende un re-descubrimiento de la identidad cristiana desde una aproximación/inmersión en las fuentes cristianas del Antiguo y el Nuevo Testamento, como una especie de recorrido personalizado e interiorizado, pero vivido en un intenso ambiente comunitario, que se detiene en diversos estadios de la Historia de la Salvación, insistiendo en la identificación con el estilo de las primeras comunidades cristianas, las del tiempo apostólico, en torno al siglo Iº de la Era Cristiana.
De ahí el gusto (apropiación?) de algunos elementos o signos que más que del Viejo Testamento parecen extraídos, más propiamente, del judaísmo, por suponerse ambientados en las primitivas comunidades judeo-cristianas inmediatamente posteriores a la Ascensión y el Pentecostés. Aunque no se trata de un simple remedo de los capítulos referenciales de los Hechos de los Apóstoles y las Epístolas Apostólicas, sino que es una re-invención dependiente de la creatividad carismática de Kiko Argüello y los primeros miembros del Camino Neocatecumenal.
La personalidad de Kiko se impone, no obstante, sobre todos, y, en principio, todo ha sido ideado por Kiko: Predicación, cantos, imaginería, material y ajuar litúrgico. En este sentido formal, existe una considerable 'homologación' de todas las comunidades, con elementos idénticos a la hora de orar, cantar, celebrar, disponer la distribución y decoración de los salones de reunión y celebración, horarios incluso. Hasta se compartía un cierto look de vestuario y apariencia: El catequista (o el neófito) con barbas intonsas, ropa sencilla y Biblia de Jerusalén debajo del brazo, como cierto estereotipo identificativo.
Las críticas al estilo, las formas, los procedimientos, los contenidos doctrinales y las novedades litúrgicas se topan, empero, con unos frutos patentes: El seguimiento del Camino Neocatecumenal ha recuperado o regenerado a muchos católicos extraviados o desalentados, tibios o desestructurados. En las comunidades neocatecumenales se dan verdaderas conversiones. Rezan mucho. Practican entre ellos una efectiva inter-comunicación de bienes. Son generosos, muy caritativos. Incluso han restablecido disciplinas practicamente perdidas o languidecientes, como la del ayuno.
En las parroquias donde están, se hacen responsables de su sostenimiento material, aunque al alto precio de monopolizar - o tender marcadamente a ello - toda la pastoral parroquial (aunque haya que reconocer que este mismo fenómeno de acaparación uniformista sucede igualmente en otras instituciones, movimientos y/o fundaciones católicas).
Los obispos, que fueron reacios al principio, en muchos casos, en muchos sitios, a las comunidades neocatecumenales, se fueron convenciendo a golpes de generosidad y de cantidad. Por una parte, las muy generosas ofrendas, colectas y contribuciones de los neocatecumenales a sus respectivas diócesis y sus obispos, resolviendo eficazmente muchos problemas y facilitando la salida de muchos apuros. Por otra parte, las asistencias.
Nuestros obispos sufren todos de un 'síndrome multitudinarista', una propensión quasi patológica a las multitudes; no resisten una Misa con cuatro fieles, sino que necesitan, perentoriamente, centenares, millares de fieles en torno, si es posible. Y si no es posible, donde no se puede, acuden las comunidades con sus neocatecumenales. Estas dos efectividades son dos firmes pilares del triunfo del Camino.
Cuando algunos medios indiscretos (anzuelo-trampa para incautos y desinformados ansiosos, mentideros de pazguatos y friki-católicos histéricos) anunciaron la semana pasada que sí y que no, que el Papa iba a aprobar y el Papa iba a desautorizar, todo junto y sin solución de continuidad, las liturgias, usos y formas de los neocatecumenales, la gente sensata y moderadamente informada opinábamos que ni una cosa ni la otra. Lo que se esperaba, lo lógico, era un justo reconocimento, con algunas instrucciones, oportunas ponderaciones y muchos parabienes. Que es lo que hubo el Viernes 20 de Enero en la Sala Nervi, cuando el Papa Benedicto recibió en amable audiencia a la plana mayor del Camino, con Kiko al frente y muchos, muchos sacerdotes españoles e italianos.
El Papa Benedicto, al contrario que su efusivo predecesor, no ha prodigado ninguna dilección reconocible o manifiesta a ningún movimiento, congregación, orden o institución. ¿Quizá porque durante los muchos años al frente de la Congregación de la Doctrina de la Fe supo, fué informado y conoció mucho de todo y de todos para entusiasmarse o encariñarse con nada de nadie? Quizá. Y eso explicaría en parte su circunspección y su discreta y prudente distancia.
Al fin y al cabo el Camino Neocatecumenal es una novedad, una inicitiva de apenas 50 años, que en los metros de la Iglesia son casi nada, un germen, una semilla que empieza a brotar.
Personalmente, no soy simpatizante, me chocan, nunca las he admitido ni alentado. Ocasionalmente les he asistido en algunas celebraciones penitenciales, ayudando a las confesiones. Dos veces (o tres?) les he celebrado la Eucaristía, por forzosos compromisos, con bastante reluctancia y un incómodo resultado para mí y para ellos, porque ni yo lo hice como querían ellos ni ellos actuaron como quería yo. De esto hace ya muchos años, más de diez. No obstante les reconozco las bondades que he ido señalando en este articulete, con reservas, pero con realismo.
¿Serán una energía para la la regeneración o son otra fuerza más para la disgregación? El tiempo dirá. Pienso, sin embargo, que si alguna vez se vieran preteridas por la Jerarquía, podrían actuar (luego de una aparente y obediente sumisión) de forma impredecible, pero temible. El momento/fase crucial ocurrirá cuando desparezcan los fundadores y se enfrenten a la etapa post-fundacional, siempre tan crítica para este tipo de instituciones. No aventuro más conjeturas.
Están demostrando ser válidamente resistentes al espectro de la secularización y el agresivo anti-cristianismo de la post-modernidad, creando una muy eficaz conciencia renovadora de la familia, con estrechos apoyos de las comunidades. Algunas de sus inicitaivas como la de las familias misioneras, muchas veces pioneras, en enclaves muy difíciles, son admirables (no digo que perfectas).
Por otra parte, demuestran estar muy lejos de la conciencia católica demolida en el post-concilio, muy perdida, en cuanto tal conciencia católica, en las comunidades neocatecumenales que son, como otros grupos, secuela genuina del Vaticano II y el 'espíritu del concilio'.
¿Es ahora su momento? Ahora es el momento en que están pisando fuerte, y consiguen arrancar de la prudente expectación del discreto Benedicto las aprobaciones y el ánimo necesarios para seguir.
Con una Iglesia al borde de la multi-fractura pastoral-institucional, los movimientos inter-nacionales que se definen fieles a la Santa Sede y disponibles para la misión de la 'nueva evangelización' son instrumentos valiosísimos, muy apreciables. Pero si prestan cohesión a la misión general de la Iglesia, es a costa del reconocimiento de su vocación y carisma particular, tal como se definen ellos mismos en el Camino Neocatecumenal. Su vinculación a Roma, favorece a Roma, pero Roma ha tenido que prestarles una aprobación, una validación.
Como he dicho más arriba, la simpatía del beato JP2 por el Camino neocatecumenal fue muy significativa. El Papa Wojtyla, de hecho, no sólo reconoció a las comunidades neocatecumenales sino que les aprobó todo, si no formalmente, sí de facto. Con esa hipoteca juanpablista, era ya dificil corregir nada sustancial ni dar marcha atrás. Los estatutos (muy urgidos y recomendados por Juan Pablo II) sellaron la aprobación definitiva. Algunos matices, algunas reticencias, algunos detalles, se insinuaban o se obviaban, pero la aceptación era real.
En este mismo sentido que acabo de decir entiendo lo del pasado 20 de Enero. Con medias palabras que hay que intepretar, comentar y explicar, se les dice sí con un poco de pero. Una especie de trato cerrado en serio, con flecos sueltos, rubricado con apretón de manos y un coloquial 'no se hable más' seguido de efusivos (y sinceros) abrazos (y besos, que los neocatecumenales son muy osculantes).
Se repite el pragmatismo. Se reducen obstáculos. Se asume la praxis de hechos consumados.
La Iglesia del post-concilio no se atreve a más: Ni la contundencia de una desaprobación radical, ni el magisterio de una corrección fundamental, ni la negativa, ni la censura, ni la explícita limitación.
La conclusión resultante es esa tácita y semi-pautada aprobación de la neo-liturgia neocatecumenal que, se reconozca o no, es un rito, propiamente. No un rito secular, producto de una maduración teológica-espiritual-liturgica de siglos, sino una novedad creada a voluntad de los fundadores del camino, tan reciente como las mismas comunidades, fruto muy particular del experimentalismo reformista propiciado por el V2º.
Tan importante (y grave) como la aprobación fáctica del neo-rito, fue la concesión - también juanpablista - de los seminarios para el clero neocatecumenal. Con la aprobación de los seminarios Redemptoris Mater se adelantaba lo que ahora se explicita. Fundar seminarios donde los candidatos al sacerdocio se forman cotidianamente en la celebración del neo-rito es aprobar todo aunque luego parezca que no todo. Huelgan explicaciones post eventum si antes se posibilita lo que luego se pretende apostillar. Si me explico.
El futuro inmediato es favorable a las comunidades, a su expansión. En España, próximamente, habrá un nuevo seminario neocatecumenal, que con los ya existentes de Madrid, Castellón, Córdoba, Granada, Murcia, León, Pamplona y Burgos, será el noveno de la serie. Los sacerdotes que salen de estos centros, después de dos o tres años (no más) de ministerio pastoral en la diócesis donde se ubica el seminario, pasan luego a formar parte del equipo de misioneros que apoyan a las comunidades de nueva creación, en Hispanoamérica, EEUU, Asia (se está preparando una gran misión en China) o cualquier otro sitio donde se requiera su ministerio, siempre supeditado a los criterios y planes de los superiores/directores del Camino Neocatecumenal.
Se da, así, la paradoja de la existencia de una jerarquía sacerdotal sometida a otra pseudo-jerarquía seglar formada por los responsables-jefes del Camino Neocatecumenal, con una inserción-incardinación diocesana meramente nominal, en tanto que efectivamente dependen del organigrama del Camino Neocatecumenal, no del diocesano. Todo esto con la aprobación condescendiente de los respectivos obispos, que dan su placet tanto a los seminarios neocatecumenales como a su forma de proceder. Una forma - otra vez - de facto, pero discutiblemente canónica.
Concluyo repitiendo lo que digo en el titulillo del articulete: Estamos asistiendo a la aprobación-reconocimiento de un hecho consumado. El futuro, repito también, queda abierto a eventuales cambios y/o rectificaciones, pero también a confirmaciones en el sentido que se está marcando.
+T.
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28 comentarios:
Lo que usted describe a nivel de la jerarquía de la Iglesia, Padre, es el tirar del tibio. Vamos tirando y usamos de lo que se pueda para ir tirando tal como el drogata que sabe ingienárselas para sacar el dinero diario que le cuesta la dosis.
Pero en la Iglesia, no sólo se vive la "fides qua" en alegre comunión, sino que la comunión eclesial viene marcada por la "fides quae" y donde no hay unidad viva (en confesión y liturgia) de esa "lex credendi" pues no hay comunión. Al menos así lo ha enseñado siempre la Iglesia, salvo que la fe católica haya pasado a ser la mera fe fiducial de los protestantes. Entonces todos fiducios de Dios y el Papa y todos hermanos.
Estimado Páter. Gracias por esta entrada clarificadora.
Cuando leía sus primeras páginas, no pude dejar de recordar un folleto que me dieron de Jabad Lubavitch. Mutatis mutandis, decía lo mismo.
¿Casualidad?
Errata: Donde dije "primeras páginas", quise decir "primeros párrafos".
Miles: La verdad que las fotos y videos que he visto sobre la liturgia kika me producen horror.
Pero las cosas no son tan simples como Ud. las pone. Primero porque el sacramento se presume válido hasta que se demuestre lo contrario. Y, segundo, porque es válido siempre que haya intención (interna) por parte del ministro de hacer lo que hace la Iglesia.
Por más que haya abusos graves, prácticas sectarias, irreverencias hacia la Presencia Real, etc., es prácticamente imposible demostrar que no haya intención en las celebraciones kikas.
Y más aún si ha sido aprobado por el dicasterio romano que entiende en estos temas.
Es triste, mucho, pero es así.
Ludovicus dijo,
Digo yo, ¿Desde cuando en la Iglesia un señor "renacentista" puede crear una liturgia, un arte, una praxis y una doctrina, siendo el señor un cantor mediocre, un pintor mediocre, un teólogo inexistente? ¿ Cuándo ocurrió algo así? ¿Y desde cuando los laicos forman una jerarquia paralela?
La jerarquía posconciliar se está comprando un buen problema.
PEDRO HISPANO dice: después de leer su artículo, que coincide con mi experiencia al respecto me parece que también podría dejar aquí un comentario que he puesto en otro sitio por si alguien tiene que decir algo sobre el particular: Confieso que a mi este problema me desborda. Además los pocos kikos que conozco son excelentes cristianos. ¿Nadie ha pensado que más que culpables de nada sean una víctima más de esta situación eclesial caótica en la que cada uno se salva como puede?
¿Que escapan de la jurisdicción del Ordinario? ¡Pero quiénes son los Ordinarios sino personas -en muchos casos, no en todos- de lo más mediocre! Proponer como remedio el sometimiento a los Ordinarios en la actual situación es como querer apagar el incendio con gasolina. Recuerdo con horror al arzobispo de París llamando idiotas útiles a los jóvenes que dieron la cara para protestar por el "espectáculo" en que se arrojaban excrementos al rostro de Cristo. Si el Papa ordena celebrar un año santo en conmemoración del Vaticano II con la hecatombe que ha supuesto para la Iglesia ¿con qué derecho se les pide más lucidez a Kiko y a Carmen?
En fin...Vds. dirán qué les parece esto pero un servidor lo ve así.Repito: en un caos de estas dimensiones cada uno se salva como puede. Y así seguirá mientras los que tienen que hacerlo no vayan a la raiz del problema. Y no parecen muy dispuestos a hacerlo. Hay crisis para rato.
Kurtz, no disimules: Has dicho 'páginas' y has escrito 'páginas' porque has pensado 'páginas'.
¡Sutil manera de pensar, escribir y decir 'pesado'!
O sea.
Tus pensamientos traicionan tus acciones, Kurtz.
Y tus escritos, Kurtz, lo corroboran.
No te llamo a duelo porque acabo de regalar los sables.
O sea.
'
Yo prácticamente no conozco a cristianos del "Camino neocatecumenal", por lo tanto agradezco la información y me abstengo de opinar.
A continuación sólo os voy a referenciar un video sobre Carmen Hernandez que está en Youtube y que descubrí gracias al blog "Info-caotica".
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=7fozw4WX79I
Después de contemplar los cuatro minutos de grabación me quedé estupefacto.
¡Oh, Morrós! Eres cruel, finamente cruel, exquisitamente malvado, tal cual un florentino mediceo.
Yes.
'
Yo no digo que celebren la misa inválidamente, coronel. Lo que digo es otra cosa muy distinta: la deformación en la fe definida sobre la eucaristía lleva a una rotura real de la comunión eclesial.
No se si usted ha entendido "comunión" como acto de comulgar en mis palabras. Y esto es independiente del concepto de aprobación de "liturgia kika", que no se ha dado, como bien he expresado y coincido con otras muchas personas.
Por ejemplo: si no se tiene claro que el sacerdote es por esencia y grado algo distinto del fiel dentro de la Misa pues tenemos un grave problema y algo mucho más serio que un mero tolerar una cierta indisciplina en orden a salvar el bien común.
Si no se tiene claro el concepto de transubstanciación pues estamos en lo mismo y además materialemente cometemos sacrilegios, aparte de abusos.
Si se han adoptado unos medios particulares que se nutrían de esos conceptos, no se puede sanar los mismos sobre papel mediante citas del catecismo. Jurídicamente sí, pero en la práctica tenemos una comunidad que respira cisma y herejía por todos sus poros litúrgicos.
Según Santo Tomás de la rectitud de la fe cristiana se puede uno desviar de dos maneras. La primera: porque no quiere prestar su asentimiento a Cristo, en cuyo caso tiene mala voluntad respecto del fin mismo. La segunda: porque tiene la intención de prestar su asentimiento a Cristo, pero falla en la elección de los medios para asentir, porque no elige lo que en realidad enseñó Cristo, sino lo que le sugiere su propio pensamiento.
Me preocupa enormemente que este segundo modo sea tolerado tranquilamente en la Iglesia haciendo pasar por bueno todo medio que acaba corrompiendo los dogmas y no poniendo los medios para que se conviertan efectivamente en buenos.
Lo que es pan para hoy puede ser una gran hambruna mañana. De momento lo que veo es que hay una mafia neomovimental que se ha apoderado de como debe darse una noticia. La Iglesia de la Publicidad ataca de nuevo.
Quien sabe si un día veremos alguna pancarta con "Papa subito!" en lugar de "Santo súbito!"
O tendremos que oir en San Pedro gritos que recuerdan otros de antaño "In Via lo volemo al manco in movimento"
Yo digo que no estamos tan lejos de tiempos pasados.
No conozco a ningún Kiko y de ellos sé lo que he leído esta semana en diferentes medios a propósito del acto de Roma pero después de ver ese video, confieso que me he quedado perpleja. Gracias por sus explicaciones, D. Terzio.
Bueno, sirven para afirmar y hacer visible que estamos en una “primavera” de la Iglesia.
En cuanto a que ayudan a la conversión de otras personas, también los de Centro Reto han estado en el itinerario de conversión de otros, y no son católicos ¿no?. Bueno,que los escasos kikos que conozco son buena gente, pero tengo mis dudas, sobre todo a raiz de una charla kika a la que asistí por error _y con horror ante el contenido_, ... se anunciaban como grupo de estudio de la Biblia.
A los meramente católicos (sin movimiento) nos queda buscarnos la vida ante este futuro inmediato. Y también ante el presente, a juzgar por su análisis, Don Terzio. Allá cada cual. Por eso me ha encantado eso que ha escrito más arriba Pedro Hispano: en medio de este caos cada cual se salva como puede. Ahora más que nunca, me quedo con la Misa Tradicional.
Lecturas sorprendentes en un mamotreto reciente:
http://divcomedia.blogspot.com/2012/01/verba-kiki.html
La Tradición según Carmen (esto creo que supera la malicia de Morrós):
Esto que es muy importante, ya con el Concilio y más tarde se ha visto cómo no es suficiente ni siquiera la Biblia, sino las tradiciones de la Iglesia, los targum que tiene Israel que son importantes.
Lo verdaderamente importante es saber qué se ha aprobado acerca de la liturgia eucarística; esto sí afecta a toda la catolicidad, pues lex orandi, lex credendi.
La catequesis de los Quicos, o sea, el camino como neocatecumenandos es hasta laudable, aunque no puedo pronunciarme pues desconozco sus contenidos. Sí sé que todos los que hemos experimentado ya de adultos la belleza de nuestra fe, abandonada en la adolescencia/juventud, hemos buscado un catecismo que nos enseñara el tesoro de la doctrina, la que nos permitiera estar más cerca, o mejor dicho, verdadera y ciertamente cerca del Señor en su Iglesia. Pero la liturgia es cosa distinta. Es lo más serio. Esto sí nos incumbe a todos.
¿Podría, por favor, decirnos algo sobre este particular?
La referencia a la Misa tal y como la celebran en las comunidades neocatecumenales aparece en los estatutos/itinerario aprobado en el año 2008, con lo que se entiende que se aprueba esa 'forma'. La Eucaristía (evitan decir 'Misa') en las comunidades, salvo algunos detalles, se celebra actualmente como siempre la han celebrado.
Lee el artículo que acabo de publicar, es muy ilustrativo.
'
D. Terzio, ha hecho Vd. una buena descripción de la trayectoria y de la situación actual de los "kikos", pero veo que se moje Vd. demasiado; no se muestra Vd. tan crítico como en otras ocasiones.
En cuanto a los Estatutos de 2008, no parece que la aprobación de la Misa "kika" sea tal salvo en un par de aspectos. Sandro Magister lo explica así:
"En los Estatutos del 2008 las particularidades permitidas son dos.
La primera se refiere a "la distribución de la Santa Comunión bajo las dos especies" y "siempre con pan ázimo", que los neocatecumenales deben recibir "de pie, permaneciendo en su lugar".
La segunda es el cambio “ad experimentum” del "rito de la paz luego de la Oración universal", es decir, antes del Ofertorio, como de hecho acontece desde siempre en el rito ambrosiano, en uso en la arquidiócesis de Milán.
En los Estatutos se prevé además que los animadores de las comunidades neocatecumenales preparen "breves introducciones a las lecturas". Pero esto ya está permitido por las Instrucciones Generales del Misal Romano, para cualquier Misa.
Por el contrario, no se hace alusión alguna, en los parágrafos de los Estatutos referidos a la Misa, a las llamadas "resonancias", es decir, a los comentarios espontáneos a las lecturas del Evangelio hechas por los que participan en las Misas de las comunidades neocatecumenales, acompañando la homilía del sacerdote.
No solamente esta cuestión de las "resonancias", entonces, sino toda otra particularidad litúrgica en uso en el Camino que no está aprobada explícitamente por la Santa Sede era un abuso antes de la audiencia del pasado 20 de junio. Y así permanece también después".
Lo que he visto y leido en internet sobre el tema, me parece un horror.
No salgo de mi asombro.
Hermenegildo, ve usted mal, témome.
Por cierto, ¿quién dijo que Novell no era catalanista?
Pues tenía razón: Acaba de declarar que él no es catalanista, sino partidario de la nación catalana
Un importante matiz, entiendo.
¿No?
'
Los de Germinans Germinabit, que abominan del nacional-catalanismo, están muy contentos con Novell.
Al menos, el Obispo de Solsona se guarda sus fervores nacionalistas para sí e intenta que no comprometan su ministerio episcopal. Es un paso importante.
Los de Germinans son catalanes al fin. Si van de compadres de Novell, allá ellos (con o sin el pimpollo Novell).
No te fíes.
'
Don Terzio: Me deja perplejo que dega Vd. que el uso kiko «se reconozca o no, es un rito, propiamente», y que hable de «la aprobación fáctica del neo-rito». Como ha dicho antes Hermenegildo, citando a Sandro Magister, y como dicen sobre todo el Papa en el Discurso del día 20 y el Decreto al que se remite, lo recién aprobado no es nada litúrgico, porque la Liturgia de los kikos (sobre todo la Misa) está regulada por los Libros Litúrgicos, que deben seguir fielmente, con las peculiaridades reconocidas en los Estatutos definitivos de 2008. Y aunque no se haya dicho expresamente, estas peculiaridades -por ser excepciones de la norma general- deben entenderse de forma restrictiva.
Por tanto el uso kiko no es un rito, sino un abuso. Y no hay aprobación jurídica ni fáctica. Tal vez ha habido tolerancia del abuso, pero estas palabras del Papa han sido una clara amonestación.
Yo lo veo así, y si estoy equivocado debería explicarle a Hermenegildo en qué.
Mendrugo, me extraña que no entiendas o no quieras ver: El rito se celebra sin censuras oficiales, se celebra en todas las comunidades, apenas han introducido (y a regañadientes) unas cuántas indicaciones que no son más que detalles. Es un rito nuevo que la Iglesia ha aceptado sin querere reconocer explícitamente que es un rito nuevo que la Iglesia ha aceptado. ¿Me sigues?
Espero que distingas - si la mendruguez no te ofusca - que esto lo digo con enorme reluctancia, pero con el realismo del que sabe que el rito neocatecumenal es un hecho consumado que la Iglesia se ha tragado con mayor o menor gusto, una piedra de molino con la que se ha comulgado.
Las palabras del Papa son lo que tu quieras que sean, todo menos 'claras' y en absoluto en tono 'amonestación'. Son, en todo caso, esas sutiles matizaciones vaticanas para contentar a los descontentos y no descontentar a quienes se quiere contentar. Nadar y guardar la ropa, que se dice; o el clásico laissez faire, laissez passer. ¿Me explico?
De hecho - recalco - se aprueba de facto.
Tan de facto que hasta el Papa ha celebrado en ese rito neocatecumenal: Mira la foto que voy a publicar entre artículo y artículo (encima de este y debajo del del bi-sagrario). Mírala y convéncete: El rito está aprobado y hasta rubricado por el beato que lo celebró en público (y hasta concelebrado por obispos). Más claro, agua.
Te guste reconocerlo o no.
p.s. Hermenegildo y tú padeceis un cierto problema hermenéutico con mis articuletes: Los leeis, pero concluís empecinadamente lo que no quiero decir. Me temo.
'
Muchas gracias, Don Terzio.
En un primer momento había pensado no mirar la foto del Santo Súbito celebrando ritu kikorum, por ahorrarme el mal rato. Yo en vez de nariz católica tengo hígado católico, y estas cosas me producen cirrosis biliar. Pero al final he leído el nuevo post y he mirado un rato la foto, como un machote. Tengo el hígado hecho foie gras, pero voy entendiendo la cosa.
El problema no lo tengo con sus artículos. Es que me resisto a reconocer la situación de la Iglesia. Por evitarme ataques hepáticos.
Y ahora estoy mirando la de Ratzinger.
―Durus hic sermo! Quis potest eum audire?
―Hoc vos scandalizat?
No habrá restauración de la Iglesia nisi fuerit datum a Patre.
De acuerdo con todo, don Terzio, excepto con el elogio del envío en misión de familias, que creo debe ser matizado. Creo que subyace en esa práctica una indebida confusión entre preceptos y consejos evangélicos. La Iglesia española no evangelizó América con familias en misión, sino principalmente con frailes franciscanos y dominicos y de otras órdenes, y después los jesuitas, mientras que los laicos que allí llegaban eran hombres de fortuna (muchas veces cristianos recios, otras no) sin la carga ni la responsabilidad de una familia. El padre de familia se santifica principalmente en el cumplimiento de su deber de estado, que es velar por el mantenimiento material y vida virtuosa de su familia. Abandonar casa y trabajo estable donde lo tiene para someter a toda su familia a los azares de una expatriación, por mucho que sea con ánimo misionero, no me parece conforme a ese deber de estado ni por lo tanto elogiable, al menos sin matices. Recuerdo haber leído historias para no dormir sobre familias misioneras que terminaban acudiendo a comedores de caridad.
josmago:
Soy un miembro del camino, totalmente desencantado y es más he sido expulsado por los catequistas.
A mi modo de ver existen varios problemas que intentaré resumir.
1) La iglesia está sumida en una profunda crisis. Los párrocos son meros funcionarios en la mayoría de los casos, y eso no a atrae a nadie.
2) Frente a eso nos encontramos con el movimiento catecumenal con gran pujanza y sinceridad, entre los cuales me encontraba yo, hasta hace muy poco, pero resultamos ser fácilmente manipulables, primero por nuestra escasa o nula formación religiosa, y sobre todo por sumirnos en una estructura cerrada, y jerarquizada mandada a veces despoticamente por los catequistas.
3) Ante eso nos encontramos indefensos, los de dentro por la psicología de grupo, que se nos genera, y el clero por que es eso o nada.
4) pero cuando se leen las encíclicas, o el simple catecismo se descubren graves aberraciones o herejías, y si se expresa a los catequistas, se obtiene la expulsión y ¿a quien recurrir?
5) Creo que los obispos deberían revisar más seriamente como se lleva a cabo el camino neocatecumenal, si no corren el peligro de dejar que se sigan haciendo cosas que poco tienen que ver con la doctrina católica, por los catequistas que tienen el sumo poder.
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