miércoles, 21 de diciembre de 2011

El monumento sevillano del beato JP2


Andan enredados en Sevilla porque no saben dónde poner el monumento de Juan Pablo II. En Sevilla la idiosincrasia de sus indígenas no es cualquier cosa. Acostumbrados a convivir con una estética histórico-artística de primer rango, el sevillano barrunta el adefesio y se escuda en lo que sea para disimular que algo no encaja en su depurado cánon.

La estatua de Juan Pablo II que se pretende colocar en el centro mismo de la ciudad, en la Plaza de la Virgen de los Reyes, entre la Catedral y el Palacio Arzobispal, es obra de un reconocido imaginero, muy apreciado. Pero una imagen es una cosa y una estatua para un monumento, otra. La escultura en cuestión pretende ser, justamente, armónica y entonada en todas sus partes, pero no logra ese efecto. El retrato del efigiado y su expresión, tampoco.

Provincianos, clásicamente localistas, el sevillano-tipo detesta vanguardismos y prefiere que un caballo, si tiene que ser, se parezca a los de la cuádriga bizantina de San Marco de Venezia o al de Marco Aurelio del Capitolio, antes que al adefesio picasiano del Guernica, verbigracia. Pero en su lógica, peca al admitir el semi-arte con tal de no consentir el des-arte. Y así pasa que se pasan cosas que no debieran pasarse.

En imaginería sacra, por ejemplo, se exponen al culto obras contemporáneas que no alcanzan el cánon exigible para tal menester (que debe ser y mantenerse muy alto). No pongo muestras porque practico la sabia abstinencia de la vieja sentencia del 'ni fías ni porfías ni pleitos con cofradías'. Pero todo el mundo sabe que la calidad de la iconografía imaginera sevillana, desde la desaparición de los maestros del siglo XX, ha decaído lamentablemente. No digo que falte honradez en la intención, digo que no hay calidad/nivel en los resultados.

Como en la imagen del monumento del Papa JP2, que todos dicen que muy bien pero nadie quiere hacerse cargo de ella, y menos para ponerla en un lugar tan privilegiado como el propuesto. Sevilla, que es muy fina para decir que no en directo, usa de barrocos circunloquios para negar, sutiles adversativos que no todos captan, ni siquiera todos los que debieran, por ser del lugar.

Vean y lean, si les interesa, cómo está el asunto:

Se decide el enclave , Cultura dice sí , Se aprueba por la Junta , La Junta no aprueba nada , Unos pasan la pelota a otros

Un caso típicamente provinciano, quasi decimonónico, con colisión de esferas, instituciones, poderes, influencias, empeños y hasta pequeñas pasiones personales. Pero en el fondo - en el centro - una escultura que no acaba de gustar para un monumento que no termina de convencer.

Ýo lo dejaría donde está ahora. Se ahorrarían muchos percances previsibles.


+T.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que sea tan mal el resultado de la obra del profesor Miñarro. Quedándose en la ciudad, peor resultado me parece la Santa Ángela de la Cruz cerca de San Pedro...

Coincidimos que del innumerable número de imagineros contemporáneos se salvan pocos, y por el ombliguismo sevillano, quizás no se mire más allá de las puertas de la ciudad. Al menos, de donde se podía escoger, ha sido de la mejor elección.

Donde tengo que discrepar es que el problema de la pésima imaginería (procesional) actual, en Sevilla y en otros sitios, sea culpa de las Cofradías. Como sacerdote sabrá que hay responsables de arte y ornato en los Obispados que velan porque se atengan a unos mínimos estéticos y se puedan bendecir. Yo como cofrade puedo ir a lo barato y tener un esperpento del "Xto. de la Salud en su Segunda Caída con el Romano Fustigante"... pero que el que ha puesto el Obispo/Arzobispo de turno para darle el VºBº se lo de... y que hasta el Obispo/Arzobispo se presente él (o su Vicario) y lo bendiga... y ya no de Cofradías, determinados Crucificados para los nuevos templos son dignos de películas de terror y, en casos, hasta blasfemos. Sin duda, inspirados por el espíritu posconciliar de "nuevos lenguajes" (o mojones).

Chisco dijo...

Ja, ja. ¡Qué graciosos son ustedes! Y qué difíciles. Había oído anécdotas de algún personaje que aterrizó ahí como Gobernador Civil y nunca llegó a entender la manera de hacer y decir las cosas de esa ciudad. Supongo que igual o peor será para los Obispos, ¡pobres!

Respecto a la estatua, el peor destino posible sería que acabase dentro de la Catedral o en otra iglesia. Yo le doy el pase como monumento civil (claro que no soy sevillano), pero sería infumable como imagen sagrada (y eso que no le tengo al Beato la tirria que Vd.)

Terzio dijo...

Eso les pasa a los que tienen que aterrizar porque son extra-terrestres. Los gobernadores deberían ser y haber sido, digamos, 'consanguíneos', de la familia, o, por lo menos, de la misma tribu.

En las provincias del Norte tienen muy claros estos particulares.

'

Anónimo dijo...

que la refundan y hagan una campana va a ser mas productivo...