jueves, 22 de septiembre de 2011

Lutero es Lutero (y eso no hay quien lo enmiende)


Sobre Martín Lutero pienso lo que un católico consciente ha pensado al respecto toda la vida. No hay ni habrán variaciones que me hagan mudar la opinión porque el caso Lutero es un caso cerrado que no admite retoques porque la historia y sus personajes no están al alcance de los correctores, no se editan. Ni la Iglesia puede des-condenar lo que se condenó justa y oportunamente.

Me adelanto con esto al temido y previsible brote de luteranitis que parece va a afectarnos con motivo de la visita de Benedicto XVI a Alemania. Haber nacido en Alemania, como Lutero, no quiere decir nada más que eso; como - p. ej. - yo nací en España como Prisciliano, y ya está. Compartir geografía no obliga a nada, si me explico.

El Papa, que es cabeza visible de la Iglesia, es, en este sentido, el primero que debe mantener las distancias entre lobos y ovejas. Si comprendo que en el s. XXI no sea justificable (hasta ahora) que armemos 'guerra de religión' contra los luteranos (hasta cierto punto víctimas en segundo grado del pecado de sus antepasados), a la vez mantengo la necesidad de llamar hereje al hereje y herejía a la herejía, porque tal cual permanecen los autores originales del protestantismo y tal cual siguen las doctrinas que inventaron. Todo lo que no sea claramente esto sería inducir a la confusión y al error, como desde un tiempo a esta parte ha pasado tantas veces.

Hará unos tres años, en otro blog que tenía abierto por ahí, no recuerdo por qué, escribí este articulete que me parece oportuno poner ahora aquí. Titulé el articulillo 'La Máscara de Lutero' y decía esto:


En la Marktkirche de Halle se conserva desde 1545 la Totenmaske (máscarilla mortuoria) de Lutero. Un horror. Pero un horror verídico y testimonial que ha conservado en cera policromada las facciones reales del hombre que fragmentó Europa.

La "reforma" progresó por circunstanciales razones políticas, más por coyunturas nacionales y por intereses del momento que por convicción de los afectados. Como en otros brotes reformistas de la Edad Media (el luteranismo es el pollo del huevo que pusieron los heresiarcas del XIV-XV), lo de Lutero pudo haber acabado en un tribunal y una hoguera. Pero sucedió en aquel Imperio con aquellos Príncipes y cuando aquella Roma. Unos aprovecharon la oportunidad y otros no calibraron la gravedad de los acontecimientos.

Aparte de la Iglesia, las consecuencias las pagó (y sigue pagando) Europa, tan herida y dividida por el trauma luterano. Desde aquellos fatídicos años, por ejemplo, la emergente Alemania (sin ser todavía Alemania) sería protagonista omnipresente en todos los conflictos de armas que explotan en el Viejo Continente, desde la Guerras del Imperio hasta la 2ª Guerra Mundial. Un desastre que no se entiende sin el previo "catalizador" del luteranismo-protestantismo y sus derivados.

Recien estrenado el pasado siglo XX los historiógrafos católicos, el dominico Henry Denifle (1904) y Hartmann Grisar S.J. (1908) trazan un perfil bastante definitivo de Martín Lutero, tan real como la Totenmaske de la Marktkirche. Estas dos biografías-ensayo supusieron un shock para el mundo luterano, que se enfrentó de golpe con la realidad cruda y dura de su fundador, hasta entonces más o menos "ignorada".

Después del Vaticano IIº, el ecumenismo filo-protestante ha intentado "suavizar" perfiles, juicios, sumarios y conclusiones. Pero el Lutero que fue sigue siendo el mismo Lutero. Y no hay otro.

Hace unos días un amigo recordaba aquellos testimonios horripilantes de los que vieron aparecer a Lutero ardiendo entre llamas, atormentado. Fueron visiones de visionarios, que corrieron por toda Europa al saberse la noticia de la muerte del reformador.



Como supongo la posibilidad de arrepentimiento y la gracia in extremis para cualquier pecador y desconozco el juicio último del Justo Juez, no quiero imaginarme a Martín Lutero entre llamas; pero me parece falsear al hombre y su obra presentarlo como un modelo o un ejemplo, estando el personaje tan lejos del ideal del "santo cristiano". A estas alturas de la historia, el tiempo puede distorsionar o causar espejismos que pueden valer para un novelorio, pero que no son aptos para evaluar la historia y sus protagonistas.

Mucho menos, para fantasear a costa de la Iglesia. Si la justificación es el ecumenismo, considérese que estamos intentando pegar el cántaro que Lutero rompió. Y faltan piezas esenciales para reconstruir una unidad que históricamente parece irreparablemente perdida.

Desgraciadamente.

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Esto fue lo que escribí en aquel articulete. Aqui, en Ex Orbe, escribí un articulo distinto, pero parecido, que titulé Lutero sigue Lutero, donde decía, con otras palabras, más o menos lo mismo.

Esto que escribo ahora es para decir lo mismo, también.


+T.

11 comentarios:

Terzio dijo...

Gracias por los avisos.

'

Anónimo dijo...

Gracias, Padre, por este comentario.

Pensar que BXVI, en las palabras para la TV alemana antes de su viaje, dijo que "Uno dei momenti importanti della visita sarà Erfurt: in quel monastero agostiniano, in quella chiesa agostiniana, dove Lutero ha iniziato il suo cammino, potrò incontrare i rappresentanti della Chiesa Evangelica di Germania. Lì pregheremo insieme, ascolteremo la Parola di Dio, penseremo e parleremo insieme. Non attendiamo alcun evento sensazionale: infatti, la vera grandezza dell’evento consiste proprio in questo, che in questo luogo insieme possiamo pensare, ascoltare la Parola di Dio e pregare, e così saremo intimamente vicini e si manifesterà un vero ecumenismo."

¿"Donde Lutero inició su camino"? ¿Hacia dónde? No creo que sea para celebrar esa memoria...

Anónimo dijo...

Entonces...
¿la doctrina cristiana viene a ser como una herejía hebrea ad-intra?
¿0 algo como "forma extraordinaria y "forma ordinaria del único culto al Omnipotente", según las palabras de BXVI a la comunidad judía de Berlín?

Copio:

"(...)La Iglesia se siente muy cercana al Pueblo hebreo. Con la DeclaraciónNostra aetate del Concilio Vaticano II, se comenzó a "recorrer un camino irrevocable de diálogo, de fraternidad y de amistad" (cf. Discurso en la Sinagoga de Roma, 17 de enero de 2010). Esto vale para toda la Iglesia católica, en la que el beato Papa Juan Pablo II se comprometió de una manera particularmente intensa en favor de este nuevo camino. (...) me parece que los cristianos debemos también darnos cuenta cada vez más de nuestra afinidad interior con el judaísmo. Para los cristianos, no puede haber una fractura en el evento salvífico. La salvación viene, precisamente, de los Judíos (cf. Jn 4, 22). Cuando el conflicto de Jesús con el judaísmo de su tiempo se ve de manera superficial, como una ruptura con la Antigua Alianza, se acaba reduciéndolo a un idea de liberación que considera la Torá solamente como la observancia servil de unos ritos y prescripciones exteriores. Sin embargo, el Discurso de la montaña no deroga la Ley mosaica, sino que desvela sus recónditas posibilidades y hace surgir nuevas exigencias; nos reenvía al fundamento más profundo del obrar humano, al corazón, donde el hombre elige entre lo puro y lo impuro, donde germina la fe, la esperanza y la caridad.
El mensaje de esperanza, transmitido por los libros de la Biblia hebrea y del Antiguo Testamento cristiano, ha sido asimilado y desarrollado por los judíos y los cristianos de modo distinto. "Después de siglos de contraposición, reconozcamos como tarea nuestra el esfuerzo para que estos dos modos de la nueva lectura de los escritos bíblicos –la cristiana y la judía– entren en diálogo entre sí, para comprender rectamente la voluntad y la Palabra de Dios" (Jesús de Nazaret. Segunda parte: Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección, pp. 47-48). En una sociedad cada vez más secularizada, este diálogo debe reforzar la común esperanza en Dios. Sin esa esperanza la sociedad pierde su humanidad.
(...) Que para ello, el Único y Onmipotente –Ha Kadosch Baruch Hu– otorgue su bendición."

Pioquinto dijo...

Ave María Purísima. Diálogo con los protestantes históricos en plena extinción ( y pariendo las sectas evangélicas y pentecostales), reconociendo el gran mérito del heresiarca buscando la verdad y fracturando la Madre Iglesia para siempre: Lutero asoma su horrenda cara, como lo muestran las fotografías. Qué diferencia con los santos incorruptos! Incluso se dice que en recientes trabajos de mantenimiento de la tumba del heresiarca, el cadáver apareció boca abajo!!!

Y diálogo con nuestros padres mayores, los judíos, que también "conservan la promesa de salvación" como ser el pueblo elegido. No pasó nada, la venida del primer Mesías fué un accidente, pero es válido esperar a otro Mesías, que éste sí será el bueno para ellos. Porqué no poder evangelizar a estas ovejas descarriadas, enseñarles la única verdad de la Redención, el celebrar la Santa Misa y el comulgar? Porqué estuvimos equivocados 20 siglos? Y habrá que modificar los evangelios también. Un abrazo, dom Terzio.

Miles Dei dijo...

Para pensar en la hipótesis eclesiológica de Julio Meinvielle sobre la Iglesia de la publicidad. Bueno, no. Para pensar no, para observarla, porque está ahí, delante de nosotros.

Anónimo dijo...

Padre, por si le interesa, le comento que este domingo el programa de "Lágrimas en la Lluvia", de Intereconomía tv, tratarán sobre la cuestión demoniaca. Saludos.

Pioquinto dijo...

Si Lutero fué enemigo mortal de la Iglesia, si destruyó la misa y le siguió llamando "misa", se robó los bienes de la Iglesia y provocó un tremendo cisma, mi pequeña mente no concibe cómo se le rinda este homenaje. No puede haber paralelismo entre la Iglesia Católica y el luteranismo. Quo vadis, Ecclesia?

Madri leño dijo...

Difícil, muy difícil viaje para el santo Padre, a mi entender, aquí se va a cumplir nuestro famoso dicho: "Nadie es profeta en su tierra".
Lo de menos son los luteranos, que en su fuero interno saben que el fundador de su secta se dejó llevar por su extrema soberbia, aunque sus motivos iniciales pudieran tener fundamento objetivo.¡Qué diferencia con S. Juan de la Cruz o S. Pío de Pietrelcina!
Lo peor es la que le espera dentro del grupúsculo de malllamados católicos alemanes y que berrean por la exclusión del celibato en el sacerdocio, la comunión de los divorciados y casados de nuevas, homosexualidad, etc, en fin; una serie de barbaridades que pondrían la careta de Lutero verde si no estuviera bronce.

Santa María protege al santo Padre.

Gracias.

IHS.

Anónimo dijo...

Estos días de visita pastoral a Alemania estoy leyendo declaraciones de B16 que me están dejando helado, me dañan la vista y me lastiman el corazón y hasta el alma. No ahondaré en el tema, seguro que mas de uno me entiende. Tan solo quería decir esto. Saludos.

AMDG dijo...

Pobre hombre, le perdió la obcecación. A mi me da mas pena que otra cosa. Mayor culpa tienen los que le ríen las gracias. Gentes como el "historiador" Vidal, que dan por buena la película falsaria que le hiceron hace unos años:

http://www.libertaddigital.com/opinion/chat-chat/del-24-de-enero-con-29392/

No sé si conocéis esta entrevista en que explica cómo se hizo "evangélico" (el otro día alguien se preguntaba con sorna si los deformadores con d serían evangelistas):

http://www.youtube.com/watch?v=dakEZE_p3xo&feature=player_embedded

Por cierto, no conocía la máscara mortuoria. Truculenta donde las haya, y que conste que a mi la muerte no me da miedo.

Anónimo dijo...

Para el que se quiera acercar al tema de una forma amena recomiendo vehementemente el fenomenal trabajo de Radio Cristiandad sobre el personaje. 16 programas de 45 minutos cada uno, aproximadamente, siguiendo a los mejores estudiosos y analizando todas las perspectivas.

Lutero. El monje maldito.

Yo lo escuchaba cuando salía a caminar, hacer deporte, conduciendo, etc...

Altamente recomendable.