martes, 2 de noviembre de 2010

Colectivos, denuncias y voceros


La palabra y el concepto apestan a marxismo desde lejos: Colectivo. Además lleva implícito una cierta devaluación de sus propios componentes (y componentas), que no son ya personas, sujetos individuales capaces y agentes, sino sólo partes del "colectivo". Una piara, se diría, por ejemplo.

Ciertos autodenominados colectivos han escogido ultimamente un objetivo muy determinado al que atacar: La Iglesia, la Iglesia Católica, por supuesto; con esta elección de la diana realizan un paradójico ejercicio apologético, a la inversa, porque señalan y apuntan a la Iglesia de verdad, la que importa, la auténtica. Las demás "iglesias" no valen, no cuentan, no sirven. Es curioso, muy llamativo, cómo hasta los malos terminan resaltando la verdad. Hasta en casos como este.

A estas alturas dudo absolutamente del victimismo de los colectivos. La víctima siempre ha sido la Iglesia. Siempre. Los que ahora salen enseñando sus tráumas y exigiendo venganza (es decir, compensaciones) son sólo una boca más de la hydra de siempre, ese monstruo de siete cabezas con propiedad para reponer con otra la que le cortaban. Es mito, uno de los doce trabajos del heróico Hércules; pero es real, en cuanto se asemeja a esos enemigos implacables que resurgen y atacan aprovechando lo que haya, lo más lesivo que encuentren.

Los masones y liberales del XIX atacaban acusando con la Santa Inquisición, un recurso que se hizo tópico y que todavía sale como el eructo de un empacho atávico de la boca podrida de muchos acusadores, leyenda negra for ever. Ahora el cañón de los turcos se carga con metralla de abusos y pederastazo, y se dispara día sí, día no, hoy y ayer y mañana, constantemente. Dos muestras fresquitas, vean y lean:

Dar la cara

Comunicado colectivo

Cualquiera que lea y vea y no tenga un mínimo de información, de perspectiva, de sentido de la actualidad, del mundo y de sus cosas, de la Iglesia (Católica, claro) y su presente, su pasado, sus obras, cualquiera que no esté responsablemente informado sacaría (sacará) una falsa y muy equívoca, parcial, manipulada y tergiversada opinión sobre el tema y sobre la Iglesia (Católica, Católica Romana, por supuesto). Un tema, el de los abusos, que en la intención, las formas, el proceder y la insistencia de algunos se ha convertido en un abuso: Los abusadores que abusan del abuso.

Una extraña, anómala, abusiva fijación. Que yo no sé bien por qué, pero que me figuro para qué.

La reacción de algunos contra la Iglesia tiene raíces profundas, muy enrevesadas, complicadas de deslindar por tantas cosas, circunstancias personales y de muy diversa índole. Todo un pequeño mundo de conflictos sin resolver que afloran de esta forma, beligerante, lesiva, con una proclividad muy marcada que apunta siempre a un muy determinado y concreto centro, que es una persona real, una cabeza visible.

Yo cuestiono no sólo el valor de las denuncias (que son en realidad ataques) de estos colectivos, sino también el de sus propagandistas y voceros. También pongo en entredicho su recta intención. Y su independencia.



A un par de días de la visita del Papa a España, estamos a punto de ver repetirse la "historieta" de otros viajes de Benedicto XVI, manipulados por la prensa y los periodistas conchabados con los lobbys gays, los lobbys anticatólicos, los lobbys anti-Benedicto.

Espero que la visita del Papa a Santiago y a Barcelona no vuelva a ser, otra vez, una reposición en escena del teatrillo de guiñoles de cachiporra con la cuchufleta del preservativo y el romance trágico del abusón pederastazo.

Pero esperar verdad de ciertos medios, esperar periodismo cabal de ciertos ambientes, es esperar que las zarzas den higos. ¿Se puede esperar de la prensa-radio-televisión del Zp y el Rubalcaba, los informativos de Prisa, Mediapro y su entramado de alcantarillas clientes otra cosa, otro "tratamiento del tema", otra exposición de la realidad???

Si hasta en las páginas de (des?)información religiosa se publican cosas escandalosamente anti-papales y anticatólicas, del enemigo declarado ¿qué vamos a esperar?

Visto lo visto, de este farandulesco tinglado de la antigua farsa periodístico-mediática, se teme uno lo peor.

Oremus!


+T.

9 comentarios:

Máximo Silencio dijo...

¡Amen!

Llevo leyéndole varios días me impresiona cada día más, y no para mal, sino gratamente por su sentido común, su profunda crítica al liberalismo, que curiosamente esta mayoritariamente aceptado por todos los católicos, y ante todo por su gran respeto a la Tradición.

Colectivo es verdad que suena marxistas. La palabra adecuada para los cristianos ¿no sería cuerpo?

Un Saludo

Anónimo dijo...

Sr. Tercio, escribanos sobre lo ocurrido en Irak...

¿Como dimensionarlo desde la nuestra fe?

¿Que valoracion debe tener para la Iglesia en los tiempos actulaes?

Alonso Alfaro, Monterrey Mexico.

Terzio dijo...

"Cuerpo" es un concepto paulino, entendido como cierta relación espiritual que articula a los cristianos en un todo orgánico cuya cabeza es Cristo. En sentido análogo-antitético, a esas organizaciones "colectivas" habría que entenderlas como "cuerpo del anticristo", dura y simplemente.

Lo del martirio de los católicos de rito siríaco en Bagdad es, ni más ni menos, que un martirio. Hace unas semanas, en el sínodo de los Obispos de Oriente Medio se censuraron unas palabras del obispo libanés Raboula Antoine Beyloune, que dijo, más o menos, que el Corán concede al musulmán el derecho a juzgar al cristiano y a masacrarlo con la jidah. Que el prelado libanés no exageraba ni desvariaba es tan evidente como dolorosamente patente.
De todas formas, a través de los siglos, la historia demuestra que la persecución es uno de los signos que identifican a la Iglesia, un signo ya profetizado por el Señor, cumplido y confirmado en cada época con la sangre de los Mártires.

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Esperanza dijo...

Nunca me dejan indiferentes estos post sobre la persecución de la Iglesia –que se lo digan a los de Irak-. Aquí estamos en plan “caída del Imperio Romano” pero en cutre, y la persecución adopta formas como las que nos cuenta en el post, al menos de momento (y espero que por más tiempo xq somos muy blanditos-y me incluyo-...)
La metáfora de la hidra es tal cual…¿serviría también la imagen de la Gorgona?
Lo que más pena me da es que artículos como los que nos enlaza hacen mella en muchas personas que sólo reciben información de grupos mediáticos del lado oscuro, D. Terzo…y contribuyen a que muchos se alejen de la Iglesia. También es para que dé mucha pena cómo algunos católicos (traumados o no, me da igual) son los tontos útiles de la hidra...

Jordi Morrós Ribera dijo...

Mi mirada coincide con la de Esperanza respecto a la de asistir preocupado a la actual "caída del imperio romano".

A mi el colectivo de "Iglesia sin Abusos" me suena a colectivo buenista pro película de Walt Disney en versión hispana. Y perdónenme que el buenismo que exhala el comunicado me haya producido un "descojone" general y mayúsculo(perdón por la palabrota, pero el cuerpo me la pide) cuando dicen aquello de "Benedicto XVI es máximo responsable pero no único". Dios me libre de cometer un delito y caer luego en manos de un jurado popular compuesto por insignes miembros de este colectivo. No daría ni medio euro por mi pellejo con unos criterios acusatorios de este calado.

Pablo Pomar dijo...

Yo el término vocero no lo había oído ni leído en mi vida hasta hace unos meses. No puedo evitar tomarle manía a esas palabras que algún periodista saca en algún momento del fondo del diccionario y al día siguiente ya ha sustituido a la voz que siempre se usó hasta entonces.
En España vocero es una de esas palabras, creo que en Hispanoamérica sí era común.

VOCERO ha sustituido a PORTAVOZ
CHAPAPOTE ha sustituido a ALQUITRÁN
TSUNAMI ha sustituido a MAREMOTO
E via dicendo...

Terzio dijo...

Yes; vocero se utiliza más en Hispanoamçerica, pero es voz antigua, incluso recuerdo encontrarla en poesía religiosa del Siglo de Oro. Y me gusta más que portavoz:

"...Ángeles voceros del Verbo Omnipotente..." Dí, en vez de, "portavoces" y te cargas el verso.

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Terzio dijo...

La "decadencia", Morrós, es encontrar en una página de información religiosa la repetida y pertinaz exposición de ese tema y sus derivados.

No sé cuántos son los que formarán el colectivo, pero darles voz a las minorías resentidas y no contrastadas es todo un ejercicio cargado de intencionalidades non sanctas.

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Chano Piñeiro dijo...

Posside sapientiam, quia auro melior est...